La ira en Liam se incrementó al escucharla, por lo que no dudo en saltar por atrás y tomar a la intrusa por sorpresa, rodando ambos por el suelo escarpado del bosque, imponiéndose con su fuerza y peso, bajó la cabeza hasta la altura del rostro de la chica mostrándole sus fauces abiertas.
— ¡Será mejor que lo saques de ese agujero!
El golpe que la chica había recibido contra el suelo al rodar con el tigre había sido fuerte, pero no lo suficiente como para dejarla inconsciente o con alguna herida grave, ella podía poseer el aspecto de un ser indefenso, pero ella no lo era, pertenecía a la raza de los elfos del bosque, guerreros que a pesar de su apariencia frágil eran fuertes; sin embargo, eso no la ayudo a impedir que la tomara por sorpresa y la sometiera.
—¿Crees que has ganado? — Sonrió la joven bajo el peso del enorme animal, antes de pronunciar unas palabras en su idioma, estaba segura de que ahora era el tigre quien sería tomado por sorpresa. El cuerpo de la joven intrusa cambio por completo, convirtiéndose en un pequeño ocelote que se escabulló rápidamente de sus garras, subiendo con rapidez por el tronco del árbol al aferrarse con sus garras de este y así llegar hasta las ramas más altas del árbol.
— No podrás atraparme, ni mucho menos obligarme a obedecerte, eres demasiado grande para llegar aquí — Aseguró la hembra observándole desde arriba segura de que el gran tamaño del tigre le impediría subir hasta donde estaba ella.
El olor que tanto había llamado la atención de Liam era el aroma que la joven desprendía, un suave perfume que llegaba hasta su olfato, tan adictivo que el tigre no podía más que encontrarse deseoso de seguir aspirándolo, inundando sus pulmones y sus fosas nasales con tan delicioso y sublime fragancia, ser consciente de eso lo hizo enfadar gruñendo a la joven, al percatarse de como huía lejos de su alcance, podría trepar el árbol; sin embargo, la ocelote huiría de nuevo y sería un juego sin fin al que no estaba dispuesto.
Ella parecía feliz desde su privilegiada posición y fue gracias a la altura en la que se encontraba que descubrió la piedra que ambos tigres tenían colgando en sus cuellos en una especie de collar de un cordel negro que se confundía con las rayas negras de su pelaje.
— ¿Así que es gracias a esa piedra que han podido entrar aquí?
La piedra verde no era más que la piedra sagrada de los elfos de los bosques, y sin duda quien se la había dado pertenecía a los suyos, pero por lo que pudo comprobar en el tiempo que había estado atrapada en el extraño bosque, los suyos habían dejado de existir mucho tiempo atrás en aquel lugar.
Liam no podía dejar de sentir la frustración que le provocaba tener a la joven fuera de su alcance, por lo que dejo de prestarle atención y camino en dirección donde se encontraba su hermano dentro de la fosa, dejando de lado su apariencia de tigre y convirtiéndose en hombre.
— Debería dejarte justo ahí, dentro de la fosa, eso te enseñaría a ser menos impulsivo.
Después de hablarle a su hermano camino hacia donde se encontraba la joven y le sonrió.
— No planeo obligar a nadie a hacer nada, pero a como veo la situación, tienes muy pocas opciones para elegir.
Al menos en su apariencia humana su sentido del olfato no era tan agudo y le ayudo a enfocarse en algo más que en el olor de la joven convertida en Ocelote, era claro que tenía que hacerla bajar, por lo que empezó a recoger ramas secas que encontraba a su alrededor y así encender una pequeña fogata dónde empezó a asar un par de castañas que había encontrado en el nido de una ardilla justo en el árbol donde se encontraba la joven.
— Puedes bajar y comer con nosotros, castañas asadas, bueno cuando mi hermano se digne a salir de esa fosa, que pases la noche en el árbol, o tratar de volver a huir de nosotros, aunque conociendo a mi hermano, él no será tan amable contigo después de meterlo en ese agujero.
Aunque sus palabras indicaban a la joven que no le ayudaría, el simple hecho de pensar en que su hermano pudiera lastimar a la pequeña intrusa lo hizo gruñir levemente, cosa que lo sorprendió y que instintivamente lo hizo voltear a ver dónde se encontraba su Darel.
Liam estaba tan absorto en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta en que instante el ocelote volvía a ser una joven, pero allí estaba sentada en la rama del árbol, observándolos con desconfianza.
El aspecto de la joven bajo la luz de la luna era la de una adolescente; sin embargo, Liam era consciente que la antigua raza de Vega que poblaba esas tierras, podían tener siglos y seguir pareciendo adolescentes.
— No podrás salir de ahí, así que no esperen poder reunirse.
Por fin, después de un rato, pudo escuchar la voz de la joven, salir de sus labios y no en su mente.
— ¿A qué te refieres con eso? — le pregunto Liam sin comprender del todo a qué se refería, solo bastó con que ella lanzara una pequeña vara del árbol y hacerle ver el porqué su hermano Darel no se encontraba todavía afuera de la fosa, la pequeña vara reboto en una especie de campo invisible que había creado y lo más seguro es que solo ella podría retirar.
— Bajaré, pero solamente lo liberaré cuando esté segura de que puedo fiarme de vosotros.
Explicó dando un gran salto, cayendo como los gatos, con majestuosa soltura sobre sus dos piernas, con los pies firmemente plantados en el suelo únicamente para quitarle las castañas de la mano a Liam, en un movimiento extremadamente rápido para el ojo del tigre y devolverlas al agujero de la ardilla.
— ¿Pero qué diablos es lo que has hecho?
— No puedes robarle su comida a la ardilla — para ella era lógico. su deber, en el lugar del que venía, los elfos del bosque eran los encargados de salvaguardar los seres vivos de la naturaleza, no solo se aplicaba en Nolava la tierra de los elfos de donde ella provenía, sino en todos los lugares donde hubiera naturaleza, ellos se encargarían de protegerla — Busca tu propia comida— lo desafío encarando a Liam a pesar de la diferencia de estatura que ambos tenían, ya que ella tenía que mirar hacia arriba, puesto que Liam le saca más de dos cabezas por, aun así no le mostró miedo o al menos no parecía asustarse por esa gran diferencia de altura.
Esa actitud sorprendió a Liam; no se lo pondría fácil, esa hembra lo acaba de dejar sin su austera cena. — ¿Y qué tal si te como a ti? — le gruño tomándola por la cintura aprovechando su cercanía, ahí estaba otra vez ese olor que a pesar de no percibirlo tan fuertemente ahora, seguía atrayéndolo, sin apenas darse cuenta su rostro estaba tan cerca del rostro de la joven que podía apreciar a su totalidad sus facciones suaves y delicadas. — pero tienes razón. No sé, que hacía queriendo alimentarme como las ardillas cuando soy un felino y mi dieta es de carne.— Sus fosas nasales se enchansaban con rapidez, tratando de entender el porqué la joven tenía esa facilidad de sacarlo de quicio tan rápidamente, ni siquiera su hermano podía molestarlo tan fácilmente, pero con ella era diferente, no tenía explicación aparente, al menos no en palabras, pero entre más cerca la tenía, más le afectaba su olor. Era un olor que solo lo hacía querer seguir aspirándolo, pero no fue lo único que provocó la cercanía y el aroma de la joven, algo en él también cambio, tanto que un aroma a pimienta picante y canela empezó a hacerse presenté y ese olor no provenía de nadie más que del mismo Liam, quien soltó una maldición apretándola más contra él — Además el alimentarme de ti sería lo más sensato de mi parte, y mi deber como protector de estas tierras
Los ojos de la elfa se abrieron muy grandes al ser tomada de ese modo por el hombre, ella no estaba acostumbrada a que alguien invadiera su espacio personal y la acercara así de ese modo contra su cuerpo, sin un consentimiento previo, del lugar de donde ella provenía había mucho respeto por el espacio personal, habría sabido perfectamente como reaccionar ante un ataque, era una guerrera como todos los elfos, pero aquello, simplemente no estaba preparada para ese tipo de comportamiento invasivo.
Sintió el calor en su rostro y supo que un leve sonrojo había hecho presencia en sus mejillas, luego ese calor se extendió con rapidez por su cuerpo de una forma que la tenia desconcertada.
— Yo no... No soy comida...—la joven elfo apoyo sus manos el torso firme del hombre, empujándolo hacia atrás para liberarse del agarre— ¡Suélteme y vaya a perseguir algún conejo!