—Debemos hablar, Albert— citó Melilah soplando su rostro con un fino abanico, Aristia observó a la pequeña garrapata pegada tras su padre ¿Cómo se atrevía a tocarle con esas sucias manos? el Duque se volvió hacia Miryam y reorganizando algunos de sus crespos se acuclilló.
—Arnold— llamó al mayordomo de la casa.
—Dígame, su gracia— otra vez se volvió donde Miryam, mientras la pequeña Aristia se encontraba muy fuera de lugar y al parecer su madre también.
—Oye pequeña, yo debo ir a discutir algo con mi esposa, podrías... ¿Podrías ir con Arnold? el te llevará a una habitación—Miryam observó a su alrededor notando la mirada de disgusto en todos menos en el anciano Arnold, así fue en su vida pasada un viejo muy amable. Asintió, tomó la mano del Duque y luego fue entregada al Mayordomo. —Dale la habitación frente a la de Aristia y... asígnale una dama de compañía que la aseen, pueden pedir prestado un vestido de Aristia mientras llamo a Meredith Trutnautte— ¿Qué? ¿por que la historia está cambiando? ella nunca durmió frente a la habitación de Aristia, realmente dormía justo al lado del gran Duque.
—¡Pero esto es el colmo, que esa sucia negra use un vestido de Aristia! ¡Lo va a arruinar!—El gran Duque se aproximó velozmente hasta donde se encontraba Melilah, con sus manos selló las palabras bruscas que salían de su boca y le susurró.
—Es solo una niña, vamos a mi oficina— le agarró de la muñeca y la llevó camino a su oficina, ya cuando hubieron llegado la Duquesa comenzó a injuriar a la pequeña Miryam. —¡Detente! ella no es una esclava de esta casa, la vi, la vi y no pude dejarla ahí... quién sabe que depravado la tomara e hiciera cosas atroces con ella... a parte, esa niña me da la impresión...— No, como se atrevería a pensarlo ¿acaso su marido había perdido la cabeza?.
—¡Ay por favor ¿Cómo se te ocurre? ¿una negra con sangre real? ya deja desvariar ¡Es imposible! ¿así que trajiste a una negra piojosa a mi casa solo por que en tu cabeza se te pasó que pueda ser de la realeza? y para colmo le prestas la ropa de MI hija, ja, ¿te patina el coco justo ahora, verdad?— que desfachatez, no esperaba que Melilah reaccionara así, siempre ha sido una mujer muy neutra.
—Estoy muy cansado del viaje, solo debes saber que a partir de hoy Miryam esta bajo mi protección, haz de cuenta que es tu hija, así como yo he tomado a tus hijos como míos— esto era el colmo, el Duque salió de la oficina dejándola con la palabra en la boca ¿y ahora qué? debía lidiar con la cría de una esclava en su casa.
Por otra parte, Miryam se encontraba muy preocupada, no sabía nada de Aris desde hace horas, dijo que la seguiría pero aún no ha hecho presencia, caminó alrededor de la enorme habitación, es mucho más enorme que la de su vida anterior... subió con dificultad sobre la enorme cama, recostó su cabeza y observó fijamente el techo ¿Cómo haría para ganarse la confianza de la Duquesa? la historia ha cambiado, en su vida pasada la Duquesa nunca opinó nada sobre ella pero esta vez, esta vez fue diferente, si tan solo Aris estuviese ahí para ayudarla a organizar un plan. —¿Dónde estás Aris?— ¿acaso la había abandonado? ¿o le había pasado algo? su corazón no paraba de latir como si algo malo hubiese sucedido.
—Mirry, Mirry— algo suave se frotó contra su rostro, abrió sus ojos y ahí estaba. —He regresado— la pequeña Miryam se abalanzó sobre el gato negro y lo apretujó son todas sus fuerzas. —Oye, oye está bien... ¿estás llorando?— Miryam secó sus lagrimas con la manga de la pijama.
—Yo... yo lo siento, pensé que me habías dejado, lo siento mucho— Aris bajó de la cama y en segundos se hizo humano.
—Mi pequeña Mirry, tuve que atender algo de urgencia, pero aquí estoy para ti, hoy, mañana y siempre. No lo dudes, te lo he prometido, seguiré tu recorrido justo a un costado— quizá se estaba haciendo muy dependiente de Aris pero realmente era su única compañía, ya debería estar acostumbrada a permanecer sola pero con el poco tiempo que se ha conectado con Aris es insoportable la idea de pensar en seguir sola. Aunque esta venganza debía hacerla sola, no estaría de más tener un poco de ayuda, desde mañana comenzaría su plan.