Pasados tres días desde la última vez que Sato vio a Rika, por alguna razón, no ha podido sacársela de la mente.
-Era obvio que no volvería- Menciona Sato, mirando a través de la ventana de la biblioteca como todo mundo disfruta del recreo, almorzando, charlando, jugando juntos, un mundo del cual nunca tuvo la oportunidad de conocer por sí mismo.
Las puertas de la biblioteca se abren lentamente, a lo que Sato observa esperanzado, pero su ilusión desaparece tras ver a dos chicas desconocidas entrar.
-Ojala el libro este disponible- Menciona una de las chicas, mientras la otra busca desesperada un libro entre los estantes, --¿Cómo dices que se llamaba?, pregunta la chica, a lo que la otra le contesta –La historia de la ciencia, es el libro para el examen de la otra semana, perdí mi copia, así que enserio necesito encontrar un ejemplar aquí.—
Sato logra escuchar con claridad, mirando su escritorio sabe bien que tiene el libro que las chicas necesitan, así que dejando a un lado sus inseguridades, se pone de pie, para entregarle el libro a las chicas.
-Em, disculpen, escuche que buscaban este libro así que…- Sato se dirige a las chicas, extendiendo el libro hacia ellas para entregárselos.
-Así que eso es lo que haces en este lugar, espiar a las chicas y escuchar sus conversaciones, no hay duda, eres un asco de hombre- Con una mirada llena de frialdad una de las chicas le habla a Sato.
Ante la respuesta llena de odio, Sato, solo agacha la cabeza y deja el libro en el estante, dando la vuelta sin responder.
-No necesitamos la ayuda de un enfermo- Menciona la otra chica, tomando el libro y lanzándolo a la espalda de Sato con desprecio, seguidamente ambas se marchan de la biblioteca disgustadas.
Sato toma asiento, mirando la mesa con una mirada perdida, come su almuerzo, y se levanta para ir a su salón antes de que suene el timbre. Abriendo lentamente la puerta, levanta su mirada, topándose de frente con Rika.
Ambos se ven fijamente a los ojos, Rika abre su boca, ella luce desesperada, y se nota que andaba apresurada.
- ¡Sato!, ¡perdón por no llegar en todos estos días, incluso después de que aceptaras ayudarme, lo lamento enserio-
- No tienes porque disculparte, sabia que no volverías- Menciona Sato, pasando al lado de Rika con la mirada hacia el suelo, pero rápidamente ella lo toma del brazo, evitando que se marche.
-Sato, perdón, es que estuve enferma, todos estos días no pude venir a clases, me resfrié en una cena familiar, y no tome mis medicamentos- Exclama Rika, causando que la angustia de Sato desaparezca, sin el mismo saberlo.
-Ella… ¿no miente?, sus ojos, no parece estarlo haciendo- Piensa Sato mirando a Rika directamente a sus ojos. – Esta bien, no te preocupes, ¿lista para comenzar? - Menciona Sato sin emoción, aunque por dentro si se sienta feliz por ver a Rika nuevamente.
- ¡Claro que sí!, por cierto, me… ¿podrías dar tu número? - Pregunta Rika sacando su teléfono, a lo que Sato solo la ve confundido, es algo que nunca le habían preguntado, además de casi no conocerse entre sí.
-Es para, cuando no pueda llagar, para que no te preocupes. -
-Yo, no me preocupo- Menciona Sato sacando su teléfono y desviando su mirada apenado.
Ambos comparten sus números, sin saber que algo pronto comenzara a crecer entre ambos…
//Hola a todos, espero que estén disfrutando de mi historia, y gracias por darle la oportunidad, nos vemos en el siguiente capitulo//