Chereads / CUANDO LA PATERNIDAD-MATERNIDAD SE CONVIERTE EN ZONA DE COMBATE / Chapter 12 - CAPITULO 12: LAS NUEVAS REGLAS

Chapter 12 - CAPITULO 12: LAS NUEVAS REGLAS

Una de las veces que, la cartera de mi padre desapareció.

La tragedia llegó de nuevo a mi hogar.

Mi padre tenía la costumbre de cargar todo el dinero ahorrado que tenía, en ese tiempo era mucho dinero 100 dólares, y miles de pesos.

Pues, esa era una cantidad cercana, nunca supe lo exacto que perdió ese día.

Mi padre, descargó muchos golpes, a veces no íbamos a la escuela debido a los golpes.

Alguna vez, si puedo decir que nos dormíamos rápido luego de la golpiza, no puedo decir si alguna vez nos llegamos a desmayar, mi mente no abarca tanto.

A los pocos días, mi padre se enteró por la vecina que nos auxiliaba, que, tenía un puestecito, en los que, también vendía cerveza, dulces y todo tipo de cosas, a ella es a la que le comprábamos las muñecas de pelucas.

Ella le dijo a uno de mis tíos que, una de mis primas estaba comprándole muchas cosas, y una de las veces, pago con un billete grande.

Luego de investigar, se dieron cuenta de que ella, no había tirado la cartera de mi padre, la descubrieron.

Recuerdo que, a su manera, como si no lo sintiera, trato de disculparse por la golpiza que nos dio.

Recuerdo que mi madre solo le contesto que, eso no quita los golpes que nos dio.

Cuando fuimos creciendo, las cosas se iban complicando, recuerdo que, en la casa nos prohibió tener las cortinas abiertas.

Nos dijo que, solo las prostitutas podían tener las cortinas abiertas.

En ese tiempo, no conocíamos el significado de esa palabra.

Solo, teníamos una nueva prohibición.

Recuerdo que, en este tiempo había una cantante que me gustaba como cantaba, era gloria.

También me fascinaba Alejandra, había salido una película, una comedia: Verano peligroso.

Ella salía con una faldita corta con crinolina.

Una de las veces que fuimos al mandado.

Uy, esto es para otro día.

Ir al mandado, era una cosa de cuidado.

Vi una falda a la rodilla, con crinolina.

Recuerdo que la mire mucho.

Mi padre se dio cuenta.

Cuando llegamos a la casa, me la dio.

Me sentí feliz.

Me la puse enseguida.

Recuerdo otra ocasión, en que nos llevó a casa de música de luxe.

Una tienda de discos y aparatos electrónicos.

Esa vez, nos dijo que podíamos escoger un disco.

Mi hermana y yo nos pusimos de acuerdo en comprar un disco de gloria.

Ponía más reglas, pero, el trato era algo diferente.

A veces sentíamos que nos soltaba un poco la cuerda que nos ataba.

Hoy, me pregunto si, era porque, era su forma de decirnos que, sí le importábamos, apelando a mi pensamiento de niña.

Pero, mi pensamiento de adulta cree que, era su manera de sentirse menos culpable por la manera en que vivíamos.

A mi edad, luego de pasar por 12 sesiones de terapia, de lo que hablare más adelante, no logro entenderlo por completo.

Cabe decir que, por nada del mundo hay justificación a nada de lo vivido.

Pero, para sanarme a mí misma tuve que entender que, el sentimiento de culpa con el que viví de niña, hasta convertirme en adulta.

No me pertenecía.

Y, no era mi culpa.

Ni el hecho de ser mujer al nacer, ni el hecho de haber nacido en su familia.

Son cosas que no elegí.

Podemos vivir un calvario, pero, podemos intentar cambiarlo.

No tengo la respuesta correcta.