Aún recuerdo esas dichosas carreras que montábamos con mis amigos de infancia, en el aquel año de 1901 ,los carritos de madera que armábamos, como olvidar a esos amigos de tiempos nostálgicos que aunque el destino nos separó siempre serán esos amigos inseparables de ese niño interior que llevo. Las carreras empezaban y varios coches pintados , con accesorios que relucían de todos los niños del barrio . Yo estaba nervioso ,no estaba acostumbrado a la adrenalina que digamos ,pero mi amigo Joaquine Petit Thouars era el más emocionado ,admiraba esa osadía que tenía contra el miedo . Era eso lo opuesto a mí también amigo Pierson Toulouse, que tenía una personalidad temerosa e insegura.
Los coches bajaban a gran velocidad de "La Colina Del Muerto". Claro que aparte de la diversión que generaban las carreras , el ganador también se llevaba un jugoso premio, y ese premio era nada más ni nada menos que "El respeto".
Preparábamos el coche ,Joaquine a la cabeza dirigiendo el coche ,Pierson y yo impulsando el coche , alistando objetos que sirviesen de obstáculo para desestabilizar y despistar a los coches de los oponentes.
Todos los ocho coches listos ,los niños listos para la señal de salida. El niño encargado de dar la indicación, baja sus manos en señal de salida.
- ¡Fueraaa!-dijo el niño.
Empezamos a impulsar el coche fuertemente con las manos. Alistando las piedras , las dejé caer,obstaculizando a los oponentes ,causando efecto, desestabilizando y expulsando estrepitosamente del coche a los oponentes.
Riéndonos a carcajadas y solo quedando tres en competencia ,estando detrás del líder ,queríamos la victoria. Los niños de atrás alcanzándonos y estando a la par, empezaron a pegarnos con palos ,Joaquine haciendo una maniobra temeraria ,y nosotros frenando en seco ,causó el volcamiento de aquel coche oponente.
Acelerando a tope hasta quedarnos literalmente sin uñas, logramos alcanzar y quedarnos con la victoria. La alegría de esa primavera de 1901 no se olvida y mucho menos los amigos, experiencias que van pasando y marcando nuestra vida.