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Chapter 64 - Acertijos, Desafíos, Moralejas: Un simple Capricho

*Puff* *Haaa* Adam con dolor se tomó la panza, algo lo había golpeado. Apenas se tomó la panza, recordó donde se encontraba. El joven rodó por la arena y se levantó de golpe para ver quien lo había golpeado.

—No te preocupes, no te culpo por no confiar en mis palabras…—Dijo el viejo mago con el bastón en la mano—No está mal dudar un poco de los otros.

Adam miró al mago de forma aturdida, todavía estaba tratando de procesar todo lo ocurrido. Pero lo que más llamó la atención de Adam, es que ahora era de día en la playa y al alzar la mirada notó que un sol naranja los estaba iluminando. Por otra parte, la fogata parecía estar como nueva, es decir, como si estuviera lista para usarse en cualquier momento.

David se percató de que el joven héroe estaba poco a poco saliendo del aturdimiento y agregó con calma:

—Esta vez no tenemos que morir rápidamente, sino que tenemos que tomarnos el tiempo de aprender a como sobrevivir a todos los desafíos futuros y luego moriremos para viajar al pasado nuevamente. Tenemos algo de tiempo hasta que el primer ataque ocurra, ve preparando todo y busca pistas por la playa.

—¿Cómo sabemos cuánto tiempo tenemos esta vez?—preguntó Adam con dudas; el fuego de la fogata ya no servía como pista.

—Descúbrelo por ti mismo—Respondió David volviéndose a sentar en el tronco—De todas formas te avisaré de antemano cuando el ataque esté por ocurrir, así puedes correr a mi lado.

Adam entendió que el mago no quería darle más pistas y dejó que pudiera descubrir lo máximo posible del acertijo por su cuenta. Sin muchas preocupaciones, Adam se fue a buscar pistas, luego de haber resucitado y viajado al futuro: su confianza en el mago antiguo era absoluta.

El joven héroe solo tenía que esperar y el mago antiguo lo resolvería todo, pero lo mejor que podía hacer era tratar de resolver algo por su cuenta, para ir preparándose por si algún día lograba obtener otro libro mágico que pudiera leer.

La primera pista que buscó resolver Adam fue la de las pisadas, por lo tanto, el joven caminó por la arena prestando atención a las huellas formadas. Inmediatamente, Adam notó que no se producían huellas. En consecuencia, las huellas deberían ser la pista de que el joven se dirigía al pasado y seguía la lógica contraria a las 19 pisadas máximas de la otra vez.

Lo siguiente que fue a observar Adam fue la fogata. La última vez la fogata dio muchas pistas interesantes, así que era un buen lugar para observar. Al mirar con cuidado, Adam notó que entre las ramas de laurel y maderas había algo parpadeando por el buscador de pistas de sus anteojos. Estaba bastante escondido, por lo que el joven tuvo que mover varios troncos hasta encontrar el objeto.

El objeto en cuestión era una simple chapa metálica, a primera vista no parecía tener nada de especial, pero Adam la inspeccionó con más cuidado.

Lo primero que sintió el joven es que la chapa de metal estaba fría, por tanto, la fogata nunca se había prendido por el momento. Lo segundo que notó Adam es que la chapa de metal parecía tener algo escrito en el idioma de los pisos de madera.

La chapa de metal decía lo siguiente: "El rey viene por mi cabeza, pero nunca la obtendrá, dado que esta isla tiene un gran secreto enterrado en donde mis peores enemigos descansan. Suerte joven héroe, no saldrás vivo si solo dependes del mago antiguo: este libro resultó ser más complicado de lo que él esperaba"

Las manos de Adam comenzaron a temblar y tiró la chapa al suelo. Con preocupación, el joven miró a David fumando con tranquilidad arriba del tronco y dijo gritando:

—¡Estoy en peligro! ¡A este ritmo moriré por este libro!

—¿Descubriste algo?—preguntó David con una sonrisa, tratando de transmitir calma al muchacho.

—Esta es mi letra y este es un mensaje oculto enviado del futuro por mí mismo—Respondió Adam mientras señalaba con su mano la chapa de metal— Es decir, que la chapa fue enviada del pasado al que viajaremos. El cual se transformará en mi actual futuro y en ese futuro no logramos salir vivos.

David no dijo nada, pero tiró su cigarrillo al suelo y tomó la chapa de metal con velocidad, la leyó y con una voz completamente contraria a la calma que buscaba transmitir hace poco preguntó:

—¿Cómo obtuviste este libro? ¿Qué tiene de distinto de los otros 5 libros que leíste antes?

Asustado por el estado alterado del mago antiguo, Adam respondió rápidamente con sudor en el rostro:

—Los primeros dos libros mágicos eran regalos por unas ascensiones y los otros tres libros mágicos me lo dio la misma estantería que me dio este libro.

—¿Cuáles son las condiciones de la estantería para darte el libro? ¡¿Qué te hizo hacer?!—Preguntó David impaciente

—Son mi recompensa por participar en una guerra de ascensos, 4 libros mágicos y sus efectos.

—¡Eso no dice nada, idiota!—Grito David, con mal humor, parecía realmente preocupado por la muerte de Adam— ¿Cuáles son las reglas para que leas el libro en condiciones normales?

—Responder una pregunta muy complicada—dijo Adam de inmediato, dada la situación no parecía estar ofendido por el insulto—Por ejemplo, los pasos para lograr una resurrección.

—No, eso no es lo suficientemente complicado como para que no pueda salvarte...—Dijo David preocupado— Las estanterías pueden ignorar sus propias reglas, pero no pueden oponerse a la voluntad de un libro, el libro acepto que lo leas y es porque cumpliste alguna condición: ¿Cuáles son esas condiciones?

Adam rápidamente pensó en posibles soluciones y comento de forma apurada tratando de no perder tiempo:

—¿Karma? Mi karma es muy bueno, el viejo sin ojos ama a los héroes.

—No, no es tan bueno: ¡Solo tienes los ojos plateados!—Respondió David mientras caminaba en círculos por la arena—Tal vez la estantería no te dijo todas las condiciones, pero las cumplistes. Qué cosas hiciste, por lo cual la estantería te permitió leer este libro: ¡Piensa en los detalles al recibir tus libros!

*Tos* *Tos* La boca de Adam sé cerró de repente. El joven empezó a toser como si se hubiera atragantado con algo. Acto seguido algo empezó a trepar por la garganta de Adam y su boca cerrada luchó por mantener sus labios pegados, como si algo dentro de la misma buscara escapar y él no quisiera que saliera.

—¡Polvo!—Grito Adam abriendo la boca de en par como si estuvieras saliendo una pelota por su boca en vez de una palabra. Acto seguido el joven comenzó a vomitar sangre sobre la arena.

—¿Polvo? ¿Qué significa el polvo, Adam?—preguntó David mientras, dejaba de dar vueltas en círculos y se paraba con las dos manos apoyándose en su bastón.

Adam miró de forma aturdida a la sangre en la arena y luego pensó en la palabra que dijo inconscientemente por esa extraña habilidad, aún algo aturdido comentó:

—El viejo sin ojos no guardaba este libro en su estantería, lo había olvidado, pero ahora recuerdo que me dijo que era porque solo los héroes que vivían en su cueva podían leer este libro.

—¿Cuántos héroes viven en su cueva?—preguntó David preocupado.

—Únicamente yo, nadie ...—Contestó Adam rápidamente.

—¿Cuáles son las condiciones para vivir con la estantería?—preguntó David de forma inmediata, interrumpiendo a Adam.

—No leer libros mágicos y ser buena persona—Respondió Adam también apurado.

—No leer libros mágicos... ¿En los pisos de oro y plata?... Mierda…—Divago David, sacándose la máscara de águila y tirándola al suelo.

Adam miró la cara del mago antiguo: extrañamente le faltaba la nariz y no tenía orejas, tampoco tenía ojos: en su lugar, dos canicas decorativas se habían puesto en sus cuencas oculares para aparentar unos ojos, pero sus párpados parecían reales, por lo que se cerraban y abrían con naturalidad sobre las canicas. La piel en su rostro parecía ser roja como si su verdadera piel hubiera sido arrancada y los músculos en su cara podían verse a simple vista.

El mago antiguo ignoró la mirada de Adam y se masajeó la frente con un solo dedo por un buen rato. Un agujero comenzó a formarse en la frente de David por la presión de su dedo y algo de sangre de color negro como la tinta salió de su frente arrugada. Mientras ocurría la extraña escena, preguntó con calma:

—¿El nombre del libro? ¿La apariencia? ¿Recuerdas algo más que llamará tu atención?

—El libro tenía la misma apariencia que la estantería—Respondió Adam mirando con asco la sangre negra como la tinta—Por lo demás, el libro se llama árbol viejo y la estantería me dijo que era su primer libro mágico: que lo obtuvo de otro héroe que vivió en su cueva.

David no respondió, recogió la máscara en la arena y volvió a ponérsela. Camino hacia el tronco, se sentó con comodidad y dijo con calma:

—Supongo que la ignorancia puso tu vida en riesgo: el primer libro mágico de todas las estanterías mágicas es especial y su voluntad suele ser complicada de ignorar, dudo que pueda salvarte el culo y resolver el acertijo al mismo tiempo...

—¿Entonces voy a morir?—preguntó Adam en voz baja.

—Técnicamente, ya moriste en el futuro...—Respondió David con aún más calma, parecía que ya no le importaba la seguridad de Adam— Pero no te preocupes tanto, por más complicado que sea el libro mágico, el mismo solo tratará que entiendas su acertijo…

—Entonces...—preguntó Adam con algo de bronca, porque el mago se paró en la mitad de su charla—Si ya sé que voy a morir en el futuro: ¿Cómo salgo vivo?

—Ese es el acertijo del libro...—Respondió David con calma—El libro te mato en el futuro, porque en este momento yo te respondo el acertijo; en vez de que tú resuelvas. Entiende el acertijo, completa el desafío, aprende su moraleja y saldrás vivo.