-todos a sus posiciones!!!-
La respiración de Vakra se aceleró... sabía que hoy sería otro día similar al los últimos dos meses... la trinchera estaba llena de cadáveres de sus compañeros que utilizaban los Dorkis para infundir en ellos un último aliento de vida que utilizarían como cebo para distraer al enemigo de los soldados aún vivos,
sí moría el día de hoy él se convertiría en un caminante... un simple cuerpo sin vida ni emociones que seguiría las órdenes de sus hacedores.
-¿cuánto tiempo puedes darnos y cuántos puedes crear?-
preguntó el general, un hombre con un arma de francotirador de 2 metros de largo a un Dorkis, un hombre de medians edad con una capucha oscura y un símbolo de un ojo rojo en la frente que estaba a su lado, mientras el mago Dorkis hacía un mueca al ver la distancia del destacamento enemigo.
-puedo mantener a unos ochenta por lo menos unos diez minutos... más tiempo significaría reducir la cantidad a la mitad-
-Bien, haz que valga la pena. Escuchen todos!!... tenemos diez minutos para volarle los sesos al comandante enemigo!!... si lo matamos ahora que está debilitado podremos vengar a nuestros camaradas y regresar a casa!!, recuerden que es un mago de rango 5 y su hechizo de área, que destruyó al equipo de ayer, no podrá utilizarse hasta dentro de dos horas y nuestros refuerzos vienen hasta el día de mañana por lo que seremos los que repitan la misma historias de las ultimas vestidos horas o seremos los que le den la avanzada a nuestros relevos!!... recuerden que aunque está debilitado, puede tener algún truco bajo la manga!!-
Todos los soldados guerreros alistaron sus armas y luego de un pequeño silencio la voz de mando ordenó el ataque... los cuerpos de los compañeros muertos fueron llenados con una esencia oscura proveniente del Dorkis y sus cuerpos antes estáticos, cobraron movimiento... cuando iniciaron el ataque se desató el caos en el campo de batalla.
Vakra alistó sus dos armas de mano... eran armas aparentemente normales, pero eran armas de aura, que era el poder para doblar las leyes de la naturaleza a su voluntad, sin embargo las personas que podían utilizar su aura para batallas, si bien no era raro, no todos podían utilizarlo de una manera repetida, Vakra era un mago de fuego y su especialidad era la explosión, con un rango dos, era capaz de utilizar sus revólveres con perdigones hasta cien disparos, sim embargo su alcance no era muy grande, debido a esto su modo de acabar con el enemigo era un poco distinto a solamente disparar, en sus bolsillos llevaba cristales negros, un mineral de las minas del Sur, que eran altamente explosivos, hasta 20 veces más que la pólvora y al llevar estos cristales y arrojarlos al aire y utilizarlos como blancos, se creaban granadas aéreas que podían fácilmente herir a una persona en un radio de no más de cincuenta metros.
-el enemigo tiene brujas!!!!-
la voz de un soldado se escuchó ahogada antes que un disparo le perforara el cuello y la sangre manchara el rostro de Vakra, en el aire tres mujeres montaban sus escobas y disparaban con escopetas a los soldados.
Vakra evitó algunos disparos mientras tomaba tres frascos de sus bolsas blindadas con escamas de Wivern, para evitar una sorpresa explosiva en caso de ser herido en campo abierto. Las brujas se lanzaban en picada a una enorme velocidad antes de abrir fuego contra sus compañeros, una de las brujas mantenía la altura fuera del rango de efecto de magos como Vakra, seguramente una experta en el campo de batalla por lo que sus instintos asesinos se dirigieron a dicho objetivo. Al girar su cabeza a la parte de atrás observo un caminante aliado que tenía en su espalda un arco y una flecha clavada en su estómago... rápidamente corrió hacia él tomando su arco y al quitar la flecha de su vientre los intestinos cayeron al suelo junto con una pequeña nube de moscas, sin embargo Vakra ya estaba acostumbrado a escenas mucho peores y sin perder ningún instante aseguro los frascos a la flecha con una pequeña tira de cuero luego lanzando la flecha al aire... en el momento en que la flecha alcanzó su punto más alto, los ojos de Vakra se iluminaron de rojo haciendo circular su poder hacía las armas... tres disparos casi simultáneos atinaron en el blanco y una explosión azúl en el cielo alertó a las brujas de su más grande pesadilla... la bruja que más altitud tenía no pudo reaccionar a tiempo y varias esquirlas rompieron su escoba y penetraron su cuerpo haciéndola caer al campo de batalla para luego ser comida por algunos caminantes. la misma explosión evitó que las otras brujas pudieran volver alcanzar altura por lo que estaban al alcance de las armas del mago por lo que luego de otros disparos los cuerpos de las brujas se encontraron con el mismo destino de su compañera. Unos gritos de auxilio se escuchaban en el destacamento enemigo, en la parte alta de la torre de vigilancia donde la bandera del Reino de Kriba se alzaba, fue sustituida por la cabeza del mago de tierra condenado a la decapitación... una cuerda atravesaba su boca y su garganta mostrando una imagen macabra... el mensaje era claro... muerte a los Kribos, hijos de Ulttsar el demonio que trajo la oscuridad y el hambre a la tierra. Después de que los cuerpos de los caminantes cayeran al suelo, Vakra caminaba por el Campo buscando compañeros sobrevivientes... en el suelo encontró a un joven con un agujero por debajo de su pecho, su rostro de agonía aún se reflejaba en su rostro, era un amigo de infancia con el que vivió en las calles de la Ciudad de Humo, el lugar donde vivía lo más bajo de la sociedad, él y Vakra se habían alistado en el ejército para una nueva vida con oportunidades y evitar ser utilizados como juguetes sexuales por los Proxenetas que abundaban en la Ciudad de Humo.
-Lo siento Finn, espero que nos encontramos en otra vida si es que la hay-