Capítulo 5: ¿Se supone que debería estar agradecido?
¿Qué es vivir?
En una caricatura vi una pregunta muy interesante al respecto.
Algo que no esperarías de una serie destinada a un público infantil.
Recuerdo que me basé en gran parte mi personalidad al personaje principal cuando era chico. Me era muy carismático y atractivo, hablando con sarcasmo y criticando a la modernidad actual.
Poco a poco quise imitarlo.
Hasta que crecí, y gradualmente forje mi personalidad propia, por supuesto, tomando partes de él.
Comencé actuando, hasta que se volvió un pedazo de mí, tanto que ya no necesitaba actuar.
Pero la pregunta de la que estoy hablando fue:
¿Es mejor vivir una vida larga y aburrida o vivir una corta y emocionante?
Si, lo sé.
Es obvio la generalización que se tiene ahí.
Anteriormente tenía esa frase en mi cabeza sin darle mucha importancia, solo como una oración chida que me encontré.
Pero de lo que estoy tratando de hablar, es como esa pregunta me afecta a mí.
Mi balanza objetivamente sumando lo que ya viví, se inclina a la segunda opción.
Fiestas, locuras, alcohol y de vez en cuando, drogas.
¿Fue divertido? Pues sí, no mentiré.
¿Me gustaría haber vivido más? También.
Pero se me dieran a elegir de nuevo, votaría por la primera.
En parte porque es la opción que me queda por usar.
Y la otra es porque no quiero volver a experimentar más dolor emocional.
No creo que aguantaría.
No sé cuánto tiempo llevo aquí.
Todo es negro, simplemente un vacío sin fin, sin ninguna estrella que pueda iluminarme, ni una luz que me muestre el camino.
Nada más que oscuridad.
Sin dolor, sin emociones, sin cuerpo, sin movimientos, sin oler, sin ver, sin sentir, sin oír, sin latidos, sin tiempo.
Con la única acompañante que es la nada.
Y mis propios recuerdos que es el entretenimiento que me queda en esta profunda soledad.
Quiero llorar y no puedo.
Quiero gritar y no puedo.
Quiero querer de nuevo, no puedo.
¿Así que esta es la muerte?
Al menos tenía la esperanza que estuviera equivocado y realmente existiera el cielo o el infierno.
Que alguien me castigaría o me consolaría por mis acciones.
Que un diablo o un Dios me recibirían.
Prefería mil veces sufrir por la eternidad, a no volver a apreciar lo que una vez tuve.
No importa si tengo que expiar mis pecados por toda la existencia.
Al menos eso me permitiría volver a sentir y extrañar.
Después de todo.
Quiero volver a amar.
¿Qué es eso?
Había una extraña luz blanca que apenas era perceptible en el horizonte.
Ven, ven, acércate.
Muy despacio se agrandaba.
Lo que parecía años o simplemente minutos, era lo que duraba la bola para expandirse en mi campo de visión.
Ver crecer a esa cosa es el único pasatiempo que tengo ahora.
Hasta que lo único que veo es todo blanco.
¿Eso es todo?
Simplemente le pasaron la brocha al vacío.
Vieron un nuevo inquilino y los de bienes raíces le pasaron pintura para hacer ver bonito algo que no lo es.
No cambio nada.
Si tuviera ojos me dolería en este momento por exceso de luz.
Así que ¿ahora tengo que volver a revisar mis recuerdos?
Que aburr…
Todo el escenario tortuoso cambio repentinamente.
-¡Ah, ah!
Desperté hiperventilado de lo que parecía una cama.
Tomo dos minutos calmarme y regularizar mi respiración.
¿Es-estoy vivo?
Una felicidad indescriptible me cubría.
Lágrimas de alegría bajaban por mi rostro.
Intente mirar el cuarto en el que me encontraba, pero.
Mi vista estaba borrosa.
En realidad.
¿Por qué tengo ojos? ¿No los había perdido?
Con lo poco que pude visualizar esta no era mi habitación, tampoco era alguna que haya visto antes.
Tal vez sea un hospital.
No, no parecer ser uno, tenía más similitud con el cuarto de un adolescente.
Y uno muy antisocial.
Una cama pequeña en el centro, al lado una mesa de noche con un despertador, un armario con ropa sucia por todos lados, un escritorio con una laptop, un baño abierto en el fondo y varios posters de animes que no conocía.
Trate de pensar colocándome la mano derecha en la cabeza.
¿Estaré en el cuarto de alguien? ¿Cómo hicieron para regresarme la vista? ¿Dónde están mis padres?
Espera un momento.
¿Que?
¿Por qué tengo esta mano?
Había fuego allí.
Si se me despego del brazo lo mínimo que debería tener son algunas quemaduras.
Pero está completamente bien.
Me baje el pantalón, que parecía un conjunto de pijama blanco.
Trate de ver mi muslo.
No hay ninguna cicatriz.
También me sentía más ligero.
-Ah, ah, ah, ah.
Mi respiración cada vez más pesada y mis manos tiemblan.
No entiendo que pasa. ¿Dónde estoy?
Salgo apresuradamente a la salida del dormitorio, pero sin siquiera dar el primer paso, me caigo al suelo.
Olvide que tenía los pantalones abajo.
Me volví a vestir rápidamente mientras salía corriendo hacia la puerta de la habitación.
Mientras corría y tocaba perilla para abrir la puerta vi rápidamente un objeto amarillo pasando por la esquina de mi visión, en la dirección de la ducha.
Me detuve repentinamente para tratar de pensar que había visto.
¿Un gato? ¿Cortinas?
Como la única manera de saber con certeza que fue eso exactamente era caminar hacia el baño, me acerque a ello.
No podía creer lo que estaba delante de mí.
No, es imposible que esto sea cierto.
Había un chico púber con largo cabello rubio hasta los hombros y ojos azules claros, no podía ver bien sus pequeñas características gracias a mi vista estropeada.
Intente levantar a mi mano hacia él, deseando desde lo más profundo de mi corazón que fuera un tipo de problema con el espejo.
Pero el reflejo hizo la misma acción, arruinando todas mis expectativas.
Me costaba respirar, inhalaciones rápidas vinieron a mí sin posibilidad de calmarlas.
Mi piel se tornaba rosada.
Mis ojos se desenfocaban.
Mi corazón dolía.
¿QUÉ ES ESTO? ¿QUÉ ES ESTO? ¿QUÉ ES ESTO? ¿QUÉ ES ESTO? ¿QUÉ ES ESTO? ¿QUÉ ES ESTO? ¿QUÉ ES ESTO? ¿QUÉ ES ESTO? ¿QUÉ ES ESTO? ¿QUÉ ES ESTO? ¿QUÉ ES ESTO? ¿QUÉ ES ESTO?
El estrés me volvía loco, todo se apagó.
Así que volví aquí.
La escena familiar del espacio negro vino a mí.
Sin embargo, se sentía diferente.
Todas las cosas que me negaba antes, ahora lo puedo hacer.
No, no es lo mismo.
Estoy soñando.
El ambiente cambio de nuevo.
Un recuerdo de mi niñez me vino a la mente.
No podía controlar mi cuerpo, solo echar un vistazo a la proyección que estaba frente en mis ojos.
En esas imágenes, llegué a la casa de la escuela con varios moretones en la cara.
Entré en la pequeña vivienda intentando que nadie me viera.
-Me llamaron de la escuela. ¿Qué hiciste?
Una voz femenina vino de la cocina. Tratando de ignorarla fui de prisa a subir las escaleras.
Pero una persona se paró frente de ellas sin darme margen de maniobra de esquivarla.
Era mi madre, que se veía más joven de lo que recordaba.
-Ale, estoy hablando contigo.
-¡NO HICE NADA!
-¿En serio? ¿Por qué el director de la primaria me llamó y me dijo que peleaste con un niño de nuevo hoy?
-… Él se lo busco.
Soltando un largo suspiro, la mujer se sentó en las escaleras.
-¿me vas a decir que pasó?
-…
-Sé que no te gusta esa primaria, pero es la más cómoda, puedes ir y venir solo. Nosotros no podemos darnos el lujo de buscarte todos los días. Nuestros trabajos no nos lo permiten.
-… No me gusta estudiar allí.
-Podemos hacer algo para mejorar tu estancia, pero requiero que me hables.
Mirando a la cara de su madre soltó unas palabras.
-¿Qué puedes hacer?
-Necesito saber que te fastidia para comenzar.
-¡Los niños se burlan de mi mochila, me dicen que es fea!
-Entonces arreglémosla, también podríamos comprarte otra.
-¿No sería más fácil ir a hablar con mis profesores?
-¿Quieres eso?
Después de meditarlo un poco, negué con la cabeza.
Mi madre tendría que hacer espacio en su apretada agenda y no había garantía de que el problema se solucionaría hablando con los estudiantes. Incluso puede hacer el efecto contrario. Todo acabando con una ligera advertencia.
-Eres un adulto, ¿no deberías decirme que sería mejor conversar con mi maestra?
Pregunté, genuinamente confuso.
-Hijo, yo también fui joven, sé con seguridad que ese tipo de intervención no traería ningún cambio. Pero tengo una buena frase que te puede ayudar.
Me dio una pequeña sonrisa antes de darme un pequeño beso en la mejilla.
-Si no encuentras el lápiz que escriba tu felicidad, es mejor usar el borrador que borre tus desgracias. Es muy buena, ¿no? La decía mi hermana y me ayudó mucho, también te puede ayudar en el futuro, te lo aseguro.
Se paró de donde estaba sentada, para volver a ir a la cocina antes de que el paisaje se distorsionara frente de mí.
Mientras disfrutaba las hermosas memorias, me levante de nuevo.
Note que estaba en el mismo baño en el que me desmaye.
Que ahora estoy en este cuerpo.
Dándome cuenta de que nada había cambiado.
-WAAAAAAH.
Lloré.
Solté el peor llanto de mi vida, rezando para que alguien me consolara.