Chapter 33 - Celos

Sandro – solo con él –niega con la cabeza. – ¿Y?

Ish – ¿Y? ¿Cómo? Eso fue la consecuencia del brazalete, no fui a la CDMX a eso.

Sandro – ¿ah sí? –Un poco más interesado, fija su atención en el brazalete. –

Ish – ¿para eso es no? Divulgar nuestra relación. Marcar territorio

Sandro, con gesto culpable, piensa "maldición me ha descubierto" niégalo, a la defensiva– no sé de qué hablas –aun molesto– Queríamos divulgar nuestra relación, yo nunca la quise esconder –le clava la mirada. –

Ish –no te pareció mal hacerlo

Sandro – ¿no? tanto que te mande que hacer un brazalete especial y llevan semanas yendo los niños con la psicóloga, preparándolos para recibir hoy la noticia de nuestra relación

Sandro le echa en cara esto, en un grito ahogando el coraje y el sentimiento negativo que lo invade; se queda callado con los puños apretados y la mirada llena de sentimientos contrariados clavada en los ojos de Ishtar; que se ha quedado fría y sorprendida por esto, pensando si tal vez ella es la que ha sido egoísta, o no

Ish – ¿de verdad? –Quebrándose le la voz, baja la guardia – ¿de verdad los niños…?

Sandro, manteniendo su molestia responde –si

Ishtar suelta unas lágrimas conmocionada por la situación; ahora se siente culpable – ¿Cómo están? ¿Cómo lo tomaron?

Sandro, manteniendo su tono seco y frio, responde – bien, pues se sorprendieron un poco pero estarán bien. Deben asimilarlo poco a poco al vernos juntos, pero en general les alegró que fueras tú, te quieren. ¿Sabes? Me preguntó la psicóloga si estaba seguro de decirles, si estaba seguro que esto era firme e iba para largo. Me advirtieron que, de decirles y luego terminar con esto les haría más daño… –Ishtar quería abrazarlo y besarlo pero su semblante de Sandro le decía que tal vez no era buena idea; estaba molesto y dolido; y sin lugar a duda, sus hijos, son un tema tan delicado como un terreno minado. – y ¿sabes otra cosa? No dude, sé que esto va para largo

Ishtar que tenía las manos cruzadas, las suelta y alcanza las de Sandro para darles calor y relajarlas un poco ya que sus puños se habían cerrado hasta ponerse blancos de la tensión – Sandro, esto va para largo, tampoco lo dudo –en un inicio sí, pero hace tiempo que ya no lo cree irreal. – estoy dispuesta a luchar por nuestra relación y quiero que comprendas, que puede haber mil hombres en la tierra, pero si antes no me importaban ahora que te tengo como pareja, menos. Sandro, te amo, y confió en ti, así también espero que confíes en mí –con la mirada más dulce e inocente que pueda tener. –

Sandro –yo no te doy motivos para estar celosa

Ish – ¿no? –suelta una carcajada sínica burlona. –

Sandro –no

Ish –te conozco desde antes de que si quiera pensaras en divorciarte. ¿No te acuerdas? Primero fui tu auxiliar y luego tú amiga. Te vi cómo te comportabas con Casandra, su recuerdo aún me molesta me pone celosa en muchas ocasiones, tienes una larga historia con ella que me saca de quicio y aun así debo controlarme porque ahora estás conmigo. –Suspira. – También como actúas con tus amiguitas… algunas coquetas y guapas otras no, unas las recibías con una sonrisa de cortesía otras con una coqueta; a unas un beso a otras dos; la mano en el brazo, espalda o cintura, dependía de la chica. La atención que les pones y el cómo las veías; aunque después te hicieras el inocente y te escudaras con el pretexto de tu pareja, con el simple hecho de exponer tu anillo de casado. Pero tu coqueteo era suficiente. Y es algo que a la fecha no has cambiado y nunca lo harás, porque es parte de ti, tu naturaleza tu personalidad. Las mujeres tampoco dejarán de coquetearte, porque eres atractivo, inteligente y exitoso. No te reprocho eso y tampoco que andes con las chicas que son tus auxiliares para todos lados, ni que puedas tratarlas como a mí cuando eso era. No señor, no lo hago así, porque así no funciona esto. –Le dice en casi un grito. –

Sandro estupefacto, la observa, se limita a secar con su pulgar una lágrima que cae y rueda por la mejilla de ella. Acercándose un poco más.

Ish – ¿ni te habías analizado? ¿Creíste que no me daba cuenta?

Sandro – no, no sabía que tú me habías observado tanto – Ish se encoje de hombros – ahora veo desde cuando me has puesto tanta atención; aunque yo no coqueteo –con una luz de ilusión en su mirada. –

Ish – no te das cuenta

Sandro – ¿porque no me dices más lo que sientes? Me escondes tus sentimientos –le reprocha. –

Ish –me cuesta trabajo comunicar mis emociones no es fácil para mí; y realmente, créeme que lo intento. Tanto lo intento que lo hablamos. Sí no, me encerraría en la habitación sin hablarte y sin arreglar las cosas o dialogar –con la voz quebrada entre sollozos. – Y esto se iría a la Mier… –Se calla antes de terminar; su educación le impide gritar groserías –

Sandro, suspira y la abraza para calmarla; algo que no soporta es verla llorar– ambos debemos hacer mucho más esfuerzo

Ish – así es. Deja de desconfiar de mí; deja de tener celos hasta de mi sombra. Un poco de celos alaga y está bien; pero en exceso nos estarán causando muchos, muchos problemas y llegara el momento en que no lo toleraré. No estoy acostumbrada a ello.

Sandro – creí que tú no sentías celos –ella ríe. –

Ish – No me gustan los dramas, ¿recuerdas? estoy acostumbrada a ser libre, aun con pareja; puedo ser fiel. Pero… sí es lo que quieres es que te cele; bien lo haré. No te he cachado últimamente en nada para hacerte un drama; pero te prometo que a la próxima no te librarás –lanzándole una mirada retadora de amenaza. –

Sandro – ya estoy dudando sobre sí quiero que me celes –ríe y la abraza de nuevo. –

Ish –muy tarde para retractarse

Sandro – me atendré a las consecuencias y no olvido que te gusta tu libertad; pero…

Ish –Estas acostumbrado a otro tipo de vida; entiendo, pero hay que adaptarnos

Sandro –Si, poco a poco

Ish – bien. Y sobre el viaje

Sandro –mis celos no cambiaran, pero no te puedo impedir que hagas tu trabajo

Ish – he perseguido esa empresa por mucho tiempo; es un contrato que nos da toda la región central de México, eso implica muchos viajes constantes

Sandro, exhala fuerte y resignado– Ish se lo que conlleva esta profesión, lo que representa esa empresa y lo que significa el que seas socia titular de la firma y tengas la región centro de ese grupo; y te apoyo. Pero no puedo evitar sentir los celos que me corroen por dentro, el pensar siquiera que alguien más te vea, roce tu piel, tenga el descaro de acercarse a ti o abrazarte y además se tome el atrevimiento de besarte; me hierve la sangre, –negando con la cabeza. – La simple idea me tortura –aprieta el puño y lo azota contra la barra de la cocina. –