Meses después.
La primavera había empezado, el clima era bueno pero también estaba habiendo algo de calor. Liam observó su rostro en el espejo, hoy cumplía un año de edad, no fue difícil adaptarse a este nuevo mundo y a este cuerpo, a los 8 meses ya sabía caminar y a los 10 meses dijo sus primeras aunque esto último fue lo más difícil, supuso que por ser bebé no podía decir casi nada, sin embargo ahora era capaz de decir frases largas pero decidió esconderlo por el momento, no quería llamar aún mucho la atención.
Por otra parte su desarrollo fue rápido y eficiente pero su cuerpo seguía débil, debía ir a controles mensualmente para observar y determinar cómo estaba su cuerpo, y la glándula Omega que tenía en su cuello, aún era incómodo y mas siendo un bebé pero poco a poco se acostumbraría. Ahora era el día de su fiesta de cumpleaños, sus padres habían estado organizando este día durante muchos meses solo para presentarlos al público, nadie sabía de la apariencia del menor de los Kaiser por lo que está reunión era de las más grande e importantes de todo el mundo social.
Tocó su rostro aún sin creer que era él, cabello rubio como el sol brillante y lacio, ojos azules como dos diamantes grandes y piel blanca perlada suave que daban ganas de querer tocarla. Se veía adorable más con sus mejillas sonrojadas, labios rosados y aquella ropita de color azul que resaltaba sus ojos.
— Liam. ¿Que estas haciendo?¿Te gusta tu apariencia?
Observó a su madre que venía hacia él. — Mamá...
Ryan aún no podía soportar el hecho de que su hijo ya supiera caminar y hablar como si tuviera dos o tres años, crecía tan rápido que quería llorar. Un niño muy inteligente y serio, siempre manteniendo su postura pero que lo hacía ver adorable. Además, era un bebé que nunca lloraba, luego de los 5 meses pedía su leche cuando tenía hambre pero no lloraba, no había berrinches ni molestaba por nada, solo se quedaba en silencio mirando.
— Vamos, ya es hora de salir, mucha gente vino a celebrar tu cumpleaños y
... ¿Sabes quién más? Tu abuelo.
El Omega menor no tenía buena cara, sé había preparado estos meses para ver cuál sería la reacción de su abuelo y si es que venía a verlo pero no pensó que lo haría. No tenía nervios, nunca sufrió de nervios en su vida así que estaba tranquilo. Se acostó en los brazos de su madre viendo a los sirvientes correr de un lado para otro arreglando muchas cosas y al final del pasillo su padre, y hermanos los estaban esperando con gran elegancia.
— ¡Que lindo está nuestro Liam! — Las gemelas alpha's gritaron emocionadas al verlo.
Su otro hermano Arian que era menor que las gemelas lo observó con ternura. — Es demasiado bonito. ¿Tenemos que mostrarlo a todos?
— Arian, todos pasaron por lo mismo, es algo natural. — Dereck arreglo su corbata. — Liam debe ser conocido.
Ninguno de los hermanos parecía feliz, Frederick era el que más disgusto tenía sobre esto, sobre todo porque habían muchas familias llenas de niños alpha's que seguramente intentarán acercarse a sus padres para crear un vínculo y quizás un futuro compromiso.
Con cara de molestia, todos entraron al salón principal siendo el centro de atracción de todos. Liam sabía que toda su familia era espectacular, cada uno de sus miembros eran atractivos por lo que las miradas nunca quedaban atrás.
— Gracias a todos por venir al primer cumpleaños de mi hijo, me alegra saber que las personas mas cercanas a nuestra familia han venido a celebrar. Cómo saben, nuestro hijo fue sorpresa pero estamos alegres de su llegada hace un año...
Su padre empezó a dar algunas palabras mientras Liam permanecía observando a la multitud, cuando bajaron las escaleras muchos ojos estaban sobre él y no era sorpresa, todos habían esperado este día con ansías, ver al menor de los Kaiser era un total privilegio para sus ojos sobretodo cuando era una gran belleza al igual que sus padres.
Y entonces en medio de toda la alegre celebración, alguien más llegó silenciando a todos. En la entrada estaba un hombre mayor, cabellos rubios como los suyos, líneas de expresión en su rostro y ojos negros como los de su padre.
Su abuelo, Luther Kaiser estaba justo en todo el centro del salón acercándose a sus padres y hermanos.
— Pensé que no vendrías padre.
— No me diste opción. — Dijo con simpleza, luego su vista se fijó en Liam quien mantuvo su mirada fija en él también. — ¿Este es el niño?
Ryan suspiró. — Suegro, este es Liam.
— ... ¿Omega?
Si, muchos habían sentido unas leves vibras en el pequeño pero no dijeron nada porque no era bien visto, sin embargo ya habiéndolo dicho el mayor de la familia entonces ya no habría nada que ocultar.
— Así es padre, nuestro hijo es Omega, no se ha manifestado completamente porque sigue siendo un bebé pero es Omega. — Explicó su padre esperando una reacción del mayor.
— Un Omega entre los Kaiser... — Murmuró sin alguna expresión en el rostro.
— Si, lo soy.
La pequeña y suave voz llamó la atención de todos sobretodo porque fue clara sin ningún tipo de nervios en ella o tartamudeo. Liam ya sabía hablar muy bien y aunque decir frases largas lo hacía a veces difícil, algunas palabras cortas eran suficientes para él, por ello todo el mundo se sorprendió al escucharlo, no solo por el hecho de haber hablado claro sino porque me había contestado al mayor de la familia quien ahora lo estaba mirando.
No tenía miedo, había conocido gente peor en su anterior vida así que esto era pan comido, algo de todos los días lidiar con este tipo de gente.
— Tu... ¿Ya sabes hablar?
— Si.
Ryan Miro a su hijo con sorpresa, sabía que Liam tenía un don especial, lo había escuchado múltiples veces pero esta vez fue la primera en hablar de esa manera tan descarada y fresca.
Liam sabía muy bien de este hombre que era su abuelo, cuando sus padres fallecieron tomó el control de sus nietos pero dejó a un lado a Liam por ser arrogante y además haber nacido como un beta, no había nada en él que Luther quisiera o le fuera útil, más cuando Liam se metió entre los protagonistas. Luther no hizo nada, solo se mantuvo en silencio observando sin intervenir como su propio nieto fue asesinado, ni siquiera tuvo un entierro apropiado.
— Interesante... Ni siquiera Dereck habló tan joven siendo él un alpha y de manera tan entendible. — Aunque no sonrió la expresión de sus ojos lo decían todo. Sorpresa y orgullo. — Y solo tiene un año.
Dereck se quedó viendo a su pequeño hijo, estaba muy felíz puesto que ninguno de sus hijos habló tan rápido y con agilidad como Liam. Siempre supo que había algo en ese niño desde que cumplió los 5 meses, su actitud no era nada de lo que un bebé debía ser, era muy "maduro" y parecía entenderlos cuando le hablaban.
Liam era diferente de otros niños.
— Abuelo, Liam es un buen niño aún si es Omega. — Frederick se atrevió a dirigirle la palabra con algo de nervios a pesar de su expresión fría. —Vamos a cuidarlo muy bien.
— Así es abuelo. — Los otros tres hermanos estuvieron de acuerdo, no querían que ese hombre le hiciera algo al niño.
Luther pudo ver el gran amor que los hermanos le tenían a Liam y asintió. — Si, muy bien. He traído varios regalos, traelos. — Ordenó a sus guardaespaldas quienes rápidamente dejaron montones de cajas decoradas. — Espero que te gusten Liam.
El bebé rubio no hizo ninguna expresión, se mantuvo en silencio unos minutos, Luther pensó que fue mucha presión para el niño hasta que volvió a hablar. — Gracias.
Aunque su voz era suave y muy baja podía sentir la seguridad en ella, muchos siempre se ponían nerviosos e intimidados por él pero Liam no parecía ser el caso en cambio estaba demasiado tranquilo. Luther levantó un poco la comisura de sus labios y se retiró para comer algo, Ryan soltó todo el aire que tenía retenido y sintió sus piernas temblar. Su suegro no era nada agradable y daba mucho miedo algunas veces, tenía nervios de que no le agradara Liam y este fuera rechazado frente a mucha gente pero no fue así.
Dereck lo tomó de la cintura dándole un suave beso en la coronilla de la cabeza y lo animó a seguir con su camino hacia su mesa donde la comida pronto sería servida.
Liam pudo escuchar algunos nombres conocidos que se mostraron en la novela, algunas más relevantes que otros por lo que fue cuidadoso al observar a cada persona.
— Señor Dereck.
Una voz llamó su atención. El hombre frente a él Alpha por sus feromonas, miró a su padre con una sonrisa algo extraña.
— Oh, señor Tyler, es un honor tenerlo aquí.
Liam reconocía ese nombre de algún lado pero no tenía idea del porque hasta que su hermano mayor habló.
— Él es el señor Tyler DuPont. — Dijo Fred a las gemelas que estaban muy interesadas en todo. — Es dueño de la mejor empresa farmacéutica del país.
El menor abrió sus ojos, tembló al ver como un niño se acercaba lentamente a ellos con una mujer a su lado tomándolo de la mano.
— Quería presentarte a mi hijo...
"No, no, no. Es muy pronto."
— Es aún un niño pero ha demostrado ser excelente en muchos aspectos como en los negocios.
"Imposible, faltan muchos años para que esto pase. ¿Paso algo así en la novela?¡Imposible!"
— Este es Jael DuPont, mi hijo.
"No. No. No."
El pequeño niño dió un asentimiento y miró a Liam. — Mucho gusto, soy Jael.
Liam de repente se sintió mal.