En ese momento en el que ella tomó el documento entre sus manos, él se la quedó viendo impaciente y no había tomado asiento aún. Se cruza de brazos y empieza a mover su pie provocando un sonido como el reloj "toc, toc, toc, toc" ella permanece de pie, ojeando el acuerdo en sus manos, se sorprende con algunos puntos y no evita morderse el labio inferior.
Está exitada.
Lo que ha leído le ha gustado.
Los gestos de ella al leer el documento lo tienen fascinado.. pero sigue ahí, permanece ahí, de mi, expectante ¿Qué quiere? ¿Por qué hace ese movimiento? Carraspea y llama su atención.
- Oh, lo siento. En casa, lo leeré en casa. – dice para cerrar el documento y regalarle una sonrisa, sin que él se inmutara en lo más mínimo.
- ¿No sé está olvidando de algo Srta. Evans? – ella abrió sus ojos más de la cuenta ¿Qué podría estar olvidando se? – Su braga. – rompe el incómodo silencio. Ella no comprende nada, pensó que todo quedó ahí. – Su braga Srta. Evans no me gusta repetir las cosas. –
Su forma autoritaria de dar órdenes prendían fuego a cualquiera, especialmente a ella. Su intimidad aún no se recomponía de lo excitante que había sido su encuentro hace minutos que ya volvía a sentir que todo su cuerpo volvía a hervir.
Cuidadosamente dejó el documento en la mesa y cuando iba a agacharse para hacerlo bruscamente él dijo algo que le provocó una puntada entre sus piernas.
- ¡Alto! – dijo tomándola por sorpresa. -. Hazlo lento y mírame. –
Sus ojos penetrantes la poseían con lo cura y ella se sentía sensual ante su mirada ardiente. Se incorporó y sin quitarle los ojos de encima comenzó a mover sus caderas suavemente para subir su falda lo suficiente para que poder encontrar las tiras de su tanga. Jugueteo un rato con ellas, ante el deseo personificado enfrente suyo.
- No juegue conmigo Srta. Evans y entregarme su braga. –
Esas palabras la atravesaron ferozmente y no pudo dejar de sentirse deseada. Lentamente comenzó a bajarla fijando su mirada en él, en sus movimientos por qué en ese instante en el que sus manos llegaron a sus tobillos, él le ordenó.
- ¡Quédate así! –
Sonrió de lado, y permaneció en esa posición, tocando sus tobillos y con sus glúteos bien empinados. Él caminó lentamente hasta posicionarse detrás de ella. Tenía una visión perfecta.
- Acaricia tus piernas. – ordenó y ella sonrió victoriosa, prosiguiendo hacer lo que le ordenaba.
¿Dónde había estado esa Abril sensual? ¿esa que se sentía deseada, que jugaba con su cuerpo? El había despertado en ella una mujer que no sabía que existía y lo estaba disfrutando.
Él tenía la visión perfecta de sus partes íntimas y justo en el momento en el que ella se volteo para verlo, lo descubrió lamiendo uno de sus dedos. No evitó morderse el labio. Sabía lo que iba hacer. Acomodó su postura y puso sus manos en la silla, esperando ese contacto.
¡Zaz! Una nalgueada y todos su cuerpo se tenso.
- Que buen trasero. – dijo mientras ambas manos suyas apretaban y separaban sus glúteos.
¡Zaz! Una más y ya sus partes íntimas se contraigan del placer que estaba generándole.
Ambos no eran conscientes de que podrían verlos. Que algún colega podría ingresar sin anunciarse y encontrándoles en una postura sexual ¿Cómo explicarían eso?
Volvió a chupar su dedo y el sonido fue muy excitante para ella y pensando que iba a meterlo en su vagina, la sorprendió y sobresaltó el que lo haya echo sobre su ano.
Ella nunca había sido follada analmente, por lo que no sabia que podía ser tan excitante. Movió su dedo hacia dentro y hacia fuera una y otra vez, en tanto ella gemía por lo bajo disfrutando esa rica sensación. De repente algo volvió a sobresaltarla.
¡ambas zonas íntimas siendo penetradas por él! Eso era la gloria. De pronto dice algo que la deja dudosa.
- Muy estrecho. Va haber que hacer algo. Firme ese documento que ya quiero estrenarla. –
Y pudo ver perfectamente como sus partes se contraían.
Dio una nalgada terriblemente sonora nuevamente, dejando sus cinco dedos marcados y le repitió que le entregará el tanga. Cuando ella se lo dio, sintió un aire recorrer le completa y lo que escuchó después la dejo aún más prendida
- Desde mañana, la quiero sin bragas y con faldas más cortas. –
Ella solo asintió. Aún sin firmar el acuerdo todavía, él era capaz de provocar en ella ese rol que tanto deseaba, que él le pedía, el de ser esclava. De pronto dice algo que la descoloca por completo.
- Bien, a trabajar que se nos hizo tarde. –
Ella lo miró sorprendida ¿Cómo era capaz de incorporarse, como si no hubiera sucedido nada entre los dos, como si jamás hubieran tenido tanta intimidad y como si obviara el echo de que acaba de dejarla sin bragas y que sería obligada a trabajar sin ellas.
Su escritorio se situaba enfrente de el de él y no tenía la parte frontal que tapara sus piernas. Él quería tener la visión perfecta para ordenarle abrirse ante él en el momento que quiera y a ella la seducía.
Durante toda la jornada, no volvió a insinuarle nada respecto al sexo y había notado que el trabajo era demasiado exigente. Él era demasiado exigente.
Cuando al fin el reloj marcó el horario de salida, él guardo todo en su maletín y se levantó para retirarse de su oficina, no sin antes detenerse en la puerta.
- Srta. Evans. Lea el acuerdo y duerme su respuesta mañana. – ordenó como si se tratase de algún caso que debiera leer. ¡Pero no!
- De acuerdo Dr. Rivas. – contesto con la misma frialdad que le ordenó él.
Cuando Santino salió de la oficina ella pudo respirar hondo y apoyar sus manos en diferentes partes del cuerpo para notar la temperatura. Aún seguía excitada.
- ¡Que hombre por Dios! – exclamó mordiendo su labio y visualizando el documento en la mesa de él. ¿Lo había olvidado? Sin más se levantó y lo tomó con ambas manos. Lo leería allí mismo, no quería que su hermana lo encontraste. Dios sabrá cuantas cosas descubriría del sexo así de repente.
Ni bien lo abrió, leyó el título "Acuerdo de concomitancia recóndita" ¿Qué demonios era eso? Busco en su computador esas palabras, descubriendo que se trataba de un acuerdo de relaciones íntimas entre dos personas.
Suspiró.
Con ese hombre se puede esperar cualquier cosa.
Continuó leyendo.
" Las partes que integran este acuerdo, el Sr. Rivas Santino Ezequiel y la Srta. Evans Abril Abigail se comprometen a llevar a cabo cada cláusula que se detalla en este acuerdo, sin lugar a modificación, dentro de los parámetros de la intimidad y la discreción. Ambas partes aceptan los roles asignados amo dominante/esclavo sumiso…"
Continuó leyendo detenidamente esa primera parte, dejándole en claro que ambas partes, o sea ella y él tendrán y adoptarán roles específicos y que el esclavo no tendrá derecho pro sobre su cuerpo y su vida sexual. Que se verá atravesado pro todas las exigencias de su amo en el plano personal. Deja en claro también que no puede dar a conocer los detalles del acuerdo, ni los lugares a los que asistirán en la afán de darles riendas suelta a la fantasía. Que tiene terminantemente prohibido mencionar algo sobre su vida privada y sexual ya sea antes, durante o luego del acuerdo. Que el amo tiene exclusividad pro sobre su esclava. Es decir, le prohíbe tener relaciones amorosas con un tercero, dado que al tener su vida a disposición del amo, éste puede solicitar sus servicios en cualquier momento del día o de la noche. Cada vez que sienta deseos de hacerlo, ella tiene que estar disponible. Exige como cláusula importante el no tener hijos ni personas a su cargo y esto le genera dudas, por lo que lo marca con lápiz. Él había dicho que nada se modificaría, pero ese punto le hacía ruido.
Continuó con la lectura.
Y por último, expresaba como cláusula importante el que tenía prohibido anteponerse sentimientos. Es decir, no podía enamorarse, ninguna d ellas partes Porque estaría completamente anulado el acuerdo, lo mismo si no se cumplen algunas de esas cláusulas. Pero le llamó la atención lo de la prohibición de enamorarse.
" ambas partes acuerdan que el vínculo que los unirá será pura y exclusivamente sexual, dejando de lado el plano sentimental, quedando terminantemente prohibido las situaciones que demuestren algún tipo de sentimiento que se relación con el amor…." Y la explicación continuaba, pero más o menos captaba lo que se expresaba, lo que ordenaba "No enamorarse" lo que para ella era pan comido, porque aunque estuviera engalanado a Mauro, como lo quería a él, no quería a nadie.
O eso creía
Continuó leyendo las siguientes páginas y esas si que la sorprendió. En las siguientes explicaba un poco sobre aquella práctica sexual que le explicó y otras más. Bondage, Hardcore, Sumisión dominación, electro estimulación, asfixia auto erótica, etc. Estás últimas las marcó, porque si bien tenía cierta idea, en la interpretación de esos termino, de lo que pudiera tratarse, la realidad es que no estaba empapada de estás prácticas en el plano sexual.
Más luego mostraba algunas imágenes sobre mujeres (pixelados sus rostros) siendo atadas en la práctica del bondage, outfits de todo tipo, temática y material. Algunos juguetes sexuales (dildos, máquinas vibradoras, consoladores, mariposas, bolas, anillos, joyas, etc.) Y otros que no conocía. Por último algunas páginas web que explicaban más a fondo, con imágenes sobre qué trataba la práctica, que no pensó dos veces en buscar en la pantalla de incógnito en su computador y llevarse una gran y excitante sorpresa.
Lo que veía se miraba peligroso, pero muy excitante.
Apagó rápidamente en el momento en el que si tío que el personal de limpieza estaba trabajando en los pasillos, y volcó nuevamente su atención al documento.
Una de las cosas que llamó su atención fue "las fiestas sexuales" explicaba un poco de que se trataba, pero lo que más la sedujo fue lo que él exigía al respecto.
" El amo tendrá la libertad y el poder de disponer del cuerpo de la esclava como desea. Pidiendo ofrecerla para participar en una orgía donde fuese la única sumisa a disposición de hombres o mujeres ya sean amos o esclavos o ambos…"
Imaginarse en una orgía, donde ella es ofrecida la motivaba y encendía inimaginablemente. Ella había leído tantos libros y había experimentado en su inconsciente la fantasía de ser parte en un gang bang que de cierta forma la entusiasmaba esa propuesta. También expresaba su intención de mirar en tanto ordenar lo que terceros debería hacer con su cuerpo.
Todo lo detallado era una propuesta caliente e interesante y claramente quería ser parte.
También agregó una serie de ítems/estudios que debería hacerse: como análisis de sangre, electro cardiograma, tomografías computadas, etc, etc. Y todas a cargo de él mismo. Como una dieta específica, dónde explicaba los por qué. Debe tener un estado completo de salud adecuado, dado que esas prácticas sexuales suelen ser muy extremas y peligrosas y un buen estado físico ayudaría a qué, en cierto modo, quien este puesto a disposición, es decir, el sumiso o el esclavo, tenga menor riesgo de vida. Aunque deja en claro que son prácticas sexuales peligrosas y que ambas partes deben de ser conscientes de los riesgos.
Por último, deja una nota.
"En tanto la parte esclava, acepte el acuerdo y lo firme, debe saber que ninguna de estas clausulas enumeradas a continuación, como resumen del documento, deben ser infringida de lo contrario no solo se anulará el mismo, sino que la retribución monetaria pro U$s 250.000 queda sin efecto inmediatamente."
- Exclusividad, Discreción y Cero sentimentalismo. – repitió la últimas líneas y ya supo qué debía hacer.