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Chapter 28 - Erina

Las mañanas son duras por falta de sueño, las tardes rehenes del estrés de ser adulto y las noches cortas cuando transcurren sobre el ring.

"Para llevar solo cuatro días, nos has generado bastantes ingresos. Puedes ir a descansar por hoy." Dice Momori Yakuza a Ryo.

Niu se acomoda en el ombro golpeado de Ryo y juntos marchan a la habitación que se les asignó. Es un cuarto cercano al último piso, con buenas vistas a la Metrópolis Encantada. Cuenta con una nevera y baño propio con varios kits de aseo.

"Buenas noches Niu." Exclama Ryo, que cae exhausto al colchón.

Un par de horas después, la nariz de Ryo empieza manar sangre. En un inicio no se da cuenta, pero cuando empieza a coagular, se despierta.

Camina hacia el baño para detener el sangrado y mientras lo hace recuerda la batalla contra Death. 'Debo hacerme más fuerte.' Este tipo de pensamientos no le dejan conciliar el sueño.

Toma su calzado y sale de la habitación. Empieza a merodear por los pasillos de la Torre de los Ritos. 'Por increíble que parezca, hasta aquí duerme la gente.' Sonríe tontamente.

De pronto, Ryo parece sentir otra presencia cerca. "¿Hola?" Nadie contesta. Sin embargo, al girar la esquina Ryo se encuentra con una de las maid. Está quieta, mirando a Ryo.

"Buenas..." Susurra la chica. "Siento haberte molestado en tu paseo nocturno, no volverá a ocurrir." La maid se da la media vuelta.

"No, no te preocupes, no estaba haciendo nada importante." Responde Ryo. "¿Tenéis mucho trabajo las maid?"

La chica se pone más nerviosa aún. "Bueno... Generalmente no. Yo hago más horas que las otras porque vivo solo de esto. Ahora justamente tenía que llevar estas cajas al desván."

"Entiendo." Dice Ryo. "Déjame que te eche una mano. Soy incapaz de dormir." Amablemente Ryo toma una de las dos cajas. "¿Como te llamas, a todo esto?"

"Erina."

Erina tiene el pelo castaño, peinado a dos coletas, los ojos negros y la piel clara. El vestido de maid le cubre hasta las rodillas. Su edad ronda los 15 años.

"Yo me llamo Ryo. Trabajo desde hace poco aquí bajo el nombre de León Azul."

Erina mira el suelo. "Eso ya lo sé."

"¿Huh, cómo que ya lo sabes?" Pregunta Ryo.

Erina ahora mira la pared. "Nada..."

Al llegar al desván colocan las cosas en su lugar.

"¡Ahivá! No sabía que tuviesen herramientas malditas. Con lo bien que me iría tener una; hace nada se me rompió el gladio." Ryo se acerca a mirarlas con más detalle.

"Normalmente no pasa, pero muy de vez en cuando muere algún contendiente en el cuadrilátero. Aquí guardamos sus pertenencias." Explica Erina.

"¿Puedo coger una?" Dice Ryo con los ojos resplandecientes.

"Deberías preguntárselo a la señorita Momori." Asegura Erina con un tono menos nervioso que antes.

"Anda porfaaa." Insiste Ryo juntando los dedos índices.

El rostro de Erina enrojece. "Coge la que quieras."

Ryo observa las distintas armas que hay y finalmente se decanta por una naginata maldita (hechizada con amatista). "Muchas gracias Eri-"

De repente, Erina se encuentra pegada a su espalda.

"Ryo..." Susurra Erina.

El demonio de la lujuria se apodera de Ryo y coloca sus manos sobre el culo de Erina. Sin decirse nada, se dan la mano. Erina lo lleva a un cuarto cercano. "Este está vacío esta noche."

Erina se saca el vestido de maid y se sienta en la cama, cubriendo sus pechos con las manos. "No hay nunca chicos de mi edad por aquí."

"Pero..." Exclama Ryo sorprendido. "Tal vez vas muy rápido." Aún así, Ryo se acerca y la besa.

"¿Eres virgen, Ryo?

"Sí." Contesta él.

Con el paso de los minutos Ryo se va sintiendo más cómodo con Erina. Su piel suave le hace olvidarse de las heridas, las mentiras y la soledad de la noche.

Pasados unos minutos, se encuentran abrazados sin ropa en la cama, tapados por una gruesa sábana roja con un patrón de ondulaciones negras. Ambos somnolientos.

"Sabes algo, Ryo." Murmura Erina. "Soy una bruja."

Inevitablemente, Ryo se acuerda de Ember Widow y su sombrero picudo. "¿A que te refieres?"

Erina acaricia la espalda de Ryo con dos dedos. "Parece que no tienes mucha idea. La brujería es una doctrina que no requiere del uso de energía espiritual, sino solo conocimiento. Dicho conocimiento se suele transmitir generacionalmente, aunque en mi caso... mis padres murieron cuando yo era pequeña y aprendí todo por mi cuenta."

Ryo, que se encontraba exhausto, contesta. "Está bien." Y abrazándose a la cintura de Erina cae dormido.

"Sin embargo, al no ser la energía espiritual el motor de este tipo de técnicas, la brujería requiere del uso de ingredientes naturales o malditos. ¡Eh, no te duermas!" Se queja Erina enfadada.

A la mañana siguiente, Ryo despierta solo en la cama. '¿Donde se habrá ido Erina? Hmmm, al menos tengo la naginata, eso significa que todo lo de anoche fue real.' Una cierta sonrisa infantil se dibuja en el rostro del joven Shura.

Cuando regresa a la habitación, Niu le hace un breve interrogatorio. "¿Entonces que pasa con Usaga? Pensaba que tu y ella..."

"Nada, no pasa nada." Contesta Ryo. "Somos amigos." Ryo observa con obsesión su nueva arma.

En ese justo momento aparece Momori Yakuza. "¡Ryo!" Grita con imdignación. "Una cosa es que te deje andar de noche por el edificio y otra tomarte la libertad de robar una de mis armas."

Ryo se asusta y da un salto para salir de la cama. "Pero Erina me dijo que podia cogerla."

"¿Erina?" Momori lo mira extrañada. "¿A quién te refieres? Aquí no hay ninguna empleada que se llame así."

Al final, Ryo resolvió la disputa con la presidenta y, con su permiso, pudo quedarse con el arma. Sin embargo, ambos comprobaron en los registros que en la empresa no había ninguna Erina.