—¿Lista para salir de nuevo al mundo exterior?—pregunta Oliver.
—Sí...—responde algo confusa.
—Solo iremos a dar la vuelta y al cine, como me lo habías prometido antes—contesta Oliver mientras extiende su brazo.
Ella sonríe y le pide un momento, da media vuelta para subir las escaleras pero Oliver se lo impide. —Yo pagaré todo, me ofendes—ríe.
—Solo iré por unas cosas—le miente y sube con su madre para comentarle que saldrá y pedir algo de dinero.
Abre la puerta del cuarto y está su madre acomodando ropa. —Mamá... saldré con Oliver, y quería ver si me dabas dinero por favor—ríe. —Que extraño—agrega.
—Si, ya se que saldrás, ¿no quieres que te acompañe?... y claro—le entrega $50 dólares.
—Estoy bien mami—sonríe. —Me hará bien salir y además iré con Oliver, aunque no te go muchos recuerdos de él, pero se siente cool estar a su lado.
—¿Evelyn te va acompañar?—cuestiona Mariana.
Paola se niega y su madre asiente con un poco de disgusto.
Para su primera cita con Oliver lleva puesto un suéter color piel, jeans color negro y Adidas blancos.
Por supuesto, Evelyn la ayudo a cambiarse.
Sale de la habitación y se reencuentra con Evelyn, Oliver la espera en la sala y ellas están la cocina.
—Oye, ¿no me acompañarás?—le pregunta a su amiga.
—¿De qué hablas? No... iré a limpiar la habitación de invitados de la cual me acaban de adueñar...—ríe. —Aparte iré a mi casa por ropa, y decirles que quizás ya me quede a vivir aquí—ríe mientras la abraza y le encamina a Oliver.
Ambos salen de la casa y al llegar a la banqueta Oliver se aparta y saca algo de su jean.
—¿Tu auto? Si extrañamente eso lo recuerdo—ríe.
Le quita la alarma al auto y abre la puerta para que Paola suba. Ella agradece y sube.
—¿Bien, iremos a comer primero o al cine?—pregunta mientras enciende su Bluetooth y reproduce "L-O-V-E" de Nat King.
Ella escucha la canción y de inmediato una lluvia de recuerdos la invaden.
—¿La recuerdas? Es tu canción favorita y las veces que salimos siempre la ponías, igual cuando venía a tu casa algunas veces llegue a escuchar que la ponías.
—Sin duda alguna la recuerdo...—suspira y se va de espaldas sobre el asiento que estaba algo inclinado, cierra los ojos mientras los recuerdos vienen hacia ella.
—La música a veces es la solución a nuestros problemas, Pao...—enciende el auto.
Gotas cristalinas se deslizan sobre la mejilla del rostro de Paola, gira su cabeza hacia el exterior del auto. Oliver se percata y le seca sus lágrimas.
—Lo siento, pero entiéndeme... todo esto es muy confuso para mi...—le responde mientras se limpia sus lágrimas.
—Tu maquillaje se va arruinar si sigues llorando—le aprieta su mano. —Aunque seguirás siendo linda aún así—le tira un cumplido.
—Bien...—sonríe y de su bolso saca su maquillaje y se retoca. —Vamos al cine—agrega mientras con su espejo se retoca el maquillaje.
Oliver de incorpora a la carretera y conduce hasta la plaza donde se encuentra el cine, pizzería y sushi. Durante el trayecto aprovechan para charlar, de esa forma Oliver desvía la atención de Paola. Recordamos viejos tiempos, viejos momentos que vivieron juntos, observando la cuidad y deslumbrándose por la extraña sensación de estar en otro mundo.
Después de media hora llegan a su destino, buscan estacionamiento entre todos los autos y finalmente encuentran, bajan del auto y caminan hacia el cine.
—Creo que la película que teníamos planeado ver no estará, ya que eso fue hace ya 9 meses—ríe mientras ambos cruzan la calle.
Ingresan al cine y la película que más llama la atención de ambos es "After: Aquí empieza todo " así que compran boletos para esa función y de inmediato se dirigen al área de palomitas y bebidas.
—Permíteme pagar, tu pagaste las entradas yo pagaré la botana—le entrega en dinero al cajero.
—¡No! Te invite yo pago, créeme... tuve 9 meses para ahorrar—dice con sarcasmo mientras baja la mano de Paola.
El cajero no entiende el comentario y acepta el billete que de Oliver.
Después de unos minutos ingresan a la sala, Oliver acomoda las palomitas, bebidas y nieves que compraron, después saca su teléfono y toma una fotografía.
—Va para insta...—comenta mientras abre la aplicación en su teléfono.
Paola sonríe. —Me siento como una celebridad...—le da un sorbo a su refresco.
—Lo eres.
Saliendo de la función ambos caminan por la plaza. —La película me pareció un poco tóxica, ¿no crees?—comenta Oliver.
—Creo que así es el amor, a vacas tóxico—contesta Paola entre risas.
—Me decepcionas.. —niega Oliver con la cabeza.
—Es la verdad—dice Paola.
—Si tú lo dices..—responde Oliver encogiendo los hombros.
Caminan delante de una tienda de ropa. —Espera...—Paola pide tiempo y entra a la tienda.
—Tan rápido volviste a tus compras compulsivas de típica chica adolescente...—agrega entre risas.
Paola voltea y lo ve por el comentario que hizo, sonríe después de notar su inercia por ir a una tienda de ropa para chicas, su gusto la adentra ahí.
—Pero te acompaño—dice Oliver al ver que ella se quedó estática por unos segundos mientras veía hacia la tienda.
Ambos caminan e ingresan a la tienda, Oliver sigue a Paola que parece estar asombrada, como si fuese la primera vez que ingresaba a una tienda de ropa, en el lugar habían pocas chicas, así que podía caminar tranquila, mientras Oliver sonreía al verla, el no recordaba la ultima vez que salieron y verla feliz de nuevo era gratificante para el, más después de enterarse lo confundida que esta, saber que comienza adaptarse y sentirse feliz le causa alegría.
Paola camina por los pasillos, hipnotizada por las prendas e imaginando cómo se vería si las tuviera puestas, pero uno de sus pensamientos se cruza:
"Espera, eres un chico..." piensa mientras sostiene un vestido color negro y sonríe.
"Tal vez alguna vez fui un chico, pero me gusta esto... ser una chica" voltea a ver a Oliver que la mira con detenimiento mientras ella está debatiendo internamente.
—Me lo llevaré—se lo entrega a la cajera. De su bolso saca efectivo para pagar.
—Son 35 dólares—Paola está por entregar el dinero cuando Oliver grita: ¡Oye mira ese vestido!.
Aprovecha que Paola se distrae y le entrega el billete a la cajera mientras le guiña el ojo.
—¡No! Oliver...—le pega en su hombro.
—Regalo de cita, además, tenía mucho tiempo que no salíamos...—ríe mientras recibe el cambio que le entrega la cajera.
—Menso...—baila sus ojos al escuchar la contestación de Oliver.
Paola le da las gracias y ambos salen de la tienda.
—Muchas gracias en serio...—le abraza y le besa la mejilla.
Se aparta después de percatarse.
"Wow..." se aparta lentamente mientras el sonríe y espera un beso en los labios.
Paola ríe. —Lo siento... la emoción y me deje llevar...
—Claro... ¿luego Andrés se puede enojar?—levanta una ceja mientras espera una respuesta.
—No inventes...—niega con la cabeza pero no le responde su pregunta. —Dejemos mi vestido en ru auto y regresamos para comer...—se aparta de el y camina a la salida de la plaza.
Oliver levanta sus cejas y sonríe para después seguirla.
—¿Vamos a comer sushi? O quieres...
—De verdad que no me creerías pero ahorita quiero pizza—cruza sus manos. —Hmmm esos 8 meses fueron eternos y me dio hambre...—frota su barriga.
—Bien... pizza sera, Pizza Hut —ambos caminan hacia la pizzería.
Paola y Oliver ingresan a la pizzería, mientras camina observa el lugar a las personas, intentando recordar algo pero sus recuerdos se desvanecen como un helado en verano.
Le insiste a Oliver para que le acepte el dinero y ella pagar las pizzas, el no acepta y se aferra a la repuesta que le dio en el cine, "yo te invite, yo pagaré".
Ambos se sientan y Paola ve por las ventanas, la vista que tienen da hacia el estacionamiento y una parte de la cuidad, en especial hacia los edificios que están en el centro de la cuidad.
—¿En qué piensas?—pregunta Oliver al verla distraída.
—En nada... siento como si hubiese estado muerta y regresaré a la vida, por como percibo todo esto y lo que siento, me emociona regresar a mi escuela, aunque no la recuerdo del todo. Me gusta esto...—sentencia mientras bebe un poco de refresco.
—Me alegra que extrañamente estés feliz—ríe. —A mi me alegra que por fin pudimos salir juntos, solo espero que Andrés no comience a ladrar como acostumbra...—agrega.
Suspira. —Nos dimos tiempo—responde ella mientras lo mira y percibe que era lo que Oliver quería saber.
—Oh... eso es bueno, creo...—sonríe.
Paola levanta las cejas y encojo sus hombros.
Al mismo tiempo traen la pizza y las pastas. Una pizza de orilla de queso y pasta a la boloñesa.
Mientras ambos degustan su comida charlan sobre el pasado, un pasado que le resulta incongruente y extraño a Paola, sin embargo tiene breves destellos sobre él, y cuánto más Oliver habla, más refuerza algunos recuerdos.
Sin duda alguna Paola debora pizza como si no hubiera un mañana, siente como si no hubiese comido desde hace mucho tiempo. Y su sabor le resulta una delicia, como si fuese la primera vez que come pizza.
Pasada la hora de la comida caminan un rato por la plaza antes de partir de nuevo a casa.
—Pues veríamos una película que quedó pendiente hace 8 meses, y compraste un vestido, comimos y recorrimos la plaza, yo diría que es un premio doble y más para ti—comenta mientras caminan por la plaza.
—Lo se, gane—ríe.
—Aunque me hubiese gustado que Evelyn viniera, tal vez para la próxima la invitemos—dice Paola mientras de su bolso saca su teléfono y revisa mensajes.
—Si quieres traer a tu loca, esta bien... aunque no garantizo que para la próxima—responde con sarcasmo.
1 hora después.
—Muchas gracias por todo, cine, comida y mi vestido—comienza a reír. —Sin duda la pase muy bien y me hizo sentir en confianza, después de volver "del mas allá"—hace una seña con sus manos.
—Ojalá podamos salir de nuevo a caminar, te hará bien hacer ejercicio ya que mucho tiempo estuviste acostada...—agrega él.
—¿Me acabas de llamar gorda?—le mira sin mediar expresión.
—No, para nada... y tú qué tienes con las gordas, si mi prima con la que te llevas súper bien, esta un poco llenita—contraataca. —En fin. No dije eso, solo que es necesario que salgas a caminar, y ahora que Andrés no puede decir nada, pues...—levanta las cejas.
Paola ríe. —¡Espera!...
Oliver responde que estaba bromeando y finalmente se despiden. Entra y rápidamente se encuentra con Evelyn que estaba detrás de la puerta escuchando todo.
—Vaya... si alguna vez fuiste chico eso demostró todo lo contrario, tal vez estás enterrando tu pasado—guiña el ojo. —Si es que existió—ríe.
—De hecho, sin duda alguna Oliver fue y creo que sigue siendo mi crush, releyendo los mensajes que intercambiamos antes del accidente me doy cuenta lo bien que nos llevábamos y la química, y el estar con el me hizo estar en confianza, fue lindo...—comenta mientras se sienta a un lado de Evelyn.
—Como tu consejera y fiel amiga que le encanta escuchar los problemas y chismes de los demás, debes darte tiempo, apenas acabas de volver, aunque rápidamente estás regresando a tu vida normal, porque para ti fueron minutos y para nosotros meses...
—Recuerda lo que te dije...—Paola le interrumpe.
—Bueno, para ti fue una vida...—agrega. —Así que se supone no debe ser tan difícil adaptarte. Pero cambiando de tema, pude notar que dejaste una bolsa a un lado del sofá, si me permites ver que es...—dice mientras se levanta de espaldas y toma la bolsa.
De la bolsa saca el vestido y se asombra al verlo. —Es súper lindo. Andrés sin duda alguna tiene mucho que ofrecernos, es más, yo quiero tener una segunda cita con el...
—¿Ofrecernos?—ríe al escuchar a Evelyn.
—Bromeó... Sinceramente no interactúe mucho con el, nunca, solo lo conozco por ti y son las únicas veces que hablamos, pero ahora el chico volvió recargado y quiere ir a la segura...—afirma mientras guarda el vestido y regresa con Paola.
—Sí...
—De hecho mañana quizás salgamos, aunque vendrá Ángel a verte, supongo que para evaluar si puedes volver a clases, aunque ya regresaste a tu vida de la calle, supongo que ma escuela no será problema, y será mejor que llegue temprano o nos iremos—dice mientras toma su teléfono y se levanta del sofá.
—¿Y el quien es?—pregunta algo confundida y distraída.
—¿Como que quien es?—levanta sus manos. —Tu psiquiatra, bueno, doctor para soñar menos complejos y que no piensen que estes loca, aunque quizás lo estás—le lanza una mirada tipo "analízame".
Paola ríe. —Si claro... debo ir a bañarme y descansar un rato.
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