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Chapter 63 - CAPÍTULO 51.5- Primer día de escuela.

CAPÍTULO 51.5- Primer día de escuela.

La vida de Kei ha estado llena de clichés. El principal culpable es el Dios supremo, que usa su poder para ayudarlo cuando puede, pero su mundo original también tiene mucho que ver con el hecho de que Kei sea un chico cliché.

Él sufrió el cliché del chico gordo. Era gordo y se volvió guapo cuando adelgazó.

Él nunca se consideró guapo, pero lo era.

El cliché de la amiga de la infancia.

El cliché de que muchas chicas se enamoren de él.

El cliché de enamorar incluso a su prima.

La vida de Kei ha estado llena de clichés, por culpa de su mundo original: el mundo de los clichés, el mundo diseñado por Crisfa, el antiguo Dios de los juegos.

Pero Kei, en especial, es muchísimo más cliché de lo esperado.

—¡Primer día de clases! ¡Cris, ¿estás listo?!

Kei y Cris, de 15 años, estaban caminando juntos y se dirigían a la escuela, bastante emocionados. ¿Por qué? Porque ambos tenían objetivos diferentes que querían cumplir en la escuela. El del Kei era el de conseguir una novia y Cris quería pasar más tiempo con Kei.

—¡Por supuesto! ¡Te venceré esta vez!

—Fufu. ¿Sigues enojado porque perdiste en el gimnasio?

Cris aprovechó esa oportunidad y comenzó a acariciar el brazo de Kei, con la excusa de sentir sus músculos.

—No es justo, tú tienes más fuerza. Esa pesa era muy pesada.

—Pero tú tuviste la idea de ese reto.

Cris hizo un puchero y desvió la mirada.

—E-es cierto, lo olvidé.

Ver eso le pareció adorable a Kei, pero desvió la mirada para que Cris no se diera cuenta de que eso le pareció lindo.

La relación de Cris y Kei era de buenos amigos, pero había momentos bastante dudosos, que cualquier persona pensaría que son pareja si los vieran.

Pero a Kei realmente nunca le incomodó pasar esos momentos raros con Cris, porque en el fondo, él lo disfrutaba, y lo mismo va para Cris.

Cris y Kei harían una buena pareja, pero Cris cometió dos grandes errores. Número 1, nunca haberle dicho lo que sentía a Kei. Y la más grave, número 2, intentar matarlo por pensar que era aliado de los demonios.

—Uffffff. Huele eso, Cris. Chicas, viajes escolares, nuevos amigos, chicas, festivales deportivos y, lo más importante, chicas. ¡Ahhhhhhhh! ¡Dios, ¿por qué me hiciste tan feo?! Mejor solo me concentro en sacar buenas notas.

—Ahí vas con tu baja autoestima otra vez. ¡Vamos, Kei, sé positivo! A las chicas no les gustan los chicos con baja autoestima. ¡Vamos!

—Sí, sí, guapo, para ti es fácil decirlo, ¡pero lo intentaré! ¡Vamos!

Entraron a la escuela, y cuando pusieron un pie en el territorio de la escuela y como si las personas tuvieran un radar de chicos guapos, las chicas inmediatamente desviaron la mirada para mirarlos, ganándose el corazón de más de una en el lugar.

El cliché se hizo más que evidente.

—S-son muy guapos.

—¿Son de primer año?

—Son menores.

—Tsk. Que mala suerte.

—No me importa, les hablaré.

Cris se dio cuenta de que los observaban, pero Kei era un idiota que no entendía las indirectas, y como era un chico tímido, no se dio cuenta de las miradas de las mujeres porque evitaba mirarlas.

Él siguió caminando como si nada, porque piensa que debe evitar el contacto visual con las mujeres, para evitar darles asco... Sí, un completo idiota.

—Oye, Kei...

Y cuando Cris le iba a mencionar sobre las miradas, Kei lo interrumpió.

—¡Genial!

Kei ignoró a Cris y se acercó a una chica que entregaba folletos.

—¡¿Puedo unirme?!

—¡C-claro que sí!

Cris se paró al lado de Kei y miró los folletos que la chica entregaba.

Los folletos contienen la información sobre el club de natación de la escuela.

—¿Club de natación? ¿Te interesa?

—Me encanta nadar.

Esa era una de las razones. La otra razón era porque él quería ver a las chicas en traje de baño.

Kei es un chico tímido, pero era un poco pervertido. Y como el club era mixto, podía unirse. Kei pensaba que, si no puede conseguir novia, al menos disfrutará de la belleza de las mujeres desde la distancia.

Un pensamiento algo asqueroso, pues sonaba como un pervertido acosador, y eso no combinaba con su personalidad tímida.

—Supongo que me voy a unir también. Me interesa.

Mientras que Kei fantaseaba con las chicas en traje de baño, Cris se imaginaba a Kei en traje de baño y... ambos tuvieron una erección.

Avergonzados, inmediatamente se alejaron corriendo, para evitar que alguien los viera.

—¡Debo ir al baño!

—¡Y-yo también!

—Esa bienvenida fue larga.- Dijo Kei.

—La directora habla demasiado.

—¿Te doy un resumen de lo que dijo? "Estudien y conseguirán trabajo". Es básicamente lo que dijo. Bla, bla, bla.

—Al menos estamos en el mismo salón de clases. Espero que nos toque asientos juntos.

—¿Para que te pase la tarea? Te lo advierto, yo te pasaré una tarea y tú me pasarás otra. Una y una. Un intercambio equivalente. ¿Estás de acuerdo?

—Esa referencia me gusta. Claro, está bien.

Ambos entraron a un salón de clases. Al entrar, Kei se dio cuenta de que conocía a algunas personas, y eso le incomodó bastante, pues son personas que Kei odiaba.

—Mierda.

Conocía a 2 chicas. Las que provocaron el trauma de Kei.

—Oye, Cris, ¿recuerdas lo que te conté? La broma con la carta.- Dijo en voz baja.

—Sí, ¿por qué?

—Son ellas. Por favor, ayúdame si se burlan de mí. Si lo haces, te ayudaré con tus tareas cuando quieras.

—Es un trato.

Kei suspiró y se acercó a una mesa vacía.

Se sentó en una esquina del salón de clases y Cris se sentó al lado de él.

—¿Cuánto tiempo falta para la primera clase?

—5 minutos.

—Me despiertas.

Kei puso sus brazos sobre la mesa e intentó dormir un poco, mientras susurraba cantando. ¿Por qué cantaba? Para distraerse y no pensar en esas chicas.

Su corazón estaba demasiado acelerado y por poco sufría un ataque de ansiedad, pues la presencia de esas chicas solo le recordaban a su yo del pasado, y eso solo lo hacía sentir más feo de lo que ya se sentía que era.

Cantar lo ayudaba a relajarse y no pensar en ellas.

—🎶 Las personas, a veces, se sienten superiores, pero somos seres humanos, iguales en valores. Somos parte de la naturaleza, un animal, y todos merecemos el mismo respeto, sin distinción racial. No debemos juzgar ni presumir, la humildad y el amor nos deben guiar. Aprendamos a contribuir, a construir, un mundo mejor, sin egoísmo ni maldad. Si desaparecieran, algo cambiaría, pero cada vida tiene su valía. Aún podemos unirnos, crear armonía, y juntos hacer del mundo un lugar de alegría. Todos somos eslabones en esta cadena, no importa si somos diferentes, raza o lengua. Hormigas y abejas, un ejemplo de cooperación, importantes somos todos, cada corazón. Aprendamos a valorar nuestra existencia, contribuyamos con amor y paciencia. Juntos construyamos un mundo de abundancia, donde cada persona encuentre su trascendencia...🎶

—Wow. Oye, cantas muy lindo. ¿Cómo se llama la canción? El ritmo es bueno, pero la letra es un poco mala.

Un escalofrío de miedo recorrió el cuerpo de Kei al escuchar la voz de esa chica tan cerca de él.

Kei levantó la mirada y se puso un poco rojo de la vergüenza, porque no estaba acostumbrado a tener chicas tan cerca de su rostro. Esa chica prácticamente estaba a centímetros de su cara, mirándolo mientras tiene una sonrisa en su rostro.

Una de las chicas que lo molestaban estaba demasiado cerca de él, sonriéndole. Kei debería sentir asco de esa chica, pero después de todo, esa chica era linda, Kei no pudo evitar que su lado tímido se active y sentir solo vergüenza y timidez.

—¡¿Izune?! ¡E-estás demasiado cerca!

Al ver a esa chica sorprenderse cuando escuchó eso, Cris sonrió, pues sabe perfectamente lo que sucederá a continuación.

—¿Eh? ¿Me conoces?

—Oh, es cierto... Adelgacé más durante las vacaciones... Soy Kei, el gordo feo, asqueroso, repugnante, inservible, virgen, apestoso, otaku... Por cierto, no soy otaku. Sí, leo mangas y novelas ligeras, pero no me gusta tanto el anime. Demasiada censura.

—¡¿Eh?! ¡¿Eres Kei?!

—S-sí... Solo soy delgado... Por cierto, la canción que estaba cantando la escribí yo. No tiene nombre. Soy pésimo para escribir, pero mi prima me dijo que canto bien... Por cierto, ¿qué haces aquí? Recuerdo que, cuando entraba al salón de clases, decías: "El apestoso llegó. No se acerquen a él". Nunca entendí por qué me decían apestoso. Me bañaba todos los días antes de ir a la escuela, y usaba Shampoo y jabón con olores deliciosos. Hoy también me bañé igual.

Kei se acercó demasiado a Izune y ella se sonrojó.

Sus narices se tocaron, como si estuvieran a punto de besarse, y el corazón de esa chica parecía a punto de explotar.

Cris los observaba, con celos en su ser.

—¿Apesto? Cris me dijo que olía bien.

—¡H-hueles delicioso!

—Entonces lo decías para que se burlaran de mí... Me quitaste un gran peso de encima... Aunque ya lo sabía... Espera...

Kei se dio cuenta de que estaba demasiado cerca de ella y se puso completamente rojo.

Se había olvidado de su timidez por unos momentos y se alejó de ella rápidamente.

—¡L-lo siento, estaba demasiado cerca!

Cris comenzó a reírse de Kei.

—¡Eso te pasa por intentar actuar genial!

—¡N-no intentaba actuar genial!

—¡Claro que sí! ¡Aparte, así no te tienes que vengar! Lo primero que tienes que hacer es enamorarla y luego romperle el corazón.

—¡Yo nunca le rompería el corazón a una chica! ¡Mi código de caballero me lo prohíbe! Nunca lastimaría a una mujer.

—¿Eh? Pero golpeaste a la chica que pateó a ese perro. ¿No lo recuerdas? Una chica pateó a un perro, se rió y tú le devolviste la patada.

—Recuerda, debes actuar como un caballero con las chicas que se lo merezcan. Estoy a favor de la igualdad de género. Si una chica intenta golpearme, la golpearía. Y si yo viera a un chico pateando a un perro, lo golpearía. Era una chica, pero merecía esa patada.

—En eso estoy de acuerdo.

Kei era un chico tímido, pero cuando era necesario, su timidez desaparecía por completo y actuaba como una persona completamente diferente, una persona llena de confianza.

—Oye, Izune, ¿crees que hice lo correcto? Esa chica llamó a la policía y casi me arrestan. Afortunadamente, había testigos y dijeron que la chica pateó al perro, y la arrestaron a ella. ¿Me consideras un hombre asqueroso por hacer eso? Cris y yo estamos de acuerdo de que hice lo correcto.

—¡P-por supuesto que hiciste lo correcto! ¡Ella estaba loca! ¡Solo las personas locas y enfermas golpearían a un pobre perro!

—¿Y las personas que se burlan de otras personas por su apariencia?

—¡También son personas horribles y locas!

—¿Eso significa que estás loca?

—... ¿Eh?

Kei le acarició la cabeza a Izune y ella se puso completamente roja otra vez.

—Tú me decías cosas horribles. Tus insultos me hacían daño. Por favor, no te acerques a mí. Adiós... Espera...

Kei se dio cuenta de lo que estaba haciendo y se puso completamente rojo otra vez.

—¡L-lo siento! ¡N-no quería decirte esas horribles cosas! S-solo quiero que te mantengas alejada de mí, por favor.

Cris volvió a reírse.

—¡¿Eres bipolar?! Eres tan gracioso, Kei. Primero actúas genial, y después actúas tímido. Tu personalidad es muy interesante.

Kei suspiró y bajó la mirada.

—Mierda, me muero de la vergüenza.

Y así, Kei se volvió popular. Todos escucharon cuando Kei dijo que golpeó a una chica y lo llamaron un héroe por defender a un perro.

Las chicas de su clase se enamoraron de él porque era guapo y les parecía adorable que ame tanto a los animales. Otro cliché cumplido.

Por cierto, una semana después de ese día, Izune le dijo a Kei que le gustaba. Kei pensó que era otra broma y la rechazó inmediatamente, rompiéndole el corazón sin piedad alguna sin saberlo.

Kei amaba demasiado a los animales... Pero en este mundo, ese significado cambió demasiado.

—¡E-Eris, aquí no!

Eris y Kei estaban en un callejón solitario, ocultos detrás de unas cajas de madera, como una pareja de pervertidos calientes exhibicionistas, sin moral alguna.

Kei estaba acostado en el suelo, y Eris estaba lamiendo su pecho, mientras su mano acariciaba la entrepierna de Kei.

Kei intentaba poner resistencia e intentaba convencer a Eris de no hacerlo en ese lugar, pero no funcionaba y saber que en cualquier momento podrían descubrirlos, solo excitaba más a Eris.

—Con las cajas no nos verán. Y con el campo de insonorización que pusiste, estamos seguros, nya.

—¡P-pensé que querías pedirme un consejo!

—Era una excusa para vernos, nya. Me iré por unos días. Quiero un poco de Kei antes de irme, nya.

—¡Al menos déjame usar mi forma adulta!

—Solo por esta vez... ¡Quiero hacerlo con tu forma normal solo por esta vez, nya!

—¡¿Eh?!

Eris se quitó el sostén y comenzó a acariciar sus pechos frente a Kei, para lograr encenderlo por completo y conseguir su aprobación.

Jugó con sus pezones frente a él, logrando captar su atención por completo.

—Sé que te gustan más pequeños, pero te gustan los míos, ¿no?

Las orejas de Eris comenzaron a moverse rápidamente, esperando impaciente la respuesta de Kei, y eso le pareció adorable a él.

—Eres adorable...

Le acarició las orejas a Eris y ella sonrió, pues logró conseguir lo que quería.

—Solo 5 minutos. Le dije a Seiya que iba al baño.

—¡Es tiempo suficiente, nya!

Aprovechando la pequeña estatura de Eris, Kei puso a Eris contra la pared, mientras la penetraba brutalmente y sin detener los efectos de su habilidad [Seducir mujeres]. Kei sabía que la velocidad no era lo importante en el sexo, sino el de estimular, pero la habilidad de Kei le permitía ser capaz de estimular por completo a Eris con una sola penetración, es por eso que Kei la penetra rápidamente, para agotar la energía de Eris lo más rápido posible.

Lo único que se oía en el lugar, eran los gritos de placer de Eris, que hacían sonreír a Kei, pues esos gritos confirmaban que su habilidad estaba funcionando.

[Orgasmo.]

[Orgasmo.]

[Orgasmo.]

[Orgasmo.]

Con cada embestida, Eris se retorcía de placer, y su vista se llenaba de notificaciones sobre todos los orgasmos que Eris sentía con cada embestida de Kei, algo imposible de creer, pero que su habilidad puede lograr.

Al ver a Eris morderse la cola para ser capaz de aguantar por más tiempo, Kei decidió ponerse serio.

Comenzó a darle fuertes nalgadas que, aunque al principio le dolieron a Eris, con cada nalgada recibida, el dolor se convertía en placer.

—¡Nya!

Eris cambió de posición y abrazó a Kei con sus brazos y piernas. Kei no permitió que ella domine y rápidamente la abrazó y siguió penetrándola, mientras sus lenguas se entrelazaban y compartían un profundo beso lleno de lujuria, que callaba por unos instantes sus gemidos llenos de placer prohibido.

Kei llenaba con besos y succionaba el cuello de Eris, dejándole marcas rojas, como si estuviera marcando su propiedad.

[Advertencia: Llegando al límite.]

Kei se asustó al ver esa notificación, pues por precaución, nunca llega a ese límite, pues no sabe lo que pasaría con las chicas y prefiere no arriesgarse.

Detuvo sus embestidas y Eris jadeó, intentando recuperar el aliento.

—K-Kei, no siento nada en mi interior. ¿Fallé?

—Lo siento.

—Fufu. No te dejaré ir sin que me lo des.

Eris intentó ponerse de pie, pero no pudo.

Después de un minuto, las piernas de Eris ya no soportaron más y cayó de rodillas al suelo.

Un solo minuto bastó para dejarla sin energía.

Eris estaba desnuda en el suelo, descansando, pues recibió sin piedad alguna los efectos de la habilidad [Seducir mujeres: modo sexual]. Kei quería terminar rápido, así que usó su habilidad.

Logró dejarla satisfecha y cansada en tan solo un minuto, pues Kei realmente no quiere dejar más tiempo sola a Seiya.

—K-Kei... Nunca dejas de sorprenderme.- Suspiró Eris, todavía jadeante por el esfuerzo físico de su encuentro.

—P-ponte la ropa, por favor.

—No, no, no. No me iré sin mi leche.- Dijo Eris, sacando la lengua y lamiendo su dedo pulgar.

—Pero, si alguien nos...

—¡Kei, te encontré!

Escuchar eso lo puso demasiado nervioso y su corazón casi explota, pues Seiya se acercaba a él, y si descubre a Eris desnuda, su reputación definitivamente se verá afectada.

—Mierda.

Seiya entró al callejón y se acercó a él caminando.

—¿Qué haces aquí?

—¡Seiya, mira detrás de ti!

—¿Eh?

Seiya desvió la mirada.

—No veo nada.

—¡Estaba orinando, no voltees!

—¡L-lo siento!

Kei aprovechó eso y creó muros de tierra alrededor de Eris. Las cajas evitaban que Seiya viera a Eris, pero es solo por precaución.

Se subió la cremallera y sus ojos se pusieron llorosos, pues por la prisa, se agarró la piel de su pene con la cremallera.

—"Puta madre"- Dijo, quejándose en español.

Se la bajó de nuevo y volvió a subir la cremallera. Se arrancó esa parte de su piel, pero la regeneró con magia, aunque no quita el hecho de que sea doloroso de experimentar.

—Eris, voy a distraerla.

Kei se acercó a Seiya y suspiró.

—Lo siento, tenía muchas ganas de orinar.

—Fufu. El gran Kei Molfer orinando en un callejón. Realmente eres un chico rebelde.

—M-mejor no hablemos de eso. ¿Quieres conocer un orfanato? Una vez al mes lo visito para jugar con los niños y donar dinero.

—¡Claro, vamos!

Seiya abrazó a Kei del brazo y él se puso nervioso.

—Eres muy cálido, Kei.- Dijo Seiya, sonriendo.

—¡Es hombre, Kei! ¡Es adorable, pero es hombre!- Pensó nervioso.