Chereads / Dog & Sword / Chapter 1 - Capítulo 1 - [ El perro y la espada ]

Dog & Sword

Kei_Tanaka_8938
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Synopsis

Chapter 1 - Capítulo 1 - [ El perro y la espada ]

¿Conoces el cuento de Pinocho?

Aquel muñeco de madera, tan bello y saltarin por donde quisieras recordarlo. Aquel que mintió para que encarcelaran a su padre Gepetto y aquel que el dejó que lo ahorcasen tras ser estafado por creer en que el dinero se hacía fácil.

Aquel bello niño con cara de bonachón, media ahora más de 3 metros. E iba acercándose con poderosas pisadas llenas de moho hacia el pueblo donde residía el rey del país.

Niños a lo lejos veían la semejanza de aquel muñeco de madera de gran altura con el de sus cuentos que releian cada noche. Y fue cuando, buscando entre páginas la imagen del Pinocho del pasado, fueron pisoteados de un solo pisoton.

El muñeco de madera, de cuencas oculares vacías y la boca sellada en metales oxidados, llegaría a estar a tan pocos metros que el reino empezó a evacuar. El rey mandó a atacar sin un previo intercambio de palabras con el atacante, y los guardias cargaban y disparaban las balas de cañón a cada instante.

El pueblo se sacudía en un temblor inquebrantable, gritos de los mercaderes eran escuchados tratando de salvar su mercancía y niños perdían a sus madres al perderse fácilmente.

Un niño de los tantos del momento, había perdido se vista a su hermanita menor. De cabellos rizados como los suyos, y del cual temía ser presa fácil en el escándalo para que la robasen.

— ¡Donnovan! -La voz de la niña llegó hasta sus oídos, del lomo de un alto albañil que intentaba calmarla lo más antes posible.

El niño intentó abrirse el paso entre tantos empujones, esquivando por poco un camión que se estrellaria contra el muro de ladrillos de la jugueteria.

Fue así que, en un intento de rescatar a su hermana, una enorme sombra tapó el pequeño pueblo.

Y frente a todos, el rostro sin alma de un antiguo Pinocho estaba mirándolos fijamente. Haciendo sonar sus brazos oxidados, dirigiendo un puño al castillo central.

Destruido y hecho pedazos en segundos, repercutió en una lluvia de cemento y ladrillos sobre la gente.

Llegandole a alcanzar uno de ellos al brazo del niño, rompiendoselo hasta huesos. Segundos después, permanecería tirado en el suelo.

Unos últimos murmullos de su hermana había logrado escuchar a lo lejos, viendo únicamente a su alrededor la gente pasando desapercibido de él, como de las otras personas atentados por los restos del palacio del rey.

"Clank" "Clank"

Fuertes golpes luchaban contra una pared metálica, para luego escucharse un chirrido de las mismas. Sonando un eco del metal al caer contra el concreto.

Del camión anterior, que hacía estrellado a pocos metros del niño, saldría un joven perro. Husmeando con su hocico a su alrededor.

El niño miró con preocupación al perro, tratando de gritarle para que se escondiese bajo el camión. Pero, este solo observó hacia el cielo. Más nublado que nunca, por la mano en descenso del enorme muñeco de madera.

Dejando caer su puño para destruir hasta el último pedazo de aquel pueblo que lo agobiaba en sus sueños.

La gente se escandalizó mucho más, otros se quedaron viendo fijamente el enorme puño. Unos últimos rezaban, y el pobre niño fue el único quien desvío la mirada, absorto de todo lo que estaba por suceder.

— ¡Niño! ¡niño! —La voz juvenil y energética llamo la atención del pequeño, volteando a ver.

Teniendo frente a sus ojos a dichoso perro sobre una tabla de madera encima de un barril lleno de cerveza. Que a su vez este sostenía una espada dorada más grande que su propio cuerpo, pero pareciendo manejarla bien.

— La experiencia de ese muñeco, es mía. -El canino Soltaria una soga, dejando caer el peso del camión -que se mantenía sobre un poste de luz- sobre un pedazo de la tabla.

Mandando a volar al canino por los aires a una gran velocidad. Dirigiéndose más y más hacia el puño.

El niño Miraría absorto la escena, la gente no creería lo que su vista les hacía observar, e incluso el albañilero sostuvo su mirada sobre aquel perro.

Quién subía y subía sosteniendo una enorme espada.

Pará qué finalmente, se pasará de alto, volando más alto que la altura del Pinocho.

Todos parecían de una vez congelados, sintiendo la brisa del puño llegar hacia el suelo. Pará cuando, un aullido se escucho.

Y como un cometa contra el suelo, un fuerte estallido retumbó en el oído de todos, haciéndoles cerrar los ojos y taparse los oídos.

Y para cuando lo mantuviesen libres de manos, quedasen atónitos ante la falta de nubes y oscuridad.

El Pinocho había desaparecido. Y en su lugar, un gran polvo cayó ensuciando a todo el pueblo sobreviviente.

Muchos empezaron a gritar de alegría, otros se quedaron escondidos ante el abrumador cambio de situación, y el niño sólo observó al portón que daba la salida del pueblo. Por donde divisaba al perro, sosteniendo su gran espada en su hocico.

Del cual notaria como este Voltearia para verlo. Emocionando así al niño, mientras al fin era auxiliado.

Así, el perro prisionero se escapó de su jaula de prisión. Saliendo a darse un mejor avistamiento sobre el pueblo desde su exterior.

Un pueblo Semi destruido, un palacio partido a la mitad y decenas de muertes ensuciando de sangre varias paredes de las calles.

El perro permaneció en silencio, hasta oír el grito del niño que intentaba llamarlo desde una camilla.

Pero a la distancia en la el que estaba, difícil podría escucharlo. Pero igualmente levantó su espada para despedirse.

Sin más, el perro siguió su camino. Arrastrando aquella pesada espada. Dejando evidencia de su abrumador poder.

Tras haber reducido al muñeco de madera a tan pequeños pedazos que quedaron como restos.

Y aquel, sólo era un día de calentamiento para dichoso perro.

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