Un hombre caminaba por la nieve, cubierto de la tormenta por pesadas ropas de piel. Su cara, oculta tras una tupida y gruesa barba, blanca como la nieve que decoraba el entorno. Sus ojos buscaban forzosamente entre los árboles el camino de marcas en los troncos que él mismo había hecho meses antes, en prevención de una situación similar a la actual. El hombre cargaba a su espalda un armazón de madera con troncos cortados irregularmente que se aseguraban con cuerdas al armazón, el hombre tiraba de un trineo que aguantaba el peso de troncos más grandes apilados sobre él

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Este capítulo será continuando cuando tenga tiempo, ya está escrito, solo queda pasarlo a la aplicación