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Chapter 8 - Escena 8 “Cicatricez”

El verdadero valor no es algo que se obtenga al leer un grimorio, o al entrenar, no le pertenece a los más grandes guerreros fuertes y poderosos, está en cada uno de nosotros,– estaba soñando con mi discurso de mi coronación, lo prepare y estudie tanto que soñaba con el.

–Vinz se despertó en medio de la noche para tomar agua, pero escucho ruidos de aleteos por la ventana, al mirar por ella, vio cientos de enormes sombras descender sobre el reino, de inmediato gritos de terror y de dolor, incendios espontáneos y gente del reino corriendo a toda velocidad, llenaron los caminos entre nuestras perfecta ciudad de pirámides, mi pequeño hermano corrió para despertarme, juntos salimos de la habitación para ir al sótano a refugiarse en la vieja bóveda, pero en el camino una enorme criatura entró rompiendo el hermoso vitral del pasillo, vidrios saltaron por todas partes, y entonces lo vimos.

–Una enorme Avispa atávica, que parada sobre sus dos patas debía medir más de 3 metros de altura con sus gigantescos ojos rojos, su horrible mandíbula que podría cortarnos en dos, alas fuertes y poderosas, y garras al final de sus brazos y piernas, tan afiladas como espadas, no teníamos oportunidad, ni siquiera un soldado bien entrenado la tendría, eran las mismas criaturas del nido de la luna, esto era mi culpa, debí avisar a todos lo que podría pasar, aun si me creían loca, es solo que no pensé que se atreverían a venir tan rápido.

–No teníamos a nadie cerca, ningún soldado, ningún adulto, ningún asistente de biblioteca, cada quien debía estar luchando por su vida en este momento, los héroes no llegaran a rescatar a nadie esta noche, por que si la luna no es la luna, seguramente los héroes no existen.

–No te preocupes Vaini yo yo yo –Tartamudeo mi hermanito lleno de miedo

–Yo me encargo, ponte detrás de mí.

– Entonces Vinz sacó de su manga el artefacto de lanza fuego que estaba construyendo, y yo rogué que no fuera un simple encendedor de nuevo, aun temblando colocó su dedo en forma de pistola apuntando a la cara del enorme monstruo que se acercaba lentamente disfrutando el terror que provocaba en sus presas, entonces Vinz disparó y una flama un poco más grande que una antorcha apareció en un rápido movimiento hacia el rostro de la atávica avispa, la cual recibió el fuego en la mitad izquierda de su rostro, sin gritar, sin quejarse, sin dolor aparente continuo caminando dañado, con la mitad de su rostro derretido, pero sin importarle ni un poco sus heridas, llegó hasta mi pequeño hermano a quien a través del fuego o más bien usando el fuego como camino, soltó una gran mordida que alcanzó a cercenar por completo la mano de mi hermanito hasta más allá de la muñeca, entonces chorros de sangre comenzaron a brotar mientras la criatura saboreaba el pequeño bocado de carne, para después golpear en el estómago con una rápida y poderosa patada dejándolo inconsciente en el suelo.

Yo estaba llorando de terror, al ver a mi hermanito inmóvil me acerque a ese nuevo charco rojo, lo tomé en brazos y volé a toda velocidad regresando a la habitación, cerré la puerta girando el seguro, pues todo niño sabe lo importante que es ponerle seguro a una puerta, eso seguía significando que el mal se quedaría afuera, corrí a escondernos con Vinz bajo la cama, la misma donde dormíamos tomados de la mano desde que nos habíamos quedado solos, y allí debajo, llena de polvo me encontré con la vieja lanza de mi padre, hace muchos años que no la veía, pero sabía que encontrarla en ese momento significaba algo, la familia siempre está incluso cuando ya no están contigo, aplique rápidamente magia curativa en mi hermanito, mientras escuchaba como era destrozada la gruesa puerta de roble de la entrada, en unos instantes lograrían entrar, una vez más se agotaba el tiempo, el tiempo no espera a nadie, ni siquiera para terminar de llorar de miedo.

Logre sellar la herida a medias, y ahora me daba cuenta que mi vestido para la coronación estaba lleno de rojo sangre, con un crujido que rompió algo más que la madera, que significaba que ponerle seguro a una puerta no basta, finalmente cayó con un gran golpe que me hizo saltar, no tenia otra opción, seguir escondida debajo de la cama, era inútil, no podía entender si toda mi vida taparme con la sabana de la cama había bastado para quitarme el miedo, y sentirme protegida, deje escondido a mi hermanito hasta lo mas a fondo, me obligue a ponerme de pie temblando de miedo, tome la vieja lanza y apunte hacia enfrente donde a solo unos metros se encontraba la silueta oscura del enorme monstruo en el umbral de la entrada, que se tomaba su tiempo para infundir más miedo, y lo lograba, nunca había sentido tanto horror.

– Ya no llores Vainilla, deja de temblar, eres la princesa del reino de los girasoles, tu Vinz te necesita, no huyas, no te vayas de aquí volando, o se lo van a comer

–me decía a mi misma sollozando en voz baja, mientras la criatura se acercaba dramáticamente en la oscuridad.

–Pero aun con todo encontré el valor que nunca había tenido, y en medio de la habitación oscura, corrí hacia la criatura con la lanza bien sujeta con ambas manos, hasta alcanzar el exoesqueleto del abdomen de la enorme bestia alada, quien sin inmutarse ni un poco solo continuó avanzando un paso más para alcanzarme pero aun llena de lagrimas no retrocedí, por que si lo hacia, si dudaba significaba perder a lo único que me quedaba.

–Piensa Vainilla piensa, ¡microexplosion!

– Grité con todas mis fuerzas, lanzando el hechizo desde la punta de la lanza que se encontraba enterrada en la criatura, gritaba el hechizo y visualizaba como la microexplosion destruía cada vez más otro órgano interno de la gigantesca Avispa, quien con su último aliento atacó con sus garras, rasgando mi hermoso rostro, de pronto todo se volvió rojo, la sangre no dejaba de escurrirme de la carita, pero la criatura ya no se movía, entonces y solo entonces que me asegure que estaba muerta, solté la lanza para continuar llorando, gotas de lagrimas rojas caían en el edredón blanco de la cama donde horas antes había rezado con mi hermano.

–Quizás debí rezar más fuerte la parte de –protégenos de todos los enemigos visibles e in….. –sin terminar el pensamiento corrí a ver si mi hermano estaba respirando…

–Vinz despierta tenemos que salir de aquí,, Vinz

–Pero mi pequeño hermano no despertó, aún debíamos llegar al sótano.

–Con mi cara, llena de sangre, debía curarme, solo yo se usar magia curativa capaz de sanar esa clase de heridas.

–Pero no puedo gastarme el poco mana que me queda en mi, tengo que dejar algo por si tenemos que salir volando o por si pasa algo mas.

–Solo me limpiare la cara con agua con sal y después miel, ya la curaré después.

–Me va quedar cicatriz, mi carita de princesa con una cicatriz, se verá horrible, pero seguro que Vinz dirá que se ve increíble.

–No me importa, así me acordare que hasta yo puedo ser un poco valiente.