El capitán se quedó mirando al horizonte, tratando de vislumbrar a la esfera azulada marchando hacia el infinito, el agua se levantaba alrededor del grumete a medida que se alejaba formando todo un espectáculo a la vista.
"El muchacho, nos abandonó..." Dijo Ron con voz apagada, parado al lado del capitán, también observando la bella escena; Su mirada llena de desilusión y las lágrimas en su rostro remarcaban el dolor que sentía.
"Era el último deseo de Dima, tenía que respetarlo, para honrar los años que nos estuvo ayudando" Dijo Wiliam con cara triste, dando unas palmadas en la espalda de Ron y tirando una carta al océano.
"El deseo fue correcto, la decisión del idiota Ricardo es una cobardía asquerosa, viajamos muchos meses juntos para qué los tiré de esta forma…" Dijo Ron con más odio que pena.
"Solo quedamos 4 miseros diablos, parece que vamos a morir todos en esta, no?" Comentó Wiliam algo deprimido; Aunque su corazón pedía a gritos el inicio de la verdadera aventura.
"No... vamos a lograr salir con vida, son dos semanas, si el viento es bueno y con la comida a bordo, podríamos estar unos meses más y llegar a... "Trato de decir Ron sin perder la esperanza, esa fue la lección de vida que le había dado Paulo tras su muerte: nunca se puede perder la esperanza.
"... y si el viento es excelente llegamos en una semana, pero esas cosas no pasan, Ron" Interrumpió Wiliam
Taras y el marinero misterioso, trabajaban en la cubierta los dos sabían que Dima había muerto, pero no sabían que Ricardo los había abandonado. En este momento estaban los dos sentados, cada uno por su cuenta, probablemente pensando que hacer para sobrevivir este largo viaje.
Si nos ponemos a reflexionar, el marinero misterioso había logrado sobrevivir a todas las tragedias del barco, sin ninguna aventura importante, a diferencia de los otros supervivientes.
Taras fue parasitado, Calix torturado a muerte, Ricardo dio esperanzas a todos y huyó, Ron sufría el poder de su cuerpo viendo morir a sus amigos, el capitán fingía ser una bestia para no perder el control de sus hombres y Dima fue torturado a muerte por un dios; ¿Y el marinero misterioso? ¿Cómo se las ingenio para sobrevivir y porque nunca llamaba la atención del capitán o de los otros supervivientes?
Por su parte, Taras miraba las velas plegadas en el barco, rezándole a la diosa para que no cambiará de dirección el viento en todo el viaje. Del lado opuesto estaba el marinero misterioso, sentado con sus ojos cerrados, medio durmiendo sobre la cubierta, buscando ahorrar energías como Taras.
"Hay que decirles la verdad, ¿no?" Pregunto Wiliam mirando con lástima a los dos pobres diablos abandonados.
"No... que sean felices en la ignorancia, el gran hermano murió en una gran batalla con una batata marina que vino a vengarse de sus hermanas caídas ... Pero la puta madre con ese malparido, como nos va a abandonar así!!" Grito Ron con todo su pulmón al horizonte, tratando de alcanzar el ya lejano punto en la distancia.
Ron y Wiliam no lo notaron, pero el marinero misterioso abrió los ojos por unos segundo cuando el primer oficial gritó, parecía estar escuchando atentamente la charla.
"Ricardo tenía deudas pendientes en sus vidas y encontró una oportunidad para lograr tener esperanzas de saldar sus deudas ... No se puede huir del destino, todos marchamos en viaje al mundo espiritual" Dijo Wiliam con seriedad, todavía no podía rendirse, por más que considerara todo perdido, necesitaba seguir intentando, incluso sin posibilidades para así lograr acceder al mundo espiritual y navegarlo.
"De verdad crees que estos dos bastardos no desean seguir viviendo?" Dijo Ron, pensando en los largos días por delante.
El marinero misterioso volvió abrir los ojos, busco algo en el cuello, parecía un colgante, lo abrió. En el interior del colgante había un lado que estaba inscrito con la frase 'en las buenas y en las malas' y del otro lado había un dibujo de alguien muy parecido a él junto a un perro y foca gorda ... Se quedó mirándola un rato, mientras volvía a escuchar atentamente la conversación.
"Claro no tienen deudas, ellos me contestaron la pregunta, si no, no estarían a bordo" Contesto Wiliam sin dudar.
"Da igual... saldremos con vida, el viento es bueno hoy, también lo será mañana y mañana" Contestó Ron con fe mirando las velas desplegadas y el barco dirigiéndose hacia adelante a buena velocidad.
En el fondo, Ron sabía bien que la pregunta solo se tomaba como un chiste por los marineros. Pero como Wiliam se motivaba y obtenía moral cada vez que suponía que era el único listo del barco por lo que Ron le seguía el juego.
El marinero misterioso se levantó, cerró el colgante y se lo guardó en el pecho. Con pasos firmes se dirigía al interior del barco, mientras los demás discutían,con mirada decidida y ojos brillantes murmuró en voz baja: "Mientras haya un marinero que mantenga la fe en este barco, saldremos con vida, siempre lo hacemos"