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Chapter 19 - 3 parte 4

El viaje fue rapido y el descenso a tierra fue tranquilo viendo más allá

la gran cantidad de casas que uno podía ver.

Era medio día, los hombres bajaron del jet y Némesis que venía al ultimo con el general, le habló en voz alta porque cerca de donde estaban hay otro jet había descendido del cielo: —¡¿Ya está todo preparado?! ¡Necesitaré equipo elite para esta misión!

—¡Ahí se encuentra todo, desde francotiradores hasta lanzagrandas! ¡Todo ahí está en esa casa! ¡Cuando lleguemos ahí le tengo un regalo!

—¡Agradesco por el gesto amable!

—¡Usted es dueño de México, nosotros solo somos unos invasores!

Otro auto blindado los esperaba, se subieron rápido y fueron en dirección a la casa que mencionó el general que estaba del otro lado de la ciudad para que no llamaran la atención de aquellos impostores quienes se esconden entre la civilización.

El viaje fue largo y tranquilo, pues todos estaban callados viendo la ciudad sin perderse de lo que ven. Era diferente acomparado con el pais vecino que antes era gigantesco.

En las peliculas de Hollywood siempre cuando se hacía una pelicula en México o en otros paises que son parecidas a este pais le agregaran un filtro a la película para que se viera en un todo sucio o negativo.

Les hacía entender a los extranjeros que dicho pais donde se hizo el largometraje sea así pero para quienes visitan estos lugares cambiarán por completo sus perspectivas.

Los civiles iban y venian, había algo de trafico pero al pasar unos cinco minutos ya seguían rumbo hacia su destino. Tuvieron que pasar a lado del Auditorio Guelaguetza que era impresionante viendolo desde lejos antes de que subieran a ese cerro y pasaran de lado viendo que hay un concierto al ver mucha gente transcurrir en la entrada.

Era impresionante ver que más allá hay más casas que no tienen más de cinco o seis pisos, se podía ver todo desde aquí dejando a los chicos a excepción del Secretario y Némesis impactados por ver lo diferente que era de donde vivían en su dicho pais norteamericano.

El impacto que recibían era claro, pero no fue tanto como para que el choque cultural fuera a dejarlos en un estado negativo. A comparación con las ciudades como la India no era tan caotico y con Rusia no es tan fría y grande.

La ciudad en sí era por así decirlo en sentido común relajante y asombroso en un entorno desertico. Al dejar de lado esa idea que imponían los canales de la televisión que miraban a estos paises tercermundistas como un lugar para nada desarrollado los dejaría atonatados.

Despues de un rato llegaron a la dicha casa que su alrededor cubrirá un gran muro de más de tres metros. Al entrar habían cámaras que vigilaban las veinticuatro horas del día por lo que no habrá problema alguno en que un intruso los vaya a robar.

Todos entraron y se tomaron un descanso luego del largo viaje. El Secretario junto con Némesis exploraron la casa, todo bien para que una familia completa viviera aquí comodamente sin ningún problema. Al llegar a una puerta, conducían a unas escaleras a piso abajo: —Creemos que esto les va a ser de mucha ayuda. Bajemos.

Bajaron, pues abajo, más de diez metros bajo tierra, era un área de entrenamiento para practicar la puntería de la arma que quieran usar.

Desde rifles de cerrojo de grueso calibre hasta rifles de asalto que su potencia era más que potente como la AK-47: —Esto es, sin duda alguna, un gran regalo de navidad que pocos reciben en todo el mundo —comentó el Secretario de Defensa con una expresión de orgullo y envidia—. El sonido no se escuchará en el exterior por lo que pueden disparar lo que sea, a excepción que pueden usar granadas y lanzacohetes que podrían dañar la estructura y quizas llamen la atención de los civiles.

—Pero ni siquiera veo uno aquí —hasta que notó apenas que sí habían granadas y lanzacochetes colgados, listos para usarse —olvide lo que dije.

>Parece que trajeron de todo, desde silenciadores hasta gafas de visión nocturna, granadas y entre otras cosas...

>Gracias por el apoyo. No podía actuar manipulando con la élite porque posiblemente haría llamar la atención de la Baja Sociedad y menos quiero que se mencione mucho mi nombre.

Asintió el general, pues sabe bien que esto realmente era de extrema importancia para él y aparte sobre los sumistros recibidos por el ejercito lo va a necesitar no porque él sea el soberano oculto entre la oscuridad de este mundo, sino que lo hace por ayudar a salvar a las dos mujeres que están en peligro.

—Ese tipo —se refirió al lider del Cartel Indígena—, ya lleva tiempo haciendo esto desde que antes de que fueran asesinados toda su familia.

>Pero fue ahí que este hombre pierde los estribos raptando mujeres extranjeras que no es coincidencia que raptaran a las más hermosas. Con este cabrón en verdad no dejó tantos problemas como para que nuestras relaciones en el extranjero se debilitaran.

—Ya lo sé —aclaró sin mirarlo porque estaba manejando una pistola ya cargada—, antes lo había dejado vivo solo porque en ese momento estaba con su familia.

>Incluso lo terminé amenazando que no se metiera con mi familia, pero eso es lo primero que uno hace, ¿no? Despues de todo esa persona ya dejó su empatía por los demás.

Ya estaba cargado, revisó su alrededor viendo que hay gabas y unos audiculares para que el ruido explosivo provocado por la arma redujera. Se lo entrega al general y se lo pone, este mira analizando de arriba y abajo a Némesis porque antes de que él fuera a tener el cargo, el Secretario anterior le mencionó que este hombre de nombre Némesis puede ser cualquiera: "—Tiene el cuerpo de un chico poray de los diesiocho años pero se nota que tuvo un entrenamiento estricto.

>¿Entrenó para tener resistencia? Es lo más probable. Sus codos dan a entender que antes era un flacucho —y miró que el chico disparó con la arma—. Su postura es buena. En el blanco al que da no es para nada malo, tal vez esté un poco oxidado —pero notó que Némesis mejoró brutalmente su puntería y recargara el arma—. Vaya, ese cambio rápido de carrucho fue verdaderamente elegante. Cambió de blanco, ahora sus disparos son precisos. Creo que se ya se acostumbró a la arma o tal vez ya se haya adaptado al retroceso.

>Le daría un nueve por ese increíble manejo de la arma y la precisión, es lo mejor que puedo calificarle. Despues de todo él fue el soldado más importante del ejercito mexicano que cambió el rumbo del pais y aún lo sigue y seguirá siendo."

>Me retiro señor.

—¿Una cervezita? —preguntó dejando un lado su arma— Veo que tiene ganas de tomar uno.

>O quiere un mezcalito.

Quería negarse a tomar una copa de alcohol pero al mencionar la palabra "mezcalito" hizo que sintiera que realmente necesitaba beber uno que sonrió por eso—. "No creí que en los registros ultra secretos que Némesis fuera humilde y respetuoso —y suspiró—." No vendría mal una copita de mezcal.

Despues de aceptar ello y bebiera una copa se despide de todos rapidamente para que despues se fuera a subirse en el coche blindado y se fueran al destino deseado del Secretario.

Las horas pasaron y la tarde hizo presencia en este lugar tan maravilloso como lo es Oaxaca. Su cultura, sus zonas naturales como también su gente. En otros lugares de este estado puede llegar a estar nublado con algo de humedad mientras que otros un tanto acalorado y tranquilo.

Desde el segundo piso de esta casa de seguridad Némesis estaba mirando a la zona donde harían la misión donde claramente se podía ver que la siembra de la cosecha creció mucho en el territorio del enemigo.

Con sus audiculares y un poco de mezcal blanco era el combo perfecto para que estuviera tranquilo sentado en su comoda silla junto con William que estaba un poco ebrio pero en buen estado en otra silla.

—Sabes —habló William—, se supone que vendría otro compañero más para esta misión... pero lastimosamente murió junto con su familia por en un accidente automovilístico.

Némesis miró de reojo a su compañero que estaba tirando unas lagrimas, pues desde su punto de vista cree saber que podría ser reciente eso o no.

—¿Apenas paso eso? —preguntó en un tono empático y él le contestó— El puto blanco era nada más que un hijo de un político.

>Y lo peor es que los noticieros hablaron mal de Keith que lo que hicieron fue ensuciar su imagen y el responsable solo pagara fianza.

Poder politico, privilegios, corrupción, cualquier sistema político siempre tendrá a proteger a los más necesitados en un sentido social alto.

—Al menos sabes que ellos viven en un lugar mejor... Que a partir de hoy en adelante ellos viviran eternamente tranquilos en el nuevo mundo que les espera a todos los más justos.

>Simplemente no te desanimes, verás que cuando llegue tu día descansarás tranquilo junto con tu familia.

—... Desde pequeño nunca tuve una familia porque murieron cuando apenas tenía seis meses nacidos en este mundo...

>Unos padres adoptivos me terminaron adoptando solo para usarse para su beneficio en quedarse con la herencia de sus padres, una pareja que terminó adoptandome. Me terminaron cuidando y enseñando cosas tan rápido que lo más chistoso es que me los aprendí.

>No recuerdo la gran parte de mi vida a excepción de mi equipo —tomó de golpe la copa de mezcal que le quedaba, realmente estaba adolorido por la perdida de su amigo—. Ellos... John, Liam y a excepción de Alex pudieron llevar mejor este dolor por perder a un miembro del equipo. Alex, de alguna manera, puede llevar bien esta perdida pero en mi caso ahora estoy en la balanza sí quiero rendirme o solo sigo viviendo en este mundo lleno de personas que puedes desconfiar tan facilmente.

>Piede que suene algo malo como para que me digas bonitas palabras, pero solo lo hago para desahogarme con alguien a quien confío.

Lo que dijo al ultimo fue un gran honor que Némesis le dieran esta confianza. Se tomaba muy en serio la confianza, aunque parezca reciente, lo toma como un valor que no se puede calcular su precio.

Pero lo anterior que mencionó era una realidad en la que pocos piensan y lo aceptan, pero en parte hay quienes no aceptan eso porque tienen una vida llena de felicidad sin saber que eso puede llegar tarde o temprano terminar o lo niegan por varias razones.

Es como el amor de una pareja, un ejemplo así tan sencillo: Prendes un par de velas en medio de un bosque y esperas a que se apage cuando la cera se desintegre en su totalidad.

Sí una de las velas se apaga la otra seguirá hasta que se acabe la cera. Puede que el viento apage una o ambas velas, puede que el que esté mirando pierda la paciencia y lo deje, puede que una hoja de un arbol caiga sobre la mecha y se apage o puede pasar lo menos probable que suceda siendo que sí una vela se apagara la otra pueda encenderla por cirscunstancias lógicas que pueden imaginarse cuáles serían.

Tantas cosas pueden pasar en la naturaleza humana. Puede que la fantasia se vuelva una realidad en la que uno solo creyera.

—Recuerda que las personas tienen el poder de cambiar su destino y nadie más a excepsión de los Gobernadores del destino.

>Crees que todo fue obra del destino pero la verdad es que eso fue tomado por desiciones que hubo detras de ello, no es solo coincidencia de que fue el destino o la suerte. Tú simplemente sogue tu camino, no importa quién te estés enfrentando, solo decide sí quieres luchar, huir o evitar que inicie la pelea —hubo un momento de silencio entre ellos, pero cuando vio la reacción de William era uno calmado y la ves interesado en lo que dijo y preguntó— ¿En qué culto estas?

Esa pregunta siempre le preguntaban en cada vida de su vida. Esa palabra siempre le traía recuerdos de su pasado cuando antes era un gobernador. Recordó que en esos tiempos la felicidad era absoluta y la paz era inigualable en el cielo y la tierra.

A pesar de que la creación no fue de Alo, la esencia en sí lo era, pues Él tuvo la "idea" de hacerlo. Los gobernadores crearon al hombre que apenas abre sus ojos era pecador y Némesis, despues de que se creara el hombre y conociera a Alo, los puliera hablando figurativamente que el herrero forjara y puliera la herramienta que usaría el usuario que lo usaría.

A su Señor Soberano es al que me refiero a "usuario" que nunca los olvidó aún sí no fueron su creación: "—Perdóname una vez más Alo... No pude cumplir la promesa entre Dioses que hice contigo."

—No —respondió la pregunta que hizo William—, nunca he estado con ningún culto.

—Mmm —gruñó bebiendo sirviendose otra copa de mezcal—. Pensé que estaba en el Culto de la Paz.

—No hombre —tomó lo ultimo que tenía de mezcal en su copa—. Vamos abajo, ya nos están esperando para comer.

—Vamos pues —se levanto de su asiento pero se tambaleó y casi cayó sino fuera por Némesis lo sostuviera justo cuando casi cae de frente—. You already had too many drinks, carnal —'Ya te pasaste de copas, carnal.'

Todo era oscuro, pues nadie quería prender la luz de esta larga sala. Solo se escuchaba una respiración de una mujer y de la nada la luz de la sala se encendió parpadeando varias veces hasta que dejó de hacer ello.

Dos filas de camas estaban en esta sala, todas siendo ocupadas por las mujeres secuestradas por el Cartel de los Indigenas. Estaban durmiendo entre ellas acostadas, unas estaban acostadas en pareja, entre de ellas siendo Yamil y Quetzal que se abrazaban por el calor corporal que brindan sus cuerpos.

Se escuchó un ruido estruendoso proveniendo de la puerta metalica. La miraron fijamente a ese lugar no dejaba de hacer ruidos por que estaban abriendo la puerta. Se abrió por conpleto y salió un hombre portando un fusil de asalto que gritando a todas las chicas llamó de inmediato su atención: —¡Todos levanténse! ¡Es hora de comer!

Cuando la puerta se abrió en su totalidad una fila de platillos era jalada por un chef que daba presencia al largo pasillo donde antes las chicas caminaban. Era extraño, pues ver la comida que les daban era como sí en verdad se preocuparan por ellas.

El chef que estaba intrigado por ver tales bellezas que estaban limpias a excepción de su ropa gritó también pero no con esas intenciones de querer forzar a las mujeres: —¡Les traje la exquisitez mexicana! ¡Tacos bañados en salsa verde!

>Va a picar muy poco pero les garantizo que será un manjar de los dioses —sonrió sinceramente para que diera la impresión que él no forma parte del cartel y despues se fuera no sin antes señalar debajo de las mesas que hay una sopresa para ellas.

Cerraron la puerta dejando solos a ellas junto con la comida servida. La tentación de querer comer dicha comida era alta, a pesar de que comieron bien en estos días era extraño que le dieran este tipo de comida.

Siempre comian frutas y verduras, un poco de carne pero lo sufiente como para que se llenaran, pero ver esto era gratificantemente sabroso hasta se lo imaban comiendose la tortilla dorada junto con la verdura combinado con la crema de leche sobre el queso partidos en pedazitos.

En especial saborear esa deliciosa salsa verde que estaba sobre los tacos dorados. No aguantaban pero intentaban negarse a comerlo, sospechaban que dentro de esa comida podía haber algún anestecico que los deje inconscientes o algo peor que eso.

No hasta que Yamil, que era la más bella y respetada por todas aquí se sacrificó: —Lo comeré.

Decian las otras que no lo hiciera, pues es sospechoso las intenciones que daban estos hombres de entregarle tal banquete de la "elite" pero en realidad era una comida que se sirve en la familia de cualquier clase.

Quetzal no decía nada, pero no podía dejar atras su hermana que lo cuidó hasta suspiró al pensar que sí lo que pasara con Yamil fuera para el bien o para el mal, la seguiría: —Yo también lo comeré.

—No lo haras —refutó Yamil ya sentada en frente de la comida—. Yo lo comeré y punto.

Comió rápido porque no quería que Quetzal dijese más palabras y que alargara la conversación sí de acompañar o no al infierno en la tierra. Sin embargo, Quetzal no se quedó de brazos cruzados que saltó hacia la comida y dió un mordisco y viera a Yamil con una mirada determinante y seria dejando en shock a la hermana mayor.

—¡Me vale verga que digas que no! ¡Te voy a acompañar! —gritó aún sí tenía comida en la boca

Era empresionante ver que esta niña que una vez era tan inocente, cuando tenía apenas trece años, cambió con el paso del tiempo se viendose que es una mujer hecha y derecha. Verla así era signo de que Némesis hizo un buen trabajo siendo un pilar tan importante en su vida.

Era impresionante ver que su hombre podía hacer y beneficiar a las personas que más confían en él, y la prueba más clara era ella: "—¿Me estoy avergonzando de su aura de poder femenina? —se llevó sus manos a sus orejas, pues sentía que estaban calientes"

La comida era buena, no sabía nada extraño ni menos sentía algo que perjudicaba su cuerpo. Con su mano invitó a todas a comer. Unas estaban un tanto dudosas de comerlo pero otras saboreaban la imagen de querer comerse la comida en su imaginación que era sentir una explosión de sabores que se combinan en su mente.

Y al momento de que estuvieron al frente y ansiosas tomaran una cuchara, cortaran un pedazo del taco bañado en salsa verde se lo llevaran a su boca, no se imaginaron que este platillo era literal digno de que sea agregado en los menús de los restaurantes más reconocidos y famasos del mundo. El sabor era suave y explosivo, era sentirse como en los tiempos revolucionarios que la victoria o derrota no era signo de que los mexicanos no tengan una presencia tan imponente al crearse una imagen fantástica.

La carne siendo de pollo era lo que daba sentido a todo esto, era como el corazón de este cuerpo tan sabroso y exquisito que añadieneo también el entorno y situación en la que estaban era diferente. Ver las reacciones de las chicas que nunca han comido este tipo de platillo mexicano era único.

No eran platillos que con solo un bocado te llenas, la intención que está detrás de esto es de preocupación, pues ellos quieren verte feliz con el estómago lleno.

—¡Esto es de flipar! —exclamó una española— ¡¿Cómo puede este platillo llenarme de alegría a pesar de estar en un momento tan oscuro?!

—Delicioso.... delicioso —dijo una sueca rubia que es la más bella nunca ha mostrado ninguna emoción.

Se han llenado con la comida pero falta a algo, faltaba la bebida. Mientras comían claramente en frente suyos habían vasos de plastico transparentes que se podían servir sus bebidas pero faltaba eso, la bebida con qué degustar la comida.

Miraron abajo y vieron que había varios refrescos de marca popular que lo reconocieron de inmediato. En su mayoría refrescos estadounidenses. Lo abrieron y se sirvieron unas a otras como sí fueran familia.

Nadie bebió que eso fue extraño, ya que ellas esperaban a que se todas se sirvieran sus bebidas y juntas se la tomaran a que apenas se servían y rápido se toman el contenido. Cuando por fin se sirvió a la ultima dama brindaron, pues sentían que debían de hacerlo por el cariño que tienen al ser compañeras secuestradas.

—¡Salud! —gritaron todas

En los momentos más oscuros siempre habrá una chispa de esperanza que nunca se apagará, y sí alguien impusiera límites, aprovecharan lo máximo hasta que esa llama minuscula se apague.

Se rieron unas a otras, juntas cantaron canciones reconocidas de Mexico que sin importar sí pronuncian mal el español o no sabían como iban lo intentaban, pues todas en este momento son hermanas.

Solo por este momento, esta oportunidad que se da una sola vez en su vida lo aprovecharían como la última en su vida, pues sabían que llegaría su momento de separarse y nunca más se volvieran a ver cuando sean separadas de la sociedad.

Aprovecharán esto para reírse y se divertirse en sus ultimos momentos de felicidad que tenían. Harán esto un ultimo recordatorio de que cuando el mal sea imposible de derrotar siempre habrá alguien a quien los impulse a levantarse una sola ves haciendo esto un momento inolvidable hasta que se acabó la bebida y se dieran cuenta que su momento ya había acabado.

Cuando se abrió se nuevo esa puerta todas miraron al chef junto con otro hombre recogían las mesas que se podían mover gracias a sus ruedas que favorecían la movilidad. El chef agradecido por ver que su platillo fue del gusto para todas agradeció: —Agradezco que hayan degustado mi platillo. Sinceramente, ustedes, mis queridas valquirias, me alegro de que se hayan llenado con este platillo que cada familia mexicana puede disfrutar de su sabor riquísimo.

>Gracias —agachó su cabeza y se fuera de aquí—.

Nadie quizo contestarle, pero Yamil que sentía que debía de hcer algo no se podía quedarse así callada, debía de agradecer como sus padres y Némesis le enseñaron a dar las gracias: —Gracias por traernos la comida —sonrió y también agachó su cabeza por la amabilidad de traer esta ultima felicidad que necesitaban. Quetzal agradeció de igual manera: —Gracias por la comida, señor.

El chef supo de repente sus intenciones, ver esa sonrisa tan inocente, el arte del amor y la sinceridad lo conmovió. Nunca imaginó que estas dos bellas damas fueran a darle las gracias a pesar de que él supuestamente formara parte del cartel mexicano.

No solo ellas agradecieron la comida, el chef miró a todas, cada una dando las gracias por la comida incluido las cuatro elfas y tres demihumanos.

Esta muestra de afecto hizo llorar al chef que sonrió y una vez más agachó su cabeza, pues el agradecimiento era lo único que ellas podían darle:

"—¡Las más bellas mujeres de este mundo!... ¿Cómo puedo recibir su mero agradecimiento? ¿Cómo es que a pesar de que están en un momento oscuro tengan tanta felicidad?

>Quizás no tenga la respuesta, pero quizas en algún momento lo tenga."

Simplemente se fue y dejó el lugar. Todas estaban agradecidas por ese chef que les dio por decirlo filosóficamente la Ultima Cena que tendrían, sabían bien que este puede que sea su ultimo momento de felicidad formando una familia que comprendieron cuanto valor sentimental tienen esos momentos tan felices que estuvieron con sus familiares antes de ser secuestradas.

Comprendieron mucho que hay que valorar mucho sus vidas porque, a pesar de que hayan gobernadores que puedan manipular el destino, no quiere decir que sean controlados por ellos, es todo lo contrario, ellos tienen el poder de cambiar sus vidas tomando una sola desición.

La puerta donde había salido el chef se había abierto y entró el mismo hombre que entró con el chef cuando se les entregó su comida: —Tu —señaló a Yamil—, el jefe dice que vengas.

El impacto que recibio dichas palabras fue hiriente en su corazón sitiendo ese dolor agudo. El miedo recorria en su cuerpo y la adrelalina se notaba por medio de sus venas que quería salir corriendo con Quetzal de aquí.

No podía oponerse, pues sí lo hacía Quetzal saldría afectada y eso no quería que le pasara, no quería que ella fuera victima de una perversa tortura por culpa suya.

—Iré contigo Yamil —Quetzal la apoyó.

—Chicas —miró a las mujeres con lagrimas sonriendo—, agarrenla.

Quetzal sintió un profundo dolor en su pecho que la ultima que sintió fue ver a su hermano teniendo las cicatrices de sus combates cuando estaban en el refugio militar.

Su rostro en shock y con ese dolor agudo en su pecho instintivamente se levantó de la cama que estaba sentada y quería agarrar a Yamil de su brazo para así nunca se soltara de ella.

El impulso la dominaba y eso hizo que hablara por su instinto de no querer verla sufrir por ella: —Yamil —habló con la voz rota.

Pero quien estaba a lado de Quetzal la agarró tan rápido como pudo entender lo que pensó Yamil cuando dijo esas palabras y de lo que pasaría despues. Quería sacrificarse para que ella no saliera herida.

Y Yamil que ya estaba cerca del hombre, miró a su hermana que ella lloraba por su bienestary pronunció lo siguiente: —Estaré bien.

—¡No! —gritó con desespero que otras chicas vinieron a apoyar a la mujer que agarraba con fuerza a Quetzal y ella gritó hasta que se ahogara con sus propias palabras— ¡Déjame ir contigo, Yamil! ¡Déjame ir contigo!

>No te quiero perderte, mamá —gritó hasta quedarse sin aire llorando, pues su mente ya no razonaba y sus sentimientos lo tenían controlada.

Eso ultimo hizo que Yamil llorara de dolor que no pudo seguir viendo esto y se fuera cruzando a esa puerta que lo esperaba aquél hombre y caminara siguiendo a este sujeto. Resonaban los gritos de Quetzal en este largo pasillo que caminaban, su dolor era ordinario y humano. Aquella niña no paraba de pronunciar su nombre o que la considerara una figura materna para ella que posiblemente la pobre estuviera imaginandose a Yamil ser torturada sexual y mentalmente o se imaginara cuando ellas lleguen con Némesis a salvo y él fuera a dejarla porque ella sufrió por aquellos abusadores que le arrebataron a lo que le llaman las mujeres virginidad.

Los narcos veían esto con tristeza que se quedaron en silencio, incluso dejaron de lado sus bajos instintos porque ¿qué clase de humano haria eso? Ellos son humanos pero no llegarían a caer a fondo porque ellos también tienen familia que alimentar incluso algunos tienen hijas que sí se llegaran a imaginar sí su hija estuviera aquí harían lo imposible para sacarla de este hades en la tierra.

Subiendo las escaleras aún se llegaba a escuchar minimo sus gritos que para ella significaban mucha lealtad y amor familiar que sus instintos maternos relucían al hacer expresiones como sí su tristeza fuera arte del pintor Leonardo Da Vici. Subió al primer piso de la mansión que estaba iluminado. Desde aquí ya no podía escucharla, ya no podía dar marcha atras.

Mientras subia al segundo piso, en los escalones, sus labios temblaban e incluso se le escurrían sus mocos pero se limpiaba con la mano.

Llegó a un punto que incluso sentía un gran y su pecho dolor en su garganta al momento de que estuvo en frente la puerta del hombre más peligroso.

Entró viendo que todo era oscuro, las cosas estaban tiradas en cualquier parte incluso hubo fragmentos de una escultura que estaban esparcidos en todas partes.

La pobre chiva se imaginó la clase de tortura que recibirá cuando ese hombre le toque un dedo a su cuerpo. solo agachó la cabeza y con sus manos se cubriera la entrepierna, estaba anhelando tanto su muerte en estos momentos que deseaba agarrar un pedaso de la escultura fracturada y se lo cortara en su gargante pero no quería hacerlo.

Su amor maternal hacia Quetzal había florecido. Solo era cuestión de que escuchara la voz de ese sujeto y prontamente esa luz que provenía afuera de esa puerta donde pasó se cerrara y se quedara inmersa en la oscuridad.

Al cerrarce la puerta todo fue oscuro, sentía que ella fuera la presa de un depredador que es mucho más grande en comparación con ella misma. De pronto una luz se encendiera sobre ella ilumandola haciendo que se asustara.

Cerró sus ojos y se agachó su cabeza, se preparaba mentalmente para lo que venía y escuchó esa voz que era el señor de la mascara pero sus intenciones de maldad no lo lograba sentir: —Mi niña, ¿eres tú? —sollozó el hombre de la máscara con esperanza

No contesto porque sentía que no debía de hacerlo, su mente estaba en silencio, trataba de procesar esta información que sus pupilas oscuras absorbían lo que veía y lo que vendría despues.

El hombre se le acercó con pasos lentos, no lo miraba, no era alto, medía un metro cincuenta como minimo a comparación con ella que medía un metro con sesenta y cinco centímetros. Al estar frente a ella él la miró a sus ojos que simplemente no podía evitar mirarlos.

Veía como su alma estaba corrompida por el abismo que podía sentir el miedo y terror en su ser. Pero no se esperó que mencionara un nombre femenino.

—¿Eres tú Yamileth?

—...

Este tocó el brazo de la mujer con remordimiento, lloraba a cantaros al sentir la piel bella de una mujer inocente que posiblemente se tratara de su difunta hija. El mundo se le venía encima porque en ese día que había perdido todo, ahora mismo sentía que lo arrebatado estaba en posición de otra persona y eso no quería.

No quería separarse de esta fantasia que estuvo metido desde que murieron ellos, su hija, yerno y nietos. Yamil no entendía del porqué lo llamó así, pero al pensar que al escuchar el nombre de aquella mujer pensó que lo estaba comparando e identificado con su ella pues era coincidencia que su nombre Yamil era igual que al que mencionó este hombre, Yamileth.

Al ver que el hombre alzó sus manos como sí lo quisiera abrazar, no quería aceptar el abrazo, el miedo se apoderaba en ella en estos momentos tan cruciales de su vida.

¿Pero qué lo tenía qué hacer? ¿Hay alguna manera para evitarlo? ¿Tan siquiera tenía la voluntad de negarse a eso? Sus voces internas la contradecían pero no tenía otras opciones y por el bien de su hija.

Aceptó el abrazo pero no llegó lejos, no era sumisa ni mucho menos sentía que debía de hacer esa acción de quitarse la ropa o algo por el estilo, pues sí lo hacía lo pagaría con su cuerpo. Pero al aceptar el abrazo este puso mucha fuerza como par aque entiendera que su dolor fuera ordinario.

—¡Lo siento Yamileth, lo siento! ¡Nunca quise darte este tipo de regalo! ¡Nunca quise que estuvieras en este mundo!

Era entendible su estado mental en la que estaba, su corazón y mente ya estaban rotos gracias a que él estuvo siempre en el abismo de la humanidad y este estuviera a su lado después de la trágica muertede su familia.

El hombre siguió abrazandolo hasta que por pudo por fin calmarse y así el agarre de su abrazo fuera poco a poco bajando su fuerza y dejara Yail en paz y mirara cabizbaja al suelo.

Ella no lo miraba, pues tenía miedo de que viera su rostro que no tenía puesto su máscara. Este se llevó su mano en su cien y se frotara al estar ensano juicio y recordara todo lo que pasó anteriormente.

"—No eres tu... sé que no eres tú."

>Muchachos, llevense a la chica abajo.

Se escuchó que alguinen había caido al suelo que al momento de que abrieran la puerta vieron a la chica que estaba tirada en el suelo estando en shock. Tuvieron que levantarla y de manera silenciosa la sacaran de esta oficina que el lider del Cártel de los Indigenas mirara a otra parte.

Cerraron la puerta de la habitación y el hombre se quedó pensando en su pasado que una vez más recordo sus momentos más feliz que tuvo con su familia: "—Ojalá pudiera volver al pasado y evitar que esto pasara, Yamileth... Que los dioses te cuiden, hija mía."