En aquella noche sin luna, mirando al negro cielo la silueta del niño parecía difuminarse con la espesa oscuridad, rodeado de negro y soledad, dejo que su mente volará entre sus recuerdos dolorosos y lejanos, el colgante en su cuello que jamás dejo de sujetar y las lágrimas que se atascaron en sus ojos.
entonces en la lejanía de aquella noche, ocultos por el manto silencioso de la oscuridad, los jinetes negros montados sobre aquellas bestias, llegaron hasta su puerta.
"Joven señor es hora de volver a casa ...
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