Lentamente abrí mis párpados. Tres fueron los intentos que tomo para de esa forma mantener los ojos abiertos.

Me había quedado dormida, al ver por el espacio visible en la ventana me di cuenta de ello. Las cortinas tapaban gran parte del ventanal, pero en el espacio libre, observé un atardecer grisáceo. Aún así, confirme en el reloj que llevaba en mi muñeca.

Hace algún par de horas, justo cuando las clases terminaron, comenzó a llover. Era una lluvia intensa, una lluvia que instantáneamente te haría empapar, por esa razón, varios estudiantes seguíamos dentro de las instalaciones.

Era una escuela muy cara y prestigiosa, lo que se traduce en instalaciones hechas del mejor material posible e igualmente estudiantes vestidos con las mejores prendas. Precisamente eran esas vistosas prendas las que evitaban que sintiera el frío en mi cuerpo.

Yo estaba en mi habitual aula de clases. Desde la única entrada, eran escalones que descendían cinco veces hasta el suelo, dónde al fondo se encontraban los materiales que nuestra profesora utilizaba.

Las luces del salón estaban apagadas, probablemente uno de los encargados de limpieza considero que mantenerlas encendidas mientras una estudiante dormía era solo un gasto innecesario, estaba totalmente de acuerdo con ese pensamiento.

Cuando intenté esperar a que la lluvia terminará, eran cerca de las 2:30 p.m., actualmente eran las 6:43 p.m.

Ciertamente, había dormido por una cantidad de tiempo considerable.

La lluvia, principal motivo por el cual decidí quedarme, estaba cerca de su extinción. Ante ese panorama, decidí ir al sanitario. No tenía alguna razón específica para ir, pero creía que era algo que tenía que hacer. Fue una acción como parpadear o respirar, una acción que se hacía sin pensar en ella. Si tuviera que definirlo … Sería que estaba en modo de piloto automático.

Cuando reaccione a mis movimientos inconscientes me detuve por un segundo, pero no me importaba la decisión que mi cuerpo había tomado sin mi consentimiento, por lo que seguí caminando con rumbo al tocador.

Las luces que debían alumbrar el pasillo, al igual que las que se encontraban en mi aula, estaban apagadas. A altas horas de la noche estás luces seguían encendidas, esto a causa de los guardas de seguridad, por ello y aunque entendía el por qué las luces de mi aula estaban apagadas, realmente no comprendía motivo alguno del porque las luces de los pasillos también estaban sin su luz.

¿Un apagón quizá?

Sea como fuere, seguí mi camino.

Los pasillos de esa escuela eran bastante fríos. Su color y su contraste con la oscuridad y la lluvia los hacían parecer fríos. De no ser por el abrigo que era obligatorio en Invierno, seguramente el frío no solo seria una suposición mía.

Los baños se encontraban en el primer piso, por ello tendría que bajar por las escaleras que en el pasado, tantas veces me han mortificado subir, aunque a la hora de bajar no era un trayecto realmente incómodo o cansado, por ello baje las escaleras con calma.

Con paso seguro pero en intervalos de tiempo irregular, baje las escaleras.

Terminé de bajar las escaleras, no obstante, mi caminata siguió por algunos segundos más hasta que me detuve frente a la puerta que llevaba al sanitario.

Cuando estuve por tocarla, está fue jalada desde dentro, de allí salieron tres chicas que charlaban casualmente. Al verme sus expresiones se endurecieron, pararon su charla y se alejaron rápida y silenciosamente del baño- no, de mi.

Esa era una actitud a la que ya me había acostumbrado en el último año. Como tal este sería el último año estudios, posteriormente, me harían casarme con algún desconocido solo para conseguir conexiones.

Mis padres tenían una empresa, pese a ser la mayor, nunca tuve las expectativas de manejar la empresa familiar, la razón era evidente, por qué yo era mujer.

Ese fue un hecho que sin motivo alguno condicionó mi vida entera. Pero en este punto no me quejaré de algo que irremediable. El hecho es que por ser mujer, debería ser como mi madre, una persona que cuidaba de los hijos sin que su opinión contara.

Una vez que confirme que las chicas se habían perdido en los pasillos, entre sin vacilación en el tocador.

Frío, esa era la primera impresión que tuve, además de ser la definición perfecta para la imagen que veía. Incluso comparando esta imagen con la del interior del resto del colegio, el sanitario ganaba por mucho el premio a ambiente más frío.

La segunda cosa que note fue que las luces estaban encendidas, esto negaba entonces que un apagón causará la falta de luz en los pasillos, aunque en primer lugar, no me interesa saber por qué no hay luz en los pasillos.

Ahora bien, estando en el tocador solo pude preguntar ¿Y ahora que? ¿Qué debería hacer? La verdad es que no se me ocurría nada … No tenía motivos para venir aquí en primer lugar.

Entonces camine – nuevamente, sin motivo alguno – frente a los cubículos que en su mayor