Uff, bueno, ¿como empezar?... llevo unos meses en el inframundo, al fin me eh acostumbrado al hecho de ser un demonio, desde que estoy aquí Lucius no ha hecho nada más que ponerme a entrenar con Sython, por suerte sigo vivo, siento que algo esta por venir, y gracias a este entrenamiento estoy mentalizado para afrontar esa amenaza.
-Mansión de los Gina's, jardines estacionales 7:30 de la mañana-
Era una zona completamente verde y hermoso, arbustos y árboles frondosos, por alguna razón había cuatro distintas secciones en el jardín, al parecer dando alusión a las estaciones del año., Ambos chicos estaban entre el jardín entrenando arduamente, habían llegado a un punto donde se movían a gran velocidad dejando escuchar solo el chasquido de sus armas al chocar.
-Sython: ¡ya no huyas mocoso!.
-Michael: ¡mocoso tu nariz!.
Ambos se detuvieron en la sección de invierno del jardín, frente a frente ambos chicos estaban jadeando del cansancio.
-Sython: deja... *jadeo* de... *jadeo* ¡huir!.
-Michael: ni pendejo... *jadeo* ¡la última vez que me alcanzaste casi me rebanas un brazo!.
-Sython: ¡es parte del entrenamiento idiota!.
-Michael: ¡parte del entrenamiento mis huevotes blancos!, desde que llegué aquí no haces otra cosa que querer matarme.
Tomó su hoz con firmeza viendo a Sython con una expresión seria y decidida.
-Michael: aún así, si pretendes eso, no pienso dejartela fácil.
-Sython: adelante entonces.
Ambos se pusieron en posición esperando pacientemente a que alguno de los dos hiciera el primer movimiento, pasando unos minutos ambos se movieron al mismo tiempo, empezando a cargar en contra del otro, tomando velocidad los dos levantaron sus armas para después atacarse mutuamente, nuevamente escuchándose en todo el exterior el como sus armas chocaban con furia, así pasando dos horas.
-Sython: has crecido bastante en estos meses... siento que mereces que te alabe.
-Michael: jaja... no es necesario.
-Sython: dije siento, más nunca te alabaré, prefiero mil veces una patada de caballo en mis testículos a que alabarte.
-Michael: "mamón"¡como sea, acabemos ya con esto!.
Volvieron a alzar sus armas contra el otro para después abalanzarse y todo terminar en un choque el cual generó un brillo momentáneo, al disiparse el brillo ambos estaban estáticos, detrás de Michael a unos metros había caído al suelo su hoz, por parte de Sython este había perdido gran parte de la hoja de su espada la cual salió volando clavándose en uno de los muros de la mansión.
-Sython: ¿que.... ocurrió?.
-Michael: un... ¿empate?.
Ambos cayeron de rodillas al suelo, notoriamente cansados.
-Sython: esta bien, no me esperaba ese resultado... aun que no esperaba mucho.
-Michael: ¿lo hice bien?.
-Sython: me acabas de impresionar, tómalo por bueno.
-Michael: ¡uff, que bien!.
Michael se dejó caer de espaldas con los brazos entendidos en el césped, quedándose mirando el "cielo".
-Michael: el cielo de este lugar se ve... diferente al que yo conocía.
-Lucius: por que técnicamente eso no es un cielo.
-Michael: ¡señor Lucius!.
La vista de Michael fue obstruida por la figura de Lucius el cual se encontraba agachado sobre él.
-Michael: ¿entonces que es?.
-Lucius: hasta el día de hoy nadie lo sabe, solo el rey demonio original sabía que era, el solo encontró este lugar y nos trajo para habitarlo.
-Michael: entonces... ¿será un planeta hueco?.
-Lucius: dudo que sea un planeta, de lo contrario sería un planeta inmenso.
-Michael: ¿por que lo dice?.
-Lucius: los demonios llevamos diez generaciones habitando este lugar, y ese tiempo a sido más que suficiente para tomar el territorio igualable a tres veces a la tierra, y aun así cuando creímos que habíamos llegado al borde, sigue habiendo más territorio para colonizar.
-Michael: eso es fantástico, no se tienen que preocupar por mucho, en más.
-Lucius: te equivocas chico.
Antes de que pudiera seguir fue interrumpido por Lucius.
-Lucius: entre más territorio se coloniza más difícil es a la corona llegar a ellos, ya que en un lugar tan amplio apenas logramos administrar lo que sucede, dándoles la oportunidad de que hagan caos.
-Michael: oooooh ya.
<
-Michael: tu cállate.
-Lucius: ¿que dijiste?.
-Michael: nada, hablando con mi subconsciente.
-Lucius: bueno... entonces sigan entrenando.
-Sython: enseguida, hey Michael, ya has completado el entrenamiento simple, ahora vamos a empezar con el entrenamiento pesado.
Apenas escuchar eso Michael se levanto de golpe.
-Michael: ¡estas bien jodido del cerebro!, ¿¡Como que apenas acabamos con el entrenamiento simple!?, en estos meses casi muero más de veinte veces, lo siento pero necesito un descanso, por lo menos me debo mentalizar para que posiblemente me termines cortando la cabeza.
Sython lo único que hizo es desde el suelo ver a Lucius.
-Sython: ¿que dice usted señor?.
-Lucius: *suspiro* déjalo hacer lo que quiera, ya fue mucho sufrimiento.
-Zairis: vaya~, vaya~, ¿pero que es todo este gritadero?, ¿acaso me perdí de algo divertido?.
-Lucius: nada importante Zai, dime, ¿que haces aquí?.
-Zairis: vine a avisarles que pronto estará la comida mi señor.
-Lucius: perfecto, entonces vamos al comedor.
-Zairis: pero antes, mi señor, se nos acabó algunos ingredientes para hacer los platillos finales, quería que me diera un poco de dinero para ir rápido al mercado a comprar lo que falta.
-Lucius: ¿tu?, ¿por que no mandas a alguien más a por ello?.
-Zairis: me gustaría, pero por desgracia la mayoría de sirvientes están ocupados con distintas tareas, así que me tocó ir a mi jeje, además, me gustaría ir a estirar las piernas un poquito afuera de la mansión, ¿sabe?.
-Lucius: esta muy bien, pero que te acompañe Mich.
-Sython: ¿y por qué yo no mi señor?.
-Lucius: tengo dos razones, una más importante que otra, recuerda que tu eres parte de la seguridad aquí, si te sucede algo afuera no me lo perdonaría.
-Sython: lo sentiré por años al decir lo siguiente, pero... no sea exagerado mi señor, ¿que es lo peor que me puede pasar?.
-Lucius: no tengo motivos para darte detalles, es una orden, irá Mich y punto, además, le puede servir para familiarizarse con el reino.
-Sython: entendido señor.
Lucius voltea a con Zairis sacando una pequeña bolsa de tela de dentro de su chaleco, dandosela en la mano a Zairis.
-Zairis: ¿me acompañas mich?~
Volteó a con Mich y con una sonrisa juguetona esta le giñó el ojo al terminar la oración, provocando que este se sonrojara un poco.
-Michael: c-claro.
Con una risa entre dientes está se dio la vuelta y empezó a caminar alejándose, sus movimientos eran ligeros y fluidos a la vez que tenían un aspecto casi erotico, ya que sus caderas se movían perfectamente en sincronía con sus piernas, dándole un toque refinado a su andar.
-Michael: esto... ¿es normal eso?.
-Sython: meh... no sabré decirte con certeza.
-Lucius: masomenos.
-Zairis: Mich, por aqui, sígueme.
-Michael: ah si, es cierto, ¡ya voy!.
Se dio la vuelta rápidamente para desclavar su hoz del suelo y fue corriendo a con Zairis.
-Michael: ¡¡nos vemos en un rato señor Lucius!!.
-Lucius: Syth, tu y yo tenemos que hablar.
-Sython: no me llevaré otro golpe al estómago, ¿verdad?.
-Lucius: nah... bueno, quien sabe.
-Sython: no gracias, mejor me iré a patrullar.
-Lucius: jajaja, ¿enserió?, solo quiero que me des el reporte de la semana.
-Sython: hubiera mejor dicho eso, en vez de ponerme de nervios.
-Lucius: jaja, ya vamos, no perdamos más tiempo.
-Sython: adelante mi señor.
Con esa última oración ambos desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos.
-----------------------La joya de la corona--------‐------------------------
Zairis y Mich habían estado caminando por unos minutos, ambos en completo silencio, hasta que Mich empezó a percatarse de edificios grandes dando un aspecto medieval, toda la calle en la que estaban transitando estaba lleno de gente y de puestos, algún afuera en la calle y otros dentro de los edificios, apenas dándose cue ta a la vez que Zairis empezó a tararear una melodía.
-Michael: ¿en donde nos encontramos?.
-Zairis: estamos en el mercado de Oxxan's, uno de los mercados más grandes del reino, o también conocido por ser una de las joyas de la corona.
-Michael: ¿una de las joyas de la corona?.
-Tendero: ¡señorita Zairis!, ¡sea bienvenida, hace tiempo que no viene por acá, venga, venga, le tengo un regalo!.
Zairis volteó hacia con el señor, Michael solo de limitó a seguirla con la hoz entre los hombros, ambos al acercarse este se dio cuenta de las marcas que tenía el sujeto, era diferentes a las de Zairis y él, ya que estas no sobrepasaban sus mejillas y tenían solo un pico.
-Michael: <
-Zairis: ¡hola!, me alegra verte.
-Tendero: lo mismo digo señorita Zairis: hace tiempo que no deja ver su cara por aquí.
-Zairis: jeje, lo siento, últimamente eh estado muy atareada en la mansión.
-Tendero: dígale al señor Lucius que le de un poco de descanso.
-Zairis: tienes razón, lo pensaré.
-Tendero: es cierto, antes que se me olvide, tome.
El señor tomó lo que aparenta ser una especie de fruta del frente del puesto.
-Tendero: con arduo trabajo hemos logrado que sea tres veces más jugosa y más dulce que las de la cosecha anterior, tómela me gustaría saber su opinión.
-Zairis: que amable, muchas gracias, y con gusto la probaré.
Esta al tomarla hizo que Michael viera la fruta con más detalle, era parecida a una manzana, aun que de color morado apagado con unos toques verdes, este solo se limitó a ver como Zairis con su característica sonrisa le daba una mordida a la fruta, haciendo que saliera un buen del jugo solo con una mordida.
-Zairis: ¡¡hmmm!!~, ¡delicioso!~.
-Tendero: me alegro mucho que le haya gustado señorita Zairis, entonces dígame, ¿va a querer más?.
-Zairis: hasta la pregunta ofende, deme una docena.
-Tendero: a la orden seño.
El señor se dio vuelta para tomar de atrás una canasta de fibras, al parecer bastante grande, para después empezar a tomar fruta y ponerla en la canasta.
-Zairis: ¿quieres probar mich?.
Zairis volteó a con Michael afercandole la fruta.
-Zairis: estoy segura que te va a gustar.
<
-Michael: hmmm... claro, por que no.
Con sus manos aún apoyadas en la hoz de sus hombros este acercó su cabeza y le dio una mordida, haciendo que volviera a soltar bastante jugo la fruta, a la vez que instantáneamente le brillaron los ojos a Michael.
-Michael: es... deliciosa.
-Zairis: ¿lo vez?, te dije que te gustaría.
-Michael: y dime, ¿como se llaman?.
-Zairis: son Laxxis, son las frutas más populares en este lugar, se pueden hacer una infinidad de cosas con ellas.
-Michael: ¿¡Como que cosas!?.
Zairis notó el entusiasmo en el rostro de Michael, lo que le provocó una ligera risa.
-Zairis: hmmm... postres desde helado, pasteles, pays, batidos, bebidas, y muchas cosas más.
Volvió a ver a Michael al rostro para ver sus ojos completamente brillantes.
-Zairis: jaja, no te preocupes, ten por seguro que haré alguno, y me gustaría que los pruebes.
-Michael: ¡awebo!.
Este de la felicidad bajo el puño como si de una victoria se tratara.
-Michael: ¿entonces esto era lo que necesitabas?.
-Tendero: aquí tiene señoría Zairis.
-Zairis: muchas gracias.
Volteó para tomar la cesta a la vez que sacaba unas monedas de la bolsa que le había dado Lucius, para después colgar la cesta de su ante brazo derecho.
-Zairis: nop, los ingredientes son salsa para zazonar y algunos pimientos que venden por aquí.
Empezó a caminar nuevamente para buscar los ingredientes, Michael no tardó casi nada en estar a su lado, ambos siguieron yendo por el camino principal, Michael viendo como todos saludaban con alegría a Zairis, y algunos se le quedaban viendo fijamente a él.
-Michael: Zairis... ¿acaso tengo algo en el rostro?.
-Zairis: ¿hm?, ¿por que lo dices mich?.
-Michael: todos se me quedan viendo... siento raro.
-Zairis: jaja, no seas exagerado, solo que ellos no están acostumbrados a ver a alguien como tú, solo deja que se acostumbren mich y verás que te tratarán calidamente.
-Michael: esta bien... si tu lo dices.
-Zairis: bueno, como te iba diciendo, las joyas de la corona solo son aquellas construcciones lo bastantes buenas para ser consideradas por la realeza, aun que no quiere decir que no le interesa los demás.
-Michael: justo iba a preguntar eso.
-Zairis: las joyas de la corona son equivalentes a las siete maravillas de los humanos.
-Michael: oh ya, ¿algo más que deba saber?.
-Zairis: de que las joyas de la corona son sitios también estratégicos, puntos de evacuación, etc.
-Michael: ¿puedo saber como es que este mercado consiguió ese título?.
-Zairis: es fácil, por los diez kilómetros cuadrados que abarca, cada metro es parte del mercado, es una mini ciudad de comercio.
-Michael: ¿¡diez kilómetros!?, ¿no es mucho?.
-Zairis: puede que si, pero me dijo el señor Lucius que este lugar es crucial para que la economía demoníaca siga fluyendo.
-Michael: y... ¿no a habido algún ataque por parte de los pobladores?, no se, ¿por altos precios?
-Zairis: hmmmm... la verdad los precios siempre se mantienen igual, el anterior rey demonio hizo que cualquier agricultor, o productos de recursos naturales tenga un precio fijo para sus productos, así evitando que los comerciantes no se quieran aprovechar tratando de rebajar el precio a la compra, y así manteniendo justo el precio en el mercado.
-Michael: siento que ustedes son más civilizados que los humanos.
-Zairis: tienes razón, es por que somos gobernados por solo una entidad suprema, el rey demonio, de lo contrario a los humanos que están tan divididos que tienen reyes o figuras de poder distintas e incluso distintas lenguas.
-Michael: okey... ya me estoy mareando con todo eso.
-Zairis: jaja, ¿quieres que deje de hablar de eso?.
-Michael: si no se escucha muy grosero... por favor.
<
-Michael: <
<
-Michael: <
-Zairis: mira mich, es aquí.
Michael había soltado un poco su hoz, dejándola recargada en un poste de madera, y se quedó viendo la tienda frente a ellos, tenía el mismo aspecto que las demás, pero desde afuera se veía que estaba lleno de frascos alargados y oscuros.
-Michael: ¿y aquí encontraremos?....
-Zairis: es la tienda de especias, para ser exacto una tienda que solo vende salsas para sazonar, vamos.
Antes de que pudiera hacer algo este fue tomado por Zairis de la mano metiendo lo a la tienda, al entrar quedó boquiabierto, el lugar por dentro se veía moderno, pisos paredes y techo tenían un color blanco parecido al mármol, las estanterías de las botellas eran de paneles de cristal casi imperceptible.
-Michael: vaya... y yo pensé que estaban en la edad media.
-Zairis: solo es lo que nos gusta aparentar, pero este es un lindo estilo, ¿no crees?, antiguo por fuera y moderno por dentro.
-Michael: me dejaste sin palabras, espera, dices que es una tienda de puro jugo sazonador, ¿no?, ¿no es malo que solo vendan eso?.
-Tendera: por su puesto que no pequeño.
Michael confundido empezó a buscar de todos lados a la mujer quien habló, hasta que su mirada se cruzó con el cuerpo curvilíneo de una mujer un poco alta, una mirada relajada y un aspecto sofisticado, sin dejar de lado su cabellera plateada la cual le llegaba a la pantorrillas, a la vez que volteó a ver su rostro y vio que tenía las mismas marcas que el señor anterior.
-Tendera: esta es más que solo una tienda de jugo sazonador, nuestra especialidad es hacer distintas especies de sazonadores, pero los más famosos son los alcoholizados.
-Michael: ¿alcoholizados?.
-Tendera: claro, cada estante que ves al rededor de la tienda son catalogados por los grados de alcohol que tienen cada uno, desde un grado hasta el más reciente que hemos logrado hacer, que es el de treinta y nueve grados de alcohol.
-Michael: okey.... "nos falta esto en la tierra".
-Tendera: hablando de eso, Zairis, hemos estando practicando para llegar al grado cuarenta, queremos tu opinión para ver si va por buen camino.
-Zairis: ¿y-yo?, claro, por que no, el último que me diste a probar fue el de veinte y siete grados.
-Tendera: entonces espérame aquí, iré por una muestra, ya vuelvo.
La Tendera se dio la vuelta para ir a lo que parecería un almacén, Mich se percato de que su andar era parecido al de Zairis, algo que por alguna razón lo cautivó.
-Zairis: Mich, ¿estas bien?.
-Michael: seh.... se mueve bien... digo, si, si, estoy bien.
-Zairis: uy jeje, chico lujurioso, ¿acaso te gustó la sazonera?~
-Michael: ¡n-no!, que cosas dices, solo andaba pensando en unas cosas.
-Zairis: vaya~, vaya~, así que te gustan las mujeres que mueven bien las caderas, ¿cierto?.
-Michael: Zairis, ya no digas esas cosas, pueden pensar mal de mi, además, no soy ese tipo de persona.
Michael estaba completamente rojo y volteando al lado contrario, en ese momento la mujer sale con una charola de lo que parecía ser era de bronce, con un pequeño vaso de cristal encima.
-Tendera: listo, aquí lo traje Zairis.
-Zairis: ya voy, {es una lastima michi, quizás llegue a hacerte cambiar de opinión~}.
Al terminar de susurrarle al oído esta paso su mano acariciándole la mejilla mientras se alejaba le volvió a giñar el ojo, para ya voltear a con la Tendera e ir a con ella.
-Tendera: vaya Zairis, ¿que fue lo que le dijiste a ese chico?.
-Zairis: nada de importancia jeje.
-Tendera: hey, hey, {¿acaso es tu novio?}.
-Zairis: {fufu~, yo nunca tendría novio}.
-Tendera: {¿y por qué no le das una oportunidad a ese chico?, nunca tienes la oportunidad de comerte a un demonio albino}.
-Zairis: {muchas gracias Lisha, pero no quiero nada que ver con las relaciones amorosas jeje}.
Al terminar de hablar Zairis tomó con cuidado el vaso de la charola para después menearlo lentamente.
-Zairis: entonces cuarenta grados de alcohol, ¿cierto?.
-Tendera: exacto, si tu opinión es buena significa que hemos logrado superar nuestro récord.
-Zairis: bueno, entonces, a tu provecho.
Al terminar la oración esta se acercó el pequeño vaso a la boca para después darle un pequeño trago, el cual fue más más suficiente para que sus mejillas se enrojecieran haciendo que apoye su mano libre a un costado de su rostro sonriente.
-Zairis: ¡esta buenísimo!, ¡Mich, mich, pruebalo!.
Zairis se dio la vuelta para ir a con mich sosteniendo el vaso con ambas manos, este al verlo... su expresión no se le notaba que se le hiciera apetecible, ya que el jugo tenia un color negro instransparentable, al molerlo tenia una apariencia viscosa, con solo olerlo Michael tuvo para casi vómitar.
-Michael: <
<
-Michael: <
<
-Michael: <
<
-Zairis: ¿Mich?, ¿que esperas?.
-Michael: ejem.... perdón, pero no eh tomado alcohol en mi vida, si lo pruebo no creo que la libre.
-Zairis: bueeeno, más para mi jeje.
Zairis acercó el vaso a su boca para seguido enpinarlo y tomarse lo que quedaba en un solo trago, dejó el vaso en la bandeja para después exhalar una pequeña nube de vapor oscura, aun engrandeciendo el rubor en sus mejillas.
-Zairis: vaya~ vaya~, estuvo más delicioso de lo que pensé.
-Tendera: entonces dime, ¿cuantos vas a llevar?.
-Zairis: hmm... me llevaré por el momento tres.
-Tendera: ¡espléndido!, vamos a la caja.
Michael solo se quedo viendo como se iban, para después empezar a divagar con la mirada en el lugar, lo único que se veía era los anaqueles repletos de botellas.
-Michael: <
<
-Michael: <
<
-Michael: ¿¡Q-que!?.
-Zairis: ¿sucede algo mich?.
-Michael: ¡nada!, ¡no sucede nada!.
<
-Michael: <<¿¡a que te refieres!?>>.
<>.
-Michael: <<¡¡c-callate!!, ¡¡esas cosas eran de Jiro, el fue el que me las enseñó!!>>.
<
-Michael: <
<<¿Crees que eres el único?>>.
Zairis había regresado en la cesta ya había la fruta y las tres botellas, se paró frente a Michael y agarró una de las botellas.
-Zairis: con una sola gota de esto y será más que suficiente para zazonar deliciosa comida.
-Michael: ¿una sola gota?.
-Zairis: ¡exacto!, ¿nos vamos?.
Zairis empezó a caminar siendo seguida por Michael, apenas saliendo este volvió a tomar su hoz y caminar junto a su amiga, siguieron paseando por el mercado viendo en la desde la distancia las cosas de los puestos, en un momento Zairis había vuelto a empezar a tararear, Michael no se quedó atrás y también empezó a seguirle el cántico.
-Zairis: vaya, que buena voz tienes a pesar de tararear únicamente.
-Michael: tranquila no es para tanto, solo fue momentáneo y doy gracias que no se me saliera un gallo.
-Zairis: jaja, ¿gallo?, ¿que es eso?.
-Michael: es como le decimos cuando desafinamos un momento.
-Zairis: jeje, suena curioso.
En lo que paseaban se toparon con una tienda de sastrería, exactamente de confección de vestidos de gala para dama, entre los vestidos de exposición en las cristaleras resaltaba un hermoso vestido turquesa de volantes cortos de color azul, y un pequeño ramo de flores blancas sujetados a una ancha cinta de color turquesa metálico, Michael notó que Zairis tenía la mirada perdida en el vestido.
-Michael: hey Zairis, ¿que te parece hacer una parada para verlo?.
-Zairis: esto.... no creo que sea correcto, venimos a comprar comestibles... sería grosero el dejar esperando al señor Lucius.
-Michael: oh vamos Zairis, tienes ojos de que mueres por probártelo, solo lo pruebas, lo devuelves y nos regresamos, ¿que te parece?.
-Zairis: hmmmmm... te tomaré la palabra jeje, ¿que tanto nos podemos tardar?.
-Michael: ¡así se habla!, vamos.
Ambos entraron rápidamente a la tienda, nuevamente este dejando su hoz, al entrar Michael fue el encargado de pedir prestado el vestido mientras Zairis se adelantaba a los vestidores, al darle el vestido a Michael este empezó a ir en dirección a los vestidores, a la vez que veía todos los maniquís con hermosos y elegantes vestidos.
-Michael: vaya... siento que con cualquiera Zairis se vería bella.
<
-Michael: chingas a tu madre, no estoy pensando así.
<
-Michael: ¿no se supone que vives en mi cerebro?, debes de saber como pienso.
<
-Michael: ¿auch?.
<
-Michael: no entendí.
<
-Michael: ¿Taito?.... a la mierda pues, pinche cosa mamona.
Dejándolo de lado este había llegado cerca de los vestidores, viendo a Zairis recargada en el marco de la puerta de uno de ellos.
-Michael: ¡Zairis!, ¡ya llegué!.
Llego entre trotando y corriendo, apenas estuvo junto a ella se encorvo respirando rápidamente, ocasionando que a Zairis se le escapara una pequeña risa.
-Zairis: hola mich, me alegro también de verte jeje.
-Michael: ya... traje... el vestido.
Con una sonrisa de alegría alzó la mano donde tenía el vestido en una percha para acercarselo a ella, con una ligera sonrisa lo tomó y se metió al vestidor sin antes darle la cesta a Michael.
-Zairis: no tardó, no hagas tonterías en lo que salgo jeje.
-Michael: ¡esta muy bien!.
Michael tomó con ambas manos la agarradera de la cesta y se sentó en un banco frente a los vestidores, con una sonrisa de oreja a oreja empezó a esperarla.
<
-Michael: <<¿hm?, no, no me gusta solo que me gustaría ver como se ve con ese vestido>>
<
-Zairis: listo... ya me lo puse.
Lentamente se vio como se iba abriendo la cortina, Michael expectante se limitó a ver como iba saliendo, ella, tenía un ligero rubor en las mejillas sin dejar de tener su sonrisa confiada, a pesar de estar mirando al suelo, se quedó momentáneamente en el marco de la entrada aparentemente esperando algo.
-Zairis: y.... ¿que te parece mich?.
Michael se quedó perplejo, tenía un intenso rubor en sus mejillas mientras veía con detenimiento a Zairis, la cual el vestido dejaba ver mejor las curvas de su cuerpo de una manera elegante y hermosa.
-Michael: te vez... hermosa.
Al escuchar eso ella inmediatamente se sorprendió siendo acompañada por un sonrojo y su sonrisa cambiando de confiada a tímida poniendo su mano derecha sobre su brazo contrario.
-Zairis: m-muchas gracias... me alegra saber que me veo bonita con esto puesto.
-Michael: ¿e-eh?.
<
-Michael: ¿y cuanto cuesta?.
-Zairis: déjame ver....
Empezó a buscar por todos sus lados buscando algún tipo de etiqueta que marcará el precio, basta que se topó con un pequeño pedazo de papel colgando a un costado del vestido, lo tomó con delicadeza para no arrancarlo y lo vio para ver si era del precio.
-Zairis: son dos mil Jinas.... es mucho....
La expresión de ella fue de una desilusión muy notoria, haciendo que en el interior de Michael este sintiera tristeza.
-Michael: ¿que sucede?.
-Zairis: jeje, nada, solo simplemente pienso que este vestido no está hecho para mí.
-Michael: ¿pero por que lo dices?, si te queda belicismo.
-Zairis: mich, seamos realistas, solo soy una sirvienta, mi posición nunca me permitiría tener un vestido como este.
-Michael: nunca digas eso.
-Zairis: ¿que dijiste?.
-Michael: ¡que nunca vuelvas a decir eso!.
Este dejó la cesta en el suelo para seguido levantarse de golpe.
-Michael: ¡todos merecen tener algo bonito en sus cosas, desde algo pequeño o hasta algo mucho más grande, no importa tu situación, si lo deseas consiguelo!.
-Zairis: . . .
Simplemente se quedó callada, caminó hacia la cesta la cual se agachó para recogerla y darsela en las manos a Michael mirándolo con la misma sonrisa tranquila de siempre, como si nada hubiera pasado.
-Zairis: ¿nunca te han dicho que das miedo cuando alzas la voz?.
-Michael: ¿eh?.
-Zairis: como sea, iré a quitármelo, ya se nos está haciendo tarde y los demás nos estarán esperando.
Se dió la vuelta y entró nuevamente a los vestidores, éste quedando atónito por el como se comportó ella.
-Michael: ¿pero que?.
<
-Michael: <<¿¡me volverás a dejar solo!?... ¿¡Taito!?, ¡Taito!>>.
Notablemente frustrado este se volvió a sentar esta vez de brazos cruzados sosteniendo con una mano la cesta de la agarradera.
-Michael: <
Momentos después había salido nuevamente Zairis esta ves con su uniforme puesto y con el vestido bien acomododado en la percha.
-Zairis: ¿nos vamos mich?.
-Michael: um... claro, por que no.
Se levantó y empezó a seguir a Zairis la cual fue a la caja a devolver el vestido para seguido ambos salir y ir en dirección de donde vinieron.
-Michael: ¿que no nos faltan los pimientos?.
-Zairis: jeje, hay que decirle al señor Lucius que no encontramos unos buenos.
-Michael: bueno, haber si nos cree jaja.
-Vaya, vaya... pero que tenemos aquí... la inútil se zairis~, años sin verte mocosa asquerosa-.
Michael volteo rápidamente hacia la dirección de la voz, algo que enseguida se arrepintió de ver, lo primero que notó es que las marcas que el hombre tenía eran parecidas a las de Lucia, solo que este las tenía un poco más amplias, apenas bajando su mirada este le provocó náuseas, a pesar de que su vestimenta era de la realeza, su apariencia física no ayudaba ya que era grotesco, su cuerpo era estúpidamente grasoso a simple vista, sus brazos e incluso sus piernas gruesas que parecían que en cualquier momento cederían ante el inmenso peso de su cuerpo, a la vez que vio que tenía dos mujeres a sus costados estas esbeltas y con una vestimenta que hacia resaltar sus cuerpos.
-Zairis: lo lamento, pero tenemos cosas que hacer, mich vamonos.
-Jajaja, ¿tan rápido te vas?... espera, ¿eso es un uniforme de sirvienta? ¡¡Jajaja!!, no puedo creer que sigas arrastrándote como la sirvienta de ese estupido-
-Zairis: lo siento, pero tengo que pedir que retracte sus palabras.
-Michael: ¿quien es el?.
Michael bastante confundido volteó hacia Zairis el cual le sorprendió y por alguna razón lo lleno de miedo el hecho de verla aún con su sonrisa serena.
-Zairis: nadie de quien te debas enterar mich.
-Jajaja, por que no le dices quien soy a esta.... asquerosidad de hombre-.
-Michael: tch.
Michael aguantando sus sentimientos asqueados se acercó a casi estar a un metro de ese hombre, con una expresión que empezaba a cambiar de poco a poco con el enojo contenido.
-Michael: ¿asqueroso yo? ¡Asqueroso tu puta triple papada, eso si se ve asqueroso!, quizás tus padres han de haber escondido tooodos los espejos pero te diré... ¡te vez más feo que una patada en los huevos!.
-Hmph, para que sepas mocoso, entre los míos, ¡yo soy el has hermoso!, incluso más que mi propio padre-
Sin avisar de entre los labios de Michael se empezó a derramar un líquido completamente blanco con pedazos de aparente comida, hasta que termino habiendo un poco la boca para sacar un chorro de vomito al piso.
<
-Michael: si así estas tu, en serio, por más que quiera, ni siquiera en mis últimos momentos, no me quiero imaginar a los demás de tu familia.
-¿¡Que te pasa maldito plebeyo!?-
Zaisis rápidamente lo jaló hacia ella apartándolo del hombre, abrazándolo con fuerza del brazo para empezarse a alejar.
-Zairis: ya mich, fue suficiente, el señor Lucius nos está esperando en la mansión.
-Jajaja, ¿tan pronto?-
El hombre se acercó rápidamente a ambos para tomar lo primero que encontró en la cesta, una de las botellas de salsa.
-Que compraron, ¿eh? ¿Una miseria de sazonador?-
-Zairis: le pediré que lo deje en la cesta, el señor Lucius se estará impacientando y dudo mucho que quiera verlo enojado por no haber llegado jeje.
-Jaja, ese inútil para lo que me importa-
Destapó la botella y la puso encima de la cabeza de Zairis para después volteara y empezar a derramarla encima de su cabeza.
-Una mísera sobre una miseria, es placentero verlo-
Ya cuando se acabó el liquido había dejado toda empapada a Zairis, le dejo caer la botella haciendo que le diera un pequeño golpe y para después reventarse contra el piso.
<
-Zairis: *suspiro* si ya fue todo entonces nos retiramos jeje.
Al voltearse su expresión cambio drástica mente, vio como los brazos de Michael se empezaron a marcarse sus venas a la vez que vio como apretaba sus puños.
-Zairis: mich, no lo hagas, cálmate...
-Que pasa asqueroso, ¿vas a dejar que esa zorra te diga que hacer?-
-Zairis: ¡por favor Michael, no lo hagas!.
En cuanto menos vieron este ya estaba suspendido a un metro del aire frente del hombre aparentemente cargando con fuerza su brazo para arremeter contra el.
<<¡Mocoso detente, te va a partir tu madre!>>
Ignorando a ambos este soltó el primer golpe, haciendo que todo el mercado se silenciara al escuchar el estruendo del golpe, había logrado conectar su golpe con la grasienta cara del hombre, estando ya sujeto al piso, lo vio aún con irá.
<
-JAJAJAJA.... ¿eso es todo lo que tienes?, un niño pega más fuerte que tú-
El hombre le regreso el golpe por encima de el, impactando directamente en la cabeza, haciendo que fuera inmediatamente contra el suelo destruyendo parte del pavimento, el estruendo fue tan fuerte casi confundible como si un enorme vehículo hubiera caído, Zairis al librarse del shock, y ver lo que sucedio su expresión era más horrible al ver la cabeza del chico pulverizada en una gran grieta en el suelo.
-Zairis: ¡¡Michael!!.
<
-¡JAJAJAJA!, fue más fácil de lo que creí-
Zairis fue rápidamente hacia el tomándolo en brazos, a pesar de no tener cabeza ella aun sentía los latidos de Michael, lo alzó y se lo llevó sin antes tomar de camino la hoz de Michael.
Dos días después.
Mansión de los Gina's.
>>Hijo, levántate, aun tienes cosas que hacer.... cumple la promesa que les hice... liberalos... devuelve la luz que les pertenece.... ¡Despierta!<<
Michael despertó de golpe en su cama, desorientado observó donde estaba, tras revisar que estaba en su cama se empezó a palpar el cuerpo.
-Michael: ¿q-que me sucedió?.
<
-Michael: ¿¡que!?, ¿¡Como!?.
<
Aun más desconcertado se palmo la cabeza, asegurándose que estuviera bien.
-Michael: ¿y como es que la tengo completa?.
<
-Michael: ¿y eso significa?....
<
-Michael: creo que recuerdo cuando desperté por primera vez aquí... me había rajado la muñeca vi como salía hebras de carne.
<
-Michael: así que... ¿¡soy inmortal!?.
Michael se levantó entusiasmado al pensar eso.
<
-Michael: mierda... sabía que iba a haber un contra en eso.
Un poco molestó volteó hacia abajo, notando que solo vestía el pantalón que le habían dado, pensando un poco se fue a ver al espejo, después de varios meses viviendo ahí vio que su cuerpo se había tonificado mas que cuando empezó y mucho más que el que tenía cuando era humano, se tocó su rostro aun viéndose en el espejo, a pesar de los meses ya mencionados aún no se acostumbra al hecho de ser demonio, y aparentemente nunca terminará de acostumbrarte.
<
-Michael: si... demasiados cambios... solo recuerdo ya fragmentos de como me veía siendo humano... ¿que dirán mis padres al verme?.
<
-Michael: awwww... que dulce eres al decir esas palabras.
<
-Michael: jaja, eso para mí es un avance contigo.
<
-Michael: está bien, está bien, tampoco es para que llegues a las groserías.
-Zairis: vaya~, si aun estas con vida.
El rechinar de la puerta hizo que Michael volteara para encontrarse en su vista a Zairis, con su característica sonrisa despreocupada, un aire de tranquilidad, su uniforme y una bandeja de plata en manos con varios tazones y un vaso sobre esté.
-Zairis: ¿con quien estabas hablando mich?.
-Michael: ¿eh?, ah ya, no con nadie, conmigo mismo.
-Zairis: hmmm... es curioso, ¿acaso el golpe te afectó a tu salud mental?.
-Michael: nah, para nada, sigo en mis cinco sentidos.
-Zairis: bueno, me alegro que por lo menos sigas vivo, ten te traje de desayunar.
-Michael: no te preocupes zairis, ¡te aseguro que a la próxima ese maldito gordo mantecoso me la pelará!.
-Zairis: no seas idiota.
-Michael: ¿eh?, ¿que dijiste?.
-Zairis: no sabes bien que te sucedió, ¿verdad?.
-Michael: eh....
-Zairis: mich, ese tipo te hizo pedazos la cabeza, literalmente seguías vivo aún hasta con el cuello pulverizado, si eso te hizo casualmente no me quiero imaginar lo que te haga estando serio.
Zairis dejó la bandeja en uno de los tocadores para después ir en dirección a uno de los armarios, Michael estaba con el corazón casi en la mano, ya que a pesar de haber sentido todo en un tono oscuro veía a Zairis con su tranquila expresión.
-Zairis: si te lo vuelves a encontrar... por favor, te lo ruego mich, piensa como ser civilizado y retírate.
Al estar buscando en el armario mientras hablaba, había sacado una caja de tamaño considerable, se acercó a Michael y se la entregó en las manos.
-Zairis: por favor.
-Michael: e-esta bien....
-Zairis: gracias.
Se alejó de ahí yendo hacia la puerta, al abrirla y antes de salir fue detenida al ser mencionada por Michael.
-Michael: Zairis... ¿puedo saber quien era por lo menos?.
-Zairis: no es de tu incumbencia mich, para mi es mejor que no lo sepas.
Sin dirigirle la mirada esta salió azotando un poco la puerta.
-Michael: está bien...
<
-Michael: ham....
<<¿Por qué no habres la caja que te dio?>>.
-Michael: buena idea.
Fue al mismo tocador donde la chica había dejado los platos y el vaso para dejar posada la caja en un lado de todos, al abrir la caja había un papel doblado, lo tomó y al desdoblarlo vio que había un buen de escrito en la hoja.
"Mich, aquí dejo tu ropa, nos costó mucho a mi y a Lucy quitarle los restos del arma que te apuñaló para poder remendar tu camisa, las lavamos y remendamos tanto tu pantalón como la camiseta de los pequeños agujeros que tenia, esperamos que sea de tu agrado el resultado".
Dejó a un lado el papel para primero sacar de la caja un par de zapatos suaves de un color blanco con una suela de lo que parecía ser goma de un color negro, después un pantalón de mezquita y una camiseta también blanca, en unos cinco minutos este se había cambiado de ropa, al verse al espejo se empezó a dar media vuelta para verse mejor.
-Michael: me siento extraño ahora al usar esto....
<
-Michael: estoy hablando enserio, hace tiempo que no me volvía a ver con esta ropa... ahora me siento raro.
Regresó a la caja para sacar de ahí lo que quedaba, la camisa café que tenia aquel día, después de meses la había vuelto a ver, se fue nuevamente frente al espejo, se vio con detenimiento para después ponerse encima la camisa.
<
-Michael: cállate, arruinas el momento idiota.
<
-Michael: ya lárgate, déjame un poco a solas.
<
-Michael: ¿puedo saber por qué dices tantas groserías mexicanas?.
<
-Michael: ¿y quien era tu anterior portador?.
<
-Michael: ¿y nunca pudieron hablar?.
<
-Michael: [. . .] Bueno... otra pregunta, ¿cuantos portadores has tenido?.
<
-Michael: ya veo... han sido bastantes.
<
-Michael: seria mejor comerme la comida que me dejó Zairis antes de que se enfrié.
<
Dirigió su mirada a los platos que había dejado la chica hace ya rato, era un desayuno simple, lo que parecía ser huevos revueltos con un pedazo de pan, un tazón con sopa y un vaso de agua.
<
-Michael: es mejor que nada, ademas, no me gusta comer demasiado.
<
Ignorandolo este empezó a comer todo lo de los platos, después de haber terminado este puso en torre los trastos ya vacios y salió de la habitacion.
<<¿Y ahora?>>.
-MIchael: tengo que buscar a Sython.
<
Sin responderle este empezó a correr por toda la mansión.
-Michael: <
<<¿Por que no pruebas en los jardines?>>
-Michael: buena idea.
Rapidamente fue corriendo hacia afuera de la mansión, para seguido dirigirse a uno de los jardines laterales, al acercarse empezó a escuchar jadeos, junto a choques metalicos, al dar la vuelta para entrar al jardin, lo primero que vió fue al chico que lo estaba entrenando, pero con una ligera diferencia a normalmente se le veía, ya que de su cabeza se agitaba una pequeña melena de color naranja, ya que al parecer este no llevaba el casco puesto, y de su cabeza no logró ver nada más ya que estaba de espaldas a Michael cuando llegó, ya que este andaba practicando por si solo.
-Michael: ¿Sython?... ¿eres tu?.
-Sython: ¿¡eh!?.
Una corriente de agua fluyó rápidamente de su cuerpo para cubrir en un abrir y cerrar de ojos su cabeza, seguido tan pronto como el agua apareció, esta desapareció de su cabeza dejando ver su casco puesto cubriendo nuevamente cualquier rasgo o aspecto de su cabeza, volteó con un notorio enojo remanente.
-Sython: ¿que quieres inútil?
<<¿No conoce otro maldito lugar que no sea los jardines?>>
-Michael: eh....
-Sython: habla de una maldita vez, que es lo que ocupas.
-Michael: a-ah si, ¡Sython!.
-Sython: ese es mi nombre, que ocupas.
-Michael: ¡quiero el entrenamiento pesado!.
-Sython: ¿eh?.
-Michael: ¡como escuchaste!, ¡quiero el entrenamiento pesado!.
-Sython: ¿acaso te golpeaste la cabeza?.
-Michael: técnicamente me la hicieron pedazos.
-Sython: es cierto, si vi tu cuerpo descabezado cuando lo trajo Zairis.
-Michael: ¡ese no es el punto!, Sython, quiero hacerme más fuerte, quiero la revancha contra el que me hizo eso.
-Sython: ¿ah si?, ¿y por que motivo te haría caso?, hace unos días rechazaste la oferta del entrenamiento.
-Michael: e-eh....
-Lucius: es por orden mía.
Sin que ambos se dieran cuenta el hombre de melena rojiza ya se encontraba de brazos cruzados detrás de Sython, este se volteó enseguida.
-Sython: ¡señor Lucius!.
-Lucius: ya oíste Syth.
-Sython: a pesar de tantos años aun no me acostumbró a esa habilidad, algún día me matará de un ataque al corazón mi señor.
-Lucius: no te desvíes Syth.
-Sython: *suspiro* sus deseos son mis órdenes, entrenaré arduamente a Michael.
-Lucius: si no veo mejoras en un año, tendré que tomar el entrenamiento en mis manos.
-Sython: mi señor, pero sea amable con Mich.
-Lucius: los entrenaré a ambos.
Fue interrumpido, y al escuchar eso Michael notó fácilmente como se paralizó.
-Sython: n-no se preocupe mi señor, ¡empezaremos con el entrenamiento de inmediato!.
Agarrando con fuerza temblorosa su espada este se volteó a con Michael.
-Sython: ya oíste, empezaremos ahora mismo, ponte en posición.
-Michael: ¡a la orden!. . . Espera.
-Sython: ¿que sucede?.
-Michael: jeje... este... olvidé mi hoz.
-Lucius: aquí esta, si me di cuenta cuando te vi, no la vuelvas a olvidar.
Lucius estaba ya a un lado de Michael, tenía la hoz de este en la mano.
-Michael: ah, lo siento, no volverá a suceder.
-Lucius: eso espero.
Este al apenas tomar su hoz notó que ya no estaba el hombre junto a él.
-Michael: bueeeeno.... ¿empezamos sython?.
-Sython: por favor.
-Michael: ¿por que tanta prisa?.
-Sython: Michael, solo empezamos ya, no quiero volver a ser entrenado por el señor Lucius.
-Michael: ¿tan feo esta?.
Una amplia corriente de agua cubrió el cuerpo completo de Sython, la sombra de su cuerpo se notaba entre el agua, este viendo como la armadura del chico se iba disolviendo.
-Sython: es algo que no te recomiendo experimentar.
-Michael: esta bien, cuenta conmigo para completar nuestro entrenamiento.
-Sython: más te vale.
-Michael: oye, ademas, ¿que haces?.
-Sython: quiero saber como fue tu... ¿pelea?, si así se le puede llamar, cual era las habilidades de tu enemigo.
-Michael: hmm... de lo que recuerdo, mis golpes no le hicieron nada, aparte... creo que tienes una gran velocidad... {me sorprende con el cuerpecito que se carga}.
-Sython: entonces me prepararé para el entrenamiento.
La corriente se agua se redujo a nada para mostrar una nueva apariencia en el chico, su armadura había cambiado drastidamente, de verse robusta y pesada, cambió a una ligera y de protecciones delgadas.
-Michael: ¿y eso para que?.
-Sython: con esto me aligeré, así que mi velocidad aumentó.
-Michael: sigo sin entender para qué.
-Sython: tu entrenamiento consistirá en aumentar tu tiempo de reacción, aumentar tu fuerza y también tu velocidad.
-Michael: ¿¡aún más!?.
-Sython: ¿alguna queja inútil?.
-Michael: tch... no, ninguna.
-Sython: entonces... empieza a correr.
-Michael: espera, ¿que?.
Este sólo vio como el pedazo de jardín en el que estaba el chico salió disparado, para en menos de unos segundos tuviera al chico ya frente a él, con todas las intenciones de atacarlo con su espada.
-Michael: ¡oh mierda!.
Este arremetió contra Michael, moviendo la hoja de su espada en un corte en horizontal, este esquivándolo arqueado su espalda hacia atrás, seguido de que la espada terminó su corte, Michael saltó hacia atrás manteniendo la distancia.
-Michael: ¡pero desgraciado!, ¡por lo menos dame una advertencia!.
-Sython: en una verdadera pelea no hay reglas, por lo que no hay necesidad de advertir de nuestros golpes.
No se dio cuenta de en que momento Sython había llegado atrás de este, lo único que su cuerpo pudo hacer fue voltear ligeramente a la vez que un largo escalofrío recorrió desde su cuello hasta sus piernas.
-Sython: así son las peleas reales, no como las de series humanas.
-Michael: ¿e-eh?.
Antes de que pudiera reaccionar fue recibido por un contundente golpe en al costado de su cabeza, la fuerza fue lo suficiente para hacerlo salir disparado chocando contra uno de los muros exteriores de la mansión.
-Lucius: ¿que piensas sobre el chico?.
-Zairis: es impulsivo, despreocupado... aun no deja de ser un humano.
Ambos estaban en un balcón de la mansión observando desde la distancia el entrenamiento de ambos.
-Lucius: ¿crees que nos sirva de algo?.
-Zairis: siendo sincera le veo un gran potencial, lo ideal es entrenarlo lo mejor posible, asi nos podriamos evitar un porblema de nuevo con los arcangeles.
-Lucius: exacto, ustedes son los encargados de mantenerlo vivo.
-Zairis: aún me extraña que no sepa nada sobre todo eso.
-Lucius: ¿a que te refieres?.
-Zairis: sobre su sello, el legado de sus antepasados, ¿no se supone que todos los portadores saben o les cuentan sobre su sello?.
-Lucius: ¿como sabes eso de el?.
-Zairis: llegó a salir el tema en una de nuestras conversaciones, me contó que nunca le habían hablado sus padres sobre éso.
-Lucius: oh ya.
-Zairis: además, me sorprende que en unos cuantos meses haya logrado alcanzar el nivel de una de nuestras mejores unidades.
-Lucius: lo sé, pero a ambos le falta mucho por aprender, Mich tiene que seguir avanzando de lo contrario no logrará defenderse si regresa a su hogar.
-Zairis: ¿permitirá que regrese al mundo humano?.
-Lucius: no importa si ahora es un demonio, sigue siendo un humano en alma, si se mantiene en este mundo no puedo imaginar lo que ocasionaría.
-Zairis: ¿esta consciente que no le gustará a la señorita Lucy?.
-Lucius: lo sé, pero prefiero eso a que el bien amoroso de mi hija.
-Zairis: vaya, es la primera vez que no es indulgente con ella.
-Lucius: una cosa es que rechace a los pretendientes, y otra que mantengamos al dueño del sello en el inframundo.
-Zairis: entonces no es por el bien de él, si no por el bien del inframundo, ¿cierto?.
-Lucius: es mejor que se destruya el sello en el mundo de los humanos, así el inframundo estaría a salvo.
Con un profundo suspiro esta se marchó, pero antes de salir del lugar se detuvo dándole la espalda a Lucius.
-Zairis: doy gracias por todo lo que usted me a brindado mi señor, pero le diré algo desde lo profundo de mi, estoy segura que él no hubiera hecho eso.
-Lucius: lo sé, pero a comparación de él, yo velo por el bienestar de todo ser vivo que esta bajo mi dominio, y nada más, retírate.
-Zairis: no tiene que repetirlo.
Renaudo su camino para perderse entre los pasillos.
Pasaron horas, ya el atardecer estaba llegando, y con esta la oscuridad de la noche, ambos chicos estaban agitados en el césped, a duras penas se podían mantener sobre una rodilla, con las prendas desgastadas y sudorosos se tumbaron al suelo.
-Michael: ¡Jaja!, ¡te gané!.
-Sython: sigue pensando en esa ilusión, si no estuviéramos cerca del hogar del señor Lucius ya te hubiera hecho pedazos.
-Michael: ¡excusas!.
Apoyándose de su hoz se levantó un poco tambaleante, se acercó a Sython extendiendole su mano.
-Michael: vamos, te ayudo a levantarte.
-Sython: no ocupo de tu patética ayuda, yo solo me puedo levantar, solo que... deja que se me desentuma él cuerpo.
-Michael: bueno, como tu quieras.
Se movió de tal manera haciendo que su columna crujiera, y usando su hoz como bastón se marchó.
-Michael: ¡solo no digas que no te quise ayudar!.
-Sython: {tch... jodete}.
Llegando a su habitación lo primero que hizo fue quitarse lo que le quedaba de su ropa, apenas notó que en la habitación habia otra puerta, al abrirla se dio cuenta que era un baño privado, el baño entero era de mármol con detalles de oro, estando boquiabierto se dirigió a la bañera.
-Michael: a la.... madre.... *solloza* en donde vivo no hubiera tenido algo tan bonito
Abrió la llave del agua y lo primero que hizo fue quitarse su ropa interior y meterse a la bañera, la presión del agua fue lo suficientemente grande para que la bañera se llenará rápidamente, se sumergió hasta que su nariz rosaba el agua, mientras esté tenía una cara de inimaginable placer.
-Michael: hace tiempo que no tengo un merecido baño... que bien se siente....
<<¿Como te fue matador?>>
-Michael: *glu glu*.
<
-Michael: cállate, no ayudas.
<
-Michael: ¡¡cállate puta cosa amorfa!!, como sea, te aseguro que la próxima vez ese mantecoso verá lo que es bueno.
<
-Michael: ya casi no soporto tu sarcasmo.
<
-Michael: ¿enserió?, ¿que buena noticia?.
<
-Michael: ¡vete a la mierda!, ¡esas no son buenas noticias!.
[ . . . ]
-Michael: ¿Taito?, jodete, espero no poder hablar contigo en otros dos días.
Después de unos minutos en el baño salió para ponerse la primera ropa que encontró en el armario, la cual lo único que tenía era la ropa holgada de repuesto que le habían dado, se dejó caer en la cama para quedarse profundamente dormido.
[¿Donde estoy?, esto que estoy pisando es... ¿nieve?]
El paisaje era una hermosa pradera coloreada de blanco por la nieve, contrastando con un cielo completamente oscuro. A lo lejos se escuchaba levemente una voz dulce tarareando una canción.
[¿Hola?, ¿hay alguien aquí?]
Michael se sintió hipnotizado por la bella melodía de esa voz, y sin dudarlo empezó a caminar hacia ahí.
[Oye... ¿acaso te quedaste perdida tu también aquí?]
Conforme se iba acercando lograba divisar algo, sin estar seguro de lo que era decidió acercarse más, no estaba preparado para lo que vería, una mujer de estatura alta, su vestimenta era parecida a la vestimenta japonesa antigua, un kimono completo de color blanco con bordes rojos, lo que le llamo la atención fueron tres elementos de ella, su altura poco habitual, una larga y bella cabellera color plateado, y lo más vistoso, un par de orejas largas y puntiagudas en su cabeza acompañadas de una esponjosa cola del mismo color de su cabello, la cual se movía con naturalidad estando atrás de su cadera.
[Vaya... si me dejó tocado el golpe de hace días... oiga muchacha... ¿esta perdida?]
Al acercarse un poco más la mujer salió de su pequeño trance, se giró rápidamente con una gran sonrisa.
[No lo puedo creer, ¿¡has regresado!?]
Michael quedó atónito, la mujer tenía un hermoso rostro claro, unos grandes y bellos ojos color rojo y unos adorables bigotes adornando sus cachetes.
[Espera... tu no eres él... ¿que haces aquí?]
[Em... ¿perdon?]
[Te eh preguntado, que... haces... ¡aquí!, ¡largó!]
Lo último que vi fue como desapareció ese bello paisaje ante mis ojos junto a la mirada llena de furia de esa mujer.
¡La primera parte del tercer capítulo concluye aquí!
Seguiré escribiendo la parte dos, esta vez con más inspiración y con esperanzas de que salga rápido, muchas gracias por leer!
:D