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Chapter 45 - Capitulo 39 – Cicatriz Del Mundo (1)

Punto de vista de Gadrel Verndari:

Hace cientos de miles de años, en la llamada "Era De Los Héroes" existieron seres que superaron los limites establecidos por los dioses, limites que solo fueron rotos por los mortales en la "Era Del Mito", humanos que son el personaje central de las leyendas.

En la era de los Héroes, después de la casi extinción de los dragones, espíritus e inmortales, se sellaron a los demonios. Fueron los tiempos donde los demonios lucharon desesperadamente para no ser encerrados en el infierno.

Se le llamo era de los héroes precisamente por que aparecieron personas que rompieron las cadenas de los mortales y recibieron el titulo de héroe por parte de los cielos.

Entre estas personas se encontraba el "Héroe de la espada".

Un semi-humano que alcanzo el pináculo de la séptima etapa en el sendero del guerrero, alguien que pudo volcar los cielos, alguien que tenia el potencial de destronar deidades.

El Héroe de la espada lucho a muerte contra el Rey demonio del tercer infierno.

Fue una lucha que cobro la vida de ambos, sin embargo, los demonios son temibles por que tienen una forma de resucitar a sus caídos.

Con el miedo de que una existencia tan temible aparezca nuevamente en el campo de batalla. El héroe de la espada uso su existencia para sellarlo.

El lugar donde ocurrió esta batalla...es donde estamos parados.

-La Cicatriz Del Mundo- Murmure.

La Cicatriz Del Mundo fue el lugar donde se llevo acabo la pelea entre el Héroe de la espada y el rey demonio del tercer infierno. Se le dio ese nombre debido a que su pelea fue a tal nivel que fracturo la realidad, y el mundo no puede recuperarse por el aura persistente de esos dos seres.

Saque a relucir mi aura.

Una sustancia de color naranja con una consistencia similar al agua, emergió de mi cuerpo. Bailo alrededor de mi, hasta que finalmente cubrió cada parte de mi piel y se mezclo con mi piel.

Me acerque a Lezus e inspeccione su estado.

-Por fin rompió su cuello de botella…- Dije al ver el tercer emblema que envuelve su corazón.

Extendí mi mano, coloque un collar de plata con un adorno triangular que envolvía un jade en su cuello. Pronto, su respiración se volvió mas tranquila.

Enterré mi mano en mi bolsa en busca de una pastilla para recuperar sus heridas internas, cuando la encontré, lo triture y se lo di de comer.

Lo cargué y comenzamos a caminar hacia la ciudad establecida en este peligroso lugar.

Lo que dejo al muchacho en tal estado, fue lo que caracteriza a este lugar.

"Las auras del héroe y el rey demonio"

Aunque la batalla ocurrió hace miles de años, sus auras son tan poderosas que siguen afectando la atmósfera de este lugar.

-Te enseñare mi casa Lezus- Dije un poco arrepentido por lo que hice.

Probablemente me odiara y perderé su confianza, sin embargo…

"No me arrepiento"

El futuro de este pequeño es sombrío. Perderá muchas cosas, tantas que incluso yo preferiría el suicidio, antes que enfrentar a ese cruel destino dictado por los cielos.

-Si ayudarte me trae tu odio...no dudare- Murmure reforzando mi convicción.

Camine sobre el puente colgante que conectaba a las islas.

Baje mi mirada. Observando el basto oceano.

Los monstruos de clase S estaban luchando o es más preciso decir comiéndose mutuamente, hasta que otro monstruo colosal apareció y le dio fin a todos.

"Esta es la cicatriz del mundo"

Un conjunto de islas flotantes, encima de un océano donde se encuentran solamente monstruos de rango S o superiores.

"¡La ciudad de Candia!"

La ciudad que protege el legado del Héroe de la espada.

Continue caminando, pase las puertas de la ciudad. La gente me saluda, sin embargo...tengo el tiempo contado.

Necesito preparar todo para despertar su necesidad de poder.

-Lo siento….-Murmure

Se que este pequeño sufrió cosas que un niño no debe experimentar. A los seis años vio la masacre de los demonios. Eso lo llevo a que su alma se dañara, rompiéndose mentalmente.

Yo fui el que ayudo a Elian y a Elai, la verdadera Elai, a restaurar su alma y sellar sus recuerdos.

Luego, por si no fuera poco, los demonios atacaron la capital cuando justamente estaba ahí.

"Si no fuera que los demonios buscaban el objeto que resguarda el emperador, Lezus seria el blanco de todos los demonios…después de todo, los portadores de las bendiciones angelicales son los enemigos de los demonios"

-Bienvenido Maestro- Dijo Claus.

Me detuve y le entregue a Lezus que estaba en mis brazos.

-Déjalo en una habitación y no lo despiertes –

Me di la vuelta y camine hacia alguien que puede derrotar a Lezus, teniendo una edad similar a la suya.

***

Punto de vista de Lezus Loughty:

Abrí mis ojos con un poco de dificultad.

Mi cuerpo se sentía cortado, como si algunas extremidades no estaban bajo mi control.

Me levante con un dolor persistente.

"Molesto"

El dolor palpitaba por todo mi cuerpo, no era otra cosa, más que molesto.

Repose al borde de la cama, el dolor hacia retumbar mi conciencia, poco a poco ese malestar comenzó a disminuir, pero no desapareció.

Nuevamente, me acosté en la cama, dejando a mis pies columpiados en el aire.

Me relaje lo suficiente como para que el dolor no sea tan fuerte, o de lo contrario quedare dormido.

Los rayos del sol me golpearon y, al mismo instante, un escalofrío me recorrió el pecho.

Mis pensamientos se dividieron en dos partes. Se me dificulto continuar con mi próximo movimiento hasta que instintivamente me lleve mi mano al pecho.

Algo frío entro a mi mano, baje mi mirada, encontrando un collar, similar a la plata, con un triángulo envolviendo una piedra preciosa, tal vez jade o esmeralda.

Coloque el collar enfrente de mis ojos. Un aura extraña me envolvía.

No era un sensación escalofriante, tampoco reconfortante, sin embargo, por alguna razón instintiva sabia que me estaba protegiendo de lo que me hizo desmayarme.

De un salto me levante, o por lo menos lo intente, quería quitarme de toda la pereza que me inundaba.

Me acerque a la ventana, los rayos del sol me recibieron. Por reflejo entrecerré los ojos hasta acostumbrarme.

El sol casi se encontraba en la sima, si tuviera que hacer una suposición serian alrededor a las 10 am.

Escuche un crujido de la puerta.

Con preocupación y una pizca de temor me gire.

Un señor, probablemente entre los cuarenta con canas apenas naciendo en su cabeza, me miro fijamente.

-Ho-Hola – Dije con desconcierto.

-Buenos días joven Loughty – Dijo a la vez que daba una pequeña reverencia.

-Ah, si, buenos días señor…- Alargue la ultima letra con el fin de que me dijera su nombre.

-Puede llamarme Claus-

-Entiendo. Buenos días Señor Claus- Dije un poco melancólico a cuando estaba en mi hogar.

Al termino de mis palabras, el levanto levemente una ceja. desvíe mi mirada instintivamente.

-El maestro Gadrel me ordeno que lo cuidara- Entro a la habitación y, con una postura pulcra, dijo – Déjeme examinar si tiene alguna herida-

-Ah, si claro- Contente rapidamente.

Me sente al borde de la cama, a la vez que me quitaba la parte superior de mi ropa, con la que me teletransporte.

-Date la vuelta por favor- Dijo más en un tono de orden que de petición

-…Bien- Dude un poco.

Me resulta incomodo el darle la espalda a alguien que no conozco, sin embargo, mi salud era mucho más importante.

Sus manos, congeladas, se colocaron en mis dorsales. Al segundo después, percibí que algo entraba a mi cuerpo, es algo tibio, pero el frío de sus manos impidieron que esa sensación sea reconfortante.

Me quede inmóvil, siguiendo con cuidado esa energía.

-Huuu…- Expulse un suspiro, mi temperatura comenzó a subir, mis exhalaciones eran visibles debido al humo que expulsaba de mi cuerpo, sin embargo, mi mente esta clara.

Luego de lo que para fueron los minutos más incomodos de mi vida, Claus hablo.

-Listo- Dijo mientras se caminaba hacia la puerta.

-¿Hizo algo?- Pregunte un poco incomodo por el calor de mi cuerpo.

-Trate tus heridas internas- Contesto antes de cerrar la puerta tras de el.

-Ah, ¡Gr-Gracias! – Grite sin saber si aun me escuchaba.

Espere unos momento, hasta que estaba seguro de que no había nadie cerca e inspeccione mi cuerpo.

No hay nada fuera de lo común…excepto…

-¿Por que estas brillando?- Murmure