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Para cuándo ellos reaccionaron, solo veían tela negra cubriendo su vista, descubriendo rápido que tenía cubierta la cabeza, ella sus sentidos estaban bloqueados por una especie de olor, tal vez incienso del fuerte para los de su especie, trató de mover las manos pero no tenía su ropa y estaba maniatada fuertemente.
Después les fue retirado lo que les cubría, dejando ver un espacio oculto cuál caverna hecha para algún ritual, la luz natural por encima apenas podía hacer distinguir todo pues estaba cubierta posiblemente por maleza del exterior, todo se veía totalmente distinto a cualquier cosa pues el ritual estaba destrozado, con apenas rasgos de haberse hecho antes y seguir esa costumbre… hasta unos años antes, incluso e increíblemente la Konaouku podía ver a su Mykure pasear alrededor de aquel ritual roto como si nada, notando las miradas de extraños en él y su caminar como si se preguntaran si matarlo o no.
Pero esa no era la cuestión en ese momento, era quienes estaban tanto alrededor como frente a ellos.
—¿Y a qué se debe la invitación tan forzada?— preguntó el hombre a todos los demás mientras disimuladamente trataba de zafar al menos una de sus manos para escapar
—...
La mujer solo lo miró enojada, así era él para tanto hacer tiempo como para intentar no mostrar miedo, no muchas veces funcionaba pero era algo.
—... ¿Donde encontraron esto?— preguntó quién parecía ser la o él líder, pues tenía una capucha totalmente cubierta del rostro así como el cuerpo en una forma encorvada aún sentada en el suelo
—... Solo digamos, y no es broma, que cayó del cielo inesperadamente… los paladines de algún lugar lo estaban buscando
Aquella "persona" se quedó en silencio, alrededor los demás "acólitos" murmuraban levemente.
—Ustedes, ¿Qué es lo que buscan como para continuar con algo que sumamente fue conseguido con sangre, sudor y lágrimas?
—... Somos mercenarios, ¿Usted que cree?— respondió el hombre—, además cuando se pide algo para nosotros no se pregunta que es... ¿No es obvio?
—...
—...
Era el punto de todo esto.
—Solo les puedo decir que no podrán encontrar lo que desean si deciden llegar al final, esto es un asunto tan serio que incluso me atrevo a decir que podrían morir incluso si llegan ahí
—... ¿Y eso por?— dijo la Konaouku
—... Si, realmente no saben nada
La persona se levantó y saco el libro que ellos traían de entre sus cosas, busco algo en él, mientras algunos acólitos soltaban los amarres puestos en esos dos, después de encontrar lo que quería, les mostró las páginas.
»Tomen y léanlo
Ellos lo hicieron y solo con unas cuantas líneas, parecían entender la seriedad del asunto, pero no se alteraron, eso sonaba demasiado creíble como para decir que era pura mierda.
—¿El núcleo de la linea del Rey Demonio? — preguntó ella—, ¿Ese es el tesoro que se dice buscan los fuego fatuo?
—¿Saben que es lo que buscan?— preguntó aquella persona sorprendida por saber eso de ellos
—Si, de hecho, hay un fuerte rumor y ha dicho la gente que hay un fuego fatuo que pelea en contra de ellos y ha dicho la razón de eso, se han contado muchas historias de ese sujeto, así que debe estar ligado a esto, ¿No?— respondió la Konaouku —, además, parece que anda empecinado en acabar con todos los fuego fatuo… pero siento que aún con toda la ayuda posible no podría con todos…
—... Entonces, ¿está cosita cristalina es el núcleo y esas cosas la están buscando?— preguntó el hombre
—Exactamente
—... Debo decir que estoy aterrado de saberlo, pero la curiosidad me está matando, ¿Cómo por qué un Rey Demonio ha sido sellado aquí?— preguntó la Konaouku
—No es un Rey Demonio, es lo que compone a uno— respondió la persona extraña—... Y es nuestro deber volverlo a poner donde debe
—...
—...
—…
El silencio reino por momentos a un nivel que apenas podías escuchar el viento entre aquel lugar.
—¿Disculpa? ¿Nuestro?— preguntó el hombre aún no digiriendo lo que escuchó
—Como dije, ustedes no deben morir, así está escrito
—¿Escrito? ¿Por quién?— preguntó ella
—Un héroe— respondió aquella persona con suma facilidad y como si esperase esa pregunta
—...
—...
—...
Y otra vez el silencio reino.
—A ver, a ver, antes que me vuelva loca, ¿Un héroe escribió esto y dijo que él y yo tendremos que hacer esto?
—Y su zombie…
—... Ok ya no puedo más, me largo— dijo el hombre levantándose del suelo
Y al hacerlo varios Konaoukus aparecieron de golpe, mostrando y colocando sus garras en el cuello de aquellos hombre y mujer aún cuando ella no se había movido de su lugar.
—Me parece interesante, pero debe entender que esto suena sumamente muy ridículo, por qué lo es— respondió la Konaouku —, Si hasta usted lo entiende y aún así sigue adelante con esto, debe entender que no podemos aceptar algo como eso— dijo algo intranquila por lo amenazante que se volvió todo
—A decir verdad, muchos héroes murieron por esto, el sujeto que encontraron ustedes era el último de aquellos
—Y eso lo confirma todo… en serio me quiero ir
—Déjeme ver si entendí todo… ¿Héroes protegiendo al Rey Demonio? ¿Por qué?— preguntó la mujer
—Es complicado, pero para resumirlo, el dueño del libro lo hizo
—No me digas, otro héroe— dijo la Konaouku
—Para que te digo que no si sí
La pareja suspiró y se tranquilizó un poco, los Konaoukus bajaron su garras cuando el hombre volvió a sentarse.
—Un héroe roba el núcleo del Rey y todo se va a la mierda… pero, ¿No sé supone que ese es el punto de todo esto? ¿Su destrucción?— preguntó el hombre para volver al carril de la situación
—Cuando es llevada a cabo todo es normal, las épocas de prosperidad y paz sirven para prepararse y vivir feliz, el equilibrio es lo suficientemente fuerte paea qje ambos lados sean lo que deben ser, pero siempre tiene que pasar algo como esto para ver si es posible seguir avanzando o simplemente ser destruidos por no hacer suficiente— explicó esa persona —, también pasa del otro lado, por ello es importante la neutralidad, un lado cae, el otro se levantara, es como dicen, para que un dictador caiga, solo hace falta una persona enojada, romper eso lleva a la consecuencia como ahora y no tendrá fin hasta que sea cumplida como se debe
—Buen punto…
El hombre tomó nuevamente el libro y siguió leyendo, pero algo lo detuvo bruscamente.
—... Ahora entiendo otra cosa
—¿Qué?— preguntó la mujer interesada y acercándose a él
Habían páginas borrosas y otras arrancadas cerca el final del libro.
—Cuando dijiste que podíamos morir, te referías a esto, ¿No?
La persona se quedó en silencio.
—Si el libro dice que debemos ser nosotros, significa que también sabe el final, pero parece que está parte ya no… que bastardos— dijo la mujer molesta pero solo de su voz
—Lo lamento, todo el viaje hasta ustedes desgastó las páginas, también se borraron cosas importantes y creemos que ese héroe escribió esto así por si algo no ocurría como debía ser
—...
—...
—Que hijo de puta
—Si… ¿Que opinas Zimime?— preguntó el hombre a su compañera
—Pues yo digo que lo hagamos, de todas formas no pienso que nos dejen en paz si no lo hacemos— respondió la Konaouku
—Eso es demasiado forzado
—Nuestra vida es forzada, Raziel, así que, ¿Que podemos perder? Es interesante cuando el destino del mundo está literalmente al alcance de tus manos y puedes salvarlo
—O te vuelves loco de poder por lo que tienes
—Touche, pero bueno, lo haremos, ¿Hay algo más? ¿Una noticia aún más shockeante o algo así?
—No, han decidido hacer esto y es más que suficiente para nosotros
—¿Y nos podría prestar a alguien que sepa el camino? ¿o tiene algún mapa?
—Solo es cosa de ir al norte, totalmente al norte, la base del poder del núcleo del Rey Demonio se encuentra en un castillo abandonado… pero si quieren, ¿Mi nieta puede acompañarlos?
—¿Sabe cazar?
—Y más— dijo esa mujer Konaouku presentándose—, lamento lo que hice, sabía que no iban a aceptar esto sin resistir
—Te lo pasaremos por qué es cierto — dijo Raziel
—Mi nombre es Delaney, mucho gusto
—Igualmente
—Es mejor que partan, en el camino ella explicará el resto de toda la situación, hay algunas cosas que no se pueden hablar sin tomar mucho tiempo
—Ok, solo, déjeme tomar a mi Mykure— dijo Zimime llendo por ese zombie
Los otros dos esperaron y Delaney se despidió de todos.
—Hasta pronto
Todos los miraron irse, para solo a la salida Delaney irse corriendo y los demás seguirla, no era por qué quisiera huir de ellos, sino porque sabían que estos sujetos estarían pisandoles los talones en cada oportunidad y sin importar con quién ellos estuvieran, tendrían que ser eliminados.
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Puede sentir nuevamente sus sentidos pero sabe que no debe alarmarse, solo recordar… pero solo es borroso, no recuerda la última cosa que hizo así como la forma en la que llegó, se decide hacer lo único sabio que se puede hacer en momentos así.
Esperar… esperar y solo escuchar lo que pueda.
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Han pasado solo dos meses desde dejar la cueva de aquellas personas extrañas y dejar a una de ellos con esos dos y medio.
—¿Y como se conocieron ustedes?— preguntó Delaney montada en un caballo
—¿Eh? ¿Hablas de nosotros?— preguntó Zimime mirándola
—¿De quién más?
—Ah… pues solo pasó— respondió ella
—Vamos, no puede ser tan fácil, se por mi abuela que nosotros los Konaoukus no salimos de la tierra hueca si no es necesario
Eso era verdad, era raro para Zimime y para Raziel ver a muchos de ellos fuera de su zona, más cuando están metidos en el asunto que traen.
—Bueno, pues aún así es algo fácil, yo nací fuera de dónde se supone que soy, mis padres lo decidieron así por qué creían que era lo mejor, claro, antes que la guerra dragón llegara por estos lados— respondió Zimime—, de ahí en adelante solo soy yo, ellos decidieron regresar a otro clan y se que son felices ahí… la forma en la que nos conocimos yo y Raziel, solo pasó, ¿Verdad?
—Totalmente, un cliente en común nos encargo un trabajo para los dos, me gustó trabajar con ella y henos aquí, dos años conociéndonos y ahora haciendo esto— respondió Raziel tranquilamente montado en otro caballo a lado de ella
—Ah, ya veo, pensé que había sido diferente
—¿Diferente? ¿Cómo?— preguntó Raziel
—... Mmmhm, no se, algo como, uno de los dos peleando y el otro apareciendo o una rivalidad en trabajos y que terminen uniéndose, algo así
—¿Qué? Se que eso suena interesante, pero no, solo pasó— respondió Raziel medio burlándose
—Lo sé, lo sé, solo… bueno, mi abuela me leía y contaba historias así, eran anécdotas traídas por héroes y tenían distintas maneras de contarse, incluso como lo que dije, perdón si incomode
—No, no, es interesante cuando hay más plática que lo que vamos a cenar hoy o que vamos a hacer, continúa, pero igual mantente alerta
—Okidoki, gracias… otra cosa que quería preguntarte a ti… era sobre eso
Dijo y señaló al Mykure en la cabeza de Zimime, el cambio de esto era que tenía las patas amarradas, claramente estaba molesto pues no dejaba de sisear abriendo la boca todo lo que podía.
—Ah, es mi mascota, se llama… se llama… ¿Qué nombre le pusimos?
—¿Le? Yo no he aceptado esa cosa, si te muerde ya sabes que tendré que cortarte dónde lo hizo— replicó Raziel enseguida de esa pregunta
—¿Y por qué la tienes?— preguntó Delaney
—Me encantan las cosas raras, como mis ojos
—Buen punto
Los tres siguieron adelante, aceptando encargos que ayudasen a ir hacia el lugar indicado y otros tantos desvíos para reforzar lo que iban a hacer.
—!Pensé que los Konaoukus eran un mito¡
—!Aquí tienes dos para que puedas confirmarlo y comprobarlo¡— gritó Delaney a quien atacaba
Un pirata junto a su tripulación estaban abordando a la fuerza aquel barco carguero en el cual ellos estaban escoltando junto a otros mercenarios. Todos sabían que los recursos empezarían a valer más y escasearían menos mientras la guerra continuaba en el aire.
Delaney tomaba ventaja del caos entre la defensa el ataque y lo civil, cortando gargantas o cualquier extremidad disponible, Raziel con su espada defendía a los civiles, pero también tenía que tener cuidado con cierto animal.
—!AAHH, QUITENMELO, QUITENMELO¡
Aunque ya no parecía tener fuerza, el Mykure sabía cómo escalar rápido además de sostenerse fuertemente de donde sea. Zimime aprovechaba cada oportunidad disponible para golpear con lo que sea que estuviera a su disposición, sus garras no eran tan largas como las de Delaney así que tenían que hacer lo posible con lo que tuviera, incluso cuando aquel pequeño zombie intervenía de esa manera.
La ventaja empezó a ser pasada al grupo carguero que al pirata y ellos lo sentían, pero como siempre, las cosas no iban a ser muy fáciles.
Una bengala verde fue arrojada hacia arriba y todos los del alrededor sabían que significaba.
—!Tu¡, ¡maldito!
—Debieron dejar-
Y su cabeza fue cortada enseguida por Zimime.
—Me caga cuando no dejan de ser idiotas— dijo ella— ¿Y ahora? ¿Tienen forma de defenderse?
El capitán así como su tripulación estaban preocupados, claro que sí tenían forma, pero no suficiente gente, no después de este ataque que dejó heridos y muertos.
—Ehm, disculpa es mi primera vez en el mar, ¿Qué fue eso? ¿Y por qué lucen aún más preocupados que antes?— preguntó Delaney
—Ah, lo siento, cuando sienten que todo está perdido, los piratas hacen esto, esa bengala tiene el olor de un pescado en especial, un Artimeli, es una especie de pez muy buscado tanto por pescadores como otras especies… en particular, El tiburón albino… el más grande de todos
—Dios mío, entonces...
—Los tiburones al albinos son fáciles de ver venir, pero difíciles de matar, por ello es que nadie caza al otro pez sin estar preparado para que pase eso, no es raro que eliminé a los barcos por solo un poco de ese pez
—... Vaya, ¿Y no es más fácil hacerlo explotar?— preguntó Delaney
—...
—...
—... ¿Qué?
—¿Te mareaste por el barco? Debe ser difícil
—No, solo digo que sería más fácil deshacernos de él si lo hacemos explotar y ya no moleste
—Sigue sin tener el más mínimo sentido lo que dices, niña— dijo Raziel—, ¿Cómo se supone que debamos hacer eso? Queda poco tiempo
—¿La carne de un tiburón albino es cara?— preguntó ella con toda seguridad
—... No, pero su esqueleto es codiciado por cazadores… ¿A qué quieres llegar?
—... Ya veo
Y se movió rápidamente, moviendo un barril de aceite y petróleo hacia uno de los barcos, los demás miraron eso, pero solo Raziel entendió, se fue al camarote del barco pirata y encontró lo que quería, para cuando salió vio a los demás hacer lo mismo que ella y llevar todos las cajas y contenedores incendiarios a la parte mas baja de aquel barco, otros miraron por todos lados para saber por dónde vendría el tiburón… hasta que lo divisaron. Era un punto muy obvio no tan abajo del mar.
—!SE APROXIMA¡ ¡VAMONOS¡
El otro barco ya estaba algo lejos de ahí, Raziel disparo todas las bengalas disponibles en los lados del barco, y se fue al otro.
—Huele a pollo frito— dijo Delaney
Todo mundo se movió lo más rápido que podía, el punto blanco desapareció debajo del mar, alejaron el barco carguero lo más rápido posible y arrojaron a ese depósito una antorcha… además de toda la ropa de Raziel.
Los que lograron ver lo describieron como ver a un haz de luz de tentáculos gigantes devorar desde abajo la mitad del tamaño ese barco pirata, para solo después de un gran bocado la quijada explote de una manera tan cruel y sangrienta que incluso algunos dientes tanto ya en la boca como apenas en desarrollo sean incrustados en la madera del carguero.
El tiburón empezó a tener convulsiones violentas que terminaron de destrozar el barco, sangre, huesos, madera y piel quemada fueron esparcidos por todos lados al igual que el agua de mar que de por si había creado pequeñas olas, más ahora todo era como si fuera un atún en una red peleando por liberarse.
Siguió así hasta que ya no pudo más y murió desangrado, todos los demás del barco carguero miraron eso hasta el final, el propio capitán no sabía que decir, hasta que Zimime le dió palmadas en la espalda a Delaney.
—Bien hecho niña
Lo que restaba del camino, tardaron un poco más pues cortaron la cabeza apenas intacta del tiburón, la subieron a un pedazo grande de madera y se la llevaron a su destino. Para cuándo llegaron les llovieron montones de ofertas por ello, además de información sobre el cuerpo del tiburón.
—Ah~~ nada como tener ropa nueva— dijo Raziel
—Te vez como un hombre de la alta sociedad con tu sombrero de copa y esa ropa color cafe— dijo Zimime
—¿Me veo bien?— preguntó
—... Es como si tú cabello alcanzará hasta los pies, no sé, ¿Son tus gustos?— preguntó Delaney
—Mira quien habla, ¿En serio comprarás ese disfraz de salamandra?
—¿Qué? Al menos tiene ventaja que regula el frío y calor, así que si— respondió ella—,¿Y tú, Zimime?
—¿Qué? Yo solo quiero un arreglo de mi ropa, no necesito tantas cosas de por si — respondió ella
—Tan sencilla, si, así está bien
—Pero mi pequeño si necesita ropa— añadió Zimime sosteniendo al Mykure
—Y morirse— dijo Raziel
—Callate Raziel
Solo consiguiendo un conjunto para un niño pero a la medida de aquel zombie.
—Nada como el soborno y amor por el dinero de los costureros
—Que te calles
Los tres continuaron su camino, igual no se quedaron sin un recuerdo del tiburón.
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Ha intentado muchos medios para poder librarse y siempre esa pared está ahí, no lo reprime del todo, no lo encierra, solo está ahí, impidiendo ir más allá de dónde puede… pero es suficiente.
Sabe que esa protección no es perfecta y al parecer la hicieron tan de golpe que aquel fallo es parte de lo que pasó para capturarlo… así que usando eso, solo trata de recordarlo… pero aún sintiendo que es fácil hacerlo, le es difícil reacomodar cada parte de lo que recuerda, como un saca borrachos en la entrada de un bar que no deja pasar a nadie que meta más allá del pie de la entrada.
Así que solo queda esperar más, pero sabe que tarde o temprano, podrá entender mejor que pasa… y matar a todo aquel que no le deja hacer su trabajo.