"Ahora, comencemos con los premios. Al disfraz más irónico, el ganador es... ¡Frack Bowman, de Hufflepuff! Por venir disfrazado de paciente de hospital, con vendas, muletas y todo. Irónicamente, parece que en medio del caos se lastimó de verdad y ahora sí necesita ir a la enfermería. ¡Toma tu premio!" anuncié, lanzando un pequeño trofeo hacia él.
"¡Auuuh!" gritó Frack al recibir el trofeo directamente en la cabeza, provocando una oleada de risas entre los presentes.
"Ahora, al disfraz más adorable. Estuvo reñido, pero la ganadora es... ¡Luna Lovegood, con su disfraz de ajolote! Y antes de que alguien diga que esto es nepotismo, pueden besarme el trasero... pero solo si son chicas," agregué con una sonrisa socarrona, mientras Luna subía al escenario. "¿Algo que decir, Luna?" le pregunté, ofreciéndole el micrófono.
"Sí," respondió Luna, tomando el micrófono junto con su trofeo. "Red me contó que los ajolotes están en peligro de extinción, y creo que eso es muy triste. Todos somos ajolotes en el lago de la vida, ¿no creen? Por eso propongo que convirtamos a Hogwarts en la reserva de ajolotes más grande del mundo."
La sala quedó en completo silencio tras sus palabras. Solo nuestro grupo, junto con Kettleburn y Hagrid, aplaudió tímidamente. Luna, por supuesto, ni se inmutó.
Tomé el micrófono de sus manos y, sin dudarlo, exclamé:
"¡Aplaudan, mierdas!"
El salón se llenó poco a poco de aplausos, mientras yo prometía a Luna que la ayudaría con su noble misión. Después, la despedí del escenario para continuar con la entrega de premios.
"Pasemos al siguiente. Al disfraz más sexy... No, no soy nepotista, así que no elegiré a mi hermana, aunque claramente es la más hermosa del lugar," comenté, haciendo que Ginny se sonrojara y tratara de esconderse detrás de Luna. "Pero si alguien la mira con malos ojos, les advierto que la próxima historia de terror será sobre lo que les haré. Bueno, volviendo al tema, la ganadora es... Charlotte Harper, de Gryffindor. Nunca pensé que algo tan infantil podría volverse tan... excesivamente obsceno."
Todas las miradas se dirigieron hacia Charlotte. Algunos se sonrojaron, sin importar si eran estudiantes o profesores. Estos últimos incluso parecían debatirse entre cubrir a la chica o fingir que no pasaba nada. Charlotte subió al escenario para recoger su trofeo, pero fue retirada rápidamente porque desde aquí todos la miraban mejor y ya había demasiadas erecciones y coños húmedos en la sala.
"Bien, sigamos antes de que la sexualidad de todos aquí termine totalmente distorsionada. El siguiente premio..." Dije sacando un papel, aunque la verdad era todo improvisado, eran elegidos por mí bajo mi criterio. "Y el premio al disfraz más aterrador es para... ¡Bitch Snape! Digo, Severus Snape. Por venir disfrazado de sí mismo. ¡Qué dedicación! Hasta me hace temblar desde aquí. Miren a Neville, parece que está a punto de desmayarse. Nadie podría haber elegido un disfraz más aterrador. Profesor, suba a recibir su premio..."
Si las miradas pudieran matar, Snape ya habría batido el récord mundial de genocidios. Su expresión era tan sombría que incluso me preocupé un poco al ver cómo sus nudillos se volvían blancos de tanto apretar su túnica.
"Mejor quédese ahí. Da un poco de miedo que se acerque así. Debo admitir que se metió muy bien en el personaje," añadí, esquivando dramáticamente una luz roja que parecía apuntar a mi cabeza. "Bueno, queridos invitados, la fiesta ha terminado. Son libres de irse... No, en serio, váyanse. Tenemos que limpiar el lugar."
Así di por concluida la celebración, y los asistentes comenzaron a marcharse poco a poco. Algunos se dirigieron a cambiarse los disfraces, otros a darse una ducha antes de la cena de Halloween, y unos cuantos, agotados, se retiraron directamente a sus camas.
Mi grupo de chicas se quedó, aprovechando las duchas y las comodidades del lugar. Además, teníamos que organizar un poco el espacio. Aunque, bueno, algunas tenían otros planes en mente.
...
Después de cambiarse tras la fiesta, Harry, Ron y Hermione se apresuraron para llegar al aniversario de muerte de Nick Casi Decapitado. Aunque no habían salido juntos, se encontraron en el camino hacia las mazmorras. Hermione, a pesar de haber escuchado mis advertencias sobre lo desagradable del evento, no pudo resistir su curiosidad. Su orgullo y la necesidad de investigar la impulsaron a asistir, aunque sabía que al día siguiente habría burlas por su obstinación. Incluso intentó convencer a sus amigas para que la acompañaran, pero todas se negaron rotundamente.
"Bienvenidos, bienvenidos... os agradezco que hayáis venido," saludó con solemnidad Nick Casi Decapitado, flotando con su habitual porte fantasmal.
Los tres jóvenes fueron recibidos, pero la incomodidad era palpable. Hermione comenzó a notar cada detalle de lo que le habían advertido, y pronto se arrepintió de haber dejado que su terquedad la trajera hasta aquí. Aun así, decidió quedarse unos minutos para no parecer descortés.
"Esto es horrible. Mira la comida..." murmuró Ron con una mueca de asco al observar la mesa repleta de platos podridos y goteantes. "Menos mal que comimos algo antes en la fiesta."
"Sí, estuvo genial... bueno, al menos la mayor parte del tiempo," agregó Harry, recordando algunos momentos más tensos de la noche anterior.
"Es extraño... falta la música. Red dijo que era espantosa," comentó Hermione, mirando alrededor como si esperara que algo se ajustara a lo que yo había descrito.
"No es que no haya música, es que no podéis escucharla," intervino de repente un fantasma que emergió del suelo. "Es impresionante. En todo el tiempo desde mi muerte, nunca había oído algo tan agradable como esta música."
"¿Música? ¿De verdad hay música?" preguntó Harry, confundido.
"Así es," explicó el fantasma. "Hay un mago que puede reproducir música que los fantasmas podemos disfrutar. Nick lo invitó al evento. Sería fantástico conocerlo y ver si podría tocar en mi propio aniversario de muerte." Sin añadir más, el espectro flotó hacia otro rincón del salón.
"¿Qué creéis que habrá querido decir?" preguntó Ron, mientras miraba a los fantasmas bailando en silencio, tratando de comprender la idea de una música que ellos no podían oír.
"No lo sé," respondió Hermione, pensativa. "Podría ser algo mágico... aunque parece demasiado específico."
Harry, por su parte, no pude evitar pensar en esas voces que solo él parecía oír, pensando en que quizás sea algo similar y si podía investigarlo.
Los tres vagaron por la sala, evitando a los fantasmas, hasta que una escena particular captó la atención de los espíritus, y por asociación, también la de los jóvenes. Todos miraron hacia una de las puertas de la habitación.
Desde allí, una pareja apareció con un porte solemne y elegante, vestidos para la ocasión. Eran Red y la Dama Gris, entrando tomados de la mano como si fueran antiguos nobles llegando a un baile de gala.
"¡¿Red?!" exclamó Hermione, sorprendida y visiblemente molesta. No solo él había convencido a todos de no venir, sino que además aparecía acompañado de otra chica.
La atención de todos los presentes se centró en la peculiar pareja mientras caminaban hacia el centro de la pista. Con movimientos precisos, comenzaron a bailar al ras del suelo, en contraste con las parejas fantasmales que flotaban en el aire. Sus manos se posaban con gracia en el cuerpo del otro mientras giraban en círculos, ni rápido ni lento, pero con una elegancia que parecía sacada de un cuento antiguo.
...
Después de una danza llamativa junto a Helena, salimos de la pista de baile. Sentía un ardor en las manos y en otras partes del cuerpo que habían estado en contacto con ella. Debido a su nueva naturaleza espectral, su toque era necrótico, consumiendo lentamente mi carne. Aunque intentaba controlarlo, no lograba neutralizarlo por completo. Durante el baile hice lo posible por aparentar que todo estaba bien, pero, en el fondo, me sentí aliviado cuando terminó y pude usar mis poderes para curarme discretamente.
"¡Red!"
Giré al escuchar la voz de Hermione. Venía hacia mí con una expresión de enfado, seguida de Harry y Ron.
"¿Así que esta es una fiesta 'no apta para vivos', eh? Y ahora te encuentro aquí después de decirnos que no viniéramos," me reprochó con dureza, su mirada cargada de juicio.
"Yo no dije que no vinieran, solo que no sería agradable para ustedes," respondí con tranquilidad.
"¿Ah, sí? ¿Y eso no sería porque querías venir con otra chica?" replicó Hermione con un tono que me recordó a una esposa enfrentando una infidelidad.
"Bueno, admito que habría sido incómodo traer a alguien más, pero lo habría resuelto con clones. En cualquier caso, déjame presentarte: esta es Helena, conocida generalmente como la Dama Gris, el fantasma de Ravenclaw."
"Hola, Hermione. Me encantó tu disfraz de dentista y lo que hiciste en el escenario durante la fiesta anterior," dijo Helena con una leve sonrisa, más expresiva de lo que solía ser con otros.
"Hola," respondió Hermione, seca, aunque noté un atisbo de incomodidad en su voz.
"Le prometí a Helena que sería su pareja en esta fiesta hace tiempo, y cumplí mi palabra. Entiendo que puedas estar molesta, pero, aunque seas mi novia, tenía que honrar mi promesa. Además, como ves, esta no es exactamente una fiesta para vivos. También estaba obligado a venir de todas formas, así que decidí acompañar a Helena y darle una noche agradable. Es una buena amiga y compañera," expliqué, lanzándole a Helena una mirada de disculpa que Hermione no dejó de notar.
"¿Obligado? ¿Por qué?" preguntó Ron, confundido.
"Soy el DJ. La música de esta noche es cosa mía."
"¿Música?" Ahora era Harry quien fruncía el ceño, recordando las palabras del fantasma anterior.
"Sí. Veréis, a veces escucho música en mi cabeza," dije señalando mi frente, pero los tres me miraron como si hubiera confesado que estaba loco. "Mejor os lo muestro."
Cerré los ojos y me concentré. Al instante, el salón se llenó de música clásica. No era que comenzara en ese momento; la música ya sonaba desde antes, pero ahora todos podían escucharla, no solo yo y los fantasmas. Como había subido el nivel de la habilidad era hacerlo posible.
"¿Cómo...?" preguntaron los tres al unísono, mirando alrededor, sorprendidos por la repentina melodía, que se desvaneció poco después.
"Es una habilidad especial. Puedo escuchar música en mi mente que normalmente solo yo y los fantasmas percibimos. Si quiero, puedo hacerla audible para todos, pero consume energía mágica, así que prefiero dejarla como está mientras solo haya fantasmas," expliqué, pensando en cómo mejorar esa habilidad en el futuro. Tal vez con suficiente práctica podría convertirla en una orquesta ambulante sin límites.
El silencio se apoderó del ambiente tras mi explicación, pero fue Helena quien lo rompió.
"Señorita Granger, le pido disculpas por tomar prestado a su novio sin avisar. Pocos tienen la amabilidad de bailar con un fantasma en una ocasión como esta, y me aproveché de ello. Lo lamento profundamente." Con una elegancia propia de una dama noble, Helena se inclinó en señal de disculpa.
"No, está bien... no es que no pueda venir," respondió Hermione con cierta vergüenza ante la inesperada disculpa. Los ojos de Helena, puros y sinceros, estaban fijos en ella. No había rastro de malicia en su mirada, pero aun así, Hermione sintió que la atravesaban.
De repente, Hermione se sintió incómoda, como si todos la estuvieran observando. Helena exhibía la actitud de una dama educada y amable, mientras que ella misma, con su arrebato, se veía como una novia controladora y tóxica, como las de esas novelas baratas. Red no podía engañarla con un fantasma, y había oído lo introvertida que era la Dama Gris. Que se presentara en un evento como este debía de ser algo realmente extraordinario. No podía venir aquí y causar un escándalo sin motivo.
"No, está todo bien. Solo sigan disfrutando de la fiesta. Me enfadé porque Red no me dijo nada, pero no pasa nada. Espero que la paséis bien... yo debería irme antes de congelarme," concluyó Hermione, tratando de sonar amable mientras el calor de la vergüenza se apoderaba de ella.
---///---
1er Capítulo Adicional
patreon.com/Lunariuz