Capítulo 4: Dolor, lamento y muerte.
¿Han perdido a alguien?
Este horrible suceso se puede representar de varias maneras; mientras algunos simplemente se desmayan al no poder soportar la cantidad de emociones que se alteran en el cerebro para luego terminar apagándose.
O calma, ¿Por qué alguien sentiría calma al perder a un conocido? Las respuestas son simple, no eran lo suficientemente cercano, se preocupa más por cuidar a los demás antes de llevarse el mismo por los sentimientos o ya lo esperaba.
Muchos quisieron investigar más sobre el tema y lo clasificaron en lo que muchos llaman las siete etapas del dolor, pero eso no es más que un concepto, y no son etapas, son maneras en la que las personas representan el dolor. Algunas de las etapas más relevantes serian.
Ira: La injusticia que se presenta en la vida, al llevarse a alguien inocente que no merecía lo que le paso o como lo paso, personas que pasaron toda su vida ayudando a otros muriendo porque nadie le quería dar un vaso de agua, cuidadores de animales que hacían todo lo posible por salvar el especies en peligro de extinción muriendo por cazadores ilegales, inocente que nunca han tocado una pistola muriendo por armas de fuego.
Negación: No aceptar que lo alguna vez tuviste ya no está, generando un mecanismo de defensa. Cosas que por la que trabajaste toda tu vida destruida, la persona que te vestía, alimentaba y amaba, pudriéndose en una caja de madera metros bajo el suelo y no admitirlo.
Desespero, muy similar y a la vez diferente de la anterior ¿la diferencia? Tus acciones. Hacer todo lo posible para volver a ver algo que ya no está, no importa el costo. Sabiendo dentro de ti que esa persona no volverá.
Tristeza, solo llorar, miles de emociones una tras otra, no volver a ver algo que amaste, la impotencia y el dolor te comen poco a poco y solo buscar a alguien que te saque de ese infinito sufrimiento.
No todos presentan el dolor de la misma forma, depende completamente de los principios, recuerdos y ambiente en el que crecieron.
El miedo a lo desconocido, el terror al más allá, el pavor al fin y el pánico a lo inexplorado.
Nadie sabe con certeza que hay después de morir.
Pero de lo que estamos seguros todos nosotros es que, no importa lo que hagas.
La muerte vendrá algún día y no te mirara la cara.
Desperté después de tener unos extraños pensamientos.
Sentía que todo estaba de cabezas, no podía ver nada ni oler nada, con un extraño pitido agudo en la oreja y de repente llegó súbitamente un increíble dolor en cada parte de mi cuerpo.
-AAARRGGGGGG
Grite a todo pulmón durante lo que parecía horas.
Aunque todo mi cuerpo me torturaba, sentía tanto en mi muslo como brazo derecho un tormento que no se comparaba a los demás.
Con mi brazo izquierdo, apoyándome en la superficie que tenía varios pedazos cortantes intente tocarme donde sentía tales dolencia y me di cuenta de lo peor.
Mi brazo derecho fue completamente destrozado, no se encontraba nada allí, solo un muñón en el que salía sangre a chorro.
Buscando en mi muslo había un extraño objeto atravesando el centro de este.
No podía moverme, solo podía gritar de sufrimiento mientras lagrimas salían de los orificios de mis ojos. En ellos había restos de cristal por lo que fueron completamente devastados.
Solo esperando que alguien viniera y me sacara de este tormento.
Gradualmente mis oídos comenzaron a acostumbrarse al sonido.
Incontables sonidos se supusieron con otro.
Por lo poco que pude escuchar, había una multitud de personas, ambulancias o policías y ¡¿fuego?¡
El área en el que me apoyaba comenzó a calentarse alrededor de mi pierna izquierda.
Intente moverme rápidamente pero el objeto que traspasaba mi pierna no me dejaba desplazarme.
-AYUDAAAAAA!!
Grite con la poca fuerza que me quedaba.
Sucesivamente perdía la capacidad de mover mi cuerpo lentamente, supongo, que por la pérdida de sangre.
[Punto de vista de tercera persona]
Dos minutos antes del accidente.
En algún lugar de las autopista de la ciudad.
Se escuchaba una discusión de una sola persona dentro de una cabina de un camión de cargas.
La voz era grave y ronca.
Estaba muy enojado, la piel tenía una tonalidad roja, probablemente gracias a la rabia y alguna sustancia ilícita.
Si ponías atención se podía oír otra pequeña voz del aparato telefónico tapando la oreja del señor.
-¡Déjame en paz, maldita sea!, ¿no ves que estoy trabajando?
-Ese no es problema tuyo, a mí me respetas, yo soy el que lleva el pan a la mesa, es lo mínimo que me merezco.
<¿¡No es problema mío!? ¿Que se supone que le daría de comer a los niños? ¿Mierda?
-¿Ten un poco de cerebro, no podías comprarle cualquier cosa en la tienda?
<¿Con que dinero? Si todo lo gastas en drogas y cerveza>
-¡Es mi dinero!, ¡y yo hago lo que me da la puta gana con el!
La disputa mientras más se alargaba más impertinente actuaba el señor.
A partir de golpear el volante, insultar a otros conductores que se cruzaban es su camino y saltarse varias luces rojas.
-¡ESA ES MI CASA! Ya no importa, quédatela, nunca debí haberme casado contigo.
-¡Mira por dónde vas imbécil!, Para tener algo tan grande y un cerebro tan pequeño.
-¡Cómeme las bolas! ¿Sabes con…
*PIII*
*CRACK* *PLOP* *ROOOOG*
Hubo un golpe fuerte, pero el camión siguió avanzando un pequeño tiempo hasta que el efecto del freno lo paro por completo.
El retroceso del choque fue suficiente para que la cara del conductor volara hacia el volante y se quebrara la nariz.
-AHHH.
Salió del camión casi inconscientemente y se arrodillo en medio de la vía con sus dos brazos sobre el suelo, mientras una cantidad significativa de sangre salía de su hocico.
-ARHHHHH ¡UN MEDICO! ¡RAPIDOOOOO! ¡ME VOY A MORIR!
Una persona corrió hacia él, se quitó la camisa, y entregándosela, le dijo.
-Toma, presiónatela contra la nariz.
-Ah, ah, ah gra-gracia.., ¿ah?
Antes que pueda terminar de agradecerle, este mismo individuo salió apresuradamente en la dirección opuesta.
Cuando decidió ver a sus alrededores noto a una multitud de personas rodeándolo y varios coches estacionados en medio.
En el momento en que se dio vuelta con una mano presionándose la cara, lo vio.
Un vehículo totalmente destrozado invertido presionado entre el camión y un edificio con paredes de concreto, con varias personas más, cerca.
El vehículo estaba totalmente roto de un lateral y del otro lado tenia graves daño, ya era imposible que volviera a estar en funcionamiento.
Dos hombres parecen estar sacando a alguien de entre los restos.
Se quedó paralizado sin poder moverse, solo podía ver el espectáculo que se reproducía frente sus ojos.
Un tipo sin una prenda superior corrió hacia el auto destruido.
Notó a dos personas tratando de sacar a un hombre del asiento del conductor.
Pero cuando fue a ayudarlos, pisó algo que parecía ser agua y observo en el suelo un líquido saliendo de debajo.
Era gasolina que goteaba del tanque roto y se convirtió en fuego debido a la fricción.
El pequeño fuego se hacía cada vez más grande.
-ALGUIEN TRAIGA AGUA, RÁPIDO.
El gritó.
Dos personas salieron corriendo a algún lugar pero muchas otras no se movieron.
Después de un tiempo lograron sacar al conductor.
Pudieron ver sus heridas claramente ahora.
El brazo derecho doblado en una posición antinatural y un gran corte en la cabeza que lo hacía parecer estar bañado en sangre.
Gruñía mientras colocaba su brazo derecho en su hombro izquierdo.
-¡Olvídense de mí! ¡Saquen a mi familia de allí!
-Ven y quédate aquí primero, ¿ALGUIEN ME PUEDE DAR UN TRAPO?
El chico si camisa lo ayudó a sentarse en la orilla de la acera para que descansara, mientras una señora mayor le daba una pequeña toalla y le hacía un nudo alrededor del corte.
Se oyeron por toda la calle una sirena que informaba de la llegada de policías.
Dos coches se estacionaron lejos del accidente.
Del primer coche salieron uniformados que rodearon todo el incidente con cinta.
Y del segundo, dos oficiales se acercaron al viejo.
-¿Aún hay personas dentro?
-¡Si! Maldita sea, saquen a mi familia ya, ¿¡Dónde mierda esta la ambulancia!?
-Señor cálmese, ya hemos hecho la llamada, las ambulancia del hospital principal que es el más cercano, no están disponible. Tendremos que esperar diez minutos para esperar que lleguen las ambulancias de la clínica del lado oeste y cinco más para la llegada de los bomberos.
-¡Mi familia está atrapada! y ¿quieres que me calme?
Después de escuchar esas palabras, puso una cara amarga.
Los oficiales al ver que no podrían hacer mucho conversando más con él, uno de ellos fue a ayudar a las demás personas a conseguir sacar a la señora inconsciente de entre los restos, mientras el otro fue a hablar con el chofer del camión.
El viejo se levantó y fue de prisa hacia el incidente.
-¡Espera! ¡Vas a abrir tus heridas!
-¡No me importa!, ¡no me quedare sentado si hacer nada!
Cuando llego al lugar, encontró a su esposa dormida, con cortes en todo el cuerpo y un gran pedazo de vidrio roto en el ojo, que le imposibilitaba volver a ver con él.
Se quitó la venda de la cabeza y se la coloco a ella queriendo tapar su herida.
-Amor despierta, vamos, por favor despierta.
-¿Car-cariño?
Comenzó a incitarla a que despertarla con leves bofetadas en la cara.
-¿Dónde estam…?
-¿DONDE ESTA EL AGUA? ¡EL FUEGO SE ESTA PROPAGANDO!
Alguien grito cortando las palabras de su esposa.
Una gran llama se estaba transmitiendo de la parte trasera del coche a los delanteros.
Dos personas vinieron con dos baldes de agua, pero hicieron poco para apagarla.
-¿Ale? ¡Ale! ¿DÓNDE ESTÁ ALE?
Recordando lo que había ocurrido. La señora preguntó alterada viendo hacia los lados. Pero antes que alguien tuviera la oportunidad de responderle, alguien se les adelanto.
-AAARRGGGGGG
Un grito de profundo sufrimiento alarmó toda el área.
Las penas y dolor se reflejaron en esa voz.
-CARIÑO, ¿QUE ESTÁS HACIENDO? ¡AYUDA A ALE!
La esposa angustiada le grito a su esposo con lágrimas en el ojo, moviéndolo desesperadamente.
El viejo salió de su estupor y fue a la ubicación en la que se encontraba él.
Se quedó congelado a la vista que tenía delante de sus ojos.
Encontró a Ale cubierto de sangre, con un tubo de metal en la pierna derecha, sangre saliendo de donde deberían estar sus ojos, también en sus piernas, pecho, brazos, nariz y boca, pedazos de vidrio roto en la superficie, pequeños cortes en todo su cuerpo, la ropa que tenía puesta destrozada, fuego extendiéndose de la parte de atrás y moviéndose de manera frenética, intentado salir del metal que lo aprisionaba.
-¡Muchacho, ven y toma mi mano!
Extendió el brazo pero parecía que no lo escuchaba.
-¿Qué haces? ¡Rápido, tómala!
Tomó un tiempo tratando de llamarlo, sin repuesta.
Se quiso apoyar del vehículo para tener mejor acceso en la hora de moverse pero había fuego propagándose por el material de apoyo.
-¡ALGUIEN QUE VENGA Y ME AYUDE A SACARLO!
Como resultado del grito una multitud se acercó.
-¿Cómo lo retiramos de allí?
-¡Dejen de hablar y solo muevan el auto!
-No podemos, el camión no nos los permite.
-Entonces muevan el camión.
-El motor está dañado, solo lo empeoraremos todo si intentamos encenderlo.
-Entren por el asiento del conductor y jálenlo.
-También hay fuego allí, y no podemos sostenerlo con esa cosa en su pierna.
-¡Traigan el agua de una vez!
La multitud comenzó a discutir, buscando maneras de remover el tubo sin herirlo más de lo que ya está.
Pero en ese momento Ale levanto la cara y gritó.
-AYUDAAAAAA!!
El gentío se paralizo ante el aullido.
El viejo no soporto más escucharlos mientras no hacían nada.
Se apoyó en un trozo de metal cercano sin importarle las quemaduras que lo lesionaban y con su otra mano estirada, grito.
-ALEEEE, TOMA MI MANO POR FAVOR.
-¿Vie-viejo?
-¡SI!, SOY YO, TOMALA.
El viejo estiro su mano lo más posible mientras el fuego le quemaba la ropa y le causaba graves quemaduras en la piel que le causaban un insoportable dolor.
-Vie…jo, no pu…edo ver nada.
-POR EL AMOR DE DIOS. TOMALA DE UNA MALDITA VEZ, MUCHACHO.
-Vie…, papá, ayuda…me, duele mu…cho papá.
El viejo se le estaba saliendo lágrimas de los ojos mientras tomaba la mano de Ale e intentaba tirar de él a la fuerza.
No había esperanza que se moviera.
Visualizo la barra de acero.
Intento darle golpes contundentes con el único brazo que le quedaba disponible pero solo logro causarse más moretones.
Renunciando a la posibilidad de moverla, tomo de nuevo la mano de su hijo.
No había fuerza en la mano de Ale y tampoco se movía de su posición, así que la acción se le volvía difícil.
Las personas de atrás notaron las lesiones del viejo y lo jalaron hacia fuera mientras las llamas comían a Ale.
-Señor vas a morir si sigues así.
-Así no lograra nada, cálmese.
-¡SUELTENME!, ¡MI HIJO!, ¡NO DEJARE MORIR A MI HIJO! ¡ALE, TU PAPÁ TE SACARÁ DE AHÍ, TE LO PROMETO! ¡TRATA DE VENIR AQUÍ HIJO! ¡QUE ME SUELTEN, IMBÉCILES!
Al final la mano resbalo y el viejo salió disparado con las demás personas hacia atrás.
Montones de hombres cayeron de espalda ante la inesperada sacudida.
El viejo estaba luchando de nuevo para levantarse, solo para volver a caer.
Con la única pierna que le quedaba en funcionamiento se arrodillo y notó su otra extremidad.
Su tobillo tenía quemaduras de tercer grado y muchas otras de segundo grado.
Fijo su vista al frente.
De dentro del auto ya no se veía a nadie, todo estaba tapado por un muro de fuego.
Ya hace mucho tiempo que Ale soltó su último aliento.
-NOOOOOOO.
El intentó saltar otra vez al carro en llamas.
Pero los policías vieron a través de él.
Y lo amordazaron contra el suelo para que no se causara más daño a sí mismo.
Levantando la cabeza del piso, presencio la peor pesadilla de un padre.
El viejo solo pudo ver como las llamas tragaban a su único hijo, sin poder hacer nada para impedírselo.