Subieron a mamá a su habitación y yo y mi hermano la fuimos a verla.
Saul: mamá están bien.
Sara: si, hijo (abraza a mi hermano), ven Sofí dame un abrazo.
Le sonrió y voy a abrazarla, en eso llega mi padre.
Leonardo: niños, despídanse de su madre y vayan a la cama, Sara tiene que descansar.
Lo hicimos y aunque queríamos quedarnos mas tiempo con mamá no nos atrevíamos a desobedecer a nuestro papá.
Al otro día me levanto con emoción y me dirijo a la cocina pensando que mi madre estaba leyendo o arreglando el comedor para el desayuno, como lo hacia todo los días, pero en vez de eso estaba mi padre en pijama y en el teléfono, me escondí para hacerle una broma.
Leonardo: si doctor lo espero, por favor venga lo mas rápido posible mi esposa esta mal.
Termino la conversación, fui me senté en las escaleras, había escuchado que mi madre estaba mal, era pequeña pero algo entendía.
Leonardo: que haces aquí (me mira sentada) vamos mi niña, ¿quieres comer? (me carga)
Sofia: quiero a mi mami.
Leonardo: (suspira) tu mami esta durmiendo, después la veras.
Saul: (baja de las escaleras) ¿Dónde esta mi madre?
Leonardo: esta durmiendo, no la molestes, mejor ven a desayunar.
Fuimos y desayunamos, luego mi padre nos dijo que fuéramos al patio y fuimos, cuando estábamos allá vimos un carro acercarse a la casa, era el doctor, lo vimos y mi hermano corrió hacia la casa.
Sofia: espérame Saul (grite)
Entramos a la casa.
Saul: que tiene mi mamá, (grito) ¿esta enferma?.
Doctor: eso vamos a ver jovencito.
Leonardo: Juana lleva al doctor donde Sara.
Juana: si señor, acompáñeme doctor. (se fueron)
Saul: (gritando) ¡que tiene mi madre tu sabes papá!
Leonardo: cálmate Saul su madre estará bien, vayan a jugar al patio y cuando despierte podrán verla.
Fuimos al patio, y en el momento en que papá se fue, Saul me tomo del brazo y entramos a la casa por la parte de atrás y subimos a una habitación que quedaba al lado de donde estaba mi madre. Hay se escuchaba todo, y mi hermano estaba pendiente a lo que decían.
Leonardo: que tiene mi esposa doctor.
Doctor: señor su esposa tiene insuficiencia cardiaca.
Leonardo: pero como si ella siempre a estado bien (sorprendido).
Doctor: señor, su esposa lleva esta enfermedad por años, y a estado tomando medicamentos, pero ya no son efectivos.
Sara: (débil) no quería preocuparte, ni a mis hijos.
Leonardo: porque lo hiciste, doctor hay alguna cura.
Doctor: la única cura seria aun trasplante de corazón.
Sara: (interrumpe) no eso nunca, ya le dije doctor esa no es opción.
Leonardo: la curaría doctor.
Doctor: si, es una gran posibilidad.
Sara: ya les dije que no.
Leonardo: doctor mejor hablemos afuera. (salieron) ¿y hay otro tratamiento?.
Doctor: no señor, en único tratamiento que puede salvar a Sara es un ese, de lo contrario (con voz temblorosa) morirá.
Leonardo: como que morirá (desesperado).
Doctor: si desafortunadamente si no se hace un trasplante, Sara podría morir.
Leonardo: (se coge la cabeza y le pega a la pared con rabia) ¡ella no puede morir!.
Doctor: si no se toma una decisión rápido podría pasar en poco tiempo.
Leonardo: (a punto llorando) cuanto tiempo doctor.
Doctor: talvez 2 o 3 años.
Leonardo: ¡NO, NO, NO! eso no puede pasar.
Mi hermano comenzó a llorar y salimos sin que se dieran cuenta, llegamos al patio y Saul lloraba desesperadamente mientras yo no sabia no que sucedía. Mi padre seguía con el doctor y decidí ir a ver pero cuando llegue estaban a dentro de la habitación y me fui a la otra a escuchar lo que estaba pasando para descubrir porque mi hermano lloraba.
Leonardo: doctor nos puede dar un momento.
Doctor: si claro (sale).
Leonardo: te aremos ese trasplante.
Sara: ya dije que no Leo.
Leonardo: no tienes mas cura, (llorando) morirás.
Sara: lo se, por eso no quiero separarme de ustedes mientras este viva.
Leonardo: (llorando) no dejare que mueras.
Sara: no llores, que siempre estaré en tu corazón y en el de nuestros hijos, nunca me perderás.
Leonardo: no, no, no, por favor acepta el trasplante, nuestros hijos te necesitan, yo te necesito.
Sara: cumple mi voluntad antes de que muera, no te separes de mi ni de nuestros hijos, has que mis últimos días sean los mas felices.
Leonardo: te amo, perdóname por todo, hare todo para no perderte.
Escuche estas ultimas palabras y llego Juana a buscarme y me llevo con mi hermano, quien seguía llorando, el si sabia lo que pasaba pero yo era muy pequeña para darme cuenta que mi madre estaba a punto de morir.