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Chapter 3 - Preludio

Nadie entendía qué era lo que estaba exactamente pasando; en un instante la joven Strauss estaba detrás del tercer príncipe siendo protegida y ahora se encontraba de rodillas llorando frente a la señorita Mortier cuya cara era adornada por una pequeña sonrisa ¿Qué estaba sucediendo? ¿Acaso algo pasó y nadie lo notó? Los presentes se empezaron a mirar los unos a los otros buscando en alguna mirada la respuesta, pero era inútil; nadie sabía que ocurría y esto provocaba que su atención se volviera a las dos señoritas que parecían las únicas con conocimiento total de la situación. El príncipe también buscaba respuestas entre sus amigos, pero sus miradas le dieron toda la información que necesitaba, algo estaba mal y sí nadie entendía el porque, la respuesta se encontraba en una sola persona.

- ¡ROBINA! - La furia del príncipe era visible en todo su cuerpo y sus ojos se posaron en su aún prometida denotando un enojo nunca antes visto, provocado por la imagen de su amada llorando - ¿¡CÓMO TE ATREVES A LASTIMAR A MELANIE!?

- Vaya - Robina procedió a taparse sus oídos en señal de molestia por el tono de voz de Carlos - No hay necesidad de gritar.

- ¿¡TE ATREVES A BROMEEAR EN UNA SITUACIÓN COMO ESTA!? - La paciencia del príncipe estaba en su límite y sin que sus compañeros pudieran hacer nada, empezó a caminar con paso rápido en dirección a la joven Mortier - ¿¡CREES QUE EL PODER DEL DUQUE TE PROTEGERÁ AHORA!?

Antes de que el príncipe pudiera acercarse más a las dos, Robina levantó un par de dedos para manifestar una pequeña muralla de fuego intentado cortar el paso al príncipe, pero sin inmutarse; Carlos rodeo su mano de fuego e intentó romper la defensa de un puñetazo, el resultado esperado era que la defensa se rompiera y seguir avanzando para confrontar a su prometida, pero para la sorpresa de todos los presentes, el impacto mágico terminó provocando que el joven Rotsant fuera empujado de regreso a sus compañeros que apenas lograron atraparlo.

Este giro de eventos provocó un cambio en el ya tenso ambiente del salón, para la mayoría el príncipe debió haber podido romper la barrera sin problemas o mínimo ambos hechizos debieron cancelarse el uno al otro, en cambio la barrera seguí arriba y el príncipe fue repelido fácilmente, esto demostraba que habilidad para la magia de Robina era superior a su alteza, no solo ambos hechizos eran bastante comunes, sino que al ser creados sin una incantación; la potencia es usualmente menor, pero el tipo de magia de ambos hechizos era fuego, la especialidad del príncipe y además al ser un bendecido, cualquier magia que use es normalmente más poderosa.

Carlos que estaba siendo sostenido por sus compañeros se encontraba estupefacto, ¿Cómo era posible que perdiera en el choque? Era el mago más fuerte de su generación, sí, Robina era talentosa, pero el era una persona bendecida; el mejor de los mejores, toda su vida se había rodeado de personas que no podían evitar admirar y envidiar su poder, además esta el hecho de que en los últimos tres años había compartido la mayoría de sus clases con Robina, conocía sus habilidades y estaba consiente de que sí el hechizo fuera de tipo oscuro no hubiera sido fácil para él romperlo, pero era el tipo era fuego y él era la persona bendecido por el espíritu del fuego; no tenía sentido que perdiera. Mientras tanto Melanie que había estado llorando durante todo el encuentro finalmente salió de su estado al notar como las cosas habían escalado demasiado y rápidamente regreso corriendo con el príncipe, la barrera se desvaneció para darle paso mientras los chicos empezaban a apoyar a su majestad para reponerse.

- ¿Cómo? - Carlos miraba a Robina con miedo, la furia que antes rodeaba su cuerpo se desvaneció, ahora un sudor frío recorría su espalda - Es imposible que pudieras repelerme tan fácilmente.

- ¿De verdad eso es lo importante para ti? - Robina tenía una nueva expresión, seguía calmada pero era claro que ahora estaba ligeramente confundida por la actitud de su majestad - Acabas de atacarme frente a todos con magia sin vacilar y lo único que viene a tu mente es pensar ¿Cómo pudo detener mi ataque?

El claro tono de burla en la voz de la joven Mortier hizo que todos los presentes se dieron cuenta que se estaban enfocando en el detalle menos importante, el tema principal era que el príncipe atacó a su aún prometida sin provocación frente a todos los presentes, por más que nadie entendiera que estaba ocurriendo; una persona sensata no reaccionaría de manera inmediata atacando a otra, a los ojos de todos era claro que el príncipe estaba perdiendo el juicio ¿De verdad ama tanto a una persona que todo su juicio se nubla? ¿Es lo que se puede esperar de el miembro más talentosos y poderoso de la familia real?

- Yo...yo...yo...

El príncipe intentaba articular una respuesta que pudiera justificar su actuar, aunque en el fondo sabía que él estaba equivocado. Ahora la joven Robina veía al príncipe con una sonrisa, satisfecha de que su aún prometido no tuviera manera de salir de la situación que el mismo provocó.

- Bueno, ahora que puede ver su error - La mano derecha de la joven Mortier pasó a apuntar a su frente - Observe la respuesta a su pregunta.

Los ojos de Carlos finalmente notaron las marcas en la frente de Robina y no podía creerlo, entre las cinco marcas que adornaban su frente, dos eran conocidas para él; su mirada paso a posarse en su mano izquierda y todo su cuerpo palideció al punto de parecer congelado.

- No...no...no...no - El príncipe negaba totalmente confundido y la mirada de los demás presentes empezó a moverse repetidamente entre la joven Mortier y su alteza, uno a uno el público comprendió que estaba ocurriendo, pero no podían creerlo - no...es...es...posible.

-Lo es su alteza - Robina procedió a acercarse lentamente en dirección al príncipe, mientras el príncipe seguía congelado los demás se alejaban de Carlos incluso a los que consideraba amigos, excepto por una persona, Melanie, que pasó a aferrarse a uno de sus brazos en busca de protección, cuando finalmente quedaron a solo dos pasos de distancia, Robina sonrió - Pero no para mí.

La mirada de la joven Mortier empezó a moverse por todo el salón provocando un nuevo silencio en todos los presentes quienes aún no sabían como reaccionar ante las nuevas noticias, todos los eventos y giros estaban ocurriendo demasiado rápido para poder comprenderlos, pero todo eso parecía de poca importancia para Robina, quién simplemente realizó una pequeña reverencia en señal de despedida.

- Viendo la situación actual pasaré a retirarme, espero disfruten el resto de la velada.

Con esas palabras la joven de ojos púrpura procedió a dar una media vuelta dirigiéndose a la salida del edificio, un par de guardias que estaban en la entrada y que durante todo el evento habían decidido no interferir por miedo de ofender a cualquiera de las partes involucradas; abrieron las puertas rápidamente para dar paso a Robina que siguió avanzando firmemente, solo cuando su figura se perdió de la vista de los demás al bajar las escaleras de la entrada es que las puertas se cerraron y el silencio que había invadido a todos fue roto para volverse un espacio lleno de caos y voces alarmadas.

Las marcas en la frente de la joven Mortier dejaban precedente a un evento que nunca antes había ocurrido, una persona ha sido bendecida por múltiples espíritus antiguos, convirtiéndola a los ojos de los demás en el ser más poderoso del mundo ¿Qué significaba esto para el reino? Demasiadas cosas, primeramente la acusación del príncipe y sus amigos sobre los ataques hacia la joven Strauss perdían todo su peso ¿Alguien con tal poder tendría necesidad de sentir celos? y sí así fuera ¿Quién tendría el valor de cuestionar sus acciones ahora que su poder era visible a ojos de tanta gente? La realidad es que en este momento la familia real había ofendido a su mayor aliado y sin dudas el más poderoso, ciertamente los eventos transcurridos durante la celebración serían responsabilidad de su alteza el tercer príncipe, pero cuando las noticias lleguen a los oídos de la cabeza de la familia Ducal, no hay duda de que aprovechara esta nueva información y posición no solo para buscar un castigo hacía el príncipe Carlos y todos los involucrados; seguramente aprovechará consolidar el poder de su casa incluso por encima de la familia real.

Mientras esos pensamientos cruzaban por la mente de todos los presentes, la joven Robina se encontraba llegando al frente de la puerta de un carruaje que era abierta por un señor mayor de unos cincuenta años.

- Señorita, que gusto verla.

- También me alegro de verte Roy.

El hombre identificado como Roy procedió a ayudar a la joven Mortier a subir al carruaje para proseguir a entrar y cerrar la puerta detrás de él; un par de segundos después el carruaje se empezó a mover.

- Tengo que admitir que la espera fue realmente corta - Roy comentaba tranquilamente mientras miraba a la joven Robina sin apartar su mirada - Aunque lo curioso fue la energía mágica que sentí envolver el ambiente por un momento, era algo casi imperceptible, pero estaba ahí.

- Muy bien - Robina pasó a sonreír satisfecha - No por nada eres el mayordomo personal de padre, pero eso significa que aun hay lugar para mejorar mis habilidades.

- Así que realmente fue usted señorita.

- ¿Esperabas menos? - La joven Mortier se inclinó en su asiento aprovechando para relajarse, aunque a los ojos del otro presente era claro que estaba lista para reaccionar en cualquier momento a una amenaza - ¿Mi padre ha hecho lo que le pedí?

- Lo siento - Roy pasó a negar - No es que no confíe en usted, pero con lo vaga que fue su carta, solo siguió su instrucción de traer este carruaje para escoltarla como solicitó, pero movilizar a todos los sirvientes y su hermano mayor fuera de la mansión en la capital hacia el ducado sin una explicación más detallada no le pareció una acción sensata.

- Esta bien - Robina asintió con calma - En realidad ese punto era más preventivo, esperaba que ciertos eventos ocurrieran, pero parece que mi falta de atención ha puesto unos cuantos agujeros en mis planes.

- ¿Algo más que su ruptura del compromiso ocurrió? - Aunque en voz tranquila, la sorpresa era visible en la cara de Roy - ¿Qué podría ser más notorio o significativo?

- Es cierto que esperaba que Carlos me pidiera la ruptura del compromiso y tal vez armaría algún escandaló en el lugar, acciones predecibles de alguien que a pesar de ser el miembro potencialmente más poderoso de la familia real se mantiene fuera de la lucha por la sucesión - Robina decidió inclinarse ligeramente hacia adelante para mostrar la seriedad de la situación - Pero no esperaba que fabricarían un crimen contra mí y menos que una de las sirvientas estuviera involucrada.

- ¿¡ Una de las sirvientas !? - Roy casi se levanta de la sorpresa sí no es por el lugar que se encontraban - ¿Cómo es posible?

- La autoridad de la casa se ha debilitado más de lo que pensaba mi padre, definitivamente ser neutrales durante tanto tiempo no ha sido buena idea - Robina empezó a mover su cabeza de un lado a otro ligeramente decepcionada - Aun así estuve tan ocupada que no pensé hasta que punto las fuerzas del primer o segundo príncipe se moverían para debilitarnos; aunque dudo qué todo saliera como lo esperaban.

- ¿A qué se refiere?

- Estoy bastante segura que la nueva pareja de Carlos no era parte del plan.

- ¿Está segura? - Roy parecía no creer completamente sus palabras - Es obvio que sí su intención era separarlos a usted y al príncipe, necesitarían presentar a un tercero.

- Claramente ese debió haber sido el plan original, pero con lo que pasó en el salón me queda claro que ella no fue preparada por ninguna de las dos facciones, solamente fue una increíble coincidencia que apareciera alguien como ella.

- ¿Qué pasó exactamente?

Robina dejó de mirar a Roy para pasar a suspirar y dirigir su vista al techo del carruaje.

- La señorita Strauss, la joven que se ganó el corazón de mi antiguo prometido también fue bendecida por uno de los antiguos espíritus.

- ¿¡ CÓMO !?

Ahora el viejo sirviente no pudo evitar levantarse con la noticia, provocando un fuerte golpe en su cabeza que lo hizo inmediatamente volver a sentarse, aunque el dolor fue totalmente ignorando pues su sorpresa no desapareció de su rostro durante todo el proceso.

- ¿¡ Está segura !?

- Totalmente Roy - Robina redirigió su mirada al frente - Es por esa misma razón que estoy segura que ella no está involucrada de ninguna manera con cualquiera de las dos facciones reales.

- Con ese detalle es claro porque esta tan segura - Roy pasó a cambiar su postura a una de total concentración mientras se toca la barbilla - Ninguno de los dos permitiría que tanto poder recaiga en un solo lugar sin poder controlarlo.

- Exactamente, ya de por sí es difícil mantener controlado a Carlos y mucho más ha sido lograr mantenerlo fuera de la competencia por el trono desde que el espíritu del fuego le otorgo su bendición, pero sí se uniera en matrimonio con otro bendecido, desde el más pobre pueblerino hasta los nobles más allegados de cada facción considerarían apoyarlo - Robina dirigió su mirada hacia la ventana izquierda del carruaje, logrando distinguir la forma de la mansión familiar en la capital - No importa que tan buenos en otros aspectos sean sus hermanos, el poder combinado de ambos podría fácilmente aplastar cualquier objeción y enemigo que se interponga en su cambio, incluso el rey intervendría para hacer realidad esta unión.

- Tiene toda la razón señorita - Roy también dirigió su mirada hacia la ventana - Llegaremos pronto con su padre, el duque no podrá descansar esta noche.

- No podría estar más de acuerdo, aunque no necesitas preocuparte Roy - Ambos se voltearon a ver para finalmente Robina dirigirle una pequeña sonrisa con la intención de calmar al mayordomo - Nada malo pasará a nuestra familia.

- Entonces confiare plenamente en sus palabras señorita.

Fueron solo otros cinco minutos los que pasaron para finalmente llegar hasta las puertas de la entrada, los dos guardias estacionados miraron solo un momento el carruaje para proceder a abrir las puertas y dejarlos pasar, el conductor sin perder un segundo siguió adelante hasta llegar al frente de la mansión donde nuevos eventos que cambiarían el rumbo del reino estaban a punto de desencadenarse, la noche de hoy estaba lejos de terminar.