Cuando me levante a la mañana siguiente solo pensaba en Jonathan en ese exquisito beso, en como acaricio mi piel y esta respondía a sus caricias. Estoy entre la espada y la pared, por un lado, esta Carlos el cual me gusta mucho y sabe como tratar a una chica y por el otro lado esta Jonathan el cual tiene pinta de mujeriego, pero aun así me encanta, solo el tiene algo misterioso que me fascina y ese olor… un olor tan rico que me vuelve loca. Pero es como el dijo tengo que elegir a uno de los dos y rechazar al otro, pero eso será en otro momento, por ahora… por ahora solo me voy a concentrar el entrenamiento y aprender todo lo que necesito para ganar esta guerra, y poder volver a mi vida normal, volver a ser una chica normal, estudiar, ir a fiestas y llegar a la universidad, esa, esa es mi prioridad, llegar a la universidad y estudiar medicina.
Dejé mis pensamientos a un lado y me fui al baño a tomar una ducha, pero mientras me duchaba volvieron a mi cabeza las palabras de Jonathan con acto seguido de su beso, es imposible sacarse de la cabeza a este hombre.
-Necesito sacarlo de mi cabeza ya! Esto no puede seguir así, no puedo estar pensando en el 24/7 en él, además tengo cosas en las que debo tener prioridad. Murmuraba para mi sola mientras buscaba un outfit para el día de hoy, debía ser atractivo pero cómodo, así me que decidí por unos skinny jean azules, un top negro y unas botas planas largas en negro también, recogí mi cabello lacio en una coleta y me tiré una selfi para las redes social como todas las mañanas.
-Me veo fabulosa, este jean acentúa muy bien mis curvas y el top deja al descubierto mi abdomen plano con mi piercing en el ombligo, totalmente fabulosa.
Al bajar las escaleras mis padres estaban desayunando en la isla de la cocina, se veían muy bien juntos, quien los viera pensaría que somos una familia de verdad, y aunque para mi ellos son mis padres, siento la necesidad de conocer más a Bill y Mary, al fin y al cabo, ellos me dieron la vida y se perdieron todos los momentos importantes de mi vida solo para protegerme.
-Hola ma, pa, buenos días.
-Hola, cariño. ¿Como te sientes? ¿Estas listas para tu primer entrenamiento como Alpha? Pregunto mi padre.
-Si… creo que sí. Digo sin ánimos, en realidad no se ni siquiera cómo es eso de entrenar y ser Alpha, eso no va conmigo.
- ¿Te iras así vestida para entrenar? Mi madre me mira asombrada por mi vestimenta.
-Pues sí, ¿Qué tiene? Es muy cómodo, además los jeans son muy flexibles, me permiten moverme con facilidad.
-Bueno si tú lo dices.
A veces no entiendo a mi madre, ella un día dice que verse bien ante cualquier situación es importante y hoy solo me dice que necesito más comodidad para ir a entrenar. Luego de pensarlo bien por unos largos minutos decidí ir a cambiarme.
-Sabes que mama, iré a cambiarme por un conjunto de gym era más cómodo y está la usare después del entrenamiento, cuando vaya a ver a Rita, ¿Qué te parece?
-Me parece bien, que elijas algo cómodo cariño. Pero su mirada fue algo distante cuando mencione a Rita, ella y mi padre se miraron muy raro, como si pasara algo que no quisiera que supiera.
- ¿Qué les pasa? Están muy raros ¿Sucede algo?
-No… bueno si, es que Rita ya no vive en el pueblo transfirieron a sus padres a Estados Unidos, se mudaron ayer en la tarde. Ella vino ayer a despedirse, pero como no sabíamos dónde estabas con Carlos y tampoco pudimos localizarte, solo se fue.
-No es posible, la llamare. Busque a mi teléfono a mi cuarto y rápido llame a Rita, pero su teléfono estaba fuera de servicio, esto es increíble en menos de un mes perdí a mi novio y mi mejor amiga se mudo del país, ahora si que estaba completamente sola, sin amigos, sin novio, con una guerra que se avecina, esto es lo peor del mundo. Luego que todos estos pensamientos se asomaron en mi cabeza, le escribí un email a Rita diciéndole que cuando se instalara en su nuevo hogar se comunicara conmigo y que lamentaba no haberme despedido de ella antes de su inesperado viaje. Me sentir muy triste pero luego recordé lo mucho que sus padres necesitaban ese traslado, ganarían más dinero y podrían tener una mejor vida. Me sentía feliz, pero a la misma vez triste, solo esperaba a que me contestara el email.
Tiré mi teléfono a la cama, luego procedí a cambiarme de ropa, elegí un conjunto deportivo con un short y un top deportivo ambos de color negro y unos tenis Nike negros también, amaba el color negro así que casi todo lo que tenia en mi armario era de ese color.
Baje las escaleras y mis padres ya estaban esperando por mí.
- ¿Pudiste comunicarte con Rita?
-No, creo que aún se están instalando, pero le envíe un email disculpándome por no haberme despedido de ella ayer, solo estoy esperando que le lo responda.
-Bien. No estes triste ella se comunicará contigo pronto, mientras tanto vamos a entrenar.
-Lose, ella siempre responde a mis emails, solo es cuestión de esperar. Mientras tanto vamos al dichoso entrenamiento porque ya quiero terminar con esto, entre más rápido terminemos más rápido más tiempo tendré en hacer el ensayo de filosofía.
-Kath, sabemos que quieres volver a la escuela, pero en este momento no puedes…
-Tranquila mama, hable con el director Collins el estuvo de acuerdo en que asistiera a clases virtualmente, y enviara todos los proyectos a los maestros mientras este afuera. En verdad quiero hacer esto, pero también me preocupa que no pase el año y pueda arruinar mis calificaciones, además quiero entrar a Harvard con excelente puntuación, esto es muy importante para mi y no lo pienso dejar a un lado por una estúpida guerra y mucho menos un ridículo entrenamiento. MI tono de voz se elevó un poco y era totalmente serio.
Mis padres no se atreven a llevarme la contraria cuando se trata de mis estudios, algunos dirían que soy toda una nerd, pero no lo soy me esfuerzo mucho por tener buenas calificaciones y tener amigos y divertirme, aunque ya no los tengo, daré lo mejor de mi para graduarme y llegar a Harvard, aunque sea lo último que haga.
Cuando llegamos a la colina, vi a lo lejos a Carlos y Jonathan, y de nuevo recordé el beso entre yo y Jonathan la noche anterior, su olor volvió aparecer en mi nariz. Su silueta era super hermosa con un cuerpo tonificado era todo perfección, Carlos también era perfecto, tenia un cuerpo igual de tonificado, esos brazos musculosos, era divino.
¨ ¿Cómo es posible que estos dos dioses estén rendidos a mis pies y solo puedo elegir a uno? Cuanto quisiera tenerlos a los dos¨ pensamientos impuros llegaron a mi cabeza, a lo lejos pude ver como aparecía una gran sonrisa en el rostro de Jonathan, como si supiera lo que estuviera pensando.
-Hola hermosa. Se me acerca Carlos y me planta un beso en la mejilla, el cual me saco de mis pensamientos dejándome toda sonrojada.
-Hola… Carlos. Buenos reflejos en el campo.
-Oh, gracias, mi amor, sabes hoy aprenderás a concentrarte en tus reflejos, Jonathan y yo te enseñaremos.
- ¿Jonathan? Pensé que Bill era el que me iba a entrenar, ya sabes el Alpha…
Su cara mostro un poco de incomodidad, pero rápido se reincorporo.
-Bill estará presente para ver como vas, seremos nosotros los que te enseñaremos todo lo que necesitaras para estar preparada para el combate.
Mi cara perdió todo su color, no sabia que decir ni como actuar. En mi interior me sentía culpable por no decirle lo que había pasado con su hermano la noche anterior. ¿Como le explicaba que el mismo día me había besado con ambos hermanos? No podía estar muy cerca de este porque sencillamente me ponía muy nerviosa y ahora as que sabía que era uno de mis mates. Aun no entendía muy bien esto de los mates, ¿Cómo es posible que uno de ellos sepa lo que pienso y el a otro este ajeno a lo que siento o pienso? Creo que más adelante lo entenderé mucho mejor.
-Vaya, mira quien a llegado, 30 minutos tarde, por cierto.
Un escalofrío recorrió mi espalda mientras este se acercaba a mi cuello y susurraba esas palabras en mi oído.
-Jonathan, déjala en paz. Deberías ser más cordial con nuestra futura Alpha.
-Si, claro. Discúlpeme, Alpha, no era mi intención… Sus labios se curvaron hacia arriba con una sonrisa hipócrita.
-Deja de llamarme Alpha, ese puesto no es para mí, cuando haga lo que tengo que hacer volveré a mi vida de antes y seré una chica normal de nuevo. Quizás el hijo de Bill y Mary pueda ocupar ese rango.
Ambos se miraron como si no estuvieran de acuerdo con lo que había dicho.
-No sabia que fueras una cobarde, exclamo sarcásticamente Jonathan.
-No soy cobarde, y si lo fuera no estuviera aquí, no crees. Solo estoy diciendo que no voy a dejar mis sueños, mis metas por una estúpida guerra, cuando todo esto termine iré a Harvard a estudiar medicina, es lo único que quiero.
-Bueno doctora Bolat, tendrá que empezar su entrenamiento de lo contrario vere sus sueños tirados por la borda si no gana esta guerra.
Jonathan era todo un imbécil, un terco, un chico que no piensa en nadie más que él, solo le gusta estar en combate, ¿Cómo alguien como él puede ser mi mate? ¿como vamos a encajar? De ninguna manera hare que me humille el muy igualado.
-No le hagas caso, solo quiere molestarte.
-Carlos, ¿seguro que es tu hermano? No lo habrán cambiado por otro niño al nacer. Porque sinceramente es un imbécil y un igualado. No puedo creer que un tipo tan frio como el sea tu hermano.
-Pues, siendo honesto a veces he tenido ese pensamiento, pero luego recuerdo lo que el ha hecho por nosotros y recuerdo que en el muy interior es buena persona.
¨Sabes hermosa, aunque tu no me quieras, yo si te quiero y mucho. Además, como no quererte después de ese beso de anoche. ¨
-Sal de mi cabeza! Exclame llena de furia.
-Hey, ¿estas bien?
Me había olvidado de que Carlos estaba justo a mi lado cuando grite. El me miro confuso y yo solo baje la cabeza y luego mire de reojo a Jonathan que se estaba secando el sudor del su musculoso abdomen.
Carlos se dio cuenta de cómo miraba a Jonathan con odio y el solo bajo la cabeza para luego decir…
-Si no te siente cómoda podemos no entrenar e ir a dar un paseo por el bosque.
-Si creo que será lo mejor, no me siento de humor.
Carlos busco una toalla limpia y yo enojada se la arrebaté de las manos, luego seductoramente proseguí a secarlo el sudor de su pecho.
-Sabes, tu hermano me cae muy mal, tú eres mucho más cordial, más amable, más guapo.
De reojo veía como Jonathan frunció el ceño enojado y cerraba sus puños dejándolos a un costado de sus caderas.
Luego le coloqué la toalla alrededor de su cuello y lo traje hacia mí, cortando la mínima distancia que había entre nosotros. Carlos acaricio mi mejilla izquierda y con su otra mano me tomo de la cintura. Bajo hacia mi cuello y olfateo el mismo una sensación de electricidad recorrió toda mi columna. ¿Cómo puedo ser tan miserable con estos hombres? Yo muerdo mi labio inferior, y este procede a besarme apasionadamente.
Podía ver como Jonathan se transformaba y salía corriendo al bosque. Tal vez me pase un poquito, al fin y al cabo, él también era mi mate. Sentí como un dolor atravesaba mi corazón y pude entender como lo herí, como rompí su corazón.
-Se que Jonathan es también tu mate, susurro Carlos en mi oído-Pero quiero que sepas que no voy a renunciar a ti por que el sea mi hermano, espere por ti 327 años y ahora que te encuentro no pienso dejarte ir. Si tengo que luchar a muerte con mi hermano por tu amor, lo hare, pero jamás renunciare a ti por la felicidad de él.
Las palabras de Carlos me dejaron en shock, quizás si hubiera escuchado esas palabras de su hermano no estuviera así, pero de el jamás lo espere.