Esta es tu nueva misión, no nos decepciones.
Esa frase, sólo esa frase fue capaz de mantener la cordura de Scary en aquel espeso y denso bosque.
Llevaba ya casi un mes entero intentando atravesarlo, seguía el cause del río, con la esperanza de encontrar algo más que árboles. Pero nada, sólo un caliente sol, y la poco reconfortante sombra, ya que el calor del ambiente era solo un poco más fresco que estar al sol.
Scary se aferraba a su mente, viajaba a sus recuerdos para mantenerse ocupada. Repasaba cada entrenamiento desde que tenía memoria, cada rostro de cada persona que asesinó en nombre de PEM. Pero de alguna manera no funcionaba, solo lograba generar, en aquel contexto de completa soledad y la posibilidad de nunca volver, un sentimiento de culpa.
Pero entonces aparece una cabellera rojiza y rizada, acompañada con una hermosa sonrisa. Y la motivación vuelve a su sangre.
Cada que pensaba en volver, recuerda los quince años de incertidumbre en su paradero, recuerda aquella última vez que la vio: una niña de solo diez años. La única amiga que pudo tener en su mundo lleno de sangre, a la cual llegó a considerar como una hermana mayor.
En su mente infantil de aquel entonces, soñaba con volver a hablar con ella de adultas.
Sueño el cual, cinco años después de aquella despedida, desapareció casi en su totalidad.
La princesa del Fuego l había desaparecido, secuestrada por dos hermanos de la nación del Rayo. Los reportes de aquel entonces poco a poco fue olvidándose, esto debido a que nunca fueron ubicados. Habian traspasado la cordillera norte.
Scary sólo era la cuarta misión de rescate, un último intento de PEM para rescatar a la princesa.
Y era ella la responsable de que funcionará, y juró encontrarla, aunque sea su cadáver, pero con la cabeza de sus secuestradores.
Recordaba para no perderse en sus pensamientos, lo suficiente como para no darse cuenta hasta caer, de un hueso que sobresalía de la maleza.
Scary se posiciona, pero por más que agudiza a su oído, no lograba identificar algún peligro. Mira hacia aquel hueso y rebusca encima de él, encontrando la armadura del asesino asignado anterior a ella.
Frunce el ceño, busca al rededor algo que le pueda ser de utilidad, encontrando solamente una libreta, la cual con el paso del tiempo fue carcomida por insectos y la humedad, encontrando solamente palabras sueltas que demostraban como poco a poco su decadencia a la locura.
Scary pensó todo ese tramo del viaje, que la razón de su decadencia se debía a su debilidad. Con aquel cuerpo que a lo mejor era más fuerte de lo que pensaba.
Se levanta. No tiene el tiempo de las ganas de recoger sus restos, por lo que sigue su camino hacia el norte. Grande sue su sorpresa, a las pocas horas, el ver una columna de humo en la distancia.
Scary parpadeó fuertemente antes de asegurarse de que no fueran alucinaciones suyas. Su corazón comenzó a latir con más fuerza mientras subía por uno de los tantos árboles que la rodeaban.
Y a la luz del pronto anochecer, divisó a varios kilómetros, el origen del humo.
El sol estaba por desaparecer. Scary no lo pensó dos veces y salto desde su altura hasta el suelo. Desenvaina y blande su espada al suelo, creando una ráfaga de viento que detiene su caída antes de tocar el suelo, echando a correr en cuanto pone un pie al suelo.
Esquiva los árboles, salta los arbustos, por una vez en su vida siente la emoción de volver a encontrar gente.
Pero se detiene en seco al recobrar su postura, justo antes de entrar al descampado que precedía al río.
Y para entonces, el sol desaparece en el horizonte.