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Chapter 29 - Capítulo 27.

Miro por la ventana del auto, pronto llegaría al aeropuerto y volaria de nuevo hacia su hogar. Habían pasado 4 años desde que se fue de allá y ya era hora de volver.

Yvonne le sonrió. — ¿Cómo estás?¿Te sientes preparado?

Su tía empezó a mirar unos documentos mientras seguían en el auto.

— Estoy bien, solo quiero llegar y ver a mi familia.

— Pronto lo harás, además, te tienen una fiesta...

El Omega sonrió elegante. — Lo se, tengo que hacer una gran entrada ¿No tía?

Yvonne soltó una carcajada, se notaba Feliz y animada. — Eso es verdad, demostrar en lo que te has convertido. Aún no puedo creer que ya tengas 18 años.

Sonrió y siguió mirando por la ventana, estaba seguro que está vez haría las cosas aún mejores que antes. No se dejaría llevar por las emociones y le demostraría a todos que Kieran no es lo que parece, que ya nada es como antes.

— Pronto nos veremos, hijo de puta.

....

El cumpleaños de Liam había llegado y consigo, el día en que el Omega llegaría a casa para su fiesta de bienvenida.

Todos los medios estaban atentos, las personas no tardaron en llegar, los famosos estaban ansiosos y los socios con muchas expectativas. La última vez que vieron al menor de los Kaiser fue por unos malentendidos con Kieran Fiore quien se había vuelto en la flor de la sociedad y era amado por muchas personas.

Muchos seguían recordando a Liam Kaiser como alguien molesto y malo pero otros lo amaban, y siempre expresaban que Liam nunca había hecho nada malo.

Kieran como siempre Lució espectacular en aquella fiesta, sus ropas eran la sensación y más la camiseta elegante que dejaba a la vista su espalda sexy descubierta, y sus pantalones apretados resaltando su trasero. Muchos hombres y mujeres se acercaron a él para coquetearle.

— Te ves muy lindo. — James estaba fascinado. — Nadie podra opacarte.

Jael hizo una mueca y se acercó a Kieran. — Estas precioso, cómo siempre.

Y así siguieron los comentarios, Kieran se sentía muy halagado, ser el centro de atención era lo mejor y más importante para él.

— Kieran, la Ultima película que hiciste fue espectacular.

— Eres todo un príncipe.

— El que se case contigo será súper afortunad@.

Lo sé, malditos imbéciles. - Pensó Kieran mientras sonreía amablemente pero por dentro estaba fastidiado.

Aunque había logrado quitarle prácticamente todo a Liam había cosas que fueron imposibles de hacer. Por ejemplo, el amor de su familia, Frederick Kaiser era muy difícil de manipular y ni logró mucho pero hizo algo más.

Por otro lado, la familia de Liam seguía creciendo en economía y estatus social, aunque Kieran también era famoso era más que todo por la ayuda de Jael y porque Dereck, y Ryan junto con sus hijos seguían teniendo mucha fama en el mundo de los negocios.

Pero había otra cosa más.

Miro hacia Alek quien tomaba una copa de vino mientras hablaba con algunos mayores de negocios.

Alek estaba siendo el centro de atracción también al igual Jael quien era uno de los alfas más atractivos de todos. Los dos hacían que todos y todas estuvieran emocionados.

Que molestia, tanto alboroto por ese Omega. - Pensó irritado.

Sus fiestas de cumpleaños también fueron espléndidas pero está ha Sido la mejor, los Kaiser gastaron mucho dinero y planearon esto por demasiado tiempo.

De repente escuchó como los demás decían que el auto de Liam había llegado. Alek rápidamente fijó su mirada en la entrada principal pero nada paso. No llego nadie, los padres de Liam preguntaron rápidamente lo que pasaba.

— ¿Que sucede?

— ¿No está?

Liam no estaba en el auto ni en ningún lado, todos murmuraron y quedaron algo confusos. Alek se preocupó e iba a llamar a sus guardaespaldas cuando un ruido llamó su atención.

El techo del gran salón tenía un ventanal que daba hacia el cielo, esta se abrió de la nada y el sonido de un helicóptero resonó por todo el lugar.

— Ah, no puede ser. — Alice soltó una risa. — Como se esperaba de mi hermano menor.

Fred suspiró. — Era obvio que no sería una entrada común y corriente.

— Ese es mi hijo. — Ánimo Ryan feliz mientras Laila, Dereck y Arian aún estaban asimilando todo.

Luego una larga escalera salió llegando casi hasta el piso del salón y finalmente se escuchó una risa suave, y conocida. De la nada un cuerpo delgado y habilidoso bajo por las escaleras rápidamente llegando hasta el final.

— Buenas noches a todos.

Liam Kaiser hizo su gran entrada, se quitó los lentes oscuros y sonrió. Su cabello rubio desordenado, aquellos ojos azules como dos diamantes puros, suave piel blanca, estatura de 1.70 cm, cuerpo envidiable y feromonas encantadoras. Liam llamo la atención de todos incluyendo de Jael y James que no dejaban de verlo.

Kieran rodó los ojos, apretó su labio y aguanto sus ganas de lanzarse sobre él.

Ryan y Dereck corrieron hacia su adorado hijo quien los abrazo con fuerza. — Mama, papá, que gusto verlos de nuevo.

— Mi amado bebé, estás tan hermoso. — Ryan no dejaba de llorar. — No sabes lo mucho que te extrañé.

Dereck le dió un beso en la frente. — Hijo mío, me alegra saber que estás bien. No vuelvas a irte más.

— No pasará Padre, he cambiado.

— ¡Hermano!

Arian corrió hacia él abrazándolo con fuerza y casi haciéndolo caer. Alice y Laila también lo abrazaron.

— ¡Liam!¡Mi Liam! — Arian no dejaba de llorar como un niño pequeño.

El Omega estaba avergonzado pero le acaricio el cabello rubio. — Ya estoy aquí, deja de llorar.

— Es que te extrañé mucho.

— Yo también.

— Hermanito, estás tan lindo. — Alice limpio sus lágrimas. — Aunque siempre has Sido lindo.

Laila hizo una mueca. — Debemos cuidarlo aún más, muchos alfas vendrán por él.

— Eso no pasará.

Liam reconoció esa voz y sonrió viendo a su hermano mayor, con Fred siempre ha tenido un gran vínculo y lo quería mucho. Ahora estaba aún más atractivo, se veía espectacular y serio pero dejo ver una hermosa sonrisa solo para su hermanito.

— ¡Fred!

Lo abrazó mientras el alfa de cabellos negros le devolvió el abrazo. — Ya era hora de que volvieras.

— Si, ya era hora.

— Está vez no permitiremos que nada más de esto pase. No te irás más.

Liam asintió. — Si Fred, así será.

Todos a su alrededor se acercaron para felicitarlo por su cumpleaños numero 18 y darle la bienvenida. Sabía que algunos estaban siendo hipócritas con él pero le dió igual, otros sin embargo expresaron sus buenos deseos y fueron muy queridos con él.

— ¡Primo! Me alegra que hayas vuelto.

Y por fin lo vio. Kieran tenía una gran sonrisa en el rostro, a su alrededor las personas no dejaban de verlo y elogiarlo aún cuando era la fiesta de Liam pero al Omega rubio no le importó en lo más mínimo.

— Kieran.

— Espero que dejemos todo en el pasado y podamos ser muy unidos. — Su sonrisa se ensanchó más. — Sabes que te quiero colo si fueras un hermano para mí, nunca he querido que nada malo te pase.

Todos estaban mirando de reojo la situación esperando la reacción del otro Omega.

Liam sonrió también y lo abrazo tomándolo por sorpresa. — Claro que sí, el pasado es pasado.

Las sonrisas hipócritas de ambos hicieron el ambiente algo frío pero Liam no dejó que eso hundiera su ánimo.

— Has cambiado primo, estoy feliz.

— Claro, he aprendido muchos modales y he tenido una educación que otros lastimosamente no tienen. — Miró con burla a Kieran quien tenía una vena en su cuello. — Después de todo vengo de un estatus alto.

Kieran Rio levemente. — Encantador.

— Yo siempre.

Luego se alejó de allí riendo un poco, Fred estaba feliz y sus demás familiares no ocultaron la emoción de haberle dejado en claro que Kieran era un Omega sin modales.

Saludó a muchas personas, varias familias se presentaron y hasta también a su hijos e hijas alfas, claro que todo era para que pronto lo casaran con él pero Liam no tenía ningún interés en ello. Aunque ya estaba en la edad de contraer matrimonio no era su deseo.

— ¡Liam!

De repente alguien se lanzó sobre él tirandolo al piso. Noah, aquel hermoso Omega lo abrazaba mientras lloraba aún más fuerte de lo que había llorado Arian, Noah chillaba y le decía muchas cosas que ni se le entendían pero Liam solo rió.

— Noah... ¿Me extrañaste?

— Demasiado, no sabes cuánto. — El Omega de 20 años ya se limpio la lágrimas, tenía las mejillas sonrojadas y no deja ade abrazarlo. — Te quiero tanto, no vuelvas a dejarme.

— No lo haré.

Le ayudo a levantarse y hablaron por un buen rato hasta que un aroma delicioso llegó a su nariz. Lo reconoció de inmediato y cuando se giro vio a aquel alfa. Alek Dietrich.

— Liam.

Y entonces todo a su alrededor pareció desparecer.

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