Chapter 75 - CAPÍTULO 70- Una cita.

CAPÍTULO 70- Una cita.

(Pov- Saik.)

—¡Hahahahahaha! ¡El supuesto Dios de los fantasmas y el Rey Demonio falso del infierno, fue asesinado de una manera tan ridícula y sencilla! ¡Hahahahahaha! ¡Eres tan patético, idiota!

—¡Hahahahahaha! ¡Por fin te bajaron de tu nube de superioridad, infeliz!

—¡Estoy impaciente por ver tu castigo divino, humano!

—Ah, que sueño tengo. Oigan, Dioses de mierda, ¿en dónde puedo dormir? Y bajen la voz, por favor.

—¡¿Te sigues creyendo la gran cosa?!

Ah, que flojera. ¿Alguien me revivió? Es lo más probable. Si hubiera muerto por completo, estos Dioses de mierda, en lugar de burlarse de mí, me estuvieran torturando en el infierno, pero solo se burlan de mí porque saben perfectamente que todavía no pueden torturarme, porque no estoy muerto. Mi alma está en esta clase de purgatorio, pero mi cuerpo sigue vivo. Los Dioses me mantienen aquí para asustarme y ver mis reacciones, pero no les daré lo que quieren ver, principalmente porque no estoy para nada asustado ni preocupado, y si realmente me hubiera muerto, aceptaría mi castigo y no me quejaría, después de todo, son las consecuencias de mis propias acciones.

El Dios protector de las almas.

El Dios protector de los humanos.

El Dios del infierno.

Y el Rey Demonio oficial del infierno de mi mundo.

El Rey Demonio gobierna y administra el infierno, mientras que el Dios del infierno gobierna todos los infiernos de los mundos existentes, para evitar problemas y asegurarse de que todos los Reyes Demonio hagan bien su trabajo. Ellos me odian porque los derroté para conseguir al fantasma legendario número 99.

El Dios protector de los humanos se asegura de garantizar la supervivencia de los humanos, permitiéndoles sobrevivir todo el tiempo posible, dándoles conocimiento nuevo. Posiblemente él haya permitido que ciertos humanos como yo despertemos habilidades espirituales, para ser capaces de derrotar a los monstruos de las diferentes dimensiones existentes, que invaden nuestro mundo cada día. Nunca me lo confirmará ni negará, porque me odia. ¿Por qué me odia? Porque lo derroté y humillé, cuando intentó evitar que capture al fantasma legendario número 98. Bueno, la que lo humilló fue número 31, y ella usó al fantasma legendario del placer sexual para... Ah... Todo su odio hacia mí está bastante justificado.

Y el Dios protector de las almas me odia por hacerle más difícil el trabajo. No vale la pena hablar de él.

Estamos en un lugar completamente blanco, lleno de almas sentadas en sillas, esperando su turno de ser atendidos. Las almas de este lugar corresponden a las almas que están vivas y muertas, y aquí se decide si vivirán o morirán. Como las personas que están en coma o desmayadas, aquí se decide si esa persona merece seguir viva o muere, y todo depende de la suerte, no de sus acciones. No sé cómo funciona exactamente el sistema, pero tengo entendido que las almas que son necesarias para el destino del mundo, siguen vivas, mientras aquellas almas que son innecesarias para el mundo y que no hay beneficio de regresarlas a la vida, mueren.

Aquí también hay demonios, esperando una segunda oportunidad. Después de cientos de años en el infierno, y dependiendo de sus pecados, los demonios pueden venir a este lugar, con la esperanza de que sus pecados se perdonen y dejen de ser demonios, para subir al paraíso.

Ah, conociéndome, probablemente deba estar en el infierno por miles de años para que mis pecados sean perdonados. ¿Mis padres me esperarán tanto tiempo? Es demasiado optimista de mi parte pensar que sí.

Ah... Bla, bla, bla, bla. Todos ellos se siguen burlando de mí, pero no vale la pena prestarles la atención a personas sin... Ah, vaya, vaya.

Me levanté de la silla y me acerqué hacia ese pequeño niño. Esa apariencia... Debe de ser él.

Los Dioses, almas y demonios a mi alrededor se están arrodillando ante él. Es él.

—¡Oye, ¿a dónde vas?!

—¿E-está yendo con...?

—¡Uwaaaah! ¡Idiota!

—¡Detente!

Intentaron detenerme, pero sus brazos traspasaron mi cuerpo. Soy un alma en este momento, y yo decido quién me toca y quién no.

No me detendrán. Por fin puedo conocerlo y hablar con él.

—¡Yo no quiero tener nada que ver con esto!

—¡Ni yo!

El Dios del infierno y el Rey Demonio se fueron.

—¡Me largo!

El Dios protector de los humanos desapareció.

El Dios de las almas debe quedarse conmigo, no tiene otra opción.

—¡Saik, te lo suplico, no te acerques a él!

—Oye, niño.

—¡Ahhhhhhhh! ¡Eres un idiota!

Me paré frente a este niño.

¿Qué lo hace tan especial? Pues este niño, es el Dios que gobierna sobre los demás Dioses. El Dios supremo.

—¿Niño?

—Hola, mi nombre es...

¿Eh? ¿Qué?

Sentí de repente mi cabeza pesada y caí al suelo. No puedo levantar mi cabeza del suelo.

Increíble. Ser capaz de controlar almas ajenas sin dificultad alguna y traspasando toda la seguridad que tiene mi alma. Definitivamente este es un Dios poderoso.

—No me interesa tu nombre, humano. ¿Qué quieres?

—Solo quería conocerlo. He escuchado mucho sobre usted y...

—Bla, bla, bla, bla. No me interesas. Adiós.

Todo a mi alrededor se oscureció.

Vaya. Es más arrogante de lo que me imaginé.

Veamos... Siento mi alma cayendo, así que estoy regresando a mi cuerpo.

Bueno, me morí y reviví.

—Yuki estará demasiado preocupada por mí.

No te preocupes, Yuki, pronto regresaré a casa y te cocinaré una deliciosa cena.

Tengo que ir preparando una excusa para justificar que regresé a la vida.

El alma de Saik, lentamente, volvía a su cuerpo inerte mientras yacía acostado en una cama, con un gran poster de Nikola Tesla pegado en la pared detrás de él.

Mientras tanto, la pequeña Yuki, desesperada por reunirse con su amigo una vez más, intentaba atravesar todos los obstáculos que se interponían en su camino. Golpeaba la puerta con todas sus fuerzas, pero se veía reflejada en ella, incapaz de traspasarla. Desesperada, se abalanzaba contra las ventanas, pero estas permanecían intactas, impidiendo su salida. Sus manos fantasmales atravesaban las paredes, pero no lograban encontrar la libertad en el exterior. Incluso su intento de atravesar el techo solo resultaba en un choque doloroso contra la estructura sólida, o más bien, con el campo espiritual que impedía su escape.

La impotencia y la tristeza se aferraban a Yuki, apretando su corazón con un dolor insoportable. Las lágrimas brotaban de sus ojos como un torrente incontrolable. No era solo su incapacidad para salir de la casa lo que la llenaba de tristeza, sino el hecho de que Saik ya no estaba. Había presenciado su muerte en carne y hueso (bueno, es una manera de decirlo), sin poder hacer nada para salvarlo.

—¡No, no, no! ¡Nooooooo! ¡Saik no puede estar muerto!- Gritaba Yuki, su voz llena de angustia y desesperación, resonando en las paredes mudas que la rodeaban.

Los recuerdos de Saik se arremolinaban en su mente, como un homenaje a su bondad y amabilidad. Había sido el faro que iluminaba su vida, brindándole una segunda oportunidad de vida llena de amor, cuidado y diversión. Saik, su extraño pero amoroso hermano mayor, le había dado todo lo que necesitaba y siempre se había preocupado por ella. Ahora, había perdido a su familia una vez más. Primero, su madre y ahora, su hermano mayor.

La tristeza abrumadora se apoderó de Yuki, derrumbándola hasta caer de rodillas en el suelo frío. Sus sollozos se entremezclaban con las palabras ahogadas por la angustia y el remordimiento.

—Lo siento, Saik... Lo siento tanto... No pude hacer nada... No pude salvarte...

Su corazón se sentía aplastado bajo el peso de la impotencia. Los lazos que los unían, tan fuertes y llenos de amor, se habían desgarrado abruptamente. Yuki se encontraba perdida en un mar de tristeza y dolor, lamentando no haber tenido el poder para cambiar el destino de Saik.

Mientras sus lágrimas caían, Yuki se aferraba a los recuerdos preciosos que compartieron juntos. Cada risa, cada abrazo, cada momento de complicidad se aferraba a su memoria. Recordaba la forma en que Saik la animaba, la forma en que siempre estaba allí para ella. Era una conexión única y especial que ahora estaba rota, dejando un vacío profundo en su corazón.

Yuki permanecía junto a la ventana, con la mirada fija en el mundo exterior, pero sus ojos reflejaban vacío y falta de vida. Un abismo de tristeza se había apoderado de ella, dejándola atrapada en la oscuridad de su propia desesperación. Su mejor amigo, Saik, había sido arrebatado de este mundo, y el dolor se anidaba en lo más profundo de su ser.

—Saik... No... Es tan... repentino... Me niego a creerlo... ¡Me niego, me niego, me niego! ¡No lo acepto! ¡No puedes abandonarme, te lo prohíbo!

Saltó una vez más para intentar salir, pero es inútil.

Desesperadamente, intentaba salir de la casa, su prisión de soledad y remordimiento. Su mente se sumergía en una espiral de pensamientos tristes y tortuosos mientras atravesaba los muebles y las paredes con una facilidad que reflejaba su estado fantasmal, pero que reflejaba perfectamente también su desesperación, intentando salir por todas partes, buscando una salida. Su forma incorpórea se deslizaba a través de los objetos, pero no encontraba consuelo en esa capacidad. Era una prueba constante de su impotencia y de la falta de poder que la consumía. Podía atravesar objetos, pero no salir de la casa. A pesar de ser un fantasma, seguía siendo débil. Era débil sin Saik.

—Débil...

Cayó nuevamente de rodillas.

—No soy nada sin Saik. ¡Por favor, Dios, no me lo quites! ¡Es lo único que me queda! ¡Por favor, al menos permíteme verlo de nuevo, aunque sea como fantasma! ¡O déjame estar con él! ¡No quiero estar sola otra vez! ¡No quiero, no quiero!

El recuerdo vívido de la muerte de Saik atormentaba sus pensamientos. La imagen de su cuerpo apuñalado, su sangre, sus últimos momentos con él, se grababa en su mente como un recordatorio de su fracaso al protegerlo. Los ecos de sus últimas palabras, pronunciadas en un susurro tembloroso, resonaban sin cesar en su cabeza. La culpa la consumía, ahogándola en un mar de tristeza y desesperación.

—Madre... padre... hice mi... mejor esfuerzo... Lo... siento...

Las últimas palabras de Saik la hacían sentir peor, pues Saik nunca pudo cumplir el sueño de su madre.

—Saik... ¿Estás con tu familia nuevamente...? Eso espero... Soy una egoísta.

Se acercaba a la puerta principal, esperanzada de que esta vez, tal vez, podría traspasarla y encontrar algún rastro de esperanza en el exterior. Con cada átomo de su ser, intentaba cruzar esa barrera física que la separaba de la libertad. Empujaba contra la puerta con todas sus fuerzas sobrenaturales, pero solo encontraba resistencia. Sus esfuerzos eran en vano, y la puerta permanecía cerrada, negándole el acceso al mundo exterior.

El dolor en su corazón se intensificaba aún más. Se sentía atrapada, encerrada en un mundo de tristeza y soledad, con la única compañía de sus pensamientos oscuros. Las lágrimas fluían incesantemente por sus mejillas, sintiendo cómo la esperanza se desvanecía y la luz que una vez habitó su ser se desvanecía lentamente.

Yuki esta vez ya no tiene la esperanza de ver a Saik como fantasma, pues quiere que él esté de nuevo con los padres que tanto él amó, pero por lo menos quiere despedirse de él, verlo una última vez... Ver su cadáver y decirle "Gracias por todo".

—Por favor, por favor, por favor. ¡Solo quiero despedirme de él! ¡Quiero verlo una última vez...! Por favor, Dios, al menos permíteme eso. ¡Ya me quitaste a mi familia dos veces, al menos permíteme este deseo! ¡¿Tanto me odias...?! No es justo...

Acarició la puerta mientras sus rodillas caían nuevamente.

—No es justo... Saik... no quiero estar sola... No otra vez... ¿Eh? ¿Q-qué?

En medio de su desesperación, una chispa de alegría despertaba en su interior. A través de la puerta cerrada, percibía un destello leve, una débil conexión con Saik. Era como si su presencia se hiciera palpable a través de la barrera que la separaba del mundo exterior. Su corazón latía con fuerza, llenándola de una esperanza renovada, mientras veía como sus pequeños dedos eran capaces finalmente de atravesar la puerta.

—S-Saik...

En un último intento desesperado, se dejó llevar por la determinación y la desesperación. Cerró los ojos y se lanzó contra la puerta, atravesándola como si fuera etérea. Su espíritu atravesaba el obstáculo físico, como una entidad sin forma, hasta encontrarse en el exterior, rodeada por la vastedad del mundo que creía haber perdido.

—L-la atravesé... S-Saik está vivo... ¡¡¡Saik está vivo!!!

Un grito de alegría escapó de sus labios mientras la tristeza se disipaba momentáneamente. La sensación del sol acariciando su rostro y la brisa acariciando su piel la llenaban de una alegría que había olvidado. Saik seguía vivo, su espíritu aún permanecía en este mundo. La tristeza aún perduraba, pero también había un hilo de esperanza que la impulsaba a seguir adelante.

Con cada paso que daba, sentía una conexión más fuerte con Saik, como si su energía la envolviera, dándole fuerzas para seguir luchando. Juntos, enfrentarían lo que fuera que les deparara el destino, sin importar cuán oscuro o desafiante fuera.

Pero, aunque su corazón se alzaba con determinación, ella estaba decidida a buscar justicia y vengar la "muerte" de su amado amigo. No quería que esas personas se salieran con la suya.

La tristeza todavía pesaba sobre ella, como un manto pesado que nunca se desprendería por completo. Pero al cruzar esa puerta y renacer en el mundo exterior, había encontrado una razón para sonreír nuevamente. Aunque el dolor persistiera, la presencia de Saik le recordaba que el amor y la amistad trascendían incluso la muerte.

—¡¡Saik, espérame!!- Dijo alegremente, alejándose volando de la casa y guiándose solamente con el corazón.

(Pov- Saik.)

Ah... ¿En dónde estoy? ¿Quién me habrá regresado la vida? ¿Fue Nergio o su familia? Dudo bastante que hayan sido los cazadores de fantasmas, ellos están más que acostumbrados a matar inocentes y quemarlos para no dejar evidencia, no creo que yo haya sido la excepción. Y ellos no quieren tanto a Hanako como para revivirme por una petición suya.

¿Daisy? No, ella no tiene el poder para hacer esto.

¿Lalo? En la isla me estuvo vigilando una abeja robot, así que probablemente Lalo me esté vigilando.

Ah... ¿Por qué todos los años tiene que haber una amenaza que me joda la existencia? A los 8 años fue el fantasma legendario número 100. A los 9 años fue la organización malvada de los nuevos Iluminati. A los 10 fue ese furro. A los 11 fueron las leyendas urbanas. A los 12 fue el Rey del mar... Bueno, a los 13 y 14 al menos fueron normales. Pero a los 15, fueron los pecados capitales.

Y ahora, a mis 17, es la Diosa de los fantasmas, sus esbirros y posiblemente también el pecado capital de la ira... Ah, maldita sea. Fingiré que no pasa nada y seguiré con mi vida normal. Que Lalo y Nergio se encarguen de esa amenaza, Sumi se encargará personalmente de la Diosa de los fantasmas en el futuro, ya cuando yo esté tres metros bajo tierra.

—Ah, como sea.

Me levanté de la cama y observé con detalle mi cuerpo.

Mi uniforme... Mi cuerpo está ileso... Sí, estoy bien.

Miré a mi alrededor. Una habitación bastante elegante, digna de la realeza. ¿Y hay un poster de Nikola Tesla?

Nikola Tesla, ¿eh? Sí, ya sé quién me revivió.

—Lalo García.

La supuesta reencarnación de Nikola Tesla.

Aprovecharé la visita y le pediré que me regale su nueva consola, para jugar con Cristal.

La consola EvoluRado 23, es extremadamente cara, le tendría que decir adiós a medio año de comida. Se la pediré y después pensaré en una excusa para justificar que la tengo.

Abrí la puerta, para salir de la habitación, pero todo el exterior es completamente negro. Sigo en el mundo humano, así que es seguro salir. Probablemente Lalo tenga algo planeado.

Salí de la habitación y la puerta detrás de mí desapareció.

—¿Hola?

¿Eh? ¿Qué está comenzando a sonar? Es el sonido de una batería siendo tocada, con cierto ritmo.

Lalo, ¿qué planeas...? ¿Eh?

Algo puso su mano sobre mi hombro. ¿Un robot blanco?

—🎶Escuchen atentos y prepárense porque llega un hombre brillante. Lalo García, el pecado del orgullo radiante. Con personalidad extrovertida, no hay quien lo iguale. Su mirada llena de confianza, su sonrisa adictiva te invade. 🎶

¿El robot está cantando? ¿Rock? ¿Música?

¿Eh? ¿Otro robot me puso su mano en mi hombro? ¿Un robot con peluca de mujer?

—🎶Un visionario del mundo tecnológico. Cambió las reglas, hizo historia de un modo único. Con su inventiva, puso una sonrisa en cada rostro. Lalo García, el genio que conquistó el cosmos.🎶

—🎶¡¡Enciendan las luces porque él ya está aquí!!🎶- Cantaron los robots al mismo tiempo, mientras un camino de luces se encendía en el suelo.

El camino de luces subió unas escaleras hasta iluminar a Lalo García, que está sentado en un trono con las piernas cruzadas, sonriendo lleno de confiaza.

... ¿Desde cuándo eres tan ridículo, Lalo?

–🎶Lalo García, el rey del rap rock. El pecado del orgullo, su poder nos conmueve. Con su tecnología, cambió la humanidad. Una sonrisa en cada ser, dejando su legado en la eternidad.🎶- Siguieron cantando los robots.

Mientras los robots cantan, Lalo se levanta y camina lentamente hacia mí, bajando los escalones de la escalera, y con cada paso, siluetas blancas aparecen en las paredes negras a nuestro alrededor.

La silueta de un niño jugando con su computadora.

La silueta de un niño presenciando a un hombre colgado.

La silueta de un niño, siendo controlado como si fuera un títere.

Ah, oye, Lalo, ya conozco tu pasado. ¿Es necesario esto?

—🎶Construyó puentes de conexión en nuestras vidas. Lalo, el arquitecto de nuestras sonrisas. Sus innovaciones rompieron las barreras. El mundo abrazó su genialidad sin fronteras.🎶- Cantó el robot masculino.

—🎶Desde la tierra hasta el infinito espacio. Su mente brillante trasciende cualquier ocaso. Lalo García, el protagonista del cambio. Conquistando corazones, dejando su sello profundo.🎶- Cantó la robot femenina.

—🎶Lalo García, el rey del rap rock. El pecado del orgullo, su poder nos conmueve. Con su tecnología, cambió la humanidad. Una sonrisa en cada ser, dejando su legado en la eternidad.🎶- Cantaron los robots al mismo tiempo.

Lentamente se acerca hacia mí y yo me acerco a él, para no perder más tiempo.

—🎶Lalo, el genio audaz y valiente. Con su mente y corazón, construyó un puente. La tecnología se convierte en su pasión. Y en cada creación, nos regala una emoción.🎶- Cantó el robot masculino.

—🎶Su legado perdura, su impacto es inmenso. Lalo García, un ícono, un ser trascendental. Su carisma contagioso, inspira y motiva. El orgullo en su esencia, un fuego que aviva.🎶- Cantó la robot femenina.

—🎶Gracias a su visión, el mundo sonríe. Lalo García, el genio que no se rinde. Con su rap rock enaltece su historia. Y la huella que deja se alza en la memoria.🎶

—🎶Lalo García, el rey del rap rock. El pecado del orgullo, su poder nos conmueve. Con su tecnología, cambió la humanidad. Una sonrisa en cada ser, dejando su legado en la eternidad. Así que escuchen todos, el legado de Lalo García. Un hombre excepcional, lleno de sabiduría. Su orgullo, su sonrisa, su rap rock sin igual. Lalo García, el genio que hizo al mundo brillar.🎶- Cantaron los robots al mismo tiempo.

Me paré frente a él y la música se detuvo.

—Hola, Lalo.

—Nos volvemos a ver, Sa... ¡Uwaaaah!

—¡¡Cariño!!

Número 31 hizo a un lado de una cachetada a Lalo y lo sacó volando.

Wow, no la vi entrar. Entró destruyendo la pared negra.

Oh... Vaya...

—¡Estás vivo, estás vivo! ¡Nunca te perdonaré que no me dejaras matarlos! ¡¡Mataré a esa mocosa sin piedad alguna!!

Número 31 me abrazó fuertemente y llora a mares.

Verla tan triste y llorando me hace sentir... muy mal. No quiero verla así, quiero que esté feliz, como siempre lo ha sido.

La número 31 que conozco, siempre tiene una sonrisa en su rostro, pero esta vez, ella está llorando y siento una inmensa tristeza en su ser.

Su cuerpo está temblando...

—Yo... Lo siento, número 31, no quería arriesgarme. Perdón por preocuparte tanto.

Le acaricié la cabeza y la abrazo también, mientras sigo escuchando su llanto.

—Por favor, perdóname. Prometo compensarte el dolor que te hice pasar. No sé cómo, pero lo haré... Así que, por favor... ¿podrías darme una sonrisa?

Ella levantó la mirada. ¿Eh? ¿Qué? ¿Está lloviendo? Unas gotas de agua cayeron sobre su cara.

Que raro. Estamos bajo un techo. ¿Estaré sudando?

—Saik...

Ella me acarició los ojos. ¿Eh? ¿Qué...? Siento agua en mis ojos... ¿Lágrimas?

Lágrimas, ¿eh?

Sí, me estoy volviendo cada día una persona más normal, capaz de reflejar sus sentimientos, pero... ¿Qué es lo que siento exactamente?

¿Dolor, agradecimiento, tristeza? No sé ni cómo me siento, solo mi cuerpo lo sabe.

—Yo... ni siquiera sé cómo sentirme, número 31. Perdón por no ser capaz de decirte lo que siento por haberte hecho sufrir, pero...

Número 31 se levantó con los dedos de sus pies para ser capaz de alcanzar mis... labios...

Un beso sencillo en los labios, para nada erótico ni adulto. Un inocente beso en la boca, solo juntando los labios.

Pero, aunque sea un simple beso, me hace sentir... muy cómodo y bien.

Sé que esto no es normal, pero lo dejaré pasar.

—Por favor, que no vuelva a pasar.

—L-lo... Lo intentaré. Con mi muerte debió de ser suficiente para que dejen de sospechar de mí. ¿Verdad, Lalo?

Él se acercó a nosotros, acariciando su mejilla roja.

—"A la verga, me dolió un chingo. Puta madre, que buena mano tienes, pareces mi suegra". Siempre tan agresiva, ¿eh? Arruinaste nuestro reencuentro.

—... Gracias por revivirlo.

Creí que iba a insultar a Lalo o comportarse violenta con él, pero le agradeció el haberme revivido... Gracias por importarte tanto alguien como yo.

—No podía permitir que mi "compa" muera. Y como tú, Saik, no quieres hablar de nada que arruine tu vida normal, hablemos sobre la historia que inventé de mi relación con tu padre, para que no sospechen de ti.

—Gracias.

Tengo muchas dudas, pero no haré ninguna pregunta.

La vida me ha dado una segunda oportunidad para cumplir mi sueño, y la aprovecharé.

(Pov- Kaeyko.)

Una cita en el centro comercial después de salir de clases.

Sí, es una de las mejores ideas que has tenido, Kaeyko. El idiota de Bell hizo sentir mal a Evelyn y ha estado bastante triste desde entonces, pues ese idiota le recordó su pasado.

Quiero que ella siga adelante y no deje de sonreír, sus problemas desaparecieron y a mí no me importa su pasado, solo su presente y futuro. Lo que hizo, lo hizo antes de conocerme, así que no me debería de importar, y quiero que recuerde eso siempre que se sienta mal con ella misma.

No me avergüenza ser su "casi" novio, y nunca me avergonzaré de eso.

—¡¿Y qué tal?!

Evelyn salió del probador, usando ropa bastante ligera. Una minifalda, una blusa negra con escote y zapatillas negras.

A Evelyn le gusta usar ropa cómoda y que le permita mostrar piel. ¿Por qué? Me dijo que le hace sentir más libre y que se acostumbró a usarla, además de que le permitía resaltar lo que "supuestamente" más importante tiene: su belleza.

Una chica que solo le tiene confianza a su apariencia y no cree que tiene más cosas buenas.

No, no, no. Muy mal, Evelyn, yo mismo me encargaré de ayudarte a mejorar esa autoestima. Tú eres más que una cara bonita, y tu valor no radica en tu cuerpo, sino en tu amable corazón.

—Te ves bastante bien, aunque el negro no resalta tanto tus pechos. Pero si lo que quieres es verte hermosa y a la moda, ese conjunto de ropa te queda excelente. Tiene mi visto bueno.

—¡Guau!

Levanté mi dedo pulgar y Kaey levantó su pata. Hasta a Kaey le gustó.

—¡Entonces lo compraré!- Dijo, guiñando un ojo.

Me lanzó un beso y regresó al probador.

Siento miradas a mi alrededor.

Respira profundo, Kaeyko... Ah... Bien... Hazlo.

["Instinto animal", activado.]

Bien, ya estoy controlando mejor estas habilidades. Puedo usar habilidades sin necesidad de fusionarme, pero solo las básicas. Si quiero ser poderoso, debo fusionarme con Kaey, porque él tiene el otro 50% de nuestro poder.

Bien, esa habilidad me permitirá mejorar mi oído y escuchar lo que las personas a mi alrededor dicen.

—Ve y habla con él.

—N-no, hazlo tú.

... Ah... Bueno, al menos no están insultando a Evelyn. Creí que era algo serio.

La mantendré activa solo por si acaso.

Evelyn salió del probador con la ropa en sus manos.

—Creo que ya es todo lo que compraré. Debo ahorrar.

—Paguemos y vamos a comer.

—¡Por supuesto!

Evelyn pagó su propia ropa y las miradas que recibí fueron juzgadoras.

Oigan, oigan, soy su "casi" novio, no su novio. Además, pagarle su ropa no sería diferente a pensar que quiero pagar su amor con dinero.

Comenzaré a pagar sus cosas cuando seamos pareja, por lo pronto, ella compra sus cosas. Ella es una mujer independiente que no depende de mí, yo no tengo la culpa de que ustedes sean unas inútiles mantenidas. Evelyn es una chica independiente, y estoy orgulloso de ella.

Salimos de la tienda y decidí ser yo esta vez el que la tome de la mano.

Ella estaba a punto de tomarme la mano, pero me adelanté y la tomé de la mano, sorprendiendo a Evelyn, pues ella siempre es la que me toma de la mano.

—Bueno, casi novia, ¿qué quieres comer?

—Fufu. Por eso me encantas, Kaeyko.

Se paró frente a mí y me tomó de la otra mano.

—Me encantan los chicos como tú, para nada tímidos y que dicen lo que quieren sin rodeos. Me viste incluso usando bikini y no tartamudeaste ni te pusiste nervioso. Realmente me saqué la lotería contigo.

—Bueno, creo que después de tantos años golpeando, ser golpeado, aislado y estar acostumbrado a que las chicas se fijen en mí solamente por mi apariencia, eliminó cualquier rastro de timidez en mí. Además...

Me quité el cubre bocas y le sonreí.

—Verte usando bikini llenaba mi ser de felicidad, porque te veías feliz usándolo. ¿Qué clase de chico se pondría tímido al ver a la chica que le gusta usando bikini, cuando puede estar feliz de que ella se sienta cómoda usándolo? Esa clase de chicos solo piensan en ellos mismos. ¿Y yo?

Le acaricié la mejilla, mientras siento calor en su rostro. Fufu. Tú eres la tímida en la relación, ¿eh? Que lindo.

—A mí solo me importa tu felicidad.

—Kaeyko...

Le di un beso en la boca, sin usar la lengua, durante unos segundos.

Esto realmente se siente bastante bien... Evelyn, el que se sacó la lotería fui yo, no tú.

—¡¿Hermano?! ¡¿Por fin tienes novia?!

Separé mis labios de Evelyn y suspiré.

—Arruinaron nuestro momento.

Mi hermanita y sus amigas se acercaron a nosotros. Que molestia.

—Uffffff. Menos mal. Pensé que eras gay por nunca haber llevado una novia a casa. Y es bastante bonita.

—¿A casa? Kaeyko, ¿es tu hermana menor?

—Hola, soy la hermana de Kaeyko, me llamo Kaeya, es un gusto.

—¡Oh, mi futura nuera! ¡Hola, hola! Soy Evelyn, la casi novia y futura novia de tu hermano.

—¿Casi?

—Es difícil de explicar... Oh...

Tomé de la mano a Evelyn.

—Prefiero mantenerme alejado de esa cosa con patas que insiste en llamarme hermano. ¿Podemos irnos?

—¡Oye, no soy una cosa con patas!

—¿Estás seguro?- Preguntó Evelyn.

—Sí, por favor.

—Está bien.

Nos alejamos caminando, dejando a mi hermana atrás.

—¡Ya madura de una buena vez, idiota!- Gritó esa idiota.

—Bla, bla, bla... Ah... Perdón por eso, Evelyn. No te lo dije antes, pero odio a mi familia, por eso vivo solo. ¿O ya te lo había dicho? Ah, no lo sé. Espero que comprendas mi situación.

—Sí... Te comprendo bastante... Mi familia también me odia.

—... Evelyn, no te mentiré diciendo que te comprendo, porque yo odio a mi familia, pero ellos no me odian, al menos eso creo. Pero, al menos quiero que sepas que siempre estaré contigo, y aunque tu familia te odie, siempre contarás con mi apoyo, no volverás a estar sola.

—Sí... Gracias. Y no te preocupes, no te juzgaré, debiste tener tus motivos.

Me da un beso en la mejilla.

—Vamos, dame una sonrisa, guapo.

—A sus ordenes, mi reina.- Le dije, sonriendo.

¿Tengo motivos? Sí, aunque mis motivos son infantiles, pero pasé tanto tiempo lleno de rencor, que no puedo pensar en la posibilidad de reconciliarme con ellas.

Ah... Soy un idiota insensible.

—¡Guau!

Kaey me acarició la mejilla con su pata.

Gracias por preocuparte por mí, Kaey. Estaré bien, solo necesito algo de comer.

Me puse el cubre bocas de nuevo.

—Entonces, ¿qué quieres comer?

—Lo que quieras.

—Yo quiero comer tierra. ¿Comerás también?

—Fufu. Cualquier cosa sabrá deliciosa si la como a tu lado... Ay, no sabía que podía ser una chica tan cursi, aunque debo de admitir que me está gustando.

—Me gusta ese lado tuyo, es bastante lindo. ¿Quieres que compremos los ingredientes en un supermercado para preparar spaghetti en casa?

—Ay... Yo no sé hacerlo.

—Oh, vamos, linda. ¿Creíste que te dejaría cocinar? Yo propuse la cita, así que yo cocino. Y no te preocupes, tengo más de... Mmm... ¿8 años de experiencia? Sí. Cuando tenía 8 años comencé a ser más independiente, y cumpliré 16 años en navidad. Sí, 8 años de experiencia cocinando.

Porque odié a mi madre por no creerme, dejé de comer lo que ella cocinaba y me preparaba mi propia comida, por simple orgullo.

Un sin fin de veces fui castigado y golpeado por mi madre por no hacerle caso y negarme a comer lo que ella preparaba. Incluso intentó obligarme a comer, pero siempre le terminaba tirando la comida al suelo y la pisaba, para hacerla enojar más y evitar que me siga molestando.

Poco a poco dejó de insistir con violencia y desde hace 8 años no he probado ningún platillo hecho por ella, aunque ella siempre intentaba convencerme de comer su comida.

—¡S-sí, por supuesto, encantada acepto! ¡Tu comida es deliciosa, Kaeyko!

Me abrazó del brazo.

—Tu cumpleaños es en navidad, ¿eh? Tendré un... ¿Eh? ¿A-apenas cumplirás 16?

—Vaya. ¿No te gustan los chicos menores que tú?

Evelyn tiene 18 años, es casi 3 años mayor que yo. Personalmente no me molesta, y espero que tampoco le moleste a ella.

—B-bueno... ¡No me importa lo que piensen los demás de mí, me gustas, Kaeyko!

Me jaló hacia ella y me dio un beso en el cubre bocas, en donde estarían mis labios.

Que lindo, aunque hubiera preferido un beso directo en los labios.

—S-solo son 3 años de diferencia. No es la gran cosa... ¿Verdad?

—Bueno...

Me quité el cubre bocas y le acaricié la barbilla.

Me vio directamente a los ojos y le sonreí.

—¿Me veo y comporto como un puberto de 15 años con papis que le pagan todo?

—N-no.

—Entonces no hay problema alguno.

Le acaricié los labios con mi dedo.

—¿Me quieres dar un beso?

—S-sí.- Respondió, asistiendo con la cabeza.

—También te quiero besar, pero hay un problema.

—¿Cuál? ¡¿Me apesta la boca?!

—No, no te preocupes, tus labios huelen y saben delicioso. El problema es que tengo 15 años y tú 18. ¿Dejarías que alguien menor que tú te bese? Si te beso, ya no le tomarás importancia a mi edad. ¿Es un trato? De lo contrario, nunca volveré a besarte hasta que yo cumpla 18 años.

—¡No puedo esperar tanto!

Se abalanzó contra mí y juntó sus labios con los míos.

Fufu. Sabía que provocarla funcionaría. No quiero que le importe mi edad, quiero que solo le importe mis sentimientos hacia ella.

Separé mis labios y la tomé de la mano.

—¿Te gustaría cenar conmigo, linda?

—Con mucho gusto, lindo.

Sí... Definitivamente disfruto mucho esto.

(Epílogo.)

(Pov- Saik.)

Videojuegos en mi maleta. Listo.

Bien, ya puedo irme.

Bajé del auto.

—Gracias por todo, Lalo. Espero que no nos volvamos a ver.

—De na... ¡"Oye, eso sonó terrible"!

—Cuídate.

—Eso debería decírtelo yo. "Adiós, Saik".

Lalo se fue en su auto... Ah, bien... Ya no puedo borrarle la memoria, así que espero que me crea.

Mis fantasmas legendarios están dentro de mí nuevamente.

Estoy ileso. Volví a la normalidad... Ah, bien... Aquí vamos.

Intenté abrir la puerta, pero cuando intenté abrirla, y como si ella estuviera detrás de la puerta, esperando a que la manija se mueva, Yuki atravesó la puerta.

—¡¡Saik!!

Y me abrazó con fuerza, llorando... igual que número 31. La misma reacción... y me hace sentir lo mismo, igual de culpable por hacerla sufrir.

—¡Estás vivo, estás vivo! ¡Regresaste! ¡No me dejes sola de nuevo! ¡Tuve mucho miedo!

—Lo siento, Yuki. No sabía que me iban a matar. No te preocupes, me revivieron y me borraron la memoria, o eso piensan. No funcionó, pero fingí que sí funcionó para que me dejen en paz. ¿Quieres algo de cenar en específico?

Ella se queda en silencio y solo me abraza... Sí... Comprendo cómo te sientes.

Entré a la casa, cerré la puerta, me puse de rodillas y la abracé

—Yo también te extrañé, Yuki.- Susurré, con la voz quebrada.

Mucho más de lo que piensas.

Te has vuelto alguien indispensable en mi vida, y no sé lo que haría si no estuvieras conmigo.

Gracias por todo lo que has hecho por mí, Yuki.

No te preocupes, Yuki, nuestra vida volverá a ser normal. Adiós a los problemas.

Una cómoda y tranquila vida normal.

Gracias por estar conmigo.

En serio, muchas gracias.

(Extra- Satisfacción.)

(Pov- Sylphie.)

¡Sí! ¡Lo logré! ¡Mañana se termina la prueba especial! ¡Logré sobrevivir! ¡Lo logré, lo logré! ¡Volveré a casa con la frente en alto! ¡Superé con éxito todas las pruebas!

—R-realmente lo hice.

Madre, Saik, ¡lo hice! ¡Sobreviví al campamento!

Lo hice... Lo hice.

—De verdad, lo hice.

Lo logré.

¡Lo logré!

Cuando regrese a la escuela, le diré a Saik que festejemos juntos nuestra victoria. ¡Superamos con éxito la prueba especial!

Me pregunto si esta vez seremos capaces de subir a la clase A.

Bueno, aunque siendo sincera, no me importa, lo importante para mí era el de cumplir mi promesa. Le prometí a Saik que superaría esta prueba especial, ¡y lo hice!

Quiero volver a verlo. Estas tres semanas han sido muy difíciles para mí, pero he logrado llegar al final.

Lo hice... Realmente lo logré.

—Fufu. Se siente tan bien.

Adiós, Sylphie inútil. ¡Hola, Sylphie útil!

Me siento increíble. Fui capaz de llegar al final de esta prueba. ¡Viví un infierno, pero logré superarlo y llegar al final!

Sylphie, te superaste a ti misma. ¡Estoy tan orgullosa de ti!

Y todo gracias a Saik... Realmente lo extrañé.

¿Habrá cambiado en estas últimas tres semanas? A mí solo me creció el cabello y... Ay, creo que engordé un poco. ¡Llegando a casa haré muchísimo ejercicio!

(Nota del autor: Fin del volumen 11. ¡Por fin se terminó el arco de la prueba especial! Por cierto, los capítulos 0 y 1 ya están reescritos, por si gustan leerlos.)