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Chapter 2 - Cap. 2: Empieza el juego.

Cuando despertó, le costó un rato concentrarse, todo el día de ayer fue muy intenso en emociones y seguía sin saber cómo encajar todo lo sucedido.

Se quedó dormida con el uniforme de preparatoria, así que decidió coger ropa limpia que guardaba en el armario de Satoshi y darse una buena ducha. Tal vez el agua se llevase parte de su pesar.

Cuando fue a salir de la habitación recordó que había quedado con Kumiko y aunque tenía el dónde, no habían concretado cuándo. Y ahí estaba el teléfono esperándole. Con una pantalla en negro con las letras W.I.S.H. y un recuadro pidiéndole un nombre de usuario.

Si bien anoche le pareció una idea alocada para recuperarle, ahora mismo se veía con los pies en la tierra y el juego era una tontería para asustar a crías de doce años. Ya era mayorcita y tenía que aceptar la realidad.

Eran las diez de la mañana, le preguntó a Kumiko si quería quedar a las doce y comer juntas. Su respuesta no llegó hasta después de una larga ducha en la que volvió a llorar por su novio. Salió del baño oliendo a su champú, vestida con sus vaqueros holgados favoritos, una camiseta de tirantes negra sin estampado y una chaqueta de cuero fina. Antes de salir fue a por el tabaco de debajo del escritorio y cogió el móvil de Satoshi.

-Buenos días, he quedado con una amiga para comer ¿queréis que venga después como ayer? Podríamos pasar otro rato juntos, ella también era amiga suya, puede venirse si queréis. -dijo con tono suave.

-¿Eh?... Ah, sí... ¿Kumiko? Estaría genial verla un rato, hace tiempo que no se pasa por aquí, desde que mi hijo... desde que entró en secundaria, creo. -El aspecto de su más era horrible, tenía ojeras y los ojos hinchados, "seguramente no ha dormido en toda la noche" pensó Mariya.

-Bien... luego nos vemos, intentaré traer algo rico, ¿Sí? -intentó animarla mientras la abrazaba.

-Claro cariño, diviértete.

* * *

Llegó diez minutos antes y se sentó a fumar en el césped. Rió con amargura al recordar a Satoshi criticar el río de su pueblo "todos los animes tienen exactamente este río, ¿Creéis que todos los ríos serán iguales a lo largo del país?".

-...pero reconozco que es impresionante el reconocimiento que tiene la IA.

-Ya tío, no sé cómo lo hace, seguramente tenga algún tipo de...

Dos chicos pasaron detrás de ella, todo el mundo parecía estar jugando a eso. Al menos estos se lo tomaban de una manera más pragmática.

Pasados quince minutos de la hora, fue a mandar un mensaje a Kumiko para saber dónde estaba. La aplicación de W.I.S.H. le estaba llamando la atención y decidió pasar el rato probando por qué tanto escándalo últimamente con ello.

Sin pensárselo mucho, rellenó el campo de nombre con "MarMar" y le dio a ENTER. Una lista kilométrica de Condiciones de Uso y Términos de Servicio le esperaba después, bajó con los dedos lo más rápido que pudo y marcó el tick de "He leído y acepto los términos y condiciones".

La aplicación tenía una interfaz sencilla, un menú con las etiquetas de Configuración, Perfil, Cámara, Misiones, Logros, Mapa y Foro ocupaban la pantalla. Detrás el logotipo del conejito que ya vio en el móvil de su novio, sin sangre.

Fue directamente a la pestaña logros pero no descubrió gran cosa. La mayoría estaban ocultos tras una interrogación, pero pudo contarlos, eran cien. Al hacer click en ellos, sólo había más interrogaciones donde debería estar el título y la explicación.

Fue hacia atrás y se dirigió al primer logro, que al parecer era el único desbloqueado: "#1 Empieza el juego: Recalibración completada." Haciendo click el juego le redirigió hasta "Misión #1".

Dentro las reglas del juego eran bastante vagas:

"Misión #1-1: Lanza una piedra.

Objetivo: Completa la recalibración y acomódate al sistema de juego. ¡Lanza una piedra!

Tiempo límite: Sin límite.

Penalización: Sin penalización."

Parecía bastante sencillo, ¿aunque cómo el juego sabría que lo estaba haciendo? Por supuesto, al lanzar una piedra contra el río no pasó nada. "Estoy haciendo el idiota". Al minuto, la aplicación le puso "Recuerda: este juego es RA, ¿has probado ya a usar la cámara?", un conejito blanco salía en el borde del mensaje emergente.

Seleccionó la cámara y cogió una piedra delante de ella, "la tontería esta decía que era RA, ¿no?". Como respuesta, la piedra seleccionada comenzó a brillar dentro de su teléfono, en la realidad nada había cambiado. Lanzó la piedra y cuando enfocó con el móvil el borde del río allí estaba el brillo azul, desde su posición, ella no podía verla. "Curioso".

El juego emitió una musiquita de victoria. Unos conejitos saltaban y esparcían confeti alrededor de un mensaje de "¡Bien hecho!". Hizo click para cerrar la animación y el juego le dio acceso a su siguiente misión.

"Misión #1-2: Recoge tu piedra.

Objetivo: Completa la recalibración y acomódate al sistema de juego. ¡Busca!

Tiempo límite: 3 horas.

Penalización: -1 vida."

El tiempo empezó a correr instantáneamente. Decidió que no valía la pena meter los pies en el agua por un estúpido juego y se encendió otro cigarrillo, que fue quitado de sus labios por detrás en un rápido movimiento.

-¿Tú no ibas a dejarlo? -la voz de su amiga le rebajó el sobresalto. Kumiko estaba apagando el cigarro contra el césped, en cuclillas detrás de ella.

-Dame cuartelillo, ¿Quieres? No van a ser buenos días para la ansiedad... -reprochó.

Kumiko decidió no presionar y cambió de tema mientras ayudaba a Mariya a levantarse y salían al camino de tierra aledaño.

-¿A dónde te apetece ir? Han abierto una cafetería en el centro bastante buena con pasteles caseros, podemos comer en ése ramen barato y allí el postre, ¿Te parece? -Kumiko también estaba apenada y se notaba en la falsa felicidad que quería transmitir, pero lejos de ponerse cínica, Mariya le siguió el juego.

* * *

Pasaron un día con momentos divertidos y momentos tristes, recordando al amigo que ya no estaba. Mariya tuvo una sensación de déjà vu al recordar la tarde anterior con sus suegros. ¿Serían todas sus conversaciones próximas así? ¿Tendría que seguir considerándolos sus suegros? Una opresión en el pecho iba y venía y amenazaba con dejarla sin aire.

La sensación se quedó ahí. No podía respirar. Todo el mundo en la cafetería parecía ignorar que se estaba asfixiando. Una chica agonizaba en un concurrido local, y ni las mesas cercanas, ni las camareras, ni su amiga frente a ella parecían estarse dando cuenta.

En su desesperación intentó vomitar hacia un lado para liberar la tráquea, y aunque lo consiguió, seguía asfixiándose. Poco después, Mariya murió rodeada de gente y siendo ignorada por todos. Su amiga siguió comiendo tarta y las camareras ignoraron los restos de tarta y ramen regurgitados obscenamente en el suelo.

Una melodía triste sonó en el teléfono de Mariya, que cogió aire a bocanadas. Nada parecía haber pasado en realidad, aunque estaba segura de que había muerto asfixiada, su imaginación no podía haberle jugado una tan grande.

-¿Has estado jugando, verdad? -la cara de Kumiko estaba pálida y hablaba en voz baja y atropellada-. He reconocido la música. Acabas de morir, aquí, ¿Verdad?

Mariya sacó el móvil a las tres y media de la tarde y miró la aplicación:

"SEGUNDO INTENTO

Misión #1-2: Recoge tu piedra.

Objetivo: Completa la recalibración y acomódate al sistema de juego. ¡Busca!

Tiempo límite: 3 horas.

Penalización: -1 vida."

Le enseñó la pantalla a su amiga, que ya estaba pagando y levantándose mientras apresuraba a Mariya a que hiciera lo mismo.

* * *