Chereads / Hephaestus: The Blacksmith King / Chapter 9 - Capitulo 8

Chapter 9 - Capitulo 8

Hefesto se despertó en su cama con cansancio, pero no podía evitar sentirse feliz. Ayer había tenido éxito y, a pesar de que tenía que levantarse temprano, estaba emocionado, al fin tendría la oportunidad de desarrollar las habilidades que se encontraban latentes en sí mismo.

A sus lados estaban Eurínome y Tetis en una posición comprometedora encima de él.

No sé si estar agradecido de que este cuerpo no tenga deseos sexuales o odiarlo - pensó.

Se dio un golpe en su cara para quitarse la tontería.

"Vamos, contrólate, ¿está bien? Son tus mamás en cierto sentido..."

Aunque los dioses suelen tener relaciones con sus madres.

A Hefesto le dio un escalofrío por la espalda.

"Mejor me paro antes de que esto se vuelva un hentai común" - pensó.

Trató de pararse pero si lo hacía las despertaría, maldición.

"Estas pinches morsas".se quejo

-¿Qué dijiste? - dijo Eurínome abriendo los ojos rápidamente, asustándolo.

-Nada, mami.

-Que pesas lo mismo que unas rosas - respondió él.

Eurínome lo pellizcó.

-¡Ahhhhh!

Después de salir corriendo antes de que lo dejaran sin brazo, se fue sin comer. Era mejor que quedarse con ellas, sabía que Tetis lo castigaría peor. Tenía un problema con que alguien hablara de su peso.

Hefesto realizó su rutina de ejercicios y se dirigió hacia la casa del herrero ubicada algo lejos del lugar.

Encontrando al anciano meditando.

-An - bostezó Hefesto, perturbando a su maestro.

-Oye, viejo, ¿por qué me haces levantar tan temprano?

-Es temprano para el búho o el murciélago? . Para las ave geko o el kan de la noche. Además, yo no duermo - dijo abriendo los ojos.

-No estarás senil mas bien…

El viejo le lanzó una roca.

Y Hefestos la atrapó en el aire.

-Buenos reflejos -le dijo a Hefesto

el cual lo miraba una cara molesta.

Lo llevó con él a la forja dentro de su taller. Sintió un calor abrasador enseguida al entrar, mientras veía el rojo vivo de la fragua en acción.

Hefesto se emocionó ligeramente, sus ojos brillaron en dorado.

-¿Qué será lo primero que haré? ¿Una espada, una armadura? Dijo emocionado agitando los brazos

-Nada. Solo verás.

De inmediato se apagó.

-Que aburrido.

-Si quieres te enseño a hacer una cuchara. Dijo con sarcasmo el viejo

"..."

-Jaja, sí que gracioso...

-Ve bien lo que hago, mocoso. Habrá examen al final.

Hefesto observó atentamente cómo su maestro prendía el fuego de la fragua y comenzaba a calentar el metal.parecia estar hecho de un mineral muy puro y resistente o eso parecia por como lo utilizaba, Con gran destreza, el herrero viejo golpeaba el metal al rojo vivo, doblándolo y estirándolo para darle forma.

Luego de horas de trabajo, una espada comenzaba a tomar forma. Hefesto estaba maravillado con el proceso para su sorpresa no había perdido el interés en mas de dos horas,de hecho se encontraba emocionado, aunque un poco impaciente por ponerse a trabajar él mismo.

PAM*

-Maestro, ¿cuándo me dejarás intentarlo a mí? – preguntó Hefesto tratando de ser amable y no descabezar al viejo.

-Paciencia muchacho, paciencia. Todavía no estás listo – respondió el herrero dando otro golpe.

PAM*

-Pero yo ya sé mucho de metalurgia, tengo talento para ello aprenderé rápido si me enseñas. Dijo hefesto tratando de convencerlo

PAM*

El herrero dejó su martillo y miró fijamente a Hefesto.

-Dime joven, ¿conoces acaso tu origen, de dónde vienes?

Dijo transportando la espada y sumergiendola en agua

Hefesto lo miró extrañado.

-Pues… soy un dios, hijo de Hera.

-Eso es parte de la historia, pero no toda – dijo el herrero sacando el arma de agua y empezando a pulirla con una piedra y fuerza anormal– Para forjar grandes armas, debes conocer tus raíces. Si las bases del herrero no son firmes, no podrá formar armas que perduren. Las emociones deben ser estables ya sean formadas por los errores, heridas y fracasos del pasado como por las decisiones del presente, todo eso es importante para un herrero mortal y muchas mas para un dios… las emociones influyen en los metales como el carbon…

Dijo levantando en el aire una espada hermosamente pulida, casi perfectamente

Hefesto se quedó pensativo.

Yo lo conozco… dijo hefesto refiriéndose a su historia de una manera diferente

¿Y que piensas de ello? Preguntó el herrero mirándolo fijamente

Soy… una decepción

-Un fracaso

-Un dios defectuoso

-Hmp

-Entonces ces si ya lo conoces que es lo que harás

-Yo voy a proteger aquellos a quienes amo

Los ojos de hefesto brillaron intensamente en el humo del lugar

-Hmp bien dijo con una sonrisa abriendo las ventanas del taller dejando salir el humo

-Entonces eres más cercano nosotros que a ellos

-Aun así, es importante saber de dónde vienen las raíces del árbol, pues estas influyen irremediablemente en las hojas de este -dijo el caprido.

-Sí, sí, ya me han contado la historia de la creación de nuestro mundo cientos de veces -respondió Hefesto con cara de aburrimiento-. Todo proviene del caos primordial, Eurínome y Tetis, ya me lo han dicho.

El caprido mostró una cara divertida .

-Esa es una versión interesante, pero déjame que este caprino te enseñe la nuestra -dijo mientras procedía a hacer la empuñadura del arma, entrelazando cuerdas metálicas y joyas fucionandose entre si.

Hefesto miró asombrado cómo los materiales volaban en el aire.

-Esto es solo una de las versiones, distintos pueblos, distintos nombres, distintos conceptos, distintos dioses. Solo es una historia contada de generación en generación. Así que no sabemos si esta es la versión real.

-Okay, mocoso -asintió Hefesto, cambiando ligeramente su expresión. Le pareció interesante conocer la versión de la historia de estos seres, después de todo, habían tenido más relación con los dioses, ¿no?

Al principio, en el origen de todo, reinaba el tiempo como unico gobernante de lo adsoluto. De este naceria Ananke, la creación, lo inevitable, la inercia de la existia, entre ambos dieron a luz al huevo cósmico. Y De éste emergieron tres entidades anacrónicas: el Caos, desorden. el Vacío, la falta y la Nada lo inexistente . Los Hermanos compitieron por el control de la divinidad del universo creado…

hasta que solo el caos permaneció, allí, encontrándose en la absoluta soledad durante eones deseo recuperar lo que en su codicia había perdido,

Así que usando su poder sobre la creación tomada de sus hermanos caídos creo a los primordiales

De el salió la oscuridad Erebus un ser hecho a su imagen y semejanza e igual… de solo… que el… se encontraba en esa eterna y perpetua oscuridad

Asi que creo a una igual pero diferente un contraste… diferente a ellos Dos

Nyx… la noche…

Se maravillo de su creacion pero sentia que no era suficiente, que algo faltaba que el contraste, no era lo suficientemente maduro, asi que de su poder sobre la creacion decidio crear algo distinto a todo lo demas.

Tras eones de intentos fallidos y fracasos eternos… nació Gaia… la vida , y al contemplarla a ella y a sus vástagos, Caos sintió que lo recorría algo nuevo, algo que lo impulsaba que añoraba y deseaba tenerlos cerca por toda la eternida algo puro algo incandecentes algo que resplandecia en lo adsoluto… el Amor por primera vez en su existencia lo experimento apareciendo en su conciencia y de ese único pensamiento… surgió Eros.

Pero…

Sus creaciones se hartaron de la eternidad perpetua… del eterno desbalance… del caos y el desorden… y del infinito eterno de su padre…del poco poder que habían sido concedido a sus hijos sobre la creación, los primordiales conspiraron, uniendo y usando todos sus poderes conseguidos, crearon algo contrario a su padre…el orden… un reino aparte del de su padre… traicionándolo… rebelándose encontra de la autoridad que los había creado y así el vació perdió gran parte de su poder al existir algo en lo que el no podía intervenir

Del odio que Caos sintió nació el tartaro dios del restante poder que quedo del caos… despues de haber sido divido por sus hijos perdiendo la vida, la oscuridad, la noche y el amor solo quedo… el odio, el tartaro , quien prometió sufrimiento eterno a los traidores primordiales… a aquellos que traicionaron a su padre dicen que la creacion se fragturo ante su poder los primordiales unidos lucharon contra el y el ultimo momento gaia hizo el máximo de los sacrificios y en su infinita sabiduria logro aprisionar al tartaro dentro de su vientre

El caos despues de este ultimo acto apaciguo su ira el podia destruir a sus hijos aniquilarlos e iniciar de cero…

Pero no lo hizo…

El amor que sentia por no estar solo, por haber salido de esa tortura infinita, el consuelo que sintio era suficiente.

Asi que solo cerro sus ojos y entro en un profundo sueño dejando la creacion para que sus hijos actuaran con libertad y gobernaran teniendo una era para ellos…

Hefesto estaba un poco extrañado, era la primera vez que escuchaba esta versión de la historia. Podría ser que la mitología fuese diferente a como los autores antiguos la describieron, o las versiones de su mundo estaban incompletas.

-Podrías continuar -pidió.

El anciano sonrió -No,por hoy no, es suficiente lo que ya sabes, otro día continuaré con la historia.

-Vaya, podrías ser más aburrido -se quejó Hefesto.

Después de terminar la espada, la colocó en su mesa de noche.

-Es hermosa -dijo Hefesto, mirándola.

Su maestro sonrió pero nego con la cabeza -No… está defectuosa -dijo, y de un solo golpe sus manos limpias la partió en dos, lanzándola contra el escritorio.

¡PAM!

-¡Estás demente! ¿Qué acabas de hacer? -exclamó Hefesto.

-¿Por qué crees que estoy demente? Lo miro sonriendole

Destruiste una obra que te llevó horas hacer y que...-Hefesto fue interrumpido

-Qué valor tiene una obra defectuosa. ¿Qué valor tienen las horas desperdiciadas? ¿Qué valor tiene el metal en una configuración errada? No importa las horas, ni importa el trabajo, si el fin no se logra. Esa será mi primera lección para ti: deja de valorar lo invaluable, valora lo incalculable -dijo el anciano, mostrándole una pequeña daga curva.

A simple vista era rara, no era lo más grande ni lo más pequeña, pero de cierta forma era perfecta. Un toque extraño la embellecía, Hefesto sentía un escalofrío ligero, muy parecido al de las armas mágicas.

-¿Qué es eso? -preguntó fascinado.

-La mejor de mis obras, o una de las mejores, mejor dicho. Es un arma mágica -dijo el anciano, exhibiendo un reflejo en las runas del arma-.

Es increíble-dijo hefesto maravillado ante el arma

no entiendes por ahora y tampoco lo entenderás por un tiempo, lo difícil que es hacer una de estas obras. Debes tener la coordinación exacta de minerales, de energías internas y una determinación implacable cuando se crea una de estas -suspiró-. Ya estoy muy viejo, es poco probable que consiga crear una obra de este calibre. Quién sabe, tal vez en unos meses lo logres -dijo mirando a Hefesto.

Por primera vez el maestro se había ganado su respeto. Era algo increíble de ver. No sabía qué era exactamente lo que hacía el arma, pero sintió un poder, un poder anormal en una pequeña daga curva.

-Bien, es hora de ponerte a hacer algo -dijo el anciano emocionado. De inmediato colocó minerales en el fuego y después de un par de minutos dijo-: Es hora de que los golpees.

Le dio un martillo. Luego de sacar el una barra de metal de la fragua con las tenazas, lo colocó en el yunque dándoselo a Hefesto.

Hefesto intento imitar los golpes del maestro pero la coordinación se le dificulta. Cuando intenta golpear, el metal se salia de las tenazas y cai al suelo.

Eres idiota dijo el anciano mirándolo seriedamente

Hefesto se avergonzó no era como si la coordinación fuera su punto fuerte

El maestro Lo recogió volviéndolo a levantar y dándoselo otra vez

-Hefesto vuelve a intentarlo ordeno el maestro.

esta vez apretando con más fuerza las tenazas sobre el yunque. Logro dar algunos golpes, pero el metal se torcion y deformo al no ser golpeado uniformemente.

NO, lo estás haciendo mal, no prestaste atención o qué? dijo tirándole el metal al fuego para volver a fundirlo dejando que se enfriara de nuevo

De nuevo…

DE NUEVO

En uno de los intentos, Hefesto intento usar las tenazas pero las manejo torpemente debido al cansancio y dejo caer el metal caliente, casi quemándose. El anciano lo reta por su descuido y le ordena volver rápidamente al trabajo.

los golpes tienen que ser rítmicos no desordenados de nuevo…

-NO RESPIRES SOBRE EL METAL DAÑARÁS Y CREARÁS BURBUJAS EN ÉL TU FUERZA ES ANORMAL NO PUEDES USARLA TODA GOLPEANDO CADA VEZ TIENES QUE SER AJUSTA Y NECESARIA PARA NO ROMPERLO DE NUEVO

El maestro le grita enojado: "¡Concéntrate muchacho! Si sigues así vas a echártelo encima. Sujeta bien el martillo así y golpea con más firmeza."

DE NUEVO…

El anciano lo corrigio bruscamente: "¡No! El martillo se sostiene así, pon más fuerza en el brazo. Golpea con ritmo".DE NUEVO…

De repente mientras sujetaba las tenazas el metal se callo encima de el

CUIDADO Grito el anciano

Hefesto se cubrió asustado

Pero al mirar su piel no se había quemado solo habia calcinado su ropa

-Fu suspiro el anciano suspiro

-parece que tienes buena constitución supongo que es lo mas esperable de un dios

-¿Ah?

Hefesto parecía distraído

El maestro lo golpeo en la cabeza

-DEJA LA TONTERÍA Y PONTE A TRABAJAR SI SIGUES ASÍ DE IDIOTA ESTAREMOS TODA LA PUTA NOCHE

Hefesto asintio

Tratando de ignorar la extraña sensación que sintió cuando el fuego lo toco

Después de varias horas de trabajo, el anciano dijo:

-Bien, es suficiente por hoy.

Dejó al exhausto Hefesto en el suelo, respirando con dificultad. Pero extrañamente estaba sonriendo mientras sus ojos brillaban a todo fulgor. Le dolían los brazos, las piernas, y no podía ni siquiera pararse, pero no le importaba.

-Este es solo el primer paso, voy a darlo todo -dijo alzando su mano hacia el techo del taller.

-Niño, todavía sigo aquí, Hefesto -lo miró avergonzado

El maestro-. En serio que das pena….

Al final del primer día, los músculos de Hefesto temblaban por el esfuerzo. Pero sentía orgullo cuando el maestro examinaba sus primeras piezas toscas y asentía con aprobación severa.

-Muy impresionante...

Hefesto se alegro

-Para un bebé de 4 años. Hasta mis sobrinos lo harían mejor -criticó.

"…"

-¿No sabía que tenías sobrinos? -dijo Hefesto sorprendido y molesto.

-No me conoces, niño.

-Lo siento, es que te veías como un viejo solitario. No creí que alguien quisiera ser familia tuya en esta vida.

Un silencio incómodo se formo en la habitacion

-...Me pasé, ¿verdad? -reconoció avergonzado.

El maestro tomó un metal ardiente -Tal vez debería comprobar la efectividad de la inmortalidad divina, solo por la ciencia...

-¡No, ahhhhh! -gritó Hefesto.

Después de unas semanas, Hefesto había mejorado mucho. Su musculatura había aumentado increíblemente y para ser un joven, o tener la apariencia de tal, era bastante musculoso.

-Mira estos bíceps -decía mientras se veía en el espejo barato que tenía el herrero en su fragua.

-¡Deja de ser idiota! -gritaba el maestro, lanzándole un pedazo de metal a la cabeza.

-¡Auch! -gritó Hefesto.

Volvieron a sus prácticas de forja. Hefesto estaba con la vista fija en el metal, mientras sus ojos brillaban.

-Si no fuera porque este niño no se toma las cosas lo suficientemente en serio, sería un gran talento -pensó el anciano, mientras veía cómo en menos de una semana había obtenido gran parte de sus técnicas de forja que a él le habían llevado años desarrollar.

-A su edad no podía hacer ni la mitad de lo que él hace. Si sigue así, será un buen herrero -penso con orgullo.

Hefesto notó la mirada del anciano.

-¿Qué pasa, viejo? ¿Te das cuenta de mis talentos?

¡PAM! Un golpe en la cabeza.

-QUÉ TALENTO? PARA ARRUINARLO TODO TAL VEZ…el metal se enfría mientras te jactas. El lugar de trabajo no es para jugar, idiota.

-Hoy, idiota, tendrás que hacer un horno de ladrillos -dijo el anciano.

-¿Pero si ya tienes uno? -señaló Hefesto a uno que había en la fragua.

-Oh, sí, me olvidaba -el herrero agarró su martillo y de un solo golpe partió el horno en pedazos, derrumbándolo.

-Como te dije, las bases son lo más importante. Si no conoces las bases no podrás hacer nada, ¿entendido?

-Sí -asintió Hefesto, molesto y teniendo que contener la ira ante el enorme desperdicio.

"Este puto viejo", pensó.-

El anciano maestro procedió a mostrarle pacientemente a Hefesto cómo construir un horno de ladrillos desde cero. Comenzaron recolectando barro de un yacimiento cercano, cargando varios cubos del material arcilloso en una carretilla. Luego, en la fragua, mezclaron el barro con abundante paja cortada finamente para darle consistencia.

Con el barro preparado, el maestro le mostró a Hefesto cómo llenar los moldes de madera para dar forma a los ladrillos, apretando bien la mezcla en cada uno para que no quedaran huecos. Dejaron los ladrillos secando al sol por varios días, volteándolos regularmente para que secaran de manera uniforme.

Una vez que los ladrillos estuvieron listos, pasaron a la construcción del horno. El anciano iba colocando cada ladrillo con meticulosidad, utilizando barro como argamasa para unirlos. Le explicó a Hefesto la importancia de que la estructura quedara sólida y sin rendijas. Luego enseñó al aprendiz a hacer el revestimiento interior con arcilla para aislar el calor.

Siguiendo las instrucciones del maestro, Hefesto fue dando forma a la boca del horno y la chimenea. Por último, dejaron secar el horno algunos días antes de poder utilizarlo. Cuando llegó el momento.

Una vez construido el horno, pasaron a encender el fuego en su interior.Le explicó con lujo de detalles los distintos puntos de fusión de cada metal. El maestro le habló sobre cómo controlar las llamas, agregando más o menos leña según la temperatura deseada. Le explicó los distintos puntos de fusión de metales como el hierro, el bronce y el oro, señalando a qué temperatura debía tener el horno para trabajar cada uno.

Hefesto escuchaba con atención, si bien la tarea de construir el horno desde cero le parecía un fastidio, no podía negar que estaba adquiriendo conocimientos valiosos. El viejo realmente era un experto en su oficio y ahora entendía un poco más su insistencia en dominar lo básico. Con los fundamentos claros, el resto sería más fácil o al menos eso creia

Una vez que el horno estuvo listo, el anciano procedió a enseñarle las técnicas para trabajar el metal al rojo vivo. Tomó una barra de hierro calentada al punto de fusión y la colocó sobre el yunque. Luego, utilizando un martillo, comenzó a golpear el metal incandescente con determinados ángulos y fuerza, mostrándole a Hefesto cómo darle la forma deseada sin que se agrietara.

Le indicó la inclinación precisa que debía tener el martillo y cuánta presión ejercer en cada golpe. Hefesto trataba de imitar los movimientos de su maestro, quien le corregía la postura y el ángulo de la muñeca cuando era necesario.

Una vez que obtuvieron la forma base, pasaron a la siguiente etapa. El anciano sumergió la pieza de metal al rojo en un baño de aceite y agua, explicándole que esto era necesario para enfriar la pieza lentamente y aliviar las tensiones internas producto del modelado.

Luego, le enseñó las técnicas de templado. Tomó otra pieza de metal, la calentó hasta que estuvo incandescente y la introdujo rápidamente en un tonel de agua fría. Esto, le explicó, aumentaba la dureza y elasticidad del material. También le mostró el templado con aceite, sumergiendo de igual manera el metal caliente en un tonel con dicho líquido.

Finalmente, el sabio herrero de profesión empezo a revelarle secretos de su profesión como que tipo de materiales usaban Hefesto estaba ansioso por dominar esos secretos sabia lo utiles que serian en el futuro.

-Hay dos minerales clave usados por nuestra gente en esta en esta zona son los unicos materiales energeticos importantes o que podras encontrar en esta isla: el bronce celestial y el acero estigio -explicó el anciano.

-El bronce celestial se forma a partir de la concentración de energías primordiales en el subsuelo.

-El acero estigio, en cambio, es producto de la sangre derramada por Urano cuando fue castrado por Cronos -detalló.

-Hmm... debió doler eso -comentó Hefesto con una mueca de dolor.

-¿Qué te pasa? -preguntó el maestro extrañado.

-Nada -dijo Hefesto, disimulando su malestar.

"Este niño tiene problemas", pensó el anciano.

-En fin, el punto es que un herrero no solo debe conocer los materiales, también debe entender cómo funcionan las energías internas dentro de estas -continuó explicando-. Acércate.

Hefesto sintió una electricidad en sus sentidos al mirar los materiales.

-¿Cómo funcionan?

-Eres un dios, si te concentras lo suficiente podrás hacerlo -indicó el maestro.

Hefesto cerró sus ojos y esperó. Logró identificar que las sensaciones eran como olas en el agua, como un tipo de radiación que lo afectaba. Pero cada material se sentía… diferente, como distintas subespecies de una misma especie.

-No puedo, no lo sé -dijo frustrado después de un rato.

-Entonces te quedarás todo el día haciéndolo -sentenció el anciano, cerrando la puerta-. Ponte a meditar, sabes hacerlo, ¿no?

-Sí, pero...

-SIN PEROS, HAZLO AHORA.

-Ah, está bien -dijo Hefesto resignado suspirando .

Se sentó en el suelo con los metales a los lados. El maestro empezó a sacar el acero y el bronce celestial y comenzó a romperlos en pedazos con su martillo.

Hefesto lo sentía cada vez que los golpeaba, como si esos metales resonaran con él. Quedó cautivado, sintiendo cómo las ondas se esparcían por la habitación.

Hefesto entró en un estado de meditación profunda, mientras las horas pasaban.

PAM.

PAM.

PAM.

PAM.

Hefesto abrió los ojos, iluminados por una comprensión.

El maestro se detuvo.

-Empiezo a entenderlo -susurro Hefesto-. Las ondas del bronce celestial rebotan tres veces en las paredes antes de desaparecer. El acero estigio, en cambio, sus ondas atraviesan las paredes del taller.

Sentí algo mientras los escuchaba. En el bronce sentí naturaleza, sentí vida, sentí dureza, sentí… el poder de la tierra.

En el acero sentí odio, sentí ira y dolor, sentí libertad, sentí el poder del cielo, aunque en mucha menor medida...

Después de un momento el herrero habló

-... Algo incompleto, pero suficiente para ser la primera vez.-asintió el anciano-. ¡Ja! Para hacer lo mismo, yo tuve que estar una semana entera sin comer, solo escuchando el sonido del metal resonar.

-¿En serio? Eso quiere decir que soy mejor que tú? , anciano -dijo Hefesto con arrogancia.

¡PAM! Un golpe en la cabeza.

-NO, IDIOTA. Deja la tontería, no eres mejor que yo. Yo puedo saber la composición de un mineral energético con solo mirarlo.

¡ TU NECESITAS 8 PUTAS HORAS!

Hefesto tuve que taparse los oídos ante los gritos con una sonrisa

Aquí están las escenas agregadas con detalle y en el estilo del texto:

Durante semanas, el maestro herrero le mostró a Hefesto cómo hacer moldes de arcilla y arena para vaciar metal fundido y obtener formas complejas con detalles finos.

Con suma paciencia le enseñó a mezclar la arcilla con agua hasta obtener una masa maleable y a evitar que queden burbujas de aire al amasarla. Luego, le mostró cómo presionar la arcilla sobre un modelo de madera tallado con la forma deseada, para transferir todos los detalles a la matriz de arcilla.

También le explicó cómo compactar la arena húmeda alrededor de un núcleo, extrayendo luego ese núcleo y dejando la cavidad negativa lista para llenar con metal derretido.

Ya con los moldes listos, el anciano colocaba los lingotes de metal en el horno, controlando la temperatura hasta fundirlos completamente. Con mucho cuidado, Hefesto aprendió a verter el bronce y el hierro líquido incandescente dentro de los moldes, llenando todos los espacios.

Una vez frío y solidificado, rompían los moldes, revelando figuras y piezas con forma de animales, armas y utensilios, reproducidos a la perfección.

Asimismo, el maestro dedicó muchas jornadas a entrenar a Hefesto en el uso preciso de yunques, matrices, cinceles y otras herramientas para dar acabados finos y ornamentaciones a las piezas de metal ya forjadas. Armado de su "infinita paciencia", le fue mostrando las técnicas para limar, pulir, grabar y decorar el bronce, el hierro y el acero.

A pesar de ello hefesto no tenia un gran control terminaba Partiéndolos varios veces

-NO IDIOTA NO ESTAS DEGOLLANDO UN MALDITO ANIMAL TRATA AL METAL CON CUIDAODO

NTA: funable

Además de las técnicas de forja y moldeado, el sabio maestro también le reveló a Hefesto antiguas fórmulas para crear esmaltes y recubrimientos protectores que dotaran a las armas y armaduras de mayor resistencia y belleza.

Utilizando los mismos materiales con los que trabajaban, como óxidos metálicos molidos y mezclas de arcillas especiales, el anciano enseñó a su pupilo cómo obtener pigmentos de vivos colores con los cuales decorar y proteger las piezas.

Tras mostrarle la proporción exacta de cada ingrediente, el maestro sumergía las espadas, yelmos y corazas terminadas en los esmaltes, para luego colocarlas en el horno a una temperatura determinada. Al sacar las piezas, estas presentaban un brillo y dureza únicos, resistentes a la corrosión y al paso del tiempo.

Con cada nueva técnica revelada, Hefesto sentía crecer su dominio del antiguo arte de la forja. Su maestro se mostraba satisfecho por los rápidos avances de su discípulo, viendo en él un digno sucesor de los secretos que tardó décadas en perfeccionar.

Aun así seguía cometiendo básicos errores continuamente

-MALDITO MOCOSO NO TE DIJE QUE NO RESPIRARAS SOBRE EL METAL

-Y QUE QUIERES QUE HAGA QUE NO RESPIRE-respondió Hefesto ya harto de los gritos

-SI IDIOTA ERES UN PUTO DIOS ¿QUIEN MIERDA TE HA DICHO QUE NECESITAS RESPIRAR? comento molesto el hombre

Hefesto lo penso unos segundos

Y lo intento

Y se dio cuenta que no necesitaba realmente hacerlo

Asi que asintio

No te habia dado cuenta verdad el herrero lo miro como si fuera un idiota…

Hefesto se avergonzó

-Cof. hay conocimiento que hasta un dios tan listo como yo se le escapan declaro arrogantemente

PAM*

-IDIOTA grito dándole un cabezazo

:

Después de más de dos meses de entrenamiento, el anciano dijo:

-Es hora de que forjes un arma, Hefesto.

Hefesto estaba entusiasmado.

-Será una espada, la espada puede tener la forma que desees, pero debe ser funcional. ¿Entendido?

-Entendido -asintió.

Ese día se fueron con su maestro a las montañas.

-Uf, ¿en serio tenemos que caminar tan lejos? -se quejó Hefesto.

-Los recursos de la base ya han sido explotados por nuestro pueblo, solo las partes más profundas de la montaña tienen los materiales más puros. El volcán Lemnos es el más grande de la zona, trae energía del mismo Tártaro -explicó el anciano.

-¿En serio?

-Todo este mundo está lleno de poder, niño -dijo el maestro mientras caminaban-. Ahh...incluso cuando respiramos, absorbemos esa energía.

Hefesto trató de concentrarse -No siento nada.

-Es normal, no puedes esperar sentir algo a lo que no estás acostumbrado. Es probable que si estuviéramos en otra parte, podrías sentirlo.

-¿En otra parte?

-Esta tierra es prácticamente estéril en lo que a energía natural se refiere.

-Las primeras generaciones de caprinos que llegaron a la isla apenas podían respirar por la escasez de energía. Los niños morían asfixiados en la noche y los mejores guerreros sucumbían ante el dolor. Después de muchas décadas fue que nuestro pueblo logró adaptarse y...sobrevivir. No fue sin sacrificios, perdimos mucho durante ese tiempo -relató el anciano con pesar.

-¿Eso hace cuánto fue?

-No lo sé, hace como unas 300 generaciones de caprinos.

-¿Has vivido tanto tiempo? -preguntó Hefesto asombrado.

-Te sorprenderías, muchacho -sonrió el anciano.

-Es decir, ¿llegaste a esta tierra con la primera generación, no? -insistió Hefesto.

Pero el anciano herrero siguió caminando sin responderle. "Este maldito aburrido, cuando se pone así significa que no me responderá", pensó Hefesto. Ya había aprendido una o dos cosas de la personalidad del anciano, testarudo y terco como era. Cuando tomaba una decisión no había forma de hacerlo cambiar de opinión. Y lo poco cooperador que se volvía cuando quería molestar, dejándolo con la curiosidad carcomiéndolo por dentro.

Hefesto resopló frustrado, pero no dijo más. Sabía que insistir sería inútil cuando se ponía en ese plan. Siguió caminando en silencio detrás del anciano, atravesando el oscuro bosque rumbo a las faldas del volcán.

Siguieron caminando durante un par de minutos hasta que el maestro se detuvo de repente.

-¿Qué pasa, anciano?

-Hefesto, esto... -señaló al frente.

Hefesto empezó a tener un hormigueo recorriendo su piel.

-Viejo, siento...

-¡CUIDADO! -gritó el anciano, saltando hacia Hefesto.

¡PAM! De inmediato, un geiser salió de debajo de la montaña. Hefesto y su maestro cayeron a un lado, esquivándolo.

-¿Qué mierda fue eso? -preguntó Hefesto desconcertado.

-No...lo sé -dijo el herrero, mirando el agujero que se había formado directamente hacia el centro de la isla.

-Juraría que por un momento...senti magia divina, pensó el anciano mirando fijamente a Hefesto .

-¿Qué? -preguntó Hefesto.

-Nada...debió ser mi imaginación -concluyó el anciano, negando con la cabeza-. Vámonos.

Hefesto asintió, dándole una última mirada curiosa al pozo, pero luego continuó caminando.

Sin que ellos lo escucharan, en las profundidades de la isla se escuchó un rugido gutural.

Con un leve temblor en las profundidades de la isla

GARRRRRRFFFFGG

///

-Bien -dijo el anciano mientras Hefesto terminaba de construir el horno-. Vas haciéndolo muy bien. Ahora continúa.

Hefesto de inmediato colocó los minerales en el horno, calentándolos a alta temperatura mientras echaba carbón al fuego. Estaba sudando, pero se sentía emocionado como nunca antes, vivo en más sentidos de los que podía expresar.

Luego, con las tenazas, echó el metal fundido en un molde de arcilla, esperando unos segundos a que enfriara.

Después de unos minutos, sacó el arma fría y la metió nuevamente en el horno. Con su martillo, empezó a reforjarla.

PAM. PAM. PAM.

Hefesto trabajaba con gran habilidad, removiendo los excesos de la hoja y dejando una barra de metal más pura.

Después de unos minutos de ese proceso, en un barril con un aceite especial sumergió el arma.

¡PINNNF! Salió humo del aceite, dejando ver una espada tosca.

Hefesto se fue a un lado, buscando una piedra de afilar. Se sentó en ella y con un mecanismo de movimiento empezó a pulir el arma.

Phh... Las horas pasaron rápidamente.

Hefesto tomó la hoja y apartándola un momento, con joyas pequeñas creó una empuñadura simple en forma de T.

Luego, metiendo la hoja en el horno y sacándola, colocó con las pinzas la empuñadura.

¡Pank!

Hefesto miró la espada. No era un trabajo perfecto, lamentablemente, pero sintió orgullo de haberla forjado.

El herrero le pidió la espada y él se la dio.

El anciano después de unos momentos sonrió.

-¿Qué nombre le vas a poner?

Hefesto lo pensó un segundo.

-¿Qué tal Longwords?

-Hmp, veo que no tienes sentido para los nombres, niño. Aunque para ser tu primer trabajo estuvo bien, has progresado mucho, niño.

Hefesto mostró una sonrisa feliz.

-Ven.

Dijo llevando la espada en sus manos, la llevó a su mesa.

-Bien, has entendido la esencia de la profesión. Pero es hora de que entiendas algunas de las partes más profundas de esta. ¿Entiendes qué es la magia?

Dijo sacando pinceles extraños que le transmitían energía. También sacó gemas que resonaban con una fuerza explosiva.

-¿Qué carajos son?

-Hay muchos trucos que aún conserva nuestra raza de los viejos días, cuando el poder y la magia eran mucho más comunes.

Dijo apuntando con su mano al arma.

De inmediato, una pequeña runa apareció.

La superficie de la hoja se fundió.

De inmediato, el herrero agarró los pinceles

y trazó cientos de figuras en un instante.

Después reemplazó las joyas de Hefesto por las suyas.

-Espero que no te importe que haya pervertido tu obra.

-No, para nada.

(Este malnacido).

-¿Qué son esas figuras?dijo tratando de minimizar su odio

-Se dice que cuando la creación fue creada, las runas fueron lo primero en existir. Son las palabras de la realidad donde vivimos. Son un tipo de magia muy especial… concedida a nosotros desde hace milenios por la misma Gea…

-¿En serio?

-Sí.

Ya hemos perdido bastante del conocimiento de esta magia. En el pasado rivalizaba con la magia natural o la magia divina, pero hoy en día solo es un residuo de lo que alguna vez fue en nuestras manos.

-¿Cuál es la diferencia?

-¿Qué?

-Entre la magia natural y la magia divina.

-Hmp, déjame ver -dijo mientras terminaba de limpiar el arma-. Cuando nace un nuevo dios, su esencia se apodera de la fuente máxima de poder:

¿que cosa? Pregunto hefesto curioso

Las ideas… Un concepto… la propia existencia o un aspecto de la realidad. El poder de los dioses se liga a ese concepto, creando un cierto… dominio sobre esa sección de la existencia. Y mientras más influencia tenga dicho dios sobre esa ley natural, más poderoso y hábil se vuelve. Hasta el punto que la mera mención de la idea o su concepto le da poder a ese dios.

-No lo entiendo muy bien.

-¿Qué piensas cuando escuchas un rayo?

-Zeus -dijo sin pensar.

-¿Qué piensas cuando escuchas muerte?

-Hades.

-¿Qué piensas cuando escuchas océano?

-Mar, tranquilidad...

Y…

-Poseidón.

-Exacto. No te percatas, pero realmente el mundo es influenciado por el poder de los dioses más allá de lo que puedas imaginar.

Aunque era difícil de entender hefesto entendia algo

-Y yo, ¿qué magia tengo?

-No lo sé.

"… "

Corrige el siguiente texto novelista:

-Qué niño aún eres, un pequeño -dijo al mirar la cara molesta de Hefesto.

Los dioses tienen...

-Puedes imaginarlo como una semilla en sus cuerpos cuando son pequeños. En algunos se desarrolla más rápido, en otros más lento. El punto es...

-Las experiencias, las emociones, los estímulos externos e internos moldean esta semilla hasta que, de formas que desconocemos, esta madura.

-¿Cómo, cuándo y por qué? Es un conocimiento que se ha perdido. Ni siquiera los líderes lo saben.

-¿Cómo estás tan seguro?

-Hmp.

El anciano sonrió.

-Hace mucho fui uno de ellos.

-¿QUÉ?

-Pero esa gente, Eurínome me dijo que eran extremadamente poderosos, que juntos podrían darle una paliza a Tetis.

-Ja, he vivido mucho tiempo, niño.

¿Creías que solo era un viejo loco?

Hefesto no respondió.

El anciano lo golpeó en la cabeza.

-Ahh.

-NIÑO IDIOTA -dijo exasperado.

Después de un momento suspiró. -Aunque solo hay una cosa que estamos seguros al respecto.

-¿Qué cosa?

-Solo hay un material conocido por nosotros que puede acelerar el desarrollo de un dios: la ambrosía. No sabemos de dónde viene. Dicen que de la sangre que derramó Urano, del propio poder central de Gea. La verdad es desconocida. E incluso para nosotros, y si alguna vez lo supimos, ya lo hemos olvidado. Solo sabemos que su sangre y la ambrosía comparten similitudes tan grandes que, de alguna forma, logran aumentar... no, mejorar al dios que la consume. Incluso se dice que en el pasado los dioses recompensaban a los héroes que apoyaban con un poco de esta sustancia, volviéndolos inmortales. Además, sabemos que la ambrosía... huff, eres algo joven para saberlo.

Hefesto estaba molesto. -¿Qué cosa?

El herrero decidió no continuar.

-Bien, ya hemos hablado suficiente.

Esto lo dejó algo molesto, pero sabía que cuando el maestro decía que no continuaría hablando, no lo haría sin importar cuánto le rogara.

-Prueba la espada.

Tocó la espada y la empuñó.

Corrige el siguiente texto novelista:

Se sintió extraña.

Como un vacío que succionaba todo alrededor.

-¿Qué carajos fue eso?

-Jaja.

Era solo un experimento, descuida.

Dijo tomando la espada

y sacando una de las joyas.

Luego, sacando otra de su bolsillo, la colocó.

-¿Qué mierda haces, anciano?

Hefesto suspiró al ver que el hombre solo sonreía sin decir nada.

La volvió a probar.

Esta vez sintió algo de los alrededores.

Sintió cómo la energía, como ondas y ciertas energías, se dirigían hacia la espada.

-¿Qué es esto? ¿Es el efecto de las piedras?

-Nosotros los llamábamos rubíes de guía. Podría decirse que son fragmentos muy cargados de energía, tallados con runas especiales de la más fina calidad. Son raros y realmente hemos perdido hasta las técnicas para hacerlas. Solo quedan algunas. Pueden dotar a los objetos de ciertas características especiales. Pueden darle una especie de vida a los objetos, dotándolos de poder. Un poder que no está relacionado con los materiales base del arma. Las runas que coloqué en la superficie de la espada amplifican estos efectos. Sino serían demasiado leves para que tú lo notaras.

Hefesto no sabía por qué, pero sintió un leve tono despectivo en esas palabras.

(Este cabrón).

-Y ahora, ¿qué hago?

-Lo que quieras. Realmente era solo un experimento. Quería ver si podía modificar libremente tus armas. Cuando el dominio de un dios está desarrollado, es muy difícil que un mortal pueda hacer algo en su trabajo. Podría decirse que, de cierta forma, tienen una especie de protección natural. Si un hechizo fue lanzado por un dios, ni siquiera yo, un mortal, podría hacer algo. Incluso si fuese más poderoso que él. Pensé en ver qué tanto se aplicaba en tu caso. Al parecer eres muy joven para tener algún tipo de efecto en la realidad. Lo respetaremos algún día. Ahora bien, ¿qué harás?

-Si quieres, consérvala. Es bueno tener un recuerdo de tu primer trabajo. Te ayuda a comparar tu evolución.

Hefesto miró el arma un segundo. Sintió fuego en ella, así que liberó un pequeño ataque hacia el suelo. De inmediato, una onda pequeña de fuego salió del arma e impactó contra el suelo de madera.

-Mmm, interesante -dijo el herrero-. Parece que tienes un efecto especial con las armas. No debería ser tan poderosa, incluso con los pequeños trucos que apliqué. Interesante... Tal vez sí tengas un don con la herrería.

Miró el arma un segundo, mostrando una gran sonrisa. Sus ojos brillaban más fuerte que nunca mientras miraba la espada delicadamente. Luego notó todos los defectos en la armadura y en todo lo que la recubría. Y, en un instante, arrojó el arma hacia el fuego del horno.

-¿Qué haces, mocoso? -dijo sorprendido el herrero.

-¿Qué valor tiene una obra defectuosa? ¿Qué valor tienen las horas desperdiciadas? No se debe valorar lo común, se debe buscar lo inconmensurable.

-además ya he obtenido lo que quería penso Hefesto confirmando sus suposiciones internas

Despues de un momento de silencio

-Jaja, el herrero empezó a reír a carcajadas-. - JAJA, tienes razón, muchacho. Parece que has entendido. Vas muy bien, sigue así.

-Sí, maestro -dijo Hefesto, inclinándose levemente.

El herrero se sorprendió sabia lo difícil que era para un dios bajar la cabeza

A pesar de la repulsión que sentía al hacerlo, Hefesto dentro de sí mismo creía que el anciano se lo merecía Al menos por haberlo educado durante tanto tiempo sin pedir nada a cambio… podía darle eso al menos… aunque era mejor que no se emocionara. Nunca le daría algo más. De hecho el deberia darle algo...

-Maestro, ya que he pasado tu prueba, ¿podrías darme tu nombre?

Sin esperar un solo segundo

El herrero lo golpeó en la cabeza.

-¡PAM!

Sujetandolo del cuello lo levanto molesto mientras le gitaba escupiendole en la cara

-NO TE HAS GANADO EL DERECHO DE SABER MI NOMBRE TODAVÍA, MOCOSO. NO TE CREAS TANTO. PARA UN CAPRIDO, DAR SU NOMBRE NO SOLO SIGNIFICA ESTAR ANTE ALGUIEN QUE MERECE SU RESPETO. TAMBIÉN SIGNIFICA ESTAR DISPUESTO A DAR LA VIDA POR EL OTRO ES ALGO MAS PROFUNDO QUE LA MISMA HERMANDA. NO TE CREAS TANTO. ERES UN MOCOSO IGNORANTE. TODAVÍA NO ERES PUTAMENTE DIGNO DE ESO.

Dijo abriendo la puerta de una patada y sacandolo volando

-Ve y descansa. En una semana intentarás forjar una espada mágica. Te enseñaré las bases de las runas. Así que descansa bien esta semana tengo mucho preparado para despues-dijo mostrando una sonrisa sadica antes de cerrarle la puerta en la cara a Hefesto.

(Este malparido arrogante de mierda).

Hefesto tenía ganas de romper la puerta en pedazos, pero se detuvo. Sabía que si lo hacía, como la última vez, no le enseñaría durante una semana.

Hefesto suspiró mientras caminaba hacia la casa donde vivía Colebrina.

-Aunque todavía me falta mucho, creo que voy por buen camino -se dijo con una sonrisa sincera mientras caminaba.

Pero en cambio, cuando Hefesto salió, el herrero se dirigió a una habitación oculta dentro de su taller. Había máquinas extrañas, espadas, maquinaria compleja e incluso una especie de armadura mecánica llena de partes incompletas y runas que se estralazanban entre si en un digrama incomprensible . Luego se acercó a un árbol. Un árbol pequeño que parecia tener pequeños frutos secos, parecia un arbol moribundo, el herrero Agarró una de las gemas que traía en su bolsillo y la colocó en el suelo. El árbol pareció rejuvenecerse.

Luego el anciano se cortó la mano, rociando su sangre sobre él.

Vio cómo el árbol poco a poco recobraba algo de vida.

El anciano miró con ojos fríos al árbol…

-Todavía no es suficiente…

-Saco algo mas de sus bolsillos arrojando unos mechones de pelo de Hefesto. De inmediato el árbol pareció rejuvenecerse ligeramente.

Saliendo del estado moribundo en el que se encontraba anteriormente

El anciano había intentado hacerlo durante miles de años y por primera vez en siglos había logrado aumentar enormemente la esperanza de vida del ultimo de los tesoros… de los capridos…

-Esos dioses no nos van a dejar en paz ahora que nos hemos involucrado con él -dijo en voz baja-.

Haré todo lo que esté en mi poder para que esté listo para cuando lleguen -mirando con una infinita ira hacia el árbol y lo uqe representaba-. Incluso si tengo que sacrificarlo… todo...

///

-Hola, amor -dijo Tetis cuando Hefesto llegó.

-Hola, mamá.

Vio a Eurínome. -Hola, Eurínome.

-Pam -le lanzaron un trapo sucio-. Mocoso arrogante, ¿quieres pelea? Apenas llegas...

-¿Qué? ¿No habíamos apostado que ahora tendrías que decirme papá?

-Ah...Eurínome lo miró molesta.

Mientras se veian con odio e iban a empezar a pelear

-Ya, ya, no peleen. Y Eurínome, si hiciste una apuesta y perdiste, debes hacerlo.

-Mmnp.

Hizo un ligero gruñido, ignorándola.

-¿Cómo te ha ido el día? -preguntó Tetis.negando con la cabeza ante lo malcriada que era eurinome

-Muy bien. Forjé mi primera espada.

-Oh, qué alegría. Vamos a celebrarlo con la buena cena que hice.

Hefesto y Tetis se miraron con adsoluto terror.

Hefesto empezo susurrar a Eurínome.

-¿No hiciste lo que te dije?

-La madera no prendió, idiota.

-¿Por qué no botaste la comida entonces estupida?

-Ha estado en la cocina todo el día. Casi me descubre dos veces.

Eurinome olio el olor repulsivi viendo como

Tetis movía la comida en la olla con una mirada feliz

-No podemos comer eso o moriremos.dijo eurinome

-¿Crees que no lo sé? Por eso te dije que te encargaras.

-¿Qué tanto susurran? Pregunto Tetis alzando una ceja

Ambos tuvieron un escalofrío

-Nada, mami.

-Nada, Tetis. Es que estábamos discutiendo lo rica que es tu comida. En serio.

-Qué bueno que les guste. Les daré un plato más grande hoy.

Hefesto y Eurínome mostraron de panico.

-Mami, es que tengo que entrenar. Además, no tengo tanta hambre -dijo parándose temblando nerviosamente rápidamente.

Tratando de escapar

Eurinome con sus ojos le decia

-no me dejes, no me abandones por favor

Hefesto la miro diciendo mentalmente

-te lo tienes merecido por idiota

Antes de que Hefesto abriera la puerta

De manera poco oportuna, su estómago sonó.

Corrige el siguiente texto novelista:

Un silencio se produjo en la habitación.

-¿Qué te pasa? Es claro que tienes hambre -dijo Tetis interrogándolo.

-Es que... ¿acaso...? -Tetis se acercó a él con una sonrisa fría-. ¿No te gusta mi comida?

Para Hefesto era la vista más aterradora que podía ver.

-No, para nada, mami -negó rápidamente con la cabeza.

-¿Verdad, Eurínome?

-Sí, es cierto, Tetis. No existe mejor comida que la tuya -dijo ella, pues una madre no abandona a su hijo ante la muerte.

Tetis cambió su expresión

a una avergonzada.

Tapando su cara con sus manos, dijo:

-No es para tanto. Si apenas practico...

-Es que estoy a dieta... -dijo Hefesto, tratando de escapar. Abriendo la puerta, pensó: Gracias, Eurínome, por salvarme. Estamos a mano.

Pero justo entonces Tetis lo detuvo.

-Te he visto comer normal en la calle.

-Es que además estoy emocionado por practicar en el jardín lo aprendido.

-Hazlo más tarde. Es malo trabajar sin tener algo en el estómago. Siéntate a comer -dijo mirándolo con una mirada fría.

Hefesto mostró una sonrisa nerviosa.

(Maldita sea, Eurínome).

Se sentó en su silla. Ambos cómplices mostraron una sonrisa,

sabiendo que el fin estaba cerca.

El escape de prisión había fracasado.

Junto al robo al banco.

No había escapatoria. No se podía escapar... Era el batallón de ejecución.

Tetis trajo los platos verdes llenos de matujos asquerosos verdes parecidos a agua sucia.

-Te amo, Tetis -dijo Hefesto tomando su cuchara. Mientras lloraba.

Una lágrima salió del rostro de Eurínome.

-Lo sé.

Arck...

/// NTA:ecena extra solo quería ver si chatgpt tenia sentido de humor o era peor que yo pues… véanlo ustedes mismos

Hefesto miró el plato con horror despues de probar un bocado facilmente podia ser la peor comida que habia probado en su existencia . El líquido verde burbujeaba y desprendía un olor insoportable. Algunos trozos flotaban y se movían como si tuvieran vida propia.

-Esto... ¿qué es? -preguntó con voz temblorosa.

-Es una receta especial que aprendí de mi madre. Se llama sopa de algas marinas con cangrejo -dijo Tetis con orgullo.

-¿Cangrejo es? -repitió Hefesto incrédulo.

-Sí, cangrejo Son muy nutritivos y sabrosos. Mira, este tiene forma de corazón -dijo Tetis cogiendo uno con una cuchara y acercándolo a Hefesto.

El cangrejo se retorció y soltó un chillido agudo aterrado.

-Ahhhh -gritó Hefesto apartándose.

-No seas tímido, hijo. Prueba un poco. Te va a encantar -dijo Tetis insistiendo.

Comiéndoselo en un instante

Y tragándolo enterró aun vivo

-Mami, por favor... -Hefesto dijo con una simple mirada a Eurínome con desesperación.

Eurínome se encogió de hombros y le guiñó un ojo.

-No te preocupes, hijo. Yo te ayudo -penso ella cogiendo otro cangrejo y lanzándolo por la ventana.

-¡Eurínome! ¡Qué has hecho! ¡Ese era mi cangrejo favorito! -exclamó Tetis indignada distrayendola.

-Lo siento, Tetis. Se me resbaló de la mano -mintió Eurínome con una sonrisa inocente.

-Bueno, no importa. Todavía quedan muchos más. Aquí tienes, Hefesto. Este es para ti -dijo Tetis ofreciéndole otro cangrejo antes de que lograra salir por la puerta tocando su hombro mostrandole un plato repleto de ellos

Ambos miraron el plato temblando

Hefesto lo miró con pánico. El cangrejo le devolvió la mirada con odio por ser reemplazaba de la muerte y captura de sus hermanos .

-No, gracias, mami. Estoy lleno -dijo Hefesto tratando de levantarse.

-¿Lleno? ¿De qué? Si no has comido nada -dijo Tetis sujetándolo por el brazo.

-De... de... de aire -balbuceó Hefesto.

-DE AIRE NO SE VIVE, HIJO. NECESITAS ALIMENTARTE BIEN. VAMOS, ABRE LA BOCA -grito Tetis acercando el cangrejo a Hefesto. Con un mirada algo psicótica

-No, no, no -repetía Hefesto cerrando la boca con fuerza.

-Sí, sí, sí -decía Tetis empujando el cangrejo con insistencia. Mientras con su fuerza sobrenatural poco a poco abría la boca de Hefesto

El cangrejo se resistío, mordío la mano de tetis con sus pinzas afiladas.

-¡Ay! ¡Maldito bicho! ¡Suéltame! -gritó Tetis soltando la cuchara.

El cangrejo aprovechó la oportunidad y saltó del plato. Corrió por la mesa buscando una salida.

-¡Atrapenlo! ¡Atrapenlo! -ordenó Tetis a sus "hijos".

Hefesto y Eurínome se miraron.

-NUNCA-pensaron al unísono.

El cangrejo llegó al borde de la mesa y se lanzó al vacío parecia estar dispuesto morir como un héroe antes de ser comido por tres idiotas. Aterrizó sobre la suelo y la ver que no murio se rasco la cabeza miro a rriba

Viendo una vista aterradora

Una mujer hermosa como la porcelana viéndolo con un mirada sádica

El cangrejo empezó a correr escapando con locura se movió tan rápido que a Tetis no le dio tiempo de lanzar un hechizo

Se formo un silencio incomodo

-¡Adiós, cangrejo ! ¡Que te vaya bien! -dijo Tetis con voz melancólica como si se estuviese separando de un amante.

Luego se giró hacia sus "hijos" y les sonrió.

Un silencio profundo se produjo

Ambos contaron los segundos

Tetis aplaudio

-Bueno, ya que no les gustan los cangrejo es, ¿qué tal si probamos el postre? Es un pastel de algas con salsa de limón -dijo Tetis mostrando una bandeja con un pastel verde y amarillo.

Hefesto y Eurínome se miraron con dolor y pesar por que su tortura no podía terminar.

-No, gracias, tetis. Estamos bien -dijeron al unísono tratando de irse retrocediendo

-Pero si es delicioso. Mira, tiene trocitos de algas y semillas de amapola -dijo Tetis cortando una porción y acercándola a Hefesto.

-Mami, por favor... -suplicó Hefesto retrocediendo.

-Vamos, hijo. Solo un bocado. Te va a gustar -dijo Tetis insistiendo.

-Mami, no... -protestó Hefesto resistiéndose.

-Sí, sí... -afirmó Tetis empujando el pastel hacia Hefesto.

-No,No,NOOOO grito Hefesto con miedo

///

La siguiente semana para Hefesto fue extraña.

El herrero lo puso a practicar algo raro.

-Tienes buenos reflejos? Pregunto el herrero

eso diría -dijo de manera arrogante hefesto .

De inmediato, el herrero le lanzó un cubo lleno de lava.

-¿Estás demente? -gritó Hefesto esquivando el cubo.

-¿No que tenía buenos reflejos? . Es hora de practicar. Espero que no te quemes con el fuego o no te volveré a enseñar nada en este taller -dijo cuando le lanzó dos cubos más-. Muévete -dijo sonriendo sádicamente el herrero.

Después de unos días de practicarlo, ya había aprendido a anticiparse a la lava y a los movimientos de la lava en el aire los pratrones de ataque del herrero y ya no le parecio tan difícil cuando el herrero notó que ya había dominado a la perfección esta habilidad cambio de estrategia.

Lo puso a forjar un arma sin siquiera ver con los ojos.

-Debes tallar en tus músculos cada acción que realizas. Debes volverte un experto en la profesión y para ello necesitas usar más que solo tu vista. Necesitas sentir el metal, el calor, el frío de la habitación. Cuándo debes calentar, cuándo debes golpear, cuándo debes echar más madera al fuego. Y eso debe saberlo no por tu vista sino por instinto al mismo tiempo Cada acción debe ser meticulosamente controlada. No puedes dejar nada al azar o no estar consciente de ello en todo momento. Ese es algo fundamental para el trabajo de un herrero.

Después de unos días,

Hefesto había logrado formar un par de espadas toscas. Aunque peores que la primera que hizo, el trabajo era decente y para tener los ojos vendados era algo muy bueno. Cuando volvió a forjar, Hefesto se maravilló ante la espada que había creado.

-Es impresionante. Está bastante cerca de una gran obra.

-Una que? Pregunto hefesto extrañado

-podrías definirla como una perfección artística. Es una especie de quietud energética cuando lo material y lo energético llegan a un punto de colisión donde las sumas de sus partes son mayores desproporcionadamente que lo que deberia ser normalmente, una violacion de las leyes naturales pero aun asi algo que logra producirse increíblemente un poder que esta al alcanze de los mortales. La daga que te mostré hace unos meses es un ejemplo de dicho acto. O al menos algo que se acerca. En cambio, lo tuyo es patético en comparación con lo mío -dijo con desdén.

"..."

Un día, el anciano le dio un arma de madera a Hefesto.

-¿Y esto para qué es? Pregunto extrañado hefesto

-Si ni siquiera sabes usar una espada, ¿cómo puedes esperar forjarla bien? Debes ser diestro con tu técnica. Un herrero no solo es un creador de armas, también es un constructor, es un creador.

Pero un creador no puede crear algo sin conocerlo, sin entenderlo, sin comprenderlo en profundidad. Deberás aprender las técnicas necesarias del combate. Un herrero también debe ser un maestro en el arte de las armas. Si no, es meramente un aficionado… a nuestra profesión

¿Te hago una pregunta? Dijo hefesto sin poder contener su curiosidad mostrando una mirada oscura

El maestro se puso serio tal vez el joven había descubierto par lo que lo estaba preparando

¿hay alguna especie de poder cuando usas las armas? -preguntó curioso con ojos que parecia destellar.

"…"

-No entiendo la pregunta -respondió el herrero no queriendo responder esa estupidez .

-oh por favor quiero saber por favor dime¿Puedes hacer habilidades? ¿Ser una especie de espadachín mágico? -dijo sacando su lado más friki por un instante.

El herrero suspiro

-Claro...-declaro el herrero.

Después de un segundo decidio saciar su curiosida

-Hoy aprenderás la técnica secreta de la espada flameante -dijo el anciano rascando su larga barba.

De inmediato, los movimientos del herrero se volvieron más furiosos y veloces, produciendo una especie de danza extraña. De repente, la espada curvada se encendió en llamas.

El hombre dejó imágenes residuales moviéndose de una manera que Hefesto no podía creer.

En el ultimo segundo apunto con us arma a el cuello de Hefesto

Con ira

Hefetso se asusto un segundo

Al ver la mirada del maestro

Luego

Una gran exhalación se produjo en el hombre aliviando la enorme tensión que tenia su cuerpo

Cuando terminó, Hefesto aplaudió.

-Ves, eso es lo que hace diferente a los herreros

de inmediato, la barba del anciano empezó a prenderse en llamas.

-¡Trae agua, mocoso! ¡Trae el agua!

PUF no pudiendo aguantar la risa

-¡Niño idiota!

"¡Mi barba! ¡Mi preciosa barba!" gritó el hombre

-Jajaja

-Creo que será mejor que te depiles -se burló Hefesto.

-Jajaja

El herrero lo miró furioso

y sacando de su taller unas tijeras grandes como su cuerpo y afiladas.

Yo me depilo si es necesario, pero a ti voy a castrarte.dijo mirandolo con una mirada aterradora y oscura mientras varias imágenes se superponian

-Ahhhh Hefesto corrió toda la noche perseguido por el herrero.

///

para disculparse acordó reparar las goteras de la casa del herrero. Las había notado mientras estaba trabajando un día; mientras forjaba un arma, de repente unas gotas de agua cayeron del techo mientras llovía, dañando el metal. No las había reparado por fastidio, pero ya que era eso o que no le enseñara durante un pinche mes con lo rencoroso que era el anciano era posible , era mejor tratar con el ahora antes de uqe se complique.

"Ten cuidado con las herramientas, son bastante pesadas y mi cas esmuy delicada", dijo el herrero

Hefesto sin prestarle mucha atención. "Y toma, no puedes tardar más de 4 horas o ya verás, mocoso", dijo lanzándole un reloj. "Oh, esto es muy curioso", dijo colocando por un momento la caja lleno de las pesadas herramientas en el techo. Después de unos segundos, el techo se reventó destruyendo una parte importante del taller atravesandolo y cayendo a los pies del herrero

"¡HEFESTOOOOOO!"

"Oh mierda..."

///

Has notado lo hermosos que son estos capridos dijo señalando a un par de jovenes sentados debajo de un arbol hablando

Los capridos eran bajos y adorables algunos eran de un atractivo comparable a las hadas

Son hijo. De la propia gea y de mi padre

Es lo natural dijo agigantando su cabello arrogantemente tetis

Mira esto los conquistare con mi encanto natural

Dijo mientras un aura destellante natural se desdibujaba sobre ella

De un momento a otro eurinome tropezo cayendo en el barro

Los capridos se rierin

-Vieron a esa tonta jajja

-JAJAJAJ

Tetis paso a su lado como si no la conociera

-NO ME DEJES. JEFA…

/

"¿Qué vamos a comer?" preguntó Eurínome.

"¿Podría hacer mi encantadora sopa?" dijo Tetis

La cara de Eurínome era de trauma. "¿Qué tal si comemos pescado?" dijo sacando de su cuerpo una caña de pescar.

"¿Y eso?"se sorprendió Tetis

"Los caprinos lo usan al parecer para cazar peces. No se meten a nadar y los sacan simplemente."

"Qué tontos."negando con la cabeza Eurínome como si fueran estupidos

"Sí, que tontos."

///

"Cof, cof."

"¿Qué le pasa maestro? No sé porqué pero un segundo quise escupir sangre."

///

"En fin, el punto es que podemos pescar. Mira." dijo Eurínome lanzando la cuerda al lago.

"Bien."

Después de una hora: "No ha pasado nada."comento Tetis aburrida

"Aún no, descuida, ya pronto picarán."

Dos horas después: "Me cago en la..."iba a gritar Eurínome sabiendo que esos capridos la habian estafado por un par de dracmas

De repente la cuerda fue jalada con fuerza. "¡Aja, sí, algo al fin!"

Dejó que la cuerda se fuera un poco. "El truco es dejar que el animal se confíe y..."

De un momento a otro, Tetis fue jalada por la cuerda lanzándola al mar.

-AHHH Gritó de miedo ante el pánico. "¿Qué carajos es es esto?" dijo mientras caía al mar. Extrañada, miró a los alrededores pero no vio nada. "¿Qué fue eso?

¿ESTÁS BIEN?" grito Tetis desde la distancia

De repente, un pez gigante saltó del mar de trgandose a Tetis.

"TETIS" grito Eurínome

Introduciemdose en el mar

Invocando un hechizo que golpeo la pez brutalmente haciendo que liberara a tetis y esta lograrar escapar sin matarlo

Después de unos minutos, ambas salieron del mar asustadas. "¿Qué coño fue eso?

Parecía una bestia antigua de la era de Urano y Gea. Susurro Tetis

Mayor, no que la mayoría de esas bestias quedaron en hibernación."comento Eurínome

Tetis se quedo pensativa mirando hacia el mar

"Algo bueno, al menos atrapé un pez." Dijo Eurínome sosteniendo un pez más grande que ella.

"En serio que eres una tonta." Dijo Tetis golpeando ligeramente la cabeza de Eurínome. De inmediato, el pez se le empezó a resbalar y además cayeron al mar.

"Jefa…eres una idiota..."

Tetis estaba avergonzada y no dijo más nada.

///

Hefesto llego a la casa a visitar a sus madres habían pasado unas semanas desde que se habían visto y sabiendo lo facil que era para esas mujeres meterse en problemas estaba preocupado

" problablemente este bien"

Al acercarse vio una vista perturbadora

Su casa se encontraba destruida

Y sus madres estaban sobre una pila de troncos

Hefesto corrio temblando asustado

"TETIS… EURYNOME"

"¿QUÉ LES PASÓ?¿QUIEN LES HIZO ESTO? " dijo enfadado a niveles extremos mientras veía sangre en sus cabezas.

Tetis estaba llorando. "Es…. Fue… Eurínome es una tonta."

"No, jefa, usted hizo trampa." hefesto la miró con cara ridícula, no sabía si golpear a las dos o terminar de matarlas. "¿QUÉ CARAJOS PASÓ?"

"Le aposté a Tetis que yo podía llevar más leña."

"eurinome no debemos competir, somos hijas de la naturaleza y en todo caso yo ganaría." dijo Tetis sonriendo ligeramente.

"Ah sí." Eurínome de inmediato se agarró varios troncos en sus espaldas y empezó a correr.

"Eso es trampa." Tetis hizo lo mismo siguiéndola. "Ja, ja, no es mi culpa que no empezaras a tiempo."

Tetis de inmediato se molesto y Empezó a convocar el poder del océano debajo de sus pies siendo arrastrada por una pequeña ola."

"Eso es trampa, nada de poder divino."

"No es mi culpa que no puedas usarlo." dijo Tetis sonriendo.

Eurínome se molestó lanzándole un tronco hacia Tetis, está resbaló chocando con el tronco haciendo que se le cayeran encima y lanzándose sobre Eurínome.

El hechizo se descontrolo provocando una gran ola

Barriendo la casa

Hefesto las miro

En silencio

Y por primera vez les pego a su madre

PAM*

IDIOTAS

///

"Un día Hefesto invitó a su maestro a cenar en su casa."

"Estás seguro de esto muchacho? , la última vez que vi a tus madres no estaban muy contentas." dijo el anciano recordando el día que hefesto se apareció por primera vez en su taller.

"Descuida, ya no estan molestas. Todo estará bien, vas a disfrutar mucho la cena." dijo Hefesto tratando de ocultar su sonrisa totalmente malévola. "Al fin me voy a vengar contigo anciano."

"Hola mamá."

"Hola." dijo saludando al anciano. "¿Cómo está? Espero que Hefesto este aprendiendo muy bien."

"Sí, a pesar de todos los percances es un buen alumno.

" Ja, ja. Entonces lo hemos criado muy bien." Comento Tetis

"Le gusta el pastel, no soy fanático, pero me gusta bastante."

"Qué bien, hice uno. Mire." dijo Tetis mostrando un pastel perfectamente horneado, parecía estar hecho de moras.

"Oh, se ve muy bien." Hefesto estaba extrañado, no era algo común lo que estaba viendo. Normalmente las comidas de ella eran totalmente deformes y locas. "¿Habrá pasado algo?", se preguntó por primera vez. juro que sentiría más miedo de probar esta nueva comida que la anterior."

"Bien." dijo el anciano probando la comida. De un momento a otro se quedó totalmente quieto al probar el primer bocado. Hefesto se asustó, si ni siquiera él podía soportar lo horrible que sabía todos alrededor de miles de kilómetros podría ser extinguido.

La aniquilación de los capridos ERA UNA POSIBILIDAD REAL.

"Está muy bueno, es delicioso."

¿Qué? se preguntó Hefesto extrañado, probando el mismo la tarta. Para su sorpresa sabía muy bien.

"He practicado bastante. Sé que estás molesto por lo que pasó la otra vez, pero descuida, prometo esforzarme mucho."

Hefesto se sintió sinceramente agradecido con Tetis. A pesar de ser bastante tonta a veces, siempre estaba pendiente de el era atenta y se preocupaba por lo que le pasara le recordaba a su madre.

"Muchas gracias mamá."

"uy… se me olvidaba, te hice esto." dijo Eurínome mostrando un suéter totalmente mal hecho y disforme, pero estaba repleto de amor o eso sentia hefesto . Estaba totalmente desordenado, no parecía ser un suéter, más bien un pedazo de tierra mal cortado.

El maestro trató de contener la sonrisa que salía de sus labios.

"Oh, qué bonito… , por dentro hefesto tenía ganas de tirarlo a la basura cuando tetis se dio en las manos. Oh, es peculiar."

"No te gusta." dijo Tetis pareciendo a punto de llorar.

"No, no, es hermoso, lo usaré siempre." dijo Hefesto poniéndoselo en el cuello, tratando de soportar el dolor que sufría su arrogancia por tener que portar algo tan horrendo,

mientras el anciano no dejaba de sacar risas por debajo.

"Puf"

(este malnacido viejo)

Siguieron comiendo con disfrute hasta que Eurínome dijo: "tetis se me olvidaba, ¿dónde dejaste las Uvas para las ratas?"

"¿De qué hablas?"

"Las uvas venenosas, tenemos una infestación de ratas en las bodegas. Hace unos días..."

Hefesto vio la cara de su maestro totalmente hinchada en un minuto. "No debí confiar en ellas." dijo mientras su cara empezaba a inflamarse. De un momento a otro, ambos cayeron desmayados por la intoxicación.

Al día siguiente Eurínome y Tetis fueron a disculparse con el herrero. "Lo sentimos mucho, seremos más atentas la próxima vez."

"Que descuiden, después de todo no podía esperarse que las mujeres que crían a este niño idiota sean normales."dijo suspirando con vendas en la cara ante las heridas

"Oye desgraciado, ¿quieres dejar de insultarme?" Hefesto sintió su vida su ira pero se contuvo por el bien del anciano.

Este lo ignoro

"Aún así, muchas gracias. La verdad es que al principio pensé que serían parecidas a las ninfas del bosque y me preocupe. Esas mujeres son bastante peligrosas, no debieron acercarse a ellas primero."

"¿De qué hablas? "pregunto Hefesto

"En la primera generación tuvimos un gran conflicto con ellas. Muchos de nosotros y de ellas murieron en una guerra que devastó la isla entera. Al final llegamos a un tratado donde nos dieron una parte de la isla a cambio de no agredirnos mutuamente. Es peligroso de hecho tenerlas aquí y haberlas traído podría acabar con el tratado antiguo, pero por ahora parece que no sucederá más nada."

Hefesto por un momento se sintió algo culpable. "Lo siento." dijo, sorprendiendo bastante al maestro, Eurínome y Tetis . "Mi arrogancia pudo haber causado la muerte a ustedes y pudo haber herido a las personas que más amo." Tetis se veía muy conmovida. A pesar de que el dolor de decir esas palabras lo recorría internamente, las dijo sin ningún tipo de duda.

El anciano acarició la cabeza de Hefesto consolándolo. "Ja, ja, no te preocupes..."

"Mas bien debes tener cuidado es malo hacer tanto esfuerzo"dijo sabiendo el esfuerzo sobre humano que hefesto estaba haciendo

"Eres uno de nosotros. No te sientas tan mal para esas locas amantes de los árboles. Todo su bosque es sagrado para ellas… Solo supos que es correcto y todo lo demás es incierto o inválido o mejor dicho sacrificable incluso matarían animales si fuese para mantener su voz seguro y limpio y ni hablar de los caperidos si fuese por ellas ya nos hubiésemos extinto

"Para hacer nuestras casas, por poco tuvimos una guerra monstruosa. Como la de la primera generación"

"Entendemos su adoración por la naturaleza, pero no todas las razas están dispuestas a vivir en el frío, a diferencia de ellas, nosotros si lo sentimos."

"Sentimos hambre y necesidades, en cambio ellas… son algo raro. Algo que presume de su origen natural, mientras carece de ella ante las demás razas, son las mas cercanas a los dioses, pero sin ser nunca como uno de ellos."

"Una raza patética en mi opinión"

Miro eurinome y a tetis que lo miraban con caras serias

"…."

"-"

Sin ofender…

"…"

Nta: Hola a todos cómo les va Espero que estén muy bien estoy Bastante cansado de editar Así que no sé si habrá episodio el lunes probablemente no con respecto al atraso Lo siento bastante por eso los episodios esta vez son bastante largos Espero que les haya gustado y cualquier comentario o sugerencia esos libremente aceptar voy a descansar Estoy cansado y mañana tengo trabajo aunque no me crean llevo editando 12 horas 12 p**** HORAS y agradezcan a god chatgpt por existir si no fuese por él tendría nuevo episodio el próximo año

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