Era un dia soleado en las afueras de las bahamas.
Estaba en el cumpleaños de la señora Carolina Palacios
era el septuagesimo quinto año que cumplia ella, cuando derrepente entra el yerno mantenido Junior Quintero a decirle a su suegra que le prestara un millon de dolares para el tratamiento de la persona que lo cuido cuando sus padres fallecieron en un accidente.