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Chapter 11 - Capitulo 9: De Ángeles, encuentros y batallas

El mundo está regido por 2 de las cosas más simples y algo difíciles de explicar, (como todos los demás) caos y orden, bien y mal, reglas y rebelión, pero ¿qué pasa cuando una de estas partes provoca a la otra?

El sentido común dicta que si una se extiende demasiado la otra interferirá hasta que vuelva el equilibrio entre ambas, como la enfermedad a un cuerpo (Universo) y la cura de este, (Oscuridad) Jezabel había provocado una de esas cosas, y si, era su culpa, pero igual el de la otra parte por responder a sus provocaciones, ambos no sabían hasta cuando esto terminaría, ya que en los 2 de 3 años de cada oportunidad, el cielo mandaba rayos y ataques de larga cadencia, demasiado devastadores, lo suficiente como para que se observaran desde una muy larga distancia, desde la perspectiva civil, sería un fenómeno natural inexplicable y hermoso, menos para quien lo sufre, así esperando debilitar lo suficiente a su enemigo, y ese día, era el tercer año correspondiente.

—Cada año que nos hemos enfrentado a ese demonio, él mismo logra mantenernos a raya, aun siendo más de nosotros a pesar de que lo debilitamos la mayoría de veces — dijo un soldado mientras descendía con sus compañeros y el comandante, eran 200 soldados.

Llegaron al suelo frente al portón del gran castillo, se sentían algo nerviosos, pero decididos a continuar en su lucha.

—Si tan solo los altos mandos nos dieran más tiempo de estadía aquí, podríamos solucionar esto, aun en el primer día— añadió otro con una mirada fría a su objetivo oculto detrás una gran puerta.

—No podemos hacer eso, una invasión extraoficial aquí, provocaría una excusa para el reino demoniaco el atacar y provocar una guerra— alerto el ser andrógino decidido como cada año a terminar con esto—, necesitamos concentrarnos en esto si queremos terminarlo

Todo en silencio quedo, más porque sabían que la última palabra seria entre Jezabel y el ángel que los comandaba, tenían la esperanza de ello ya que era el más fuerte entre todos.

Sabían que la frustración de todos era gracias al rey demonio, pero la de su líder los superaba un poco más, por el hecho que cada encuentro concluía en un empate o por falta de tiempo para terminarlo.

»Cada año, el aprende más ataques, yo no me quedo atrás, he entrenado aún más tiempo que ese ser despreciable, esta vez estoy decidido a derrotarlo y hacer que se trague sus palabras

Levantó la mano en señal de alto y la fila de enfrente enseguida abrió camino a otra detrás de sí, una unidad de ángeles tenía una gran trompeta adornada con alas a los lados, la punta era como un instrumento musical, pero en la boca era tan grande como el un cañón de un buque de guerra, él que los comandaba alzo la mano para dar la señal, pero antes que aquella unidad hiciera el primer golpe, la puerta se abrió de golpe tan rápido que arrojó aire hacia ellos, eso alerto a todos a tomar posiciones defensivas, menos él... o ella.

Quien abrió la gran puerta con una mano, era un mayordomo de edad mayor, pelo canoso, lentes cuadrados, vestuario normal guantes rojos y un rostro de expresión inmutable, se inclinó un poco en señal de bienvenida y hablo.

—Es un gusto volver a recibirlos... por 2378 vez casi consecutiva—dijo él con una solemne reverencia, intentando ocultar su enojo a pesar de estar tranquilo

—Soy Axtarot, comandante de la fuerza especial anti-rey demonio, ¿podrías decirme por qué tanta prudencia este año? —Pregunto sin bajar la guardia—, pensé que nos dejarían pasar como los otros años

—Sí, lo que pasa es que nuestro amo esta...

—Estoy de vacaciones, pero gracias a ti no puedo estar nada tranquilo...

La voz que se escuchó de la nada hablo entre sus filas, todos se colocaron en guardia enseguida, aunque algunos no lo esperaban y cayeron sobre su trasero por el susto e impresión, tan rápido como reaccionaron intentaron atacarlo con sus armas y espadas resplandecientes, pero a Jezabel algo le cubría un campo de fuerza, estaba en su forma normal, con una túnica negra de bordes negros y base dorada, y tanto como lo noto Axtarot [El general] detuvo a sus hombres, tenía una expresión de desconcierto demasiado visible ante lo que había dicho.

— ¿Vacaciones? —pregunto casi impresionado—. ¿Por qué te aburrirías de tu trabajo?, el rey demonio tiene que hacer sufrir al mundo sin cansancio, hasta que desaparezca uno de los dos, no sé por qué dices esas cosas.

—Puedes retirarte Asmodeus, gracias por darme tiempo— ordenó a su sirviente

Este se inclinó y la puerta se cerró está vez de manera lenta sin ruido alguno.

Jezabel apunto al cielo y provoco una explosión tan grande que parecía iluminar de amarillo casi todo el cielo para abrir un gran agujero deja do ver un poco el espacio y casi llegando al negro de aquella nada de tan abrumadora potencia de fuego.

—Claro que podría destruir al mundo... si yo quisiera—dijo al bajar la mano o su manga

La onda pasaba de las nubes, fue lo suficientemente poderosa como para arrancar los árboles que estaban alrededor del castillo, aun cuando estos estaban a más de 6 kilómetros de distancia, dejando aquella circunferencia sin nube que estuviera en el cielo, marcando un inmenso círculo blanco el cual las nubes rodeaban sin poder pasar.

»Solo que digamos, estoy tratando de comprender la forma más pacífica y vergonzosa de como terminarlo, sabiendo que los héroes ya no están aquí o no quieren meterse conmigo... (Aunque eso es media mentira)

Axtarot no tardo en atacarlo, pero obviamente fue detenido por Jezabel sin que este se moviera.

—Siento que esto es una amenaza directa a los cielos... ¿o acaso me equivoco? — pregunto Axtarot ya casi no conteniendo la ira dentro de si

— ¿Te molestaría más si dijera que no?—respondió Jezabel al notar el enojo palpable frente a el

Pero algo le tomo de sorpresa, la espada que había sido detenida poco a poco traspasaba el escudo invisible que protegía a Jezabel, y antes de que pasara más, el logro dar un paso atrás dejando el arma caer al suelo en un estridente golpe al piso.

— Interesante, ¿Nuevo juguete? —pregunto ocultando su asombro

—El mismo, pero mejorado, ¿quieres ver más de cerca? —pregunto al ver el resultado de lo que Axtarot quería

Antes de responder presintió algo de un lado, dando otro paso, el mismo tipo de arma y el mismo ataque, algo que igual lo dejo sorprendido, seguido de otros más.

«Ok esto es jodidamente extraño» pensó al sentirse algo aturdido por la situación

Axtarot ataco de nuevo, Jezabel trato de contrarrestar con un ataque básico de magia, pero el ángel antes de llegar freno enseguida y dio un giro a un lado atacando en una abertura, Jezabel se quedó aun ahí, y con su manga derecha logro tomar directamente el golpe, logro desviarlo a un lado y tomar más distancia, pero fue recibido por otro conjunto de golpes de algunos soldados por todos lados, trato de cubrirse, pero había olvidado lo que paso primero.

— ¡Maldita costumbre!— grito al sentir los golpes

Disparos lejanos igual de potentes chocaron contra el sin dejarlo respirar mandándolo a volar cierta distancia, Axtarot lo esperaba mientras Jezabel daba giros casi incontrolables en el aire y el golpe que lo arrojó al suelo cayendo de cara, no sin antes en el rebote esquivar a un lado el golpe definitivo que el ángel preparaba, Jezabel apenas se pudo levantar.

—Eso definitivamente dolió —dijo Jezabel al sacudir su manto demostrándolo— aunque debo decir que se sintió familiar de cierta manera...

La sonrisa del ángel era de satisfacción, se notaba que la moral de toda su unidad aumentaba por esas palabras, Jezabel puso la mano cerca la capucha, pensando, después la bajo como si nada.

—Debo admitir que tu juguete es muy bueno... ¿seguro que no es nuevo? —pregunto Jezabel

—Debería decir que es el mismo, pero mentiría en eso, solo digamos, que tomamos cierta esencia de una arma especial en posesión de los altos mandos

—Esencia de un arma, ya, ya me era conocido, gracias por decirme eso

Las palabras de Jezabel eran de encontrar algo interesante, Axtarot también notó cierto cambio de humor, Jezabel hizo aparecer a un lado cierta caja de madera con forma de cofre pirata, eso dejo algo confundidos a todos, Axtarot sintió un escalofrío con solo ver eso y sabía que era peligroso dejar solo momentos al rey demonio.

—A ver, a ver... por aquí...

— ¡No dejen que saque nada de ahí! — grito Axtarot sintiendo escalofríos en la espalda al ver eso

Todos se fueron contra Jezabel, pero él seguía como si nada estuviera molestándolo, a pesar de ser herido, ser impactado por las balas que hasta el manto empezó a desgarrarse.

—Aquí no... ¿esto lo guarde? ¿Para que necesito esto?

No importaba lo que hicieran él no se detenía, seguía ignorándolos hasta que al fin se movió de su lugar

»Haaa, ¡maldito aquí estas! — grito al encontrar lo que buscaba

Con sacar solo el mango de cierta arma Axtarot tenía pálido el rostro, con levantarla todo mundo se fue hacia atrás de solo el simple movimiento con simple fuerza normal.

— ¿No estarás hablando de esta arma? —pregunto Jezabel al mostrarla a todo mundo

Axtarot conocía solo en imágenes y recuerdos esa arma, era una que se le había conferido a cierto héroe de confianza del cielo, y que el mismo había entregado en persona, el mango dorado con bordes negros tenía alas curvadas hacia atrás como pequeñas dagas, el filo de esa arma resplandecía majestuosamente y parecía nunca gastarse, Jezabel no tenía expresión, pero solo su voz parecía proferir cierto orgullo. Pero ahora quién había cambiado su humor era aquel ángel.

— ¡t-T-T-t-tu... como... como puedes tener esa arma! —Grito Axtarot de nervios e impresión—, esa arma solo puede ser manejada por celestiales, arcángeles y dioses en el cielo, ¡como es que alguien como tú la tiene!

Jezabel la puso en su hombro, a pesar que en su manto parecía agrietarse solo con el contacto.

—Se la gane a un héroe hace más de 100 años

Aunque se toma la ira en el rostro y alrededor de aquel celestial, Jezabel seguía tranquilo, notó a los demás que acompañaban a aquel ser, los veía desconcertados no hacia él, sino al mirar a Axtarot de una manera muy desconcertante, ya que nunca habían visto de esa manera.

—Oye, ¿No se supone que un ángel no debe sentir más que amor, cariño y compasión? — pregunto Jezabel

Y era cierto, en casos extremos y raros habían pocos detalles de ángeles furiosos sin el permiso de altos mandos, ya que cuando eso pasaba tenía que ser en alguna ocasión de guerra contra el infierno u otro ser malvado, y en este caso era la primera vez que Axtarot lo sentía más que otras veces.

—Lo mataste... ¡mataste a ese sujeto!

Axtarot se fue contra Jezabel sin temor ya a esa arma, Jezabel la volvió a detener pero con la otra manga. El poder de aquel ataque hizo que inclusive los demás fuesen disparados de su lugar contra los muros del castillo.

—Oye, oye, ¿por qué te alteras? —pregunto Jezabel algo tomado por sorpresa

—¡Tú lo mataste!, ¡mataste a mi amigo!

Jezabel lo hizo dar un giro hacia atrás al empujar la manga

— ¿No se supone que es mi trabajo?, elimino a los héroes que intentan detenerme, simple tabú y lógica, ¿porque te enfureces por solo uno? 

— ¡Cállate! Se suponía que su alma regresaría a su mundo o al menos al cielo, pero primero tiene que pasar por el purgatorio, siempre espere ver eso, pero nunca paso... debiste hacerle algo

—Podría decirte esto, pero sé que no me creerás por más que insista... yo no lo mate... de cierta manera, lo deje vivo

— ¡Mentira! ¡Mientes! ¡El no dejaría esa arma a ti!, él era demasiado noble como para dejar que tú la tomases

—Vaya, ¿tan obvio fui?

Eso solo hizo hervir más la ira de Axtarot, hasta los mismos soldados lo notaban a pesar de ser oprimidos por la presión de los golpes y ataques. Ambas artes eran excepcionales ya que los dos se les veían las ganas de ver muerto al otro en sus movimientos.

El rey Demonio seguía como si nada, esquivaba todos los ataques de manera tranquila, como si se burlara de su enemigo.

—Lo recuerdo, fue una pelea demasiado difícil, de las primeras... creo que fue 40 años antes que vinieras tú, peleó y peleó hasta desfallecer, pero había algo en el que no era demasiado noble, realmente quería ocupar mi puesto

Los soldados sabían de eso, el que matase al rey demonio, obligadamente tendría que serlo, como si pasara una antorcha, se decía que hubo algunos que hicieron lo que pudieron para no tomar el puesto, pero fueron sometidos a un gran dolor y sufrimiento, hasta que aceptaron el puesto, y era peor para aquellos que no sabían de esto, ya que a los héroes se les ocultaba, y otros lo descubrían por aparente coincidencia y registros de aquellos que resistían de hacerlo.

»No le importo el pasar por quien sea, sus amigos, los soldados o aliados, fue un megalómano a la perfección, en cierto sentido, llegué a tener envidia...

— ¡Cállate!, ¡el no...

—Arriesgo a muchos llevándolos al frente, parecía que uso el típico truco de que lo hagan ellos y yo me llevare la gloria

— ¡Cállate!

—Mate a cada uno de ellos... o al menos lo aparente — dijo Jezabel mientras seguía en lo suyo—, en ese tiempo, yo aún tenía un poco de mi humanidad... o algo así... hice matar a esos desgraciados y únicamente me enfrente a ese tipo, su verdadero ser fue puesto a flote incluso frente a sus aliados moribundos

El tono de Jezabel era casi solemne, como si recordara algo doloroso.

»Vaya, hasta que me doy cuenta que engaño a un ángel, que bueno que le di la maldición de la inmortalidad... y que mis perros aun jueguen con él en mi castillo, así que como dije, no lo mate

Ninguno de los soldados hablo mediante semejante declaración, Axtarot bajo su arma al hacerla chocar un poco más fuerte.

—Mi mente dice que no te crea, pero mi corazón me manda a comprobar algo... Jezabel, te dejare en paz, pero quiero verlo

Jezabel lo miro, estaba más lastimado que hace momentos, pero lo hacía ver menor para mantener su orgullo intacto.

— ¿No pelearas como cada año? —Pregunto Jezabel—, es mi única diversión

Axtarot soltó su arma y levanto las manos, Jezabel no sabía que decir ante eso

—Lo haré si es que quieres que haga eso, pero déjame verlo, un momento, después puedes matarme por la espalda si quieres

—No soy tan así de cobarde... hay límites, ¿sabes?

Algunos soldados empezaron a decir que no era bueno eso y que era una trampa, Jezabel levanto una mano y en un momento todos estaban en un cuarto oscuro, frente a ellos una gran jaula de barrotes con espinas que llegaba hasta el techo, olía a una podredumbre tan inmunda que ni ellos la resistían, algunos soldados incluso llegaron a vomitar, que hasta les sorprendió eso, solo Axtarot y Jezabel estaban inamovibles.

»Antes de hacer esto les diré que me reiré, dependerá mi risa en el resultado si ya definitivamente los mato a ustedes o los dejo salir

Aunque hiciera aquello que se tomará por buena persona, no dejaba de ser lo que era.

»Carcelero, quiero ver a mis mascotas — dijo Jezabel al aire

Frente a ellos apareció un zombi de lo que anteriormente era un gran gigante de hierro, la piel metálica como un exoesqueleto yacía corroída tanto por lo oxidado como por los daños en su cuerpo, sus huesos se podían ver en las costillas y un pie, él no se inmuto ante la visita de los ángeles, les dio la espalda y se escuchó un sonoro "clic" en todo alrededor dando paso al típico chirrido fuerte de la puerta abriéndose sin aceite en las bisagras.

»Es mejor que se queden detrás de la puerta

Dio un paso enfrente, aplaudió 3 veces.

»¡Chico, Roko, Hizel !!Aten-ción!—grito Jezabel como si fuese un comandante dando órdenes

Después de ese grito todo paso en silencio, hasta que el suelo retumbo un par de veces, los ángeles se estremecieron un poco, sentían unas miradas llenas de odio, ira y furia venir de enfrente, poco a poco hasta ser visibles venían perros infernales del tamaño de un autobús escolar, estos venían desbocados empujándose unos a otros y mordiéndose fuertemente para llegar ahí, inclusive se arrancaban pedazos de carne entre ellos y seguían corriendo, está carne se podría más hasta ser líquida y emanar un olor aún más fuerte entre podredumbre y azufre, Jezabel estiro la manga y los perros derraparon antes de dar vueltas y sentarse como si nada, la cara con costras y baba saliendo de sus bocas acompañados de ojos rojos y rastros de lo que era carbón en llamas en sus costados, cada vez que aspiraban estás se iluminaban como si fuesen hornos dentro de ellos.

Era demasiado para ser llamados perros del infierno, aun así Jezabel los acaricio como si nada.

— ¿Pueden traerme al que les regale hace tiempo?, ya saben el falso

Ellos ladearon la cabeza pareciendo no entender, pero después parecían saberlo, dos de ellos miraron a un tercero, este pareció que seguía sin entender.

—Roko, sé que tú lo tienes —dijo Jezabel al ver al más pequeño—, has jugado con el sin descanso, realmente su odio puede superarte y por eso eres el que más juegas, ¿verdad?

Ese perro agacho las orejas como si no quisiera hacerlo.

»Vamos, lo necesito para algo, luego te traeré uno con aun más odio que este, lo prometo

El perro se emocionó y se acomodó pareció toser y regurgito algo, era un montículo de carne, para después tragárselo (como todo perro) y en una segunda regurgitación lo sacó todo.

—Buen perro, ahora váyanse, aquí se quedara, no será por mucho tiempo

El montículo de carne parecía tomar forma a pesar de la saliva, los perros se fueron nuevamente, los soldados estaban ya tranquilos sin casi sentir estremecimiento, cambiado por asco y curiosidad al ver el montículo curarse por sí solo, este pareció formar una mano que se empezó a arrastrar, vociferaba a pesar de que su boca parecía tomar forma igual.

—#"DAS!"#!#"!

Era inentendible lo que decía, Jezabel se colocó frente a eso y dejo que lo tocara empezando desde la punta de la túnica, era como si un globo delgado se levantara, cabello, ojos, uñas, todo se formaba de manera natural reconstruyéndose poco a poco.

—¿Cómo te va?, apuesto que mi mascota sabe lo que quiere —dijo Jezabel al medio cuerpo formado—, tu mente está destrozada, déjame arreglarte un poco para hablar

Toco con la punta de su manga derecha al montículo...

— ¡Tu, maldito! —Grito ese hombre desesperado intentando estrangular a Jezabel aun con sus manos a medio formar—, ¡mátame de una vez!, ya te has divertido demasiado, tanto, tanto, ¡y tantos años que he estado aquí solo han avivado mi odio hacia ti!

—Debiste pensar en mi temperamento al traicionar a tus aliados, yo era alguien antes de ser rey demonio, pero al menos creo que no pisotee las esperanzas cuando tome el lugar, ahora sé cómo hacerlo gracias a ti

El cuerpo ya estaba formado totalmente, un rostro deformado por la fuerza de su ira, un cuerpo tan delgado qué pasaría por barrotes separados por 15 cm y su masa muscular demasiado flácida como para soportar su cuerpo como un vagabundo inmortal.

—Esos bastardos, no fueron lo suficientemente fuertes para ti, sé que ya no eres un principiante, y que has combatido con más héroes, ¿dime cuantos?, ¿a cuantos más les has aplastado las esperanzas de librar al mundo de ti?

—Los suficientes para demostrarte que aún sigo aquí como puedes ver

Ese tipo aún estaba con la mirada fija en él, no podía hacer más que esperar la oportunidad de escapar como fuese antes de que lo mandara con los perros.

—Si tan solo tuviera mi arma en este momento... pero sé que no eres así, no dejaras las cosas fáciles

—No soy tan idiota... aunque, si me permites decir, ¿dónde conseguiste esa arma tan genial? — pregunto Jezabel de manera normal y curiosa

— ¿Solo venías a preguntar eso?

—Sip

—Que opciones tengo para salir de aquí, es imposible... — dijo mientras recordaba —. Ese poder sagrado... ese poder era suficiente para acabar contigo, pero esos malditos ángeles, parece que no les importo el darme una espada incompetente, si no, que ni siquiera me ayudaron para derrotarte, deben ser más débiles de lo que era esa espada, y más ese estúpido Axtarot, era un buen ángel, pero demasiado ingenuo, realmente no quería involucrarlo en esto es buen ángel, pero soy así, siempre he sido así tratando y tirando a los demás sin sentir nada, pero su bondad era una presa que no quería soltar y saque un buen beneficio que no me sirvió de nada... ¿Por qué quieres reírte? Sé que es gracioso pero...

Jezabel parecía querer estallar en risas, eso extraño a ese sujeto, pero él a pesar del tiempo que paso, parecía saber el por qué ese sentimiento, dio media vuelta, los soldados nunca en toda su vida parecían haber visto llorar a su comandante, mientras que Jezabel estaba revolcándose en el suelo sin importar ensuciarse la ropa con una estruendosa risa sin control alguno

—Tu...

Axtarot se acercó al inmortal, sabía que no podía matarlo, pero solo le dio un collar que el tenía y lo puso en su cuello después se dio la vuelta sin decir media palabra los soldados le siguieron, sus ganas de pelear se habían esfumado solo con esa escena, todos querían igual masacrar a aquel sujeto, pero sabían que eso no importaría nada.

— ¡Jezabel, quiero irme de aquí... por favor, ya, sino... destruiré... destruiré el mundo antes que tú!

—De... De acuerdo

Jezabel paso a un lado de ese tipo, no sin antes decir...

—Seré muy maldito y todo lo que quieras... pero nunca había visto a un humano hacer llorar a un ángel y romperle las esperanzas en la humanidad junto con su corazón (si es que tiene) en tan solo unos minutos, puedes irte, te quitaré la maldición

Jezabel y los demás desaparecieron, ese tipo apareció en un bosque lejano con la mirada perdida, para después de unos días dejarse comer por los animales salvajes del mismo, ya que estaba acostumbrado... descubriendo que Jezabel le había mentido en lo de quitarle la maldición.

El Rey Demonio suspiro muy fuerte los soldados solo se quedaron ahí, sin decir ni hacer nada, sabían que de alguna forma, el había ganado, si es que había una posibilidad de atacarle y obtener una victoria, sabrían que eso no sería satisfactoria en absoluto, harían su trabajo, pero el sentimiento de aquel día y de quien habían tenido esperanzas se grabaría en su mente.

—Entonces, no me molestaras, creo que fue demasiado castigo, y diré muy honestamente que eso no lo esperaba, en serio, por muy bajo que sea esto—dijo Jezabel expresándose mal de la situación

Axtarot miro su espada, tenía mucho que pensar, pero ahora que un problema aparentemente se había solucionado, tenía otra duda más, una que empezó con solo la palabra "Vacaciones"

—Jezabel... te tomare la palabra, pero... ¿por qué hiciste esto?— pregunto Axtarot aun dolido ya sin lágrimas en los ojos

— ¿No deberías preocuparte por ti mismo?, además lo hice por mis vacaciones, ¿por qué más? Los demás soldados pueden ser suprimidos por mis leales súbditos, pero ustedes y otros más pueden ser una molestia cuando vienen aquí

Axtarot miro a Jezabel y se acercó, este no hizo nada ya que sabía que no podía lastimarlo, guardo su espada y lo miro de arriba a abajo

—No me había dado cuenta de esto por mucho que nos hayamos visto... eres diferente a todos los demás, y no se la razón real por la cual haces esto, pero lo descubriré ¿y sabes que seguirá después?

— ¿Qué? ¿Dejaras de usar toga?

—Que sabré la razón por la cual te hiciste rey demonio

—¿Discúlpame? ¿Qué quieres decir con eso?

—Luego te diré, adiós, puede o no que nos volvamos a ver

Jezabel ladeo la cabeza sin comprender los vio irse hacia arriba hasta desaparecer, la tarde se acercaba y ya era hora de regresar, Jezabel se dejó caer al suelo de espaldas cansado adolorido pero con su orgullo intacto.

—¡Rayos, esas armas realmente fueron un problema! —grito Jezabel —, pero... se sentían familiares, esas esferas emitían la misma aura y potencia que esta arma y la de ellos... ¿podría ser que están relacionados?... si fue así, que bueno que deje a ese tipo vivo todo este tiempo... pero, ¿qué quiso decir con que descubrir por que tome el puesto?... también quisiera descubrirlo, pero por cada acción contradictoria a lo que debe hacer un rey demonio conlleva a varias cosas, entre ellas a la pérdida parcial de memoria... bueno, espero y Carmilla esté preparada para esta noche por que realmente lo necesito.

Al llegar a la entrada con su forma de profesor y a caballo no podía creer lo que estaba viendo, una batalla campal entre soldados y estudiantes de su salón, con espadas de verdad y Carmilla en su forma adulta entre el caos.

«En serio que lo necesito»  pensó

"Los momentos antes del encuentro entre Jezabel y los ángeles"

Los guardias de la entrada estaban plenamente nerviosos, ya que ellos mismos sabían el porqué de la repentina visita del rey a la escuela, el propio chisme ya se había corrido incluso fuera de la escuela.

—Gabriele, es mejor que te quedes aquí en el salón — dijo Carmilla encima el escritorio

Todos estaban de acuerdo, pero esta vez el acusado era el hijo del rey, las miradas de sus compañeros estaban más sobre el que encima de Gabriele, y claramente las resentía, a pesar de no ser totalmente su culpa

—Tampoco le echen la culpa al tipo, el solo decir que el orgullo de su familia está en riesgo podría ser mucha carga, o no es así señorita Irona— dijo Carmilla

—Odio admitir que tiene razón—dijo ella queriendo ayudar— me quedare con Gabriele ya que el profesor no está presente

Todos tenían sus dudas del por qué estaba ausente, pero igual casi comprendían por el sentido común de querer huir en cuanto se crease un problema.

—No es un cobarde... solo que el crea problemas realmente innecesarios, espero y se acostumbren a esto

Ella suspiro desanimada por conocerlo, repentinamente se escuchó el sonido de trompetas, todo mundo en la escuela salió enseguida formando filas, menos la clase especial

—Saldremos al último

— ¿Por qué señorita Carmilla? —pregunto uno de los alumnos

—Quiero darle dramatismo a nuestra entrada

Los 70 soldados reales eran hombres con rostros y expresiones duras de estar en batalla, al igual que sus posturas, a pesar que se suponía era solo una especie de visita aun así no dejaban de expresar el poderío militar que tenían, entre ellos, lanceros, escuderos, espadachines y arqueros en la retaguardia, todos divididos rodeando un carruaje majestuoso blanco mármol con dorado en bordes y ventanillas cubiertas de tela color púrpura brillante

«¿Quién dijo miedo? »pensó Carmilla al frente de sus alumnos

Ellos se acomodaron conforme a sus improvisados lugares, todos alrededor miraban por los rabillos de sus ojos el pasar de los estudiantes, al igual que miradas de burla y desaprobación, más por la niña que los conducía enfrente.

—La clase especial debe estar enfrente—dijo un portavoz con gran energía

Carmilla miro el carruaje, vio como el general Blodenhell y el director sudaba frio en la frente rogando porque ellos obedecieran, Carmilla camino más enfrente, después de acomodarse como si estuvieran a punto de ser ejecutados, todo mundo se mantuvo en silencio, pero antes de que todo mundo tomara palabra Erickson camino hacia enfrente dirigiéndose hacia el carruaje.

—Querido hermano, ¿podrías salir de ahí?, sé que padre está demasiado ocupado con otras cosas que estar en este asunto

El carruaje se abrió y de ahí salió una pareja, sus vestimentas eran de tela y alta costura, el hombre portaba un traje color negro con una bufanda roja, un sombrero parecido a uno de paja de borde grande, y un monóculo en el ojo derecho, en la espalda con una capa larga ondeante y corta casi llegando al suelo, la mujer un gran vestido blanco de una sola pieza que dejaba ver las clavículas del hombro y un poco el pecho casi prominente, en el torso un corsé marrón visible, zapatillas no aptas para suelo, el hombre miro a uno de los soldados y este rápidamente se acostó en el suelo para que ella no ensuciarse sus zapatillas, por su parte ella no se inmutó y saco de dentro una gran sombrilla para cubrirse del sol, el hombre camino dejando a la mujer ahí, mientras se acomodaba una manga.

—Erickson, Erickson —dijo al darle un golpe en la cara sin que este se moviera— siempre causando problemas innecesarios, bueno aunque esta vez no es tu culpa

Erickson sin mediar palabra trato de dar un golpe de revés, pero fue bloqueado enseguida, su hermano sonrió un poco, no sin antes sentir que el aire se le iba del estómago, el primero era un engaño, le había dado un golpe en el estómago.

—Lo mismo te diría, ¿qué hiciste esta vez para que padre te mande a ti y no a nuestro hermano Laikus? —pregunto Erickson al ver bajar poco a poco a su hermano casi sin aire en él

Su hermano se levantó enseguida y trato de atacarlo con una patada, pero Erickson lo detuvo con la esquina de su talón hacia la espinilla de su hermano, haciendo que el dolor enseguida fuera transmitida a su cuerpo.

»Somos hermanos, conozco tu forma de pelear, ¿Ximei en serio esperabas que tus trucos funcionaran conmigo?

El llamado Ximei se levantó enseguida y lo enfrento enseguida tomando a Erickson del cuello.

—No me gusta que me hablen por ese nombre

—Pero es tu primer nombre, todo mundo lo sabe, hasta el perro del vecino lo sabe

Todo mundo se quedó pálido, menos Carmilla que no entendía mucho del tema, pero sabía que se avecinaba, dio un largo suspiro y se fue hacia atrás de los estudiantes, sabía que nadie le notaria irse.

—Así que ya sabes, si vienes a este territorio, puede que nadie te enfrente tanto como yo y no puedes hacer nada—dijo Erickson de una manera directa y fría

—Este lugar aún no te pertenece, eres apenas el 3ro en línea después de mí, así que, ¿qué esperas que yo haga si no es más que tomar tu lugar y saber quién fue la responsable de tu humillante derrota el día de ayer? —pregunto Ximei recomponiendo la postura y su apenas resto de dignidad—, aunque me gustaría recompensarla, pero ya sabes cómo son las cosas de nobles

—Lo sé, lo sé, no hace nada que no sea estúpido—dijo al dar la vuelta como si nada

Pero antes de dar un paso dio un giro y ataco con una espada oculta que saco enseguida de su manga, sabiendo que Ximei también haría lo mismo con una daga escondida de igual manera

—Lástima que somos hermanos y nos conocemos el uno al otro—dijo Ximei con una cara sádica dejando caer su monóculo de su ojo

—Estoy más que de acuerdo—dijo Erickson con la misma expresión

Su pelea parecía ser el pan de cada día para los soldados ya que los dejaron en paz.

—De todas formas sabemos quién ganara—dijo un soldado descansando los hombros

—Eso es demasiado obvio

Erickson tomo distancia esperando a su hermano, este solo se quedó ahí.

—Espero y no hayas perdido el tiempo en esa estúpida clase

—Lo dice quien prefiere encargar a otros sus propias peleas

Erickson fue otra vez a la carga con una estocada de frente, pero fue bloqueada enseguida con demasiada sencillez por Ximei para hacer a un lado, Erickson apenas esquivo al ladear un poco su cuerpo.

—Veo que te han enseñado bien, ya no te lanzas de cabeza a cualquier golpe

—Tengo un maestro que sabe hacer su trabajo

—Me gustaría conocerlo, pero... veo que no ha podido venir, ¿está oculto acaso en su salón?

—Digamos que tardara en aparecer, pero preferiría correrte ahora mismo para que no vea lo que causé

—...

La pelea continuaba entre ataques y bloqueos, era un equilibrio entre estocadas directas y revés con intenciones asesinas en cada golpe, la cara de algunos soldados decía que ese equilibrio no se había visto en todo el tiempo que ellos observaban las peleas de esos dos.

—Oye oye, esto es raro, el príncipe Erickson nunca había durado tanto contra su hermano...

—Siempre fue demasiado provocador y terminaba herido, pero ahora, cada golpe que da, lo da con una imperfecta precisión, pero igual cuidándose de los ataques del príncipe

—Creo que el igual esta algo aturdido como nosotros por eso

Y era demasiado obvio, ya que empezaba a sudar mientras que su hermano Erickson seguía más activo cada vez.

«No es posible, ¿el idiota que se lanza de cabeza, puede igualarme?, que clases son las que se toman aquí... ¡son demasiado avanzadas para que alguien con el cerebro de un maní pueda igualar mi habilidad! »

El choque con la espada y la daga hacen que ellos se vuelvan a enfrentar cara a cara sosteniendo y midiendo su fuerza.

—Oye, oye, ¿los gustos por el maní son excesivos para ti no es así? —pregunto Erickson

Eso hizo abrir un poco más los ojos por la impresión.

»Todo mundo sabe que si relacionas algo con maní es porque te sientes frustrado... igual por tu trauma con ese elefante en el zoológico que casi arranca tu cabeza por confundirlo con maní

Ximei sonrió un poco.

—Debo admitir que no has perdido el tiempo, ¿puedes decirme que has hecho para mejorar? —pregunto interesado en ello

—Nada, solo estudiar y atacar deliberadamente al profesor en el proceso

Un gran murmullo se escuchó.

— ¿Atacas al profesor con armas reales? —Pregunto poniendo más fuerza—, me sorprende que no escuche algo similar

—La primera vez que escuche eso pensé que era un idiota suicida, pero después de eso supe que no era así, los resultados de esas clases son increíbles, ¿no es así?

Ximei río un poco aceptándolo.

—Odio admitirlo, pero, ¡aun te falta más práctica!

Dio un empujón muy fuerte y con un giro trato de dar un corte en diagonal, Erickson parecía esperarlo de frente, pero Ximei giro de más a propósito y con una fuerte patada logro golpear las manos que sostenían la espada de su hermano para arrojarla a un lado, el arma cayó al suelo por ese repentino golpe.

— ¡Te tengo!

Siguió con la inercia listo para atacarlo, pero al dar el giro más rápido no logro ver su objetivo, salvo un golpe a su quijada que lo hizo volar hacia atrás casi girando solo su cabeza, todo mundo quedo boquiabierto, Ximei cayó de espaldas aturdido no por el golpe, sino por su derrota, se levantó un poco, vio su propia daga apuntarle desde arriba hacia su corazón.

—"Un caballero nunca debe tocar la victoria aun cuando es el inicio de la guerra. Un caballero debe proteger a los que no pueden protegerse y enseñarles cómo hacerlo. Un caballero nunca debe sobreestimar a su oponente, por más pequeño o débil que se vea... y un caballero nunca tiene que rendirse, hasta que el orgullo que defiende se vaya junto con su vida, las armas quedan en segundo plano si se encuentra una victoria sin ellas"»

»no seré el próximo heredero al trono, sino un caballero que lleve estas palabras en cada batalla a la que me enfrente, todos en mi clase y la chica que me derrotó se aprendieron esas palabras un día cualquiera de lección, pero con el mejor profesor que pudimos tener... ¿así que, puedes irte y dejar esto en paz?

Dio su daga a su hermano, este la tomo sin decir media palabra, Erickson se dio la vuelta para irse, pero conocía el temperamento de su hermano, dio una vuelta con anticipación, pero nunca noto que él tendría dos dagas esta vez, intento correr por su espada, pero no la encontró, salvo debajo el soldado que aún estaba siendo pisado por la pareja de su hermano, notando leves manchas de polvo

— ¡Como si fuese a perder contra ti!

Pero Erickson sintió algo, no era el instinto asesino de su hermano, era otro, dió otro paso hacia atrás, Ximei tomo más velocidad, pero antes de dar un golpe certero, sintió que su mano era tomada, dio un giro tan brutal que cayó de cara haciendo una forma curvea en forma de "C" mirando sus pies frente a su cara.

— ¿No te dijo la señorita Carmilla que te quedaras en la clase?

— ¿Debe decirlo quien olvido el cuidarse la espalda?

—Cierto

Miro a los soldados ellos estaban ya casi fuera de sus cabales por no proteger a su príncipe, Erickson estaba como si nada, y comprendió la expresión en sus rostros.

—Por si no lo saben, ella fue la que me derroto

Gabriele solo sonrió algo apenada aunque tenía una cara seria que se esforzaba en contener.

—Ni... ni siquiera sentí su presencia...

—A pesar que somos muchos soldados... ella pudo pasar desapercibida

—Pero parece que los únicos que lo vieron son sus compañeros

Irona corrió rápidamente entre la multitud y fue con Erickson y Gabriele.

—No sé cómo haces eso, estaba mirándote fijamente y de un momento a otro desapareces... ¿puedes enseñármelo?

Eso tomo por sorpresa a Gabriele que la hizo sonrojar un poco.

—Aunque, me digas eso... yo solo lo hago como si fuera natural— dijo Gabriele apenada por la propuesta de ella —, lo siento mucho señorita Irona

Irona puso una mano debajo del mentón en señal de aclaración.

—Ha, ya veo lastima, es una buena habilidad... ¿por qué te sonrojas?

—Lo siento, no me acostumbro a ese tipo de elogios—dijo ella casi llorando—, pero sé que esto no termina y que lo empeore más

Los tres miraron como los soldados parecían preparados para atacar.

—Trataran de arrestar a ustedes dos por esto, pero saben, me gusta probar mis habilidades casi pulidas en más muñecos de prueba—dijo Erickson al tomar su espada y volver a su lugar

Todos menos sus compañeros de clase estaban ahí, sabían que se avecinaba algo peor si se quedaban ahí, pero aun así se arriesgaron, Erickson se preparó con su espada, Irona igual, y Gabriele se quitó los lentes y sacudió el cabello, los soldados sabían que eso significaba que no se iban a rendir ante ellos, un grupo se acercó a ellos en esa dirección, a pesar que sabían que era una pelea que habían provocado, no sería muy fácil salir de eso, y sus corazones latieron demasiado rápido quedándose casi sin saber qué hacer, en el frente del grupo de soldados repentinamente se colocó Carmilla.

—No hay tiempo para esto—dijo Carmilla a un lado de ellos

—Señorita Carmilla déjenos esto a nosotros, usted no debe por qué estar aquí— dijo Irona

Ella silencio a Irona alzando la mano derecha.

—Mientras ese idiota está lejos, tengo que tomar su lugar, así que si me vuelves a decir eso te dejare realmente el trabajo a ti y a ellas

«Pero con un cuerpo así» pensaron algunos soldados y alumnos

—Mocosa impertinente, que puedes hacer tu

El general Blodenhell que había caído inconsciente cuando Gabriele ataco a Ximei despertó notando la escena, sabia igual sobre el comportamiento de ese sujeto así que solo intuyo lo suficiente para saber por qué Carmilla estaba ahí, así que solo se limitó a suspirar desde su corazón.

«!Solo no los mates! » pensó

—Como lo dije— hablo Carmilla mientras avanzaba—, no existe sangre azul, todas me saben igual.

Del tamaño de una niña de 10 años paso a paso tomaba forma de una adulta de 25, las curvas de su cuerpo tomaron más tamaño angosto conforme avanzaba, los pechos el rostro la piel, cabello y cada extremidad incluidas las uñas tomaron forma de algo salvaje y bello al mismo tiempo, la gran falda le quedo como una mini en casi un instante, el pecho casi descubierto y una sonrisa sencilla pero que emanaba un aura asesina increíblemente grande, todo como si fuese una hermosa planta carnívora a punto de atacar a su presa, los soldados querían alabar su belleza como burla, pero sus gargantas quedaron secas al notar los ojos, esos ojos inyectados de sangre junto con un poco en su contorno de piel estando lista y esperando cualquier señal para atacar, pero solo dio un giro y alzo un pie extendiendo las manos a los lados, nadie comprendió por que hizo eso, hasta que tres cuerpos chocaron encima de ella, igual pero en menor cantidad de esencia habían esperado atacarla en puntos ciegos con espadas.

— ¿En serio creían que no he entrenado con esa niña para saber dónde se oculta? —pregunto dejándolos inconscientes—, ahora, ¿en qué íbamos?

Pero antes de mirar noto algo venir hacia ella, una gran lanza de punta de cristal intento atravesarle la cabeza, pero ella lo esquivo por centímetros.

—Vaya, vaya, no pensé que la realeza fuera tan salvaje

— ¡Habla por ti maldita Himikake! ¡Tú aberración es solo una falta contra los celestiales!

Su ropa aún era la misma, pero esta vez parecía ya no importarle que se ensuciara más ni su rostro, lo que era importante era acabar con su enemiga.

— ¿Celestiales? ¿Qué es eso? Ha ya recordé, los sujetos que dejan ver morir a sus soldados y que ustedes rechazaron al no avanzar por si mismos sino por rezos inútiles a ellos

La lanza fue retraída hacia atrás de una manera tan fuerte y rápida que su falda fue rota hasta los muslos y ataco de un lado, Carmilla intento contra atacarla con sus uñas, pero hubo una oscilación y cambio repentino en la punta de la lanza que la atraso de la mitad hacia arriba en un movimiento de látigo, Carmilla dio un giro y la logro repeler con la otra mano, el golpe hizo una pequeña ráfaga de aire lo suficiente para mover el cabello de ambas.

—Ok, esto será interesante... ustedes ahí, muestren lo que tienen si no quieren que esto termine rápido.... Yo jugaré con ella mientras tanto

Pero la duda invadía a todos los demás, hacerlo o no hacerlo, se meterían en serios problemas decidieran lo que decidieran.

—Ir contra los soldados del reino solo provocara que nuestras familias sean afectadas... —dijo uno de ellos apretando un arco con su mano

—Mi familia apenas puede mantenerse con sus trabajos, otro problema más y seria nuestra ruina—hablo otro con kunais en sus manos

Y otras consecuencias se hablaban entre ellos, Marcus avanzo hacia ellos.

—Si van a lamentarse de esto recuerden, nadie se lamentara el día que enjuicien a una compañera que pidió apoyo a sus compañeros, y si seguirán así... ya me imagino el día que se gradúen de este lugar

Ritsu lo siguió detrás dando una mirada desaprobatoria y seria a sus compañeros, hasta que uno avanzo lento.

«De por si haga lo que haga no creo que esto sea peor de lo que espero» pensó al caminar de frente «pero enfrentarse y conocer a una profesora así de hermosa, vale la pena»

— ¡Estoy tan dudosa que mi cerebro explotara! ¡Rayos! ¡Espero y valga la pena! — grito una chica

—Señorita Evanile la seguiremos a donde sea

—Si

—Es cierto

—Gracias (al menos no caeré sola en esto)

Y así fue como empezó la pelea la que llego Jezabel unas 4 horas después, habían heridos, algunos casi de gravedad, más soldados que alumnos, algunos se retiraron por sus heridas siendo cubiertos por otros, Jezabel solo observaba desde a lado de Blodenhell, el director yacía aún lado con una bolsa de papel mientras respiraba para no desmayarse, era la octava.

— ¿No los detendrás? Podrías hacerlo, lo harás, ¿verdad? —pregunto Blodenhell con los nervios casi crispados

—Que aprendan que es la rebeldía y una batalla real... pero nunca pensé que fuese contra su mismo reino

Miro a Carmilla animada aun peleando contra la pareja del príncipe Ximei, este por su parte igual estaba en la pelea en batalla nuevamente contra Gabriele y Erickson, los demás soldados estaban casi en su límite, los arqueros fueron los primeros en caer a base de magia por parte de Irona y algunos compañeros, los escuderos y soldados eran para los más fuertes del grupo y los del tipo asesino como los que atacaron a Carmilla eran para los más hábiles.

—Están bien repartidos apoyándose— dijo Jezabel

—Mira ahí

Blodenhell apunto a un alumno en específico, noto que Marcus era quien daba las órdenes, y era apoyado por Ritsumary a un lado, pero a quien más miraba era a Carmilla, notaba que ella se estaba divirtiendo más que estando seria y concentrada, era una de las pocas veces que miraba esa faceta divertida entre una situación como esta.

—Sorpresa, sorpresa