ISHMAR
Hannah, ansiosa, pregunta por quinta ocasión –Lola ¿ya llamó Josué o Ishtar?
Lola –No licenciada, aun no; en cuanto se comuniquen le aviso
Andrés – ¿Qué pasa?
Hannah –quiero saber sí ya vienen de regreso
Andrés – ¿Por qué la urgencia?
Hannah –necesito comentarles sobre los resultados que tengo de los eventos de beneficencia, las propuestas y demás
Lola, interrumpe –Pero… no podrá hacerlo hasta el lunes
Hannah – ¿Por qué?
Lola, les explica – la Lic. Marshall se va de fin de semana, regresa hasta el mediodía del lunes. El licenciado Josué dijo que se quedaría en la CDMX este fin, me pidió hacerle reservación en un hotel cerca del teatro e informarle a su esposa que se fuera a la Ciudad pasado del medio día.
Hannah, abatida, exclama – ¡Pff! Bueno entonces tendrá que esperar
Andrés – ¡relájate! –le dice, masajeando sus hombros y conduciéndola hacia su oficina– Vamos, ¿quieres que te ayude?
Hannah –sí; necesito una opinión debo dar una respuesta pronto; y creo que a ninguno de ellos le importa esto
Andrés –sí te lo encargaron a ti, es porque confían en ti
Hannah le responde con un poco de estrés y nervios –sí, lo entiendo, pero hay cuestiones que no van con lo mío
Andrés –deberíamos tener una persona administrativa que se encargue de todas estas cuestiones y otras tantas que a ti te estresan y no son de tu profesión
Hannah –no lo había pensado, antes no era tan complicado
Andrés –antes, no tenían tanto personal
Hannah –touche
Andrés – puedes proponérselo a Josué, estas desviando tu atención de los asuntos, que son más importantes, por enfocarte en esto.
Hannah suelta un largo suspiro – Si, pero es que tenemos tantas cosas, que hacer… ¡hay! le diré
Andrés –Sí. Ahora veamos que tienes –le dice sonriendo
AEROPUERTO
Joseph –Buen viaje Ish
Ish –Gracias Joseph –le abraza y da un beso en la mejilla despidiéndose- cuidado con el tráfico y transito
Joseph –descuida, soy chilango –ríe y baja de la camioneta– además hoy soy chofer –Ish lo interroga con la mirada y un gesto- voy por la esposa de Josué, van a pasar aquí el fin de semana
Ish sonríe feliz– lo necesitan; que bueno. Ve con cuidado
Joseph –lo dices por ella ¿verdad? –Ish solo ríe, cerrando la puerta, y se despide con la mano; camina dentro del aeropuerto
Llamada…
Ish – ¿Dónde estás?
Sandro –En el estacionamiento, estoy bajando las maletas; ve formándote por los boletos
Ish – ¿ya los compraste?
Sandro –ya, te mando el folio para que los recojas, en lo que llego hasta ti
Ish –Ok…-cuelgan**
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Sandro –Gracias por traerme
Pablo –No hay problema, diviértete y descansa
Sandro –Gracias, ¡cuídate!
Pablo –sí, ya veremos que hacer el lunes.
Sandro –déjalo pasar, llegara algo mejor
Pablo –quiero ser entusiasta. Nos vemos
Sandro entra al aeropuerto hasta llegar donde Ishtar está formada a punto de pasar a ventanilla
Sandro – ¡Ish! –ella voltea y aparece de inmediato una enorme sonrisa en su rostro y le brillan los ojos
Ish – ¡amor! Justo a tiempo
ISHMAR
Pedro –Buena tarde Lola, puedes anotar en la agenda estas audiencias –entregándole varias carpetas
Lola –Buena tarde, si
Pedro –y me puedes comunicar con el cliente de este asunto –le entrega un folder
Lola lo revisa y le detiene –pero este es cliente del Lic. Lucio
Pedro –lo sé, pero lo necesito el día lunes aquí en la mañana; programa una cita para él, debe firmar un documento
Lola –está bien
Pedro – ¿aún no han llegado?
Lola –no, pero acaban de llamar diciendo que han terminado exitosamente; los licenciados Lucio y Joseph vienen en camino
Pedro – ¿llegaran aquí?
Lola – Si, deben traer la camioneta
Pedro – cuando llegue Lucio le dices que vaya a verme –le dice, yéndose a su oficina
Lola lo vuelve a detener –Si; eh Lic.
Pedro, da media vuelta – ¿Si?
Lola –lo están esperando
Pedro – ¿Quién?
Lola –no quiso dar su nombre pero es una Srita bastante…
Pedro, haciendo memoria e intentando descifrar lo que ella quiere decir, da con la persona que lo está esperando; frunce el ceño y aspira hondo –no te preocupes Lola, ya sé quién es; has lo que te pedí y me avisas de favor –camina hacia su oficina, algo nervioso y ansioso por saber ahora que ocurre para que ella, venga a buscarlo y a su oficina. – ¿Qué haces aquí?
-Hola
Pedro – ¿Qué ocurre?
-¡Que frio! –Él le lanza una mirada fría- bueno, acabo de llegar de viaje y pensé que…
Pedro exasperado la interrumpe – ¡no me importa!
-pero…
Pedro –Mía, puedes hacer lo que te plazca con tu vida; no me interesa. Estoy casado desde hace mucho, estoy feliz con mi esposa; no me interesa tener nada que ver contigo
Mía –eso no decías antes…
Pedro –antes podías ejercer influencia sobre mí, pero, ¡eso ya paso!
Mía – ¡has cambiado mucho! ¿Qué te ocurrió?
Pedro – nada, solo me di cuenta de la verdad, que solo me usabas, nunca me amaste. Y ¿sabes? yo dejé de amarte
Mía –no, tú no puedes haberme dejado de amar
Pedro se carcajea burlándose –claro que sí, ya no me importa nada sobre ti; y sí no vienes a contratar los servicios de este bufete ahora vete
Mía – ¿hablas en serio? –Sorprendida y dolida– Me estas corriendo –se acerca a él, insinuante
Pedro se aleja, y toma el teléfono – ¿te vas o llamo a seguridad?
Mía –está bien, veo que tu mirada ha cambiado, tú ya no eres el mismo, ya no eres mi Pedro
Pedro –no, no soy el mismo; ahora vete y no vuelvas
Mía sale de la oficina llorando, entra al elevador; cuando Andrés la alcanza a ver desde la puerta del privado de Pedro, y le pregunta a Lola con una seña: "quien"; ella solo señala la puerta de Pedro, con el mentón y alza los hombros; él se asoma a la oficina de Pedro, que está abierta
Pedro, con el auricular del teléfono en mano y con voz molesta y exigente–Lola, ¿ya contactaste al cliente de Lucio?
Lola –ya, lunes 10:30 a.m. ¿necesita algo?
Pedro –Que por ningún motivo, vuelvas a dejar entrar a esa mujer que acaba de salir; así tenga que ser con seguridad o los mismos militares; no importa, no quiero volver a verla aquí
Lola –entendido. –cuelga
Andrés, que ha escuchado, desde la puerta le dice a Pedro, con voz monótona –no deberías gritarle a Lola. No tiene la culpa
Pedro levanta la mirada, fastidiado y molesto –lo sé, pero… me saca de casillas
Andrés junta las cejas y pregunta – ¿Lola?
Pedro, más irritado suelta – ¡No!
Andrés –tiene que ver con la mujer que salió llorando de aquí
Pedro, sin ocultar su estado de ánimo negativo, se desahoga un poco –esa arpía, es una… -respira y se contiene- estuvimos a punto de casarnos pero me abandono; luego volvió cuando yo estaba casado y por poco, hecho al barranco mi matrimonio que ya llevaba tiempo, sí no fue por…
Andrés – ¿por?
Pedro suspira y contiene las palabras –se volvió a ir; y ahora otra vez, está aquí, y ¿para qué? –Dice desesperado– ¡para joderme la vida y la existencia!
Andrés –tienes que tranquilizarte; ¿quieres que vayamos por una copa? Necesitas relajarte
Pedro –sí, lo necesito; mañana vendré a terminar esto; ahora no tengo cabeza
Andrés –no puedes dejar que esto te afecte, sería como permitir que ella se salga con la suya
Pedro – no sabes como la detesto
Andrés – me imagino…
Pedro – nunca me amó
Andrés – lo bueno es que te diste cuenta, a tiempo