En la casa Delacour, Gabrielle y Fleur eran fuertemente abrazadas por su madre, quizás demasiado fuerte para la salud de las niñas.
Gabrielle estaba feliz de estar de vuelta en casa, segura, pero eso no hizo que olvidara lo que tenía que hacer. Mentalmente, la pantalla azul frente a ella cambió al enviar el aviso de que ahora estaba a salvo, tal como le pidió su amigo hombre-lobo.
...
Después de dejar a la niña en la tienda y luchar contra todo lo que se me cruzaba en el camino para atraer la atención hacia mí, lo que hice principalmente fue huir, con alguna que otra confrontación cuando no podía evitarlo.
Seguí así hasta que finalmente recibí el tan esperado mensaje. Me relajé un poco al saber que la niña estaba a salvo, y forzando mi voluntad para calmar mi sed de sangre, me desvié hacia los callejones una vez más. Con una invisibilidad deficiente, me aparté de la vista de todos para luego deshacer el clon, sin dejar rastro para nadie, ya fuera auror o criminal.
...
En la madriguera, sentado en mi cama, estuve meditando sobre el desastre en Francia. No me esperaba que algo así sucediera; quería pasar desapercibido, pero al final... Bueno, al menos gané una buena habilidad con bastante potencial.
También... la niña. Ahora que sé quién es, me siento más satisfecho de todo ese esfuerzo por salvarla. No sé si en la historia original pasó, pero si su secuestro fue a causa del efecto mariposa y no la hubiera ayudado, quizás me habría arrepentido de las consecuencias de los sucesos.
En fin, tengo cosas más importantes de las que ocuparme, como que el director Dumbledore acaba de llegar a mi casa y está abajo, hablando con mis padres.
Sabía que esto podría pasar, pero aun así sigo nervioso. No me arrepiento de nada de lo que hice, pero me preocupa la opinión de mis padres y lo que puede pasar si supieran todo lo que he hecho. Sé muy bien que incluso si tuviera que escapar y vivir como un fugitivo, podría hacerlo sin problemas y en poco tiempo construir una buena vida, pero aun así...
Para mi suerte, cuando fui llamado no vi expresiones de desagrado, susto, ni ninguna otra mala señal de lo que podría estar ocurriendo. Saludé al profesor Dumbledore con suficiente respeto como para no alarmar a mis padres, en lugar de mi casualidad habitual con él, y me senté en una de las sillas, observando cómo gran parte de mi familia estaba presente.
"Como les decía, Red fue un alumno bastante destacado en su primer año en Hogwarts", dijo el viejo, intercambiando miradas entre mis padres y yo. Sin embargo, la sensación que transmitían sus ojos era completamente diferente cuando me miraba a mí que cuando miraba a ellos.
"Lo sabemos, y estamos muy orgullosos de eso", respondió mi padre con cierto orgullo.
"¿No ha causado ningún problema? ¿verdad?", replicó en contraste mi madre. También estaba encantada con las cosas buenas que había escuchado sobre mí, como cuando Dumbledore intentó hacer esa 'celebración en mi honor'. Pero aún así añadió: "Sabemos que él puede ser algo especial... bueno, al menos lo era antes."
"¡Oh, sí! 'Especial' es una forma de decirlo, y ciertamente lo es... ha pasado mucho tiempo desde la última vez que vi a un alumno tan... destacable." Dumbledore me miró brevemente, pero volvió su mirada rápidamente hacia mis padres.
"Él siempre fue diferente. No sabíamos cómo resultaría cuando fuera a Hogwarts, pero estamos aliviados de que todo haya ido tan bien", agregó mi madre.
"Y esperamos que siga así", añadió mi padre.
Escuchar a tus padres hablar sobre ti con tus profesores es algo incómodo y molesto. Mis hermanos tampoco parecían muy interesados; aunque también se mencionaron algunos de sus logros, no fue nada lo suficientemente interesante como para captar su atención. Así que comenzaron a hacer sus propias cosas; quizás solo Percy seguía atento a la conversación.
Me contuve de hablar para no arruinarlo. Por lo menos Dumbledore, aunque decía cosas que preferiría que se guardara, no dijo nada lo suficientemente malo. La charla duró unos 20 minutos más, hasta que finalmente se llegó al tema principal.
"Bueno... volviendo al motivo de mi visita. Esto es para ustedes", dijo el anciano, sacando un pergamino y entregándoselo a mis padres.
Mi padre tomó el pergamino y lo extendió frente a él, lo suficientemente lejos como para que mi madre también pudiera leerlo. Pasaron unos momentos antes de que terminaran y miraran tanto a Dumbledore como a mí.
"Felicidades a Red. Por sus destacados logros académicos, ha sido seleccionado para participar en este programa de intercambio con Castelobruxo", felicitó Dumbledore.
"Esto…" Mi padre continuaba sosteniendo el permiso de autorización que debían firmar.
Tanto él como mi madre estaban asombrados. Hubo un silencio en la habitación, que fue interrumpido por Fred y George, quienes tomaron el permiso de las manos de mi padre.
"Fred, mira, sucedió. ¡Ese anuncio era verdad!"(George)
"Red se va a Brasil. ¡Qué suertudo!"(Fred)
"Tendremos que prepararle muchas de nuestras obras maestras."(George)
"Sí, el apellido Weasley deberá ser conocido en todo el mundo."(Fred)
"¡Fred, George!", los reprendió mi madre.
"Espere un momento, profesor Dumbledore," dijo mi padre, ignorando lo que sucedía con mis hermanos. "¿Esto es real? Percy nos lo mencionó, pero no pensamos que sucedería… Red apenas terminó su primer año."
Mi padre comentó que habían escuchado sobre ese anuncio al final del año, pero al no recibir ningún aviso o algo por el estilo, lo terminaron olvidando. No creyeron que yo fuera invitado a algo como eso; apenas tenía 12 años.
"Sí, es verdad. Resulta que debido a ciertas circunstancias", dijo Dumbledore, mirándome por un instante, "este programa de intercambio surgió y es un poco diferente a los anteriores. Es raro que alumnos tan jóvenes participen, pero es una oportunidad única que difícilmente se repetiría. Sé que puede ser difícil de aceptar, pero creo que Red, con la capacidad que ha demostrado, podría hacer florecer sus habilidades en un lugar como ese"
"Profesor Dumbledore… esto…" Mi madre dudó. "No creemos que..."
"Mamá", la interrumpí, poniendo la cara más suplicante que pude.
"Red, mamá tiene razón. No deberías pensar en hacer algo así, aún eres demasiado joven", me interrumpió Percy.
"Cállate, Percy, solo estás celoso," le gritó Fred.
"Sí, Red puede ir a Brasil, y estamos felices por él. Aunque también quisiéramos ser nosotros." (George)
"¿Quién sabe qué grandes cosas podríamos hacer allá? Oí que tienen una estatua gigante de un tipo."(Fred)
"¿Crees que podríamos tener nuestras propias estatuas?"(George)
"O podríamos pintar la estatua que ya tienen con nuestros rostros."(Fred)
"¡Fred, George!", les gritó nuestra madre nuevamente cuando los gemelos empezaron a vivir sus fantasías y poner esa expresión de en sus rostros de 'vamos a hacer la travesura mas grande del mundo'
"Cierto, Red, tienes que asegurarte de dejar la marca del apellido Weasley."(Fred)
"Sí, tenemos que empezar a aconsejarte ahora. ¡Tenemos que prepararte!"(George)
"Vamos por nuestras cosas, tenemos mucho que planear."(Fred)
Mis hermanos salieron corriendo a su habitación, ignorando todo lo demás, incluso la llamada de nuestros padres.
"¡Chicos!", quiso detenerlos mi padre, pero fue imposible.
"Parece que tus hermanos están más emocionados que tú", me dijo Dumbledore, refiriéndose a Fred y George. En la expresión de Percy se notaba que lo que dijeron los gemelos era cierto; tenía algo de envidia.
"Uff..." suspiró mi padre. "Director, estamos muy agradecidos de que le haya dado esta oportunidad a Red, pero..."
"Es muy joven y..."(Molly)
"Mamá, papá. Sé que no he demostrado ser el más estable mentalmente, teniendo en cuenta mi actitud durante toda mi infancia... pero estoy seguro de que soy lo suficientemente maduro para algo como esto. Esta es una oportunidad que no puedo perder." Traté de hacer lo mejor posible para convencerlos; no podía desperdiciar el esfuerzo que había puesto en esto.
"Entiendo que puede parecer joven", intervino Dumbledore, "pero mis compañeros de Castelobruxo son muy confiables. Al igual que nosotros enviamos alumnos, ellos también enviarán a los suyos. Cuidaremos de nuestros nuevos invitados tan bien como ellos cuidarán de nuestros niños." Me sorprendió lo dispuesto que estaba a ayudarme en esto; parecía muy sospechoso. Aun con eso, mis padres no parecían dispuestos.
"Incluso sin considerar la edad de Red, esta situación ya nos ha sucedido antes... con Bill. Puede ser un poco humillante, pero no tenemos los fondos para permitir un viaje como este", dijo mi padre con cierta vergüenza por no poder darle a sus hijos las oportunidades que merecían.
"Yo tengo dinero", respondí rápidamente.
"Red, no es tan simple... se necesita mucho dinero para algo así, y no lo tenemos", trató de explicarme mi madre, mientras parecía intentar consolarme por no poder darme lo que quería. Me dolió un poco ver su expresión.
"No, mamá, digo que tengo bastante dinero", insistí mientras sacaba algunos galeones de mi [Monedero], fingiendo que los sacaba de mi ropa. No era mucho, pero suficiente para llamar la atención; en mis manos había más dinero del que había en la bóveda familiar.
"¡¿Red?! / ¡¿De dónde sacaste eso?!", exclamaron mis padres al unísono, saltando de sus asientos, incrédulos.
"Impresionante, joven Weasley", comentó Dumbledore, con una mirada muy penetrante. Estaba casi seguro de que, si no fuera por mi habilidad innata, intentaría invadir mi mente con legeremancia. El viejo aún sospechaba de mí por el asunto de la piedra filosofal. "Yo también tengo curiosidad."
Suspiré, sabiendo que esto sería difícil; había muchas cosas que no podía revelar, y tendría que improvisar.
"Bueno... déjenme explicarles..." Hice un esfuerzo por sonar convincente sin levantar sospechas. "Siempre me ha preocupado el dinero por nuestra situación financiera..." Dije mirando a mis padres con cierta vergüenza. "Así que busqué formas de ganar algo, como cuando intenté hacer pociones aquí en casa..."
Comencé a relatar cómo, en mi tiempo libre, continué mis intentos de ganar dinero produciendo pociones o cualquier cosa que pudiera vender. Hice amigos en diferentes casas, y a través de ellos también conseguí algunos tratos que me ayudaron a ganar un poco de dinero, especialmente con una tal Nymphadora Tonks, quien ya no está en Hogwarts.
Así, revelé que me escabullía al Bosque Prohibido, lo cual hizo que mis padres casi saltaran de sus asientos para gritarme, si no fuera porque el director estaba presente. Les expliqué que fue solo unas pocas veces y que ya no lo hacía, pero que, durante esas aventuras, me hice amigo de un ser del bosque... un unicornio. Se quedaron muy sorprendidos, y les conté que algunas de mis amigas podían corroborarlo porque se los había mostrado. En fin, gracias a esa amiga unicornio, obtuve bastante de su pelo, que, con la ayuda de Tonks, logré vender.
Mi historia fue lo suficientemente creíble porque, en realidad, la mayor parte era verdad. Incluso fingí ir a mi habitación para buscar entre mis cosas y traje un poco de pelo de unicornio para mostrárselo a mis padres. Dumbledore lo evaluó como un material de buena calidad.
Mi mentira funcionó, y el origen de mi dinero quedó en parte justificado. Añadí también que encontré una sala secreta en Hogwarts llena de objetos viejos y basura, que usé para decorar los clubes que fundé y que también vendí parte de esos objetos de la misma manera. Esto último no fue muy bien recibido, pero lo aceptaron. Después de todo, era basura, así que no era robar.
Luego de mi explicación y de darles una cifra estimada de mi dinero, el debate sobre mi oportunidad en Brasil continuó. Dumbledore incluso mencionó que había una pequeña beca disponible, probablemente de su propio bolsillo, lo que seguía molestándome; su "buena fe" me resultaba sospechosa. ¿Por qué quería tanto que me fuera?
Hubo una discusión larga sobre el tema. Mis padres no tendrían problemas para enviar a alguien como Percy, pero yo era muy joven y no estaban seguros.
Al final, mis padres decidieron que era algo que necesitaban discutir con más tiempo, y Dumbledore lo aceptó. Dijo que aún había tiempo para confirmar, y luego se fue.
Durante la cena de ese día, hubo una larga conversación al respecto con opiniones diversas. Mi madre no quería que me fuera tan lejos y se mostró en contra. Mi padre, aunque pensaba como ella, no quería que perdiera esta oportunidad. Percy apoyaba a mi madre, pero su opinión no era muy fuerte. Fred y George me apoyaban con entusiasmo para que fuera. Ron, claramente envidioso, no dijo nada. Y Ginny... ella estaba en una situación complicada. Aún no quería hablar mucho conmigo, pero parecía que la idea de que me fuera tan lejos la asustaba. Parecía estar en conflicto entre querer demostrar que no le importaba y dejar claro que no quería que me fuera.