En una casa de 2 plantas estaba un adolescente debajo de sus sabanas mirando su teléfono celular mientras tiene una sonrisa mostrando cuatro dientes afilados como un lobo, luego sus ojos negros brillaron un poco en un rojizo leve.
Ni siquiera dos minutos después una persona abrió tan sigilosamente la ventana del segundo piso que nadie lo escucho a pesar de tener que romper un poco la misma con un cuchillo o eso parecía, caminando por el pasillo sin ningún ruido tras sus pasos.
Ya estaba cerca podía sentirlo mi respiración se aceleró bastante y mi teléfono mostrando que ya estaba fuera de mi puerta a solo dos metros, ¿Cuánto tiempo había pasado desde que me reencarne en este mundo? No lo sabía, pero este momento lo he estado esperando durante algún tiempo.
Mire de reojo detrás de la puerta y nada era inusual, eso cambiaria en unos segundos, cerrando la puerta escuche el ruido sordo del clac cuando la puerta se aseguró y luego con mi cuchillo destruí ese botoncito mágico, después de eso me pase el cuchillo por la lengua y luego por mis dos grandes cicatrices.
Hace ya un minuto que me moví de la cama y estaba aferrado a una esquina del techo con las uñas de mis manos clavadas en el concreto, el cielo tormentoso dejo caer la lluvia y pude ver a la persona que estaba frente a mi cama pasándose su cuchillo por la lengua, ojos y cabello negro, abrigo blanco, pantalones negros, tenis blanco y negro, una sonrisa de oreja a oreja con sangre en ella.
Acercándome un poco más a la cama apuñale más de 17 veces a la persona en el cuello en menos de 20 segundos, cuando termine me di cuenta de algo sorpresivo, no hay sangre, el trueno cayó cerca y en la esquina del techo pude ver una figura peculiar, un niño de mi edad de cabello blanco con ojos negros y unas orejas de lobo, sus ojos rasgado, un abrigo negro con cuello tapando su boca, pantalones rojos con bolsillos negros en los muslos, estando descalzo, pero lo más sorprendente es que sus uñas estaban enterradas en el concreto.
"Hola señor Jeff the Killer, es un placer verte- desenterrando una mano y cayendo dejándose guindado de una mano y luego volviendo a sacar la mano, saliendo de la oscuridad y dejándose ver por completo- espere mucho tiempo aquí, pero si me hubiera quedado allí -señalando la cama- estaría muerto".
"¡¡¡hehehe, parece que me estabas esperando pero ¿Para qué?!!!