Ruidos se escuchaban a través del vasto prado, más bien, mugidos, sip.
Las vacas y toros pastaban el pasto verde del suelo lentamente, la única diferencia entre estas vacas y las normales era que las duplicaban en tamaño y... eran verdes. Vacas y toros del tamaño de un pequeño hogar, estas eran las vacas de pradera, bestias domésticas de clase E+ con actitud dócil y amigable con los humanos.
-Axel, oye, ¿puedes moverte?, gracias- dijo un enorme balde andante, en realidad era mi amigo Lucas, que estaba atrás del enorme recipiente. Saliendo de mis pensamientos, me moví hacia un lado y dejé que pase, luego de mirarme de reojo mientras pasaba, puso el balde cerca de una de las vacas del ganado, esta medía unos 2,3 metros de alto y unos 4 metros de largo.
Concentrando la mirada en la vaca, se podía ver el título del animal, esto fue algo que descubrí y una pista de que estoy loco.
-Vaca de pradera-
Lvl. 7
Hp:25/25
Un cartel casi transparente se posaba tranquilamente sobre la cabeza del animal, incluso después de una buena siesta, ese cartel no se iba, pero otros tampoco lo podían ver, Lucas ya me había dicho "raro" cuando le pregunté. Pero eso no es todo, mi mayor secreto es... que puedo ver mi propio título.
Sin saber que estaba hablando solo y quieto en medio de la pradera, cerré los ojos y un cartel apareció con un pensamiento.
Axel Evaristo Arquez
Lvl.5
Hp: 10/10
Ataque: 6
Velocidad: 7
Defensa: 4
Resistencia: 11
Mana: 0/0
Puntos de habilidad: 4
Habilidades: ingenio (1), cuidado de animales(2), aprendiz de artes marciales (1), pisotón de vaca de pradera(1)
No había cambiado ni desapareció luego de dias, con una sonrisa tonta, se sintió importante al tener 5 habilidades.
Antes de seguir en su mundo, recibió un golpe leve en la nuca y un buen grito en la oreja, de esos que te dejan dudando si no se te explotó el tímpano.
-OYE IDIOTA, ¿PIENSAS QUE LA PAGA SE GANA SIN HACER NADA?- el grito de Lucas me dejó sin tiempo para seguir viendo la dudosa habilidad nueva que obtuvo.
La tarde pasó y Axel hizo su trabajo ordeñando vacas, mientras estaba en eso, vio un conflicto entre una vaca y otro cuidador desconocido.
Al parecer el cuidador hizo algo que molestó mucho a la vaca porque parecía que se le iba a salir el alma, corriendo, esquivó la carga del animal que pesaba mas de 400 kg, cuando la vaca se quedó quieta y pensamos que ya se había calmado, sus ojos se tornaron de un verde brillante, seguido de eso, levantó sus dos patas delanteras y golpeó el suelo. Como un terremoto, una fisura se abrió en la tierra y persiguió al chico, que por suerte pudo escapar, esto era algo que pasaba cada pocos dias, a veces los nuevos no saben o simplemente se equivocan y los pisan o algo por el estilo.
Cuando apareció el dueño del lugar, calmó a la vaca con las palmas de su mano, se juntaron y un brillo morado ténue se esparció por los alrededores, era un aroma que tranquiliza a los animales y calma a la gente, el dueño era el rey de esta pradera, con su compañero, un toro de pradera, con la fuerza de una bestia clase D, mandaban aquí.
Después de eso no hubo nada divertido, a lo mucho a Lucas le pisó el pie una vaca y tuvo que vendarse y poner hielo jajajaja.
Eran las 6 de la tarde cuando salí del trabajo y lo único que andaba mi mente era la tabla de estadísticas que vi, llegué al departamento alrededor de las 8 y me tiré sobre mi cama, cerré los ojos y me desperté a las 12 de la noche, habiendo perdido el día, decidí comer algo y dormir de nuevo mientras soltaba una risita traviesa, no hace mal dormir un poco más, ¿cierto?.
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Abrí los ojos que me pesaban de tanto sueño, a veces dormir de más es peor, con cara de muerto, me arreglé e hice todo antes de salir del departamento.
(Ahhh, me olvidé de lavar mis anteojos)- pensé mientras caminaba debido a la suciedad que no me dejaba ver bien, me los saqué y los limpié un poco con la parte de adentro de la remera. Cuando me los estaba por poner, por no estar viendo hacia adelante choqué contra algo, o... ¿algo chocó contra mí?.
-Mira por dónde vas, tonto- escuché- pero si no puedo ver idiota, por algo uso anteojos- dije y empecé a reírme solo.
Algo aturdida, la chica con la que choqué me miró y se dio cuenta de la situación, algo avergonzada, pidió perdón y le di la mano para que se levante, algo divertido por la chica que me culpó aunque ella iba con el celular para empezar.
-¿Está bien tu celular?- pregunté pero la chica me miró y dijo luego de soltar un suspiro- ¿ahh está bien, anda todo, tus anteojos están bien?- dijo.
(Guau, es el primer contacto femenino que tengo en mis 16 años de vida aparte de la vieja cuidadora de vacas, ¿estoy siendo raro?, ¿debería decir algún chiste?)
Sin saber que la chica estaba esperando una respuesta, me quedé quieto en el lugar mientras mis expresiones fluctuaban por mi cara, temiendo lo peor, la chica se preocupó y se ofreció a pagarlos, sacándome de mi nube.
Apresuradamente le dije que estaban bien y que me había quedado pensando en el trabajo para ignorar el tema de que no sabia qué hacer. Qué iluso, la conversación se cortó cuando la chica dijo que tenia que atender algo luego de recibir un mensaje, la vi irse y retomé mi camino algo deprimido, capaz si tenía que decir una broma. Me puse mis anteojos solo para descubrir que estaban fragmentados por todas partes, tuve que haberle cobrado.
Casi sin vida, llegué al colegio, estuvo bien porque pude hablar con una chica y no hice el tonto, o quizá si pero no lo voy a saber, en otras noticias, voy a tener que gastarme dos sueldos en arreglar los anteojos.
Aquí viene lo interesante, cuando llegué a la escuela, mucha gente me miró raro, no acostumbrado a ser el centro de atención, bajé la cabeza y mis pasos se aceleraron.
-¡Heyyy!, pisotón de vaca de praderaaa- se escuchó por atrás.
- PFFFFT, hijo de perra ¿quien fue?- escupí el agua que estaba tomando cuando vi al idiota que me llamó así mientras mi cara se volvía color tomate. Las miradas se centraron en mí y algunos se rieron, viejo, esa no fue una buena idea.
Ese era mi amigo, Juan, un chico con pelo largo que mide 1.70 y lo único que sabe hacer es burlarse. Cuando estuvo a la par mía, decidí vengarme pero más adelante, escapé del pasillo del colegio y llegué al salón rápidamente.
- Oh si, te voy a demostrar mi súper nuevo movimiento, ¡Pisotón de vaca!- dijo Juan con una voz tonta, imitándome- A ya sabes quién le voy a enseñar una nueva súper pose- me reí y las bromas empezaron a subir de tono, estábamos casi agarrándonos de los pelos cuando algo nos calmó a los dos.
-LOS DE ATRÁS, QUIETOS- dijo, no una voz fuerte, era algo más como un hechizo que transmitía la voz al mismo volumen sin importar la distancia.
Esa era la profesora Miriam, una vieja bruja que sabe mucho de habilidades de control, normalmente siempre charla con nosotros antes de la clase, pero hoy, con su cara seria y parada en el podio de manera firme, siguió hablando, tensando el ambiente para todos.
-Esto me sabe raro, viejo- dijo Juan.
-A mi también- respondí.
Inconscientemente nos sentamos bien y guardamos silencio -No se si vieron las noticias o no pero.. el día de mañana pondrán a la ciudad en un estado de emergencia, el noticiero solo mostró una parte de lo que era.. una estampida de miles de bestias va a arrasar con la ciudad... desde clase E hasta varios de clase A van a atacar en los próximos 3 días - Como una orden de ejecución, todos sintieron un escalofrío por el cuerpo. Incluso la firme profesora tenía su voz temblando al final de la noticia.
-¿CLASES A? !¿LOS REYES DE LAS BESTIAS VIENEN AQUÍ?!- -¿NO SE SUPONE QUE IBAN HACIA EL SÚR?- y más gritos despavoridos salían de la boca de los enérgicos. Para nosotros, o mas bien, para mí, el mundo se estaba cayendo, si por gracia de algún dios pudiera salir con vida, me quedaría sin nada mas que su pequeño departamento ya que su trabajo con las vacas queda justo en las afueras de la ciudad...en el extremo sur, mas bien.
En ese momento no quise hacer mas nada, mi cuerpo se sintió pesado y ya no me quería ni mover, lo mas atemorizante era saber que iba a morir, era como una mano que apretaba al corazón, sintiendo una opresión terrible.
-Eh, Eva..nosotros..¿vamos a morir?- me quedé en blanco cuando me di la vuelta y vi a mi amigo temblando de pies a cabeza, estaba pálido y sus manos no dejaban de moverse, rascando o arañando sus piernas, estaba teniendo un ataque de ansiedad. Lo abracé fuerte y le susurré al oído que íbamos a estar bien, que todo iba a estar bien, que íbamos a salir de esto vivos.
-Juan, hemos sido amigos por más de 8 años, esto va a ser como cuando nos agarró esa gripe súper rara de la que pensábamos que no íbamos a salir, míranos viejo, yo tengo un trabajo y tú ya estas disfrutando la mejor etapa de la vida, ¿no?, todo va a estar bien, hermano, solo confía- quizás lo ilusioné, o llené su mente de tantas palabras vacías que lentamente se pudo calmar, hice que respiráramos juntos, aparte de calmarlo a él, me hizo calmarme a mí mismo...