Ishtar recoge sus cosas y deja el folder sobre los expedientes. Salen del lugar, directo a cenar. Josué llama a su esposa que no está nada feliz; por lo que se pasea por la acera, mientras Ishtar sentada en la mesa habla con Sandro por teléfono, quien está un poco ebrio.
Ish –Amor, ¿qué tal va tu día? –le dice ansiosa por escucharlo. –
Sandro –Relajado, estamos comiendo, nadando, bebiendo… –El tartamudeando por lo ebrio. –
Ish – ¿estamos? –pregunta curiosa y dubitativa, casi con celos. –
Sandro – sí, los niños, Pablo, Lisa, sus hijos
Ish –ah. –Reacciona aliviada por la respuesta. –
Sandro – No te molesta ¿verdad?
Ish –Para nada –sonríe, mordiéndose el labio. – está bien que estén haciéndote compañía
Sandro – ¿segura?
Ish –Claro, no sería la primera vez que van.
Sandro –Entonces… ¿son celos?
Ish – jajaja
Sandro –Si es eso –sonriendo triunfante. –
Ish, responde con un tono como restándole importancia – ¡Que va!
Sandro – ¿Qué haces?
Ish –Acabamos de salir de la empresa, venimos a cenar y probablemente regresaremos a dormir temprano
Sandro – ¿a qué hora regresas?
Ish –Después de medio día
Sandro – ¿Qué harás temprano?
Ish –No sé. Sé que es lo que no haré
Sandro – ¿qué?
Ish –No le contestare de nuevo a Daniel, ni a ninguna de sus asistentes.
Sandro – ¿Daniel?
Ish –El imbécil, petulante, director del grupo
Sandro – ¡Oh! ¿Qué te hizo?
Ish –Simplemente… esa es su descripción de personalidad
Sandro –que complicado ¿no chocaron? –dice burlón. –
Ish – ¡Que gracioso! –ve que regresa Josué, y llega la comida. – Te dejo amor, no bebas tanto.
Sandro burlón le dice –Muy tarde. Descansa.
Ish –Tu también besos
Sandro –Besos – cuelga el teléfono y Josué igual guarda el suyo.
Ish con gesto preocupado pregunta – ¿Todo bien?
Josué –Si…
Ish –No parece, ¿Qué paso?
Josué, niega con la cabeza– cada día está más insoportable, más celosa, más bipolar, voluble, –talla su cara con la mano, como seña de frustración. – ¡está loca!
Ish – ¿Y no le has preguntado que le ocurre, que le molesta o porque actúa y se comporta así?
Josué –Si, pero solo dice que es mi culpa. No me da explicaciones, ni razones ni ningún tipo de señal del porque actúa así
Ish –Necesitas hacerla que trabaje, que tenga más actividades. Dedicarle tiempo a ella, hacer actividades juntos.
Josué aun frustrado y desesperado dice – ¿Cómo qué? No quiere hacer nada
Ish –No sé… ir al cine, salir a hacer las compras de la despensa, salir a cenar, ir juntos al gym o a algún deporte.
Josué –he intentado de todo, y aun así
Ish, le aconseja como su amiga, con gesto experto en el tema –Hazlo más constante. Dicen que actividades llenas de adrenalina ayudan a que hablen con la verdad o que aflojen. –Dice conteniendo una risita burlona– ¿La complaces en la cama?
Josué – ¡Por supuesto! Entonces que debo llevarla a lo más alto de la torre latino americana para que sienta adrenalina –dice en tono de burla; recibiendo un golpe de Ish en el brazo, con una mueca de desaprobación. – O aventarla de un paracaídas,
Ish –Algo así. Si no estuviéramos por iniciar este proyecto tan importante te sugeriría que te tomaras unas vacaciones.
Josué, ríe levemente– lastima.
Ish – un fin de semana no se compara pero… es algo
Josué – ¿tú harás eso?
Ish –Si.
Josué –Muy bien. Tal vez lo tome en cuenta
Ish – les hará bien. El viernes me voy a medio día; así que lo que quieras en la semana, la mañana del viernes es para dejar en orden lo de la siguiente y atender un par de clientes.
Josué –Creí que bromeabas –Ish solo sonríe. – Estas bromeando ¿no? –ella sigue sin responder; solo lo mira divertida, con una sonrisa. – no, lo haces…