Un chillido se oyó por toda la calle, sin esperar cerró el candado y guardó las llaves, sin nada más que hacer, se fue del local.
Como en todas las noches, un largo viaje de 20 minutos, lo esperaba todo recto por esa fría carretera.
Caminó mirando los alrededores en cada manzana algo diferente se veía; un bar empezó a sacar a los alcohólicos, un pobre buscaba cosas entre la basura y un vagabundo masturbándose mientras dormía.
Él sólo hecho una minúscula mirada y continúo su camino con prisa. No sabía por qué, pero su instinto le decía que algo andaba mal.
Pasando por el semáforo que divide su caminata nocturna, le pareció ver una pequeña figura en la otra manzana.
Se detuvo y giró su cabeza a la derecha: vio una niña con solo una camina.
Terminó de cruzar la esquina, con la espalda en la pared sacó su celular. Tras mucha insistencia le contestaron.
"9-1-1 ¿cuál es su emergencia?"
"Calle 14, Carrera 5 ¿cuánto tardarán?"
"Tengo un oficial a 15 minutos, ¿cual es su emergencia?"
"Vi una niña en una esquina, parecía perdida, tiene solo una camisa y creo que le vi sangre"
"...por favor, no cu—
"¡..!" Justo cuando miro el celular, un pequeño ser rodeó sus brazos en su estómago y lo apretó, su celular se le escapó.
"¡Señor!" Durante segundos no pudo soltar ningún ruido, trató de escapar, pero la niña se aferraba.
A cada suspiro una erección se formaba, y la niña más presionaba su pequeño cuerpo con él.
Así quedaron hasta que él la miro, radiantes como gemas, y con una sonrisa que no era inocente la niña le ordenó.
"Señor, nada pasó, valla a dormir"
Su cuerpo por sí solo se movió, la niña se soltó, y él empezó a irse.
"¡Ja! Soy asombrosa, sin ninguna víctima"
Al escuchar eso empezó se dio la media vuelta.
"¿eh?"
El regresó, se agachó y recogió su celular, la niña solo lo miró con sus ojos brillantes. Tras su acción se fue corriendo a la casa.
Esa noche corrió sin mirar a tras, su corazón saltaba a cada segundo y su cuerpo sudaba sin parar.
Al entrar a casa, cayó dormido.