"Parece que los humanos están empezando a recordar sus antiguas vidas." Menciona una voz femenina que provenía de esos cristales, que hace un momento habían aparecido.
Mucha más gente se cae al suelo y se retuerce de dolor.
No soy el único sorprendido con ello, hay más personas que no dejan de mirar esto con desconcierto y horror.
Esos cristales en forma de prisma se ponen a hablar y a reír.
¡¡En serio no entiendo que es lo que esta sucediendo!!
….
"¡Mi cerebro se está quemando!."
Caigo rendido al suelo mientras siento un dólar infernal.
"¡AY!, ¡AY!, ¡AY!, ¡AY!, ¡AY!, ¡AY!."
"¡Mierda!. ¡Mierda!. ¡Mierda!."
"¡¡¡ME ARDE, ME ARNDE!!!."
"¡AHORA TODO MI CUERPO SE QUEMA!."
"DUELE MUCHO….MUCHOOOOOO."
"¡QUE ALGUIEN ME SALVE!. ¡QUE ALGUIEN ME SALVE!."
"¡¡¡NO PUEDO AGUANTAR MAS ESTO!!!."
EL DOLOR ES UNA MALDITA PESADILLA.
ME ESTOY QUEBRANDO EN LLANTO.
"¡¡¡MATENME YAAAAA!!!."
Al decir esas palabras todo ese dolor que acabo de sentir desapareció como si se tratara de algo mágico.
Mi cabeza se está llenando de recuerdos.
Ahora que vi esto todo esta claro.
Se porque estoy en este lugar.
….
Yo….Después de eso….De lo que ocurrió en ese lugar….MORI.
XXX
Recuerdo perfectamente en donde estaba antes de morir.
Me encontraba caminando tranquilo por la calle y con mi uniforme militar puesto.
Me dirigía a la casa de mis padres para festejar año nuevo.
Al fin podía tener varios días libres desde que ingrese a las fuerzas especiales.
Si bien, había tenido muchos días libres siempre fueron uno y no días corridos como en ese momento.
Me sentía genial.
Al fin podía disfrutar de momentos con mi familia.
La mayor parte de esos años me la pase entrenando y participando de varios ataques contra terroristas y no tenia tiempo para pasarlo con mi familia.
Estaba tan feliz, que no podía dejar de ver la hermosa ciudad que me rodeaba.
El lugar estaba lleno de gente sonriendo.
El calor era pesado, pero por la felicidad de ese momento lo soportaba.
Sin embargo, el traje militar si me pesaba, pero por respeto a mi trabajo y a mi país Lucía firme mientras caminaba por las calles.
La ciudad estaba muy movida.
Los edificios estaban con luces navideñas a pesar de que ya había pasado esa fecha festiva.
El ruido del tránsito y las bocinas me parecían tranquilizantes.
Todo estaba genial.
No había nada que no disfrutara de mi caminata hacia la casa de mis padres.
No obstante, una gran explosión se escucho a mi costado.
Me dejo un poco tonto esa explosión, pero rápidamente me compuse y miré a mis alrededores.
Había dos o tres niños llorando asustados mientras abrazaban a sus padres.
Al mismo tiempo, miraban hacia arriba con sorpresa y muy atónitos.
Yo no fui la excepción, así que también observé hacia arriba.
Cuando pegué mis ojos hacia el lugar de la explosión pude observar a la perfección como el fuego salía hacia afuera y causaba explosiones.
Estaba sorprendido.
El edificio estaba completamente en llamas y no podía ni imaginarme como podría estar por dentro.
Suspire.
Me agarre de la cabeza.
Volví a suspirar y grite como loco "¡Maldición tengo que ayudar a las personas de allí dentro!."
Con ese grito corrí hacia dentro del edificio para ayudar a los que estaban dentro.
En realidad, no me obligaron a entrar al ejército, yo me enliste por gusto para servir a mi país y ayudar a la gente, así que me fue imposible contenerme y no ir a ayudar en ese momento.
A penas entre adentro una gran ola de personas paso sobre mi.
Todos gritaban y corrían desesperados entre llanto del lugar.
Muchos tenían la ropa o partes del cuerpo manchadas de un polvo oscuro.
Obviamente ese polvo oscuro eran las cenizas del fuego que había en las plantas superiores.
Sin embargo, lo que llamo toda mi atención y causo que en aquel momento mis ojos se estremecieran fueron las palabras que escuché de una mujer que huía hacia afuera "¡Hay personas con armas disparando haya arriba!."
Me quedé quieto por unos segundos en tanto las personas que huían pasaban por mis costados.
Pensé en todas las posibilidades y quería negarme a subir haya arriba.
Mi cabeza me decía que subiera y acabará con todos los terroristas, después de todo tengo mucha experiencia en ello, pero el miedo a no volver era fuerte.
Escuchar los ruidos de niños y bebés llorar me pego fuerte en aquel momento y sin darme cuenta ya estaba corriendo y subiendo las escaleras.
¿Escaleras y no ascensor?.
Elegí las escaleras porque son menos probables de ser tan controladas como un ascensor.
Tarde más de diez minutos en subir corriendo.
Seguido, observe por la entrada de la llave si había gente y casualmente logre ver a dos tipos completamente negros y con buen equipo militar acercándose hacia la puerta en la que estaba.
Los deje abrirla y entrar a donde me encontraba.
A penas cerraron la puerta me vieron detrás de ella, pero para ellos ya era muy tarde.
Uno de los terroristas había recibido una fuerte patada de mi parte, que provoco que perdiera el equilibrio y callera hacia la planta más baja.
Ver eso me causo escalofríos.
Me dolía el solo hecho de pensar en como iban a terminar las extremidades de ese tipo al caer y sin darme cuenta solté un pequeño "¡Ay! ."
El otro me miró raramente al decir eso.
Yo también lo miré raro por más que no vieran su rostro.
Después de una pequeña sonrisa le pegue en la boca del estómago.
Cayó al suelo escupiendo y sin dudarlo le quebré el cuello.
"A esta gente nunca hay que perdonarlas, dejarlos vivos puede significar un gran error para el futuro."
Estaba a punto de irme y seguir limpiando uno por uno de los terroristas, pero al ver su ropa se me vino una gran idea y no dude en aprovecharla.
De esa manera terminé caminando vestido de terrorista.
Estaban todo de negro y con el rostro bastante tapado, así que no pensé que llegara a tener algún problema con ese traje.
Lo único que si me preocupaba era que apareciera la policía o las fuerzas especiales y terminara preso.
"Ahora si mi estoy arrepintiendo de vestirme de esta manera."
Por suerte esa planta estaba llena de oficinas y no tuve ningún problema para acabar con diez u once de ellos sin hacer ruido y sin que me descubrieran.
-CONTINUARA-