Ishtar se baja del auto; entra al restaurante buscando a Sandro con la vista, lo localiza en una mesa apartada, texteando en su celular; se acerca a él, lo saluda con un beso en la boca, y una pequeña sonrisa, de una forma mucho más efusiva que durante la mañana –Amor
Sandro sacado de onda, por la actitud cambiante de ella, le responde el beso y le abre la silla –Hola, ¿todo bien?
Ish dudosa –algo… ¿por?
Sandro –tardaste mucho, creí que algo más te había distraído –Ish hace una mueca y agacha la mirada- ¿qué paso?
Ish exhala largo y luego toma aire para contarle – después de colgar contigo, salí de mi privado hacía el auto, Astrid mi prima me detuvo para hablar de… de un abogado que le presente; discutimos, me enojé, salí del ascensor molesta, no me di cuenta que un auto iba a salir y casi me atropella
Sandro preocupado y exaltado se agacha para comprobar el estado de Ishtar desde los pies – ¿qué? ¿Te paso algo?
Ish – todo bien, Joseph me alcanzo y me jaló a tiempo, evitando que el auto me arrollara
Sandro – ¿y que él imbécil no se fijó?
Ish –lo mismo digo, pero no y se largó –Sandro niega con la cabeza, mientras con la mirada escrutante la revisa entera- estoy bien, de verdad –le dice intentando ser convincente- no sé cómo me vio, pero no me dejo manejar y me trajo él; pero por eso me retrase y mi auto se quedó.
Sandro la mira fijamente – fue lo mejor, y por el auto mañana veremos, ahora sí me contaras porque contrataste a tu prima; aun cuando siempre has sido reticente a juntar el trabajo y la familia, y más a trabajar con mujeres. Además de que llevas mucho queriendo alejarte de tu familia
Ish dudosa –si, tal vez debamos iniciar con eso… pero hay que ordenar primero
Sandro se acomoda en el asiento, haciendo una mueca de dolor – pedí pasta a la boloñesa y ravioles, para ambos
Ish sorprendida, le sonríe afablemente – ¡Oh! Que rico, gracias
Sandro –siempre quieres comer todo, no te lo terminas…
Ish ríe – ¡ya! Ya, está bien y…
Sandro – Si, pedí vino tinto
Ish sonríe y le regala una mirada ilusionada y feliz –bien, tienes todo preparado y controlado; aunque… bueno, dejémoslo –aspira feliz y toma la mano de Sandro, le da un beso, y no puede evitar que sus ojos se llenen de agua; sacude la cabeza para despejarse, pero Sandro la toma del mentón con la mano y le da un largo beso, que la hace olvidar un poco de todo el estrés– ¡te amo! –le dice sonriente y con los ojos cristalinos
Sandro – yo también te amo; y sé que… -Ish lo calla, con un dedo en sus labios
Ish – ¡Shhh! Hablamos después… quiero comer sin volver a arruinar mi maquillaje
Sandro – ¿otra vez?
Ish – tengo exceso de emociones… prefiero que comamos tranquilos y luego hablamos de lo que ha pasado
Sandro –está bien, pero… no hay mucho que contar
Ish guarda silencio unos minutos y luego desvía el tema– a Astrid la contrate, porque en primera fue idea de Josué, en segunda por que la opción era que se quedara ahí o enviarla con ustedes; tercera me sentí en parte culpable por ser el motivo u objetivo de que la hayan corrido, además que siento que le debo compensar en algo o de alguna forma, después de tantos años de lejanía; de que ella no tuvo nada de mi familia.
Sandro –pero eso no es tu responsabilidad, tu no le debes nada.
Ish –lo entiendo, pero así me siento; además que estoy consciente, que se siente bajo mi sombra, siempre la han comparado conmigo y lo seguirán haciendo
Sandro – Esa tampoco es tu culpa; ella tendrá que darse a conocer, por sí misma. El que lleven el mismo apellido no es garantía de que siempre las van a comparar o siempre te verán a ti como la única Marshall. A ti te reconocen por tu nombre; da igual el apellido; además… tú también lo padeciste, de alguna forma; muchos lo hemos pasado y no por eso nos detendremos
Ish –pues sí, pero me siento en deuda con ella y por los años, que aunque ya nos habíamos reencontrado, nos alejamos, me alejé, o la alejé
Sandro –tal vez ahí sí tengas culpa; pero no solo tú te alejaste, ella también.
Ish –como sea, vi una oportunidad para acercarnos; y reparar mi culpa
Sandro –eso es lo que quieres, callar tu conciencia –ella se queda atónita- no solo podías haberlo hecho así. Pero sí ahora estarán más tiempo juntas y cerca; porque así lo decidieron ustedes.
Ish –sí, pero…
Sandro – ¿pero?
Ish –y ¿sí se vuelve a alejar?
Sandro – si se aleja, quedará en ella; no en ti. Tú ya estás haciendo el esfuerzo, le toca a ella. ¿No crees?
Llega la comida, y el vino.
Ish apenada asienta con la cabeza – quisiera poder contar con ella como familia, de verdad
Sandro –solo el tiempo lo dirá. ¿Y de tu hermana?
Ish cambia su gesto a uno de más confianza y cierta culpa por alguna travesura – Dakota –dice con una sonrisa y recordando- necesitábamos a alguien que hiciera lo administrativo en la Oficina, iba a preguntar si me podría recomendar a alguien; pero justo ese día antes de que decidiéramos eso en ISHMAR, Dakota me dejo un recado pidiendo verme, cuando nos vimos me pidió ayuda porque estaban haciendo recorte de personal; y salió así… que ella trabajaría, por un tiempo. Además de que tanto ella como yo, no estamos seguras al cien por ciento de las intenciones de Astrid; quiero pero me cuesta confiar en ella.
Sandro– no entiendo porque. Digo no es que seas de las que confía en todos pero es tu prima. Dudo que te quiera hacer daño
Ish– no sé. Convivimos menos de un año de pequeñas, pero su madre la alejo por completo de la familia y también aquí nunca se le busco. Hasta que ella vino se presentó y volvió a conocer y convivir un poco hace ya varios años y volvió a alejarse. No sé si guarda algún rencor, no conozco sus sentimientos, no la conozco en sí a ella.
Sandro– no necesitas ser tan controladora. Date tiempo para conocerla, y no la juzgues antes
Ish– sí, pero es extraño, que vaya a verme diciendo que la corrieron acusándola de espionaje y que me dio información de ese despacho para que yo consiguiera a GRUPO MERT –dice evocando una risa de chiste- Entonces yo le he pedido se quedará en ISHMAR y ella se negó, le ofrecí apoyarla para que entrara con Ustedes y lo dudo; pero al final en vez de irse se quedó hablando con Josué y cuando regrese con Dakota para comentarle de la posibilidad de que ella cubriera la parte administrativa y contable, Astrid ya había dicho que si a Josué. ¿No es extraño?
Sandro le acaricia el rostro a Ish con el torso de la mano – son muchas ideas de complot, mi amor, eres muy paranoica, debes darle un voto de confianza ¿no crees? Si quieres que ella confíe en ti, tú debes confiar en ella. Has dicho que han estado siempre alejadas y más ella de la familia pero eso no implica que guardé rencor. Solo necesitan conocerse. Y ella entenderá que tú, eres una de las mejores personas que existe –le da un beso en la mano, como cualquier galán antiguo– y que también cometes errores.
Ish se estremece, y se pone un poco colorada, sonriendo ante el gesto de Sandro – está bien
Después de comer, y servirse la tercera copa de vino
Sandro – ahora si me dirás que te ocurre, estabas muy extraña, fría, distante…