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Chapter 142 - ¡MUCHAS GRACIAS!

Álvaro no sabía cómo reaccionar. Llevaba tantos años trabajando, pero al final otra persona obtuvo el resultado. ¿Qué podría ser más deprimente que eso? Además, esta era una persona en la que confiaba mucho e incluso su madre estaba protegiéndole.

Álvaro no podía entender. Aunque Samara no era del agrado de su madre, Eduardo era su nieto. ¿Por qué podía permanecer tan indiferente a su desaparición? En la memoria de Álvaro, su madre no era una persona de sangre fría, pero ¿Por qué había pasado eso?

Solo Anabel podía darle una respuesta, pero parecía que esa mujer había desaparecido. No se sabía nada de ella. No podía seguir su rastro. En apariencia, hace 5 años Rebeca había instigado el incendio. Incluso era posible que Cecilia hubiera extendido esa trampa y que Jaime la había realizado. Pero ahora, Álvaro creía que en realidad no era tan sencillo.

Álvaro se había llevado a Jaime de un orfanato cuando este era pequeño y ellos creían que se habían entrenado juntos. No sería excesivo decir que Jaime era como un hermano y que el nunca desobedeció las ordenes que le daba. No obstante, ¿Por qué solo lo había traicionado cuando se trataba de Samara?

Álvaro recordó que, de pequeño, cuando Jaime estaba con él, Anabel preparaba a menudo comida para todos. En aquel entonces, Álvaro sintió que Anabel era tan amable que incluso trataba bien a los huérfanos. Pero ahora, pensó que lo que había hecho Anabel era para conquistarlos.

Tal vez desde el principio, Jaime y Alana habían sido comprados por Anabel. Sin embargo, hace 5 años, Anabel estaba muy satisfecha con Samara y la trataba muy bien. Entonces, Álvaro no entendió si el incendio que Samara había sufrido era una intriga de Anabel, ¿Por qué lo había hecho y cuáles eran sus motivos?

Álvaro no pudo obtener una respuesta de esto, así que nunca había pensado que esto tendría algo que ver con esa mujer. Pero no espero que Anabel aprovechara esta oportunidad y se llevara a su mujer y su hijo en sus narices.

Mientras escuchaba las palabras de Álvaro, Javier frunció fuertemente el ceño.

-Jaime es un verdadero hombre. En la familia Montenegro, ha sufrido mucho pero no ha dicho nada. Si no es por Alana. Quizás no vaya a revelar nada. Entonces, ¿significa que Jaime realizo el incendio hace 5 años? ¿y Rebeca se lo ordeno?

-Hasta ahora así es. Pero la verdad no es tan sencilla. Rebeca ya se ha escapado del centro de detención e incluso se llevó a Eduardo. Si quería salir de Ciudad H, podía hacer que cualquiera de ellos fuera su reén y huir. Pero no salió. ¿Por qué? ¿Qué estaba esperando? ¿o quien no le permitió salir? Cuando Adriano huyo y Eduardo desapareció, con su poder, también podía salir en secreto de Ciudad H, pero murió, murió inexplicable y repentinamente. ¿No crees que es muy extraño? -Álvaro saco un cigarrillo, pero solo lo acerco a la nariz y lo olio. Luego se lo puso en la oreja.

Al ver que Álvaro se contenía tanto, Javier creyó que empezaba a conocer a ese hombre.

- ¿Tal vez porque ella se drogo y se murió misteriosamente?

Oyendo las palabras de Javier, Álvaro movió la cabeza y dijo:

- ¿Sabes? Había pedido a alguien que informara deliberadamente a Rebeca que Adriano estaba enfermo y que corría el riesgo de morir. En ese momento, Cecilia fue a verle y darle una medicina. Le dijo que esa medicación podía hacerla encontrarse en un estado de trastorno mental temporario y al día siguiente, el medico iba a tratarle. ¿Pero saber que medicina es?

- ¿Cuál?

- ¡Veneno! Una vez que sea ingerido moriría.

Las palabras de Álvaro hicieron que la expresión de Javier cambiara al instante.

- ¿Cómo es posible?

-Si, ¿Cómo es posible? Cecilia ha sido viuda durante tantos años y solo tiene una hija. Además, ella ha puesto toda la esperanza en Rebeca para que pueda ser la señora de la familia Ayala. Así la familia Villa podría sacar más provecho de esto y ella también podrá tener una vida con riqueza. En tal situación, ¿Cómo es posible que mate a su propia hija? -Álvaro dijo con un tono tranquilo.

Javier era tan inteligente que entendió de inmediato lo que quería decir.

- ¿Quieres decir que Cecilia ha sido engañada? ¿quizás ella misma no sepa los efectos de la medicación?

-Probablemente. Si Rebeca no tuviera un poco de conciencia y no se hubiera escapado de la prisión por preocuparse por Adriano, moriría en el centro de detención. Sin embargo, Rebeca se escapó e incluso se llevó a mis hijos. También trato de vengarse de Samara aprovechando a Eduardo. Pero cuando Samara llego, ya habían desaparecido. ¿No crees que es muy raro? Una mujer que odiaba mucho a Samara, ¿era posible que abandonara la oportunidad de vengarse? ¿de repente se despertó su misericordia y dejo a Samara en paz? ¿eso es posible?

Esa pregunta hizo que Javier frunciera el ceño con más fuerza. Nunca había pensado que, conectando todas las cosas, saldrían tantas dudas. Con la muerte de Rebeca y la desaparición de Samara y Eduardo, no había ningún rastro más sobre sus dudas.

- ¿Adriano lo sabe?

Álvaro negó con la cabeza.

-Adriano es solo un niño. Aunque Rebeca lo haya tratado con frialdad toda su vida, nunca lo había golpeado como esa vez. Por lo tanto, fue un gran golpe para él. Si no fuera por Eduardo, Adriano no sería así. Nadie sabe cómo podría ser. El daño hecho por su madre sigue estigmatizado en su corazón. Tiene pesadillas y llora todas las noches desde que volvió. No me atrevo a preguntar que paso esos días, pero Adriano ha cambiado. Ya no habla de Rebeca e incluso es indiferente a su muerte. Pero solo es un niño. La sacudida y la sombra causada por eso solo se pueden disipar con el transcurso del tiempo y solo espero que pueda vivir bien. Así no le deberé nada a Rolando. -Álvaro suspiro.

Javier se sorprendió por un momento.

- ¿Adriano es el hijo de Rolando?

-Si. -después de tantos años, Álvaro finalmente revelo el secreto. De repente se sintió aliviado. Aunque todavía se sentía pesado, ya podía respirar.

Estos años, nunca se arrepintió de tratar a Adriano como su propio hijo, pero debido a esto, Samara y sus hijos habían sufrido demasiado. Álvaro se sentía muy culpable. Ahora, antes de que pudiera recompensarles, ellos volvieron a ser dañados. ¿Así como Álvaro podía seguir viviendo?

Quizás otras personas no conocieron a Rolando, pero Javier sí. Antes, el asunto de Rolando había sido encargado a él. Rolando había sido perseguido por ser un informante. Todavía recordaba claramente la escena de su muerte. Cada vez que pensaba en él, abrigaba mucho respeto.

Fue un hombre real, intrépido y digno de su respeto. No esperaba que el tuviera un descendiente. Pensando en la relación entre Rebeca y Adriano, Javier entendió un poco.

-Por eso tratabas bien a Rebeca. Lo haces por Rolando. Has sufrido con los chismes estos años, ¿Por qué no explicas todo?

-Solo no quiero deber nada a mi mujer y a Rolando. No me importan los demás. -Álvaro no era una persona que se preocupara por lo que pensaban los demás.

Javier finalmente entendió todo. Mirándolo, finalmente sintió admiración.

-Te ayudare a encontrar a la señorita Arias y a Eduardo. Puedes quedarte en Estados Unidos. Aunque todavía hay tantos subordinados de Anabel en la familia Ayala, ellos no son rivales para la familia Montenegro. No te preocupes.

- ¡Por favor! -Álvaro le dio una palmadita en la espalda como si le hubiera entregado todo. Esta era la confianza entre compañeros de armas. Como soldados, aunque los dos nunca habían luchado juntos, ambos sabían el significado de tal confianza.

Javier sintió que la carga sobre sus hombros era mucho más pesada, pero estaba contento por tener a un verdadero amigo.

-Descuida. Aunque no haya pistas obvias, podre encontrar alguna. O también puedo empezar la investigación desde el hospital donde nació la señorita Arias. Dices que ha sido criada por la pareja de la familia Arias y ellos también creen que es su hija. Entonces solo hay una posibilidad. Cuando ella nació, fue cambiada en el hospital. Si encontramos a las parteras o a las mujeres que parieron en el mismo día, podemos tener algunas noticias. Aunque esto no tiene nada que ver con su desaparición, solo podemos empezar con esto.

-Está bien. No es conveniente que me meta en este asunto. Por un lado, todavía no se cuales personas de mi familia son mis enemigos. Por otro lado, la identidad de Samara no es publica y no es adecuado revelar la relación entre ella y la familia Arias. Además, estaré en Estados Unidos. Si pasa algo, no tendré tiempo para volver y proteger a mis suegros. Por eso…

-Entiendo. Déjame encargarme de la seguridad de la familia Arias.

-Muchas gracias. -Álvaro no sabía que decir.

Los dos hombres se sonrieron. Ya había muchas emociones en las sonrisas y no era necesario hablar más.

-Alana no es descendiente de la familia Montenegro, ¿tienes otras pistas? -Álvaro sabía que la señora Verónica estaba enferma por esta cuestión.

Javier negó con la cabeza y dijo:

-Es un rumor. Jaime dijo que mi hermano tenía un hijo póstumo. Ahora Jaime ha muerto y Alana no es. tal vez no haya ningún hijo bastardo de la familia Montenegro. Todo ha sido un cebo para tramar contra tu familia usándonos de escudo. Mi madre no ha podido aceptar la verdad, pero todo está bien, no te preocupes. -Javier sonrió amargamente.

Al principio creían que todavía había descendientes de la familia Montenegro. Pero ahora, todo había sido en vano. Por eso, nadie estaba de buen humor. En ese momento, un Ferrari rojo paro frente a ellos. Víctor salió del coche y dijo con prisa:

-Tengo noticias de Catalina.