-Esta es tu nueva misión. –El coordinador pone una carpeta sobre el escritorio y frente a mí, y yo la abro curioso. Normalmente siempre están todos los integrantes del equipo en el momento en que se dan las indicaciones, ahora solo estoy yo.
En la primera hoja en la parte superior izquierda aparece una fotografía de una chica y al lado viene su nombre, aunque el primero se ve borroso, así que me enfoco en el segundo, Sofía Gutiérrez de la comunidad de Tecuan. Dieciocho años. Mentalista. Escapo el quince de marzo de 2012.
La última parte atrae mi atención y de nuevo contemplo su fotografía, que ocupa un cuarto de la hoja. Es de tez blanca, rostro simétrico, pómulos altos, nariz pequeña, guapa en pocas palabras, de cabello castaño, aunque el color de sus ojos no se distingue bien, pero por lo que se logra apreciar de la parte superior de su torso, noto que no es como las chicas escuálidas de aqui. Y ese es suficiente incentivo para mí, ¿Será un reto? Está sería la oportunidad perfecta para probarme con un mentalista.
-Los datos más recientes, que no están en el reporte... –La voz del coordinador me saca de mis pensamientos-. Es que tienen la sospecha de que sigue en Matamoros, ese será el primer lugar al que irás, tienes una semana para ubicarla, y tras hacerlo tres días para capturarla. De lo contrario enviaremos refuerzos y perderás la oportunidad de lucirte frente a otras comunidades. –Yo alejo mis ojos de la imagen y me concentro en la información que ya sé. Aún así ésto no puede ser fácil.
-Hasta yo conozco mis límites, y sé que yo solo no podré con una mentalista, cabe la posibilidad de que sea mejor que yo, aun si es dos años menor. –Me veo obligado a rechazar mi asignación, pues podría ser contraproducente. Podría solo alertarla y escaparía a otro lugar... ya antes me he equivocado por sobreestimar mis habilidades.
- ¿Es que no te di suficiente tiempo para leer el informe? –Pregunta un tanto molesto y yo aprieto los labios, él suspira y me explica-. La chica no puede usar su mente, en otras palabras, es como cualquier otro protector, así que no deberías tener problemas, por ello te envío solo. Si la traes de regreso nos harás quedar muy bien. –Él parece firme en su decisión, y si es verdad lo que dice, podré conseguirlo, sin embargo ahora parece una asignación aburrida.
-Entendido.
Sigo leyendo el informe mientras camino a mi cabaña para recoger una mochila con algunas mudas de ropa, cuando a mi lado llega Paola.
-Escuche que tienes una misión muy importante en solitario. –Su tediosa voz aterciopelada, en exceso, comienza a cansarme.
-Es verdad, y tengo que partir de inmediato. –Cierro la carpeta y apresuro el paso.
-Dicen que es bueno relajar el cuerpo antes de cualquier trabajo...
-Aunque lo disfrutaría, como ya dije antes, tengo que partir a la brevedad posible.
Llego a la cabaña que comparto con Esteban, y al entrar, Paola me sigue, cierra la puerta tras de sí y se arroja hacia mí. Su delicado y delgado cuerpo roza el mío... quizá pueda hacer algo rápido.
Pero antes de que ponga mis manos sobre ella, la puerta se abre y mi amigo entra.
-¡Uy! Siento interrumpir, pero tengo prisa. – Él pasa a nuestro lado y entra en su habitación, yo recobro mi autocontrol y recuerdo las prioridades.
-Quizá a mi regreso Pao. –Le digo alejándola gentilmente y dándome vuelta para también ir a mi habitación, la escucho bufar y pisotear hacia la salida, y además azotar la puerta cuando se va. Es una molestia.
Subo a la camioneta en el asiento del copiloto, Esteban conduce, Lorena y Emilio van en la parte de atrás, ellos tres tienen una misión en el sur de Tamaulipas, pero antes me llevaran al norte. A petición mía voy sin vehículo, pues ya tengo un plan más o menos hecho.
Si no la han atrapado en todo este tiempo es porque es lista, de manera que ir en un vehículo convencional que ella puede reconocer, la alertará de mi persecución, por otro lado, al no ser una buena mentalista, me será muy fácil encontrarla.
Ya imagino todo el reconocimiento que ganaré por llevar de regreso a una traidora. Debo hacerlo rápido y mostrar mi eficiencia.
Vicente tiene razón, será fácil. No debo darle tanta importancia.
Bueno Sofía, donde sea que estés... más vale que disfrutes tus últimos días libre...
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