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Chapter 4 - El Ducado de Gest

Indalf ha llegado al final de la cola, habían 3 guardias revisando cada persona que entra al Ducado y ya era el turno de Indalf de ser revisado.

—Deme su tarjeta de información —ordenó un guardia mayor.

—Aquí tienes —Indalf sacó una tarjeta plateada con bordes negro que ponía:

Nombre: Indalf Año de Nacimiento: Año 712. Era de la Magia.

Edad: 15 Raza: Semi-elfo

Familia: Sin registro ¿Crímenes? (Use runa revisora)

Afiliación: Academia del Cuervo Fantasma

—¡Brujo! —gritó sorprendido el guardia atrayendo la atención de todos—. ¡Y un semi-elfo!

—Oh vamos… no es para tanta sorpresa —le replicó Indalf con los ojos en blanco—. Ya sabes lo que dicen… los nigromantes somos los mejores amigos de los humanos, y de los enanos, y de los elfos.

—Nadie dice eso…

—Yo lo digo.

El guardia procedió a coger una especie de lápiz que se iluminó cuando se acercó a la tarjeta. Ahora en ella pone No hay crímenes, al momento volvió a como estaba.

—Bien… puedes pasar —le dijo el guardia y le devolvió la tarjeta—. Serán 30 Sigmas.

Indalf se sorprendió por esa cifra «¿Otro timo? Voy a perder todo el dinero a este ritmo»

El guardia vio la situación triste de Indalf y pensó que no tenia dinero.

—¿No tienes dinero? —le preguntó—. El ducado es una zona noble, todo aquí es excesivamente caro…

«Supongo que los brujos no son tan ricos como dicen».

—No, no. Tengo el dinero, toma —le contestó Indalf dándole el dinero y entrando al ducado.

«Es cierto lo que decía el guardia, esto es una zona noble», pensó Indalf al ver el lugar. Todo esta muy cuidadosamente construido y cuidado y las personas van con vestimenta adecuada.Indalf destaca ahí como una gota de agua en el infierno.

Lo primero que buscó es una tienda de lucha o algo así para comprar un guante y tapar su marca. Pero no vio nada similar, entonces se sentó en un banco a pensar.

«¡Dos horas y no encontré nada!», se quejó mentalmente, «Mejor… voy a preguntar… ¿Pero, como?. Estos tipos no tienen pinta de querer hablar con alguien humilde como yo».

Mientras el estaba en el banco quejándose, alguien le estaba mirando emocionado y se acerco con velocidad para hablar con el.

—¿Indalf? —al ver que alguien le llamaba levantó la cabeza y miró—. ¡Sabia que eras tu!

Este hombre tenia estrellas en los ojos de la emoción, pero, Indalf no sabia quien era y lo miró con cara confusa.

—¿No te acuerdas de mi? —dijo con tristeza—. Supongo que Brumur tenia razón… eres muy olvidadizo.

—¿Brumur? —Indalf se puso pensativo—. ¡Ah! ¡Eres Frike! El hijo del Marques Gur.

—Me llamo Freik… —corrigió Freik.

—Eso dije, ¿No?

—Ah… Da igual. Tengo que presentarte a alguien —dijo Freik y fue a buscar alguien.

Unos segundos después volvió con una mujer.

—Aii. ¿Tu eres Indalf, el Nigromante mas joven? —preguntó la mujer con la misma emoción que Freik.

—¿Oh? ¿Acaso soy famoso? —una radiante sonrisa se dibujo en la cara de Indalf.

—No… es que Freik me ha contado como derrotaste con Brumur al toro demoniaco el año pasado —le contestó la mujer e Indalf se deprimió instantáneamente.

—Bueno… Ella es mi Liya, mi prometida.

—¿Woah? ¿Tu prometida? —se sorprendio Indalf—. ¿Que hace un viejo como tu con una joven como ella?. Con tu edad y estatus de nobleza media podrías tener ya 4 esposas y 15 concubinas…

—¡No soy viejo, tengo 27! —replico Freik—. ¡Y no! ¡No soy ese tipo de noble!

—Bien, bien.

—El caso, ¿Que haces aquí? —preguntó Freik mientras se sentaba en el banco con Liya junto a Indalf.

—Vine a vender y a comprar algunas cosas, pero estoy perdido…

—Oh, entonces podemos ayudarte —sugirió Liya.

—¿De verdad?

—¡Por supuesto! Que inteligente eres Liya —aduló descaradamente Freik a Liya.

Entonces el grupo compuesto por Indalf, Freik y Liya fueron a la casa de subasta, ya que la subasta era mañana y no podían esperar a ese día para que revisaran las cosas que Indalf quiere vender. La casa de subasta era de un tamaño moderado, pero parecía estar hecha de oro.

Se acercaron a la entrada y había una recepcionista con una vestimenta ajustada y enseñaba mas piel de la que debería.

«Los nobles son repugnantes en este sentido…», pensó Indalf.

—Buenas señorita. Venimos para que tasen y subasten algunas cosas mañana —se adelantó Freik y le habló a la recepcionista.

—¡Por supuesto, joven maestro Freik! —aceptó felizmente—. Pero su sirviente no puede pasar, reglas de la casa. —dijo mirando a Indalf.

Eso enfadó a Indalf, ¿Sirviente? ¿Que tipo de broma es esa?. Una gran vena salia de su cabeza en ese momento y Freik lo vio.

—No, no, no. Es un amigo —Freik resolvió fácilmente la situación.

—¡Oh, me disculpo por eso! —se disculpó rápidamente la mujer—. Entonces, pasen. El tasador los estará esperando.

El grupo entró en la casa de subastas y fueron a una habitación apartada en la que se encontraba un anciano con un aura de sabio.

—Oh, por fin estáis aquí —dijo el anciano con una sonrisa —. Hace tiempo que no te veo Freik —se levantó de su asiento y fue a abrazar a Freik.

—Para, abuelo Derek —le susurró Freik al anciano —. Me estas avergonzando…

—Vale, vale —Derek dejo a Freik.

—¡Liya! —exclamó—. Eres tan hermosa como siempre.

—Gracias, abuelo —dijo Liya y se inclinó unos 15 grados como saludo.

Y luego miro a Indalf —¿Y quien es este pequeño amigo? —preguntó mientras se acercaba e inspeccionaba a Indalf con curiosidad, pero mas bien sorpresa cuando vio la marca.

—Eh, pues me llamo Indalf y soy de l

Derek no dejó que Indalf terminara de hablar y le abrazó —¿Eh?

—Todos los amigos de Freik son nietos mios.

Hablaron un rato mas con Derek, pero como habia ido a la casa por la subasta, pues tendrían que tasar los objetos e Indalf saco el grimorio y los 5 huevos de araña demoniaca.

—Interesante… un grimorio de runas. De este tipo son los mas importantes, tuviste suerte Indalf.

—Podríamos empezar con unos 30.000 Sigmas —anunció Derek como si no fuera nada—. ¿Que te parece?

—¿Treint-ta mil? ¿No es eso mucho?

—Nah, este grimorio probablemente tiene runas antiguas, tampoco lo se, no se tanto lenguaje rúnico, pero fácilmente podrá alcanzar los 50.000 Sigmas —explicó Derek.

Indalf se levantó del sofá hiperventilando, mañana se volverá rico por lo que parece.

—¿Y-y los huevos? —preguntó Indalf esperanzado por tener aun mas dinero.

—Según la descripción que diste de la pelea, la araña no era muy fuerte, pero aun así son crías de demonio, quizá unos 6000 Sigmas por huevo.

—¡Siiii!