Era el final del día, uno muy agotador con altas temperaturas, lo normal en verano, a pesar de eso un joven pelirrojo de ojos azules gélidos como los glaciares y de mirada afiliada, un bronceado saludable y cuerpo formado por el duro trabajo, entrenamiento constante y sistematico que ofrece el ejército mostraba una radiante sonrisa, hoy después de 3 arduos años era su último día de activo, dejaría de ser un soldado para pasar su vida como un ciudadano normal, a tan solo 21 años de edad.
- Soldado Acero. Esta usted seguro de la decisión tomada? - Una voz dura y autoritaria salía de un hombre mayor de canosa cabellera pero de regia figura que portaba un lustroso uniforme militar verde, similar al del joven pelirrojo.
-Si señor! - Una respuesta firme y decidida salió de los labios del soldado Acero.
-No me alegra escuchar su respuesta soldado Acero- un suspiro y mirada cansada acompañó el comentario del hombre mayor - Pero has cumplido tu servicio con honores y no hay nada que pueda hacer para retenerte, aunque me pesa perder tan valioso activo, es usted libre de retirarce Capitán del 13vo escuadrón de las fuerzas especiales. - En una posición de firmes y dando un saludo militar al joven pero templado soldado frente a él. -
- Puede retirarse soldado! -
-Gracias General! - Una voz firme y llena de respeto dirijida a su imponente general fue expresada por el joven Acero. Acto seguido se retiro de su oficina.
Después de despedirce de sus compañeros de pelotón, tomar sus pocas pertenencias y haber recibido su baja oficial, tomó el último vehículo que salía de la base hacia la ciudad.
En el autobus con una mirada ligeramente perdida, por no saber lo que le deparaba el mañana, ya que, no conocía nada más que la vida militar, no era ningún genio o poseía algún talento abrumador, solo la perseverancia y ganas de progresar, es lo que lo mantuvo a flote en una vida, difícil por decir lo menos.
Huérfano a temprana edad, sin ser adoptado por motivos que el desconoce, se inscribió en el programa militante a los 15 años, fue enviado al colegio militar, consiguió graduarse con honores a los 18 eh ingresó de inmediato a las fuerzas armadas.
Durante un año no vio ni un centavo de su sueldo, ya que era destinado a pagar sus años de estudio, aún así no se quejo, pues en la base tenía cubiertas las necesidades básicas, después de 2 años más y habiendo ahorrado la mayoría de su salario, también cumpliendo con los 3 años de servicio mínimo obligatorio, por fin decía adiós a esa vida. Al fin era tiempo de vivir una vida propia, llena de incertidumbre y sin un mañana seguro, era tiempo de descubrir que deseaba en la vida.
El nombre de este soldado era Jason Acero.