Los ojos de Gu Change miraban perezosamente la taza de té que tenía en la mano.
Sus ropas eran blancas como la nieve, sin una sola mota de polvo.
Su rostro, apuesto e impoluto, estaba tranquilo, como si estuviera cubierto por una capa de niebla.
Sin embargo, si uno miraba más profundamente, descubría una indiferencia que no se preocupaba por nada.
En lo alto, contemplando todo.
Su mente, incognoscible.
A lo largo de todo lo que había sucedido dentro de la sala principal, no parecía tener la más mínima preocupación.
Uno que está situado más allá.
Esa es la sensación que tenían los demás.
Cualquiera podía sentir que este hombre de blanco era de un estatus poco común.
Ya sea su aura o sus acciones, todas ellas llevaban consigo la sensación de estar más allá de este mundo.
No era un simple mortal.
Por supuesto, nadie sabía que esa expresión indiferente de Gu Changge era en realidad que estaba... completamente perdido.
No es que no le importara lo que estaba pasando en la sala principal.
Más bien, estaba en blanco debido a la fusión de sus recuerdos.
Era un transmigrador.
Hace un segundo, todavía estaba durmiendo, pero en el momento en que se despertó, ya estaba en este mundo de fantasía súper peligroso.
Aquí, los poderosos podían tocar las mismísimas estrellas y la luna, mover montañas y mares, volar por el cielo y la tierra. Los débiles, sin embargo, eran simplemente pisoteados, sus vidas valían poco más que maleza, sin respeto alguno.
Era un verdadero discípulo del Palacio de los Inmortales del Reino Superior, que bajó para entrenarse.
Sus talentos eran prodigiosos. Sus antecedentes eran aterradores.
Sin embargo, basándose en la experiencia de Gu Changge en la lectura de innumerables novelas web en su vida anterior, no importa cómo se mire, su ser actual es definitivamente una especie de villano de la mafia. O, más bien, uno de esos carne de cañón que apenas podría vivir más allá de un par de capítulos.
Gu Changge estaba bastante dolido por este resultado.
Echando otro vistazo a la escena que tenía delante. Bah, en el momento en que transmigró, terminó atrapado en una situación en la que es humillado por un Niño de la Fortuna.
El nombre Ye Chen era obviamente el nombre de un protagonista.
En cuanto a su propio nombre, Gu Changge, era obviamente el nombre de un villano de carne de cañón escrito sólo para permitir que el protagonista se luciera.
Él mismo ya se había mostrado como increíble, así que ¿no sería aún mejor que el protagonista lo mostrara?
"Gu Changge..."
"Gu Changge..."
Para entonces, Ye Chen ya había gritado repetidamente el nombre de Gu Changge varias veces sin ninguna respuesta.
Gu Changge ni siquiera se ha molestado en mirar en dirección a Ye Chen.
Ese completo desprecio, esa actitud de mirar hacia abajo hizo que Ye Chen estallara de ira. Sus puños se cerraron lo suficiente como para dejar salir sonidos de crepitación.
"¡Imprudencia! ¿Es el nombre del joven maestro algo que se te permite gritar sin control?"
En ese momento un fuerte grito llegó desde un lado. Llevaba consigo frialdad y rabia, así como una cierta presión.
El que hablaba era el recién nombrado Niño Santo de la Tierra Santa de Taixuan.
Su expresión era fría. Mientras caminaba hacia adelante, las runas brillaban en su bálsamo con poder místico, como si estuviera listo para actuar y dar una lección a Ye Chen.
Este era el momento de lucirse.
Si no fuera porque recibió una pequeña palabra de elogio de Gu Changge.
No habría sido capaz de superar tan fácilmente a todos los demás discípulos verdaderos para convertirse en el nuevo Niño Santo de Taixuan.
Por ello, estaba increíblemente agradecido a Gu Changge.
Después de todo, él no era como Su Qingge, que tiene al Santo Maestro como padre y fue establecida como la Santa Doncella desde el momento en que nació.
"¡Imprudencia! Ye Chen. Hoy, has desafiado a la secta una y otra vez ante todos nuestros invitados. Realmente me sorprende tu sentido de la lealtad..."
"¡Guardias! Arréstenlo y llévenlo a las mazmorras para que espere el juicio".
En ese momento, un anciano también se levantó para reprenderle en voz alta.
No dejará pasar una oportunidad tan buena para ganarse el favor de Gu Changge.
"¡Sí! Santo Maestro, ¿qué tal si aprovechamos esta oportunidad para paalizarr el cultivo de Ye Chen y expulsarlo de la secta?"
"También sería una forma de disculparse con el joven maestro Gu".
El resto de los ancianos reaccionaron y también se levantaron para añadir sus propias palabras a la mezcla, regañando en voz alta a Ye Chen por su falta de respeto y su grosería.
Todos los invitados de las principales facciones que vinieron estaban bastante sorprendidos.
¿Cuál es la identidad de este misterioso hombre de blanco?
La cara de Ye Chen también palideció.
Se dio cuenta de que la situación se estaba volviendo en su contra.
Todo el mundo estaba tratando de hacer la pelota a Gu Changge.
E incluso Su Qingge se mantenía en silencio.
¿Por qué?
Esto era completamente diferente a lo que él pensaba.
En ese momento, una fría ráfaga de voluntad entró en él desde uno de sus dedos.
El estado mental algo irritado de Ye Chen pronto se calmó bastante.
Gu Changge simplemente se sentó en la cabecera de la sala, tomó un sorbo de té y una chispa de interés brilló en sus ojos.
¿Oh? ¿Aún no había dicho nada, y este Niño de la Fortuna llamado Ye Chen ya se había puesto en tal estado?
Eso era un poco inadecuado para su condición de Niño de la Fortuna.
Entonces la mirada de Gu Changge cambió y se posó en el anillo de la mano de Ye Chen.
Hmmm.
Es el tropo estándar del viejo maestro de hace unos años. Como se esperaba de un Niño de la Fortuna. No se puede escapar de eso después de todo.
"Gu Changge, ¿qué más puedes hacer además de intimidar a los demás usando tu autoridad?"
Ye Chen volvió a abrir la boca y miró a Gu Changge con una rabia inigualable.
Era como si toda esta situación fuera algo que Gu Changge había preparado específicamente para enfrentarse a él.
Si no fuera por él, ¿cómo podría Su Qingge ser entregada por el Santo Maestro?
Mientras pensaba eso, Ye Chen sintió como si un paquete de pura rabia habitara en su corazón. Quería romper a Gu Changge en un millón de pedazos allí mismo.
Quién sabe lo que podría pasar en una noche.
Una vez se había enfrentado a una gran tribulación junto a Su Qingge.
Sin embargo, todo ese tiempo, siempre había mantenido una actitud en la que simplemente la miraba de lejos.
Ni siquiera había tocado su vestido.
Gu Changge continuó mirando tranquilamente su taza de té. Su expresión no cambió. Nadie podía saber lo que sentía.
Sin embargo, a él, de hecho, le había parecido bastante divertido.
Qué coño tiene que ver conmigo.
Basándose en sus recuerdos originales, antes de este momento, ni siquiera sabía que existía un tipo pequeño como Ye Chen.
En cuanto a que el Santo Maestro de Taixuan le diera personalmente a su hija.
Eso no fue porque él la quería.
Golpea mientras el hierro está caliente y aprovecha esta oportunidad para ganarse su favor.
¿No es eso normal en casi cualquier mundo?
No importa un mundo de fantasía " el perro se come al perro".
Su origen es aterrador después de todo.
Este Ye Chen no tiene ninguna habilidad real, pero su habilidad para echar la culpa era bastante sorprendente.