Me senté en una piedra, admirando como oscurecía el ambiente. Busque con la mirada a Hayabusa pero no lo vi en ninguna parte, y entonces lo supe, ¡me había dejado plantada! Ofendida me levante a buscarlo en el clan. Entre y lo vi con Kagura, estaban riendo y disfrutando de la comida.
Observé todo mientras mis ojos se nublaba por las lágrimas que se creaban a causa de la tristeza por amar a alguien que ya ama a una mujer, se pusieron de cariñosos y después se besaron.
Di un paso para atrás, Hayabusa miró rápido hacia atrás, logrando visualizar me, las ganas de llorar estaban allí pero no dije nada al respecto.
-¡Hola Hanabi!- Saludo la chica del paraguas.
Camino a la salida, y fui directamente a mi habitación donde me senté. Ya no tenía nada porque quedarme en este lugar, soy una de las mejores peleadores pero nunca me noto, solo noto a esa mujer débil y de cristal.
Agarre una caja de madera y guarde lo que más iba a necesitar, la cierro y la envuelvo en una tela blanca. La decisión está tomada, me iré de este lugar a mejorar mis habilidades para superar a Hayabusa pero antes....
Pov Hayabusa
Cuando me levante, organizándome para entrenar como es en mi rutina, note algo inusual. No estaba Hanabi para retarme a pelear como era costumbre.
Cuando salí, vi a varias personas corriendo y no sabía la razón. Me acerque a una de las personas para preguntar que sucedía, hasta que vi la caja fuerte. El arma prohibida no estaba en su lugar.
-No lo puedo creer, el Higanbana haya desaparecido, ahora tenemos que buscar el responsable.- Dijo el maestro mientras observaba la situación.
-¿Han visto a Hanabi?-pregunto uno de los hombres, lo observé y hizo clic mi mente al darme cuenta que la única responsable es....
-Hanabi....-pronunció el gran maestro, se giro hacia a mi- Búscala y trae la hasta a mi, trae el Higanbana- ordenó de forma dura, Asentí caminando hacia mi nueva dirección.